sábado, 5 de marzo de 2022

 

¡NEUTRALES!


La historia diplomática de la Argentina liberal y masónica es la de una manceba que, cualquier poderoso del mundo , con sólo guiñarle el ojo , y echarle unos dólares en la cama , la tiene sometida a su disposición . Duele escribirlo, pero es la cruda verdad . Peor aun pensando que en este pueblo hay hombres indiferentes , sin comprender que su complacencia los convierte en cómplices del abuso . ¡Quedando moralmente violados también ellos ! ( Sólo moralmente... por ahora).


Pero como el mundo no reconoce la diferencia esencial entre esta pobre y bastarda Argentina liberal , y la Argentina real , nosotros los nacionalistas , también nos sentimos violados moralmente . Tristísimo , vergonzoso destino de vivir en un país que fuera otrora la Argentina Soberana del Libertador San Martín y del Restaurador Rosas ; hoy día con sus laureles marchitos , sin poder levantar la vista , ¡ para hacérsela bajar a los agresores!


En estos días la situación escandalosa está a punto de agravarse con motivo del empeño yanki de entrometerse en Ucrania para salvar la democracia y la Libertad agredidas por el oso ruso. ¡ Qué cinismo ! La historia se repite, desde el gran fraude de la Doctrina Monroe , gracias a la cual se deberían haber defendido los intereses de los americanos… (¡pero solos de los del Norte!), de intromisiones imperialistas europeas . ¡ Se olvidaron de aclarar quién nos defendería de las usurpaciones imperialistas de los americanos monroístas !


Y como la historia se repite , vienen a cuento estas patrióticas y esclarecedoras palabras del Padre Castellani , escritas en 1945, ( “Decíamos ayer”, El derecho de gentes, pag. 141) , denunciando la corrupción traidora de los gobiernos liberales y masónicos . En nuestros días en su apogeo , pues la ex-presidenta ‘apoya’ a los rusos, mientras qu el actual presidente se inclina románticamente por los yanquis ; una verdadera telenovela , con un final feliz , pues en definitiva , sea como sea la pobre manceba será violada nuevamente . Escribió “el cura”:


Alianza militar es lo que nos piden ahora ; pero no buscada por nosotros , sino impuesta y forzada . La pretensión es que toda la América del Sur haga alianza pelis nolis con América del Norte contra las fuerzas del Mal , que agredieron a una Nación del Norte allá en Asia Oriental donde ella estaba ; que sin duda no la agredieron si no estuviera . Y después de la guerra esa alianza temporaria (aunque muy gravosa) se debería convertir en una especie de alianza perpetua contra los gobiernos agresores -conforme a la definición de agresor que darían los que deben darla , porque para eso son los hermanos mayores-, y son los perpetuos agredidos. [nota del blog.: recordar que los judíos también son nuestros hermanos mayores ,y también perpetuamente agredidos ¡ qué coincidencia !].


En la guerra del 14 los agredió Europa, ahora los agredió el Asia ¿ apostamos que al fin de esta guerra sale agrediéndolos la misma República Argentina ? [nota del blog: al menos agredimos a sus socios en Malvinas]. Esta la única razón que se da para exigir a la Argentina el abandono de su neutralidad , a no ser que se quiera añadirle las otras dos , de que somos geopolíticamente una sola y misma cosa , porque nos llamamos América , y la otra razón mística de la religión de la Democracia . Se necesita tupé para juntar conferencias con estas tres razones , y más tupé para pedir a Méjico, Cuba y Nicaragua que se unan a los Estados Unidos en una Liga contra los agresores . El viejo Irigoyen no hubiese ido a esas conferencias ; o si iba muy pocos pactos hubiese firmado , como buen vasquito desconfiado.


Si hubiese habido entre nosotros una política avisada y constante , lo natural es que al habernos declarado neutrales al principio de esta guerra se pensara en los medios reales de poder mantener esa posición en un mundo que manifiestamente no respeta más ni el derecho de gentes ni a la nación pequeña . Lo natural era pensar en un entendimiento entre los países neutrales , para ayudarse mutuamente a mantener esa posición legítima (y en nuestro caso sensatísima , tradicional y necesaria) frente a las tentaciones inevitables de prepotencia de algún beligerante impaciente o desesperado… […] Pero al no haber hecho esa alianza natural , se debe soportar ahora la amenaza de la alianza antinatural y forzosa , con todas sus incertidumbres y peligros...”+
































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