ALFABETOS – ANALFABETOS
Comentario nacionalista al artículo que
más abajo reproduzco: Es habitual que
los liberales identifiquen pobreza con ignorancia y también ignorancia con
analfabetismo, y a los profesionales universitarios con sapiencia, inclusive
con valores morales. Este era el dogma principal de los unitarios, ahora generalizado
en el vulgo, por el liberalismo ¡los que tenían poder, estudios o integraban
alguna logia, estaban iluminados por las “luces”!. Aquí sospechamos que se
respiraba un malsano aire calvinista: los seres predestinados, son necesariamente
adinerados y poderosos, y necesariamente
instruidos; este desatino, que tanto males causó y causa a nuestra
patria. provocó que al criollo, por las buenas o por las malas, había que
atiborrarlo de liberalismo, para acallar
su dignidad, amansándolo.
Según este “dogma”, entonces, la delincuencia existe por falta de una
“iluminada” instrucción, y una “cultura”; liberal, por supuesto. ¡Los
niños y los jóvenes son rebeldes porque no concurren a las escuelas de Sarmiento! Esto es lo
que pregonan constante y
unánimemente los medios periodísticos.¡Que
sarcasmo enviarlos a esos antros sin
Dios y sin Patria! La instrucción es un medio, que puede dar cultura y moral o
desordenar la inteligencia; ¡y la de Sarmiento desordena y envilece! La
cuestión fundamental es lo que se mete en la cabeza de los alumnos; es
fácil imaginarse como reaccionarán si fundamentalmente los saturan con evolucionismo, materialismo y ateísmo y
amoralidad. . Por lo cual, el grandísimo mal que hizo Sarmiento a la niñez y a
la juventud fue crear muchas de esas escuelas
laicas y antipatrióticas. O sea escuelas perniciosas. Lo que es motivo de
adoración masónica, si de verdad creó
tantas como cuentan sus adulones. es un
baldón nacional. Lamentablemente ¡ni en los colegios religioso, luego del
Vaticano II, educan religiosa y
patrióticamente!
La instrucción en Argentina, en poder de
la masonería, con Sarmiento, Wilde, etc.; y luego la Reforma universitaria,
están basadas en un liberalismo extremo y totalitario, negador absolutamente de valores religiosos y
patrióticos, o sea es atea y cipaya; excluyendo la enseñanza de principios filosóficos
y morales, egresaban sujetos que, si no han mamado esos valores en
su casa, con una instrucción no solo amoral, y esto res más grave aún, con el sentido común desvirtuado, desconociendo la filosofía elemental, basada en los principios fundamentales de la
inteligencia, quedan imposibilitados
de ordenar su vida moral, y propensos a la violencia, al vicio y al delito,
tal cual les sucede a la mayoría de la
juventud en nuestros días.
Actualmente el alfabeto-analfabeo
respecto a los valores indispensables de la vida y de la inteligencia cundió en
todos los estamentos sociales. Se puede ser, y en la argentina sarmientista se
es alfabeto, o sea instruido, pero
analfabeto por carecer de los conocimientos mencionados.
Para aquellos que le agradan los números, el señor Mario Gorostarzu,
escribió ”Instrucción y Moral” en el libro ”La enseñanza nacional” (Espasa
Calpe, 1940), basándose en estadísticas oficiales, corroborando que la mayor
cantidad de delitos son provocados por jóvenes instruidos, “ilustrados”, sobre
los analfabetos. ¡Y contra hechos no valen argumentos!. Aunque se refiere a acontecimientos ocurridos hacia principios
del siglo XX, hoy día comprobamos plenamente la verdad de su apreciación. El
delirante sanjuanino fundó escuelas, pero escuelas masónicas, que según el
Padre Castellani, forman, a lo sumo, empleados públicos irresponsables,
incapacitados, desordenados para
manifestar un criterio y decisiones propias. Los resultados están a la vista; estudiantes
universitarios que se hicieron montoneros y terrorista, profesionales sin
vocación y políticos corruptos, y un pueblo en general también degradado. La democracia liberal desamparó a la juventud.
Por lo que es tan difícil encontrar jóvenes con criterio
propio para platicar seriamente; pues
están entregados a la indolencia del 2dolce
far niente”. A continuación el artículo del señor Gorostarzu:
+
INSTRUCCIÓN Y MORAL
C
|
uando
el Estado ejercita su función interina y
no propia, le toca educar y no instruir, porque además de las razones hasta
aquí expuestas, de la sola instrucción
se derivan graves males para el
individuo y la sociedad.
Don Nicolás Salmerón, hablando ante el Congreso de España, decía en 1895,
con profunda verdad: “La instrucción en ciertos límites, cuando no va
acompañada de la educación y de la
formación entera del hombre. Es dañosa y
perjudicial.
Ya había escrito Smiles: “La cultura de
la inteligencia ejerce poca acción sobre la conducta moral. Vemos hombres
instruidos, cultos, literatos, que no tienen
en manera alguna buena conducta y que son derrochadores, borrachos y
viciosos. De ahí se infiere que la
educación debe basarse en los principios
de la religión y de la moral”. Y en el artículo sobre
“educación” el Diccionario Enciclopédico Hispano Americano agrega estas
oportunísimas palabras:”Si con esmero se cultiva el organismo y la inteligencia; pero se
olvida el sentimiento, la educación moral, las fuerzas física e intelectual
desarrolladas darán sus frutos: la
generación así educada será fecunda para el mal y para el vicio”.
Henri Robert en sugerente artículo publicado en el Fígaro de París, daba en 1911 la voz de
alarma a la Francia
liberal, en medio de la fiebre de persecución a la escuela religiosa, que ésta
continúaba desarrollando diciendo: “Podéis contar aún con un poderoso factor en
el aumento de la criminalidad infantil: ¡La ausencia de toda idea religiosa!.