martes, 30 de enero de 2024

 

¿Por qué los bancos extranjeros tienen tanto poder? ¿No hay responsables de que los controlen? ¿Los banqueros forman un cuerpo organizado? ¿Pertenecen a las logias inglesas? ¡Onganía, otro general liberal, frustrado por incapacidad e ignorancia política!

LA DICTADURA DE LOS BANQUEROS.

ROGELIO  GARCÍA  LUPO.

(Capítulo del libro: “Contra la ocupación extranjera”,   ed. Sudestada, 1968, pág. 121).

Un Banco es una institución que recibe dinero ajeno y lo presta, embolsándose una ganancia o interés por el trabajo. Lo Bancos realiza operaciones pasivas, tales como recibir dinero en cajas de ahorro y en cuentas corrientes, por el que pagan un interés, y otras activas, consistentes en conceder ese mismo dinero a través de créditos y compra de letras o pagarés, cobrando un interés. .

Este sencillo negocio de intermediación del dinero adquiere, sin embargo, una importancia cada día mayor en los países que, como la Argentina, practican la economía “libre”. A medida que el papel de los bancos aumenta, los capitales de los bancos tienden a mezclarse con los capitales de la industria. La consecuencia es que una parte del capital de las industrias deja de pertenecer a los industriales, o sea a quienes lo utilizan, y pasa a mano de los banqueros, es decir, de los representantes del dinero disponible.

 

El  GUETO

¿ Cárcel  o  refugio ?

Los liberales imaginaron un novelón lacrimoso, muy popularizado, que usan para denigrar a la Iglesia Católica.  Durante la Edad Media, dicen, la barbarie católica arrinconó a los judíos en guetos, especie de cárceles amuralladas,  relacionadas sólo comercialmente con la ciudad de los goim; obligándolos, además,  a usar estrellas amarillas, para identificarse como tales cundo salían a la ciudad cristiana.

Pero en realidad: ¿Vivían esclavizados por los cristianos?  ¿Deseaban evitar la asimilación? ¿Era apropiado para ellos el aislamiento en guetos sociales? ¿Tenían libertad para desarrollar su personalidad? ¿Se les prohibía el culto, las costumbres, se los agredía físicamente? Nada de esto, vivían libremente dentro del gueto desarrollando su cosmovisión judaica; en su pequeño Estado dentro del Estado que los recibía.

Durante la tan denostada Edad Media desarrollaron en los guetos una intensa vida espiritual y cultural bajo la batuta del riguroso fanatismo rabínico. No fue una cárcel, más bien un refugio, un lugar separado del mundo para reencontrase con ellos mismos. Vivían aislados, discriminados voluntariamente, para no contaminarse con los goim; los mismos rabinos, para tenerlos férreamente sometidos, los mantenían en los guetos, físicos o con muros invisibles, para evitar la asimilación al mundo gentil. El “separatismo” fue el principio supremo de la Ley.

La sociedad católica, a su vez, se protegía de las tropelías judías, --en cuanto podía--, que provocaban la repulsión de los cristianos, pues nunca podían olvidar, tampoco, la crucifixión de Nuestro Señor. Hubo excesos por parte de los cristianos, cuando ya la convivencia resultaba insoportable. Son dos sociedades tan extrañas, tan inasimilables,  como el aceite y el agua.

Ellos consideran la asimilación un gran mal, que afecta a la supervivencia misma del judaísmo, pues para asimilarse ocultan su judaísmo, y se alejan de la vida judía. Esto ocurre principalmente cuando los judíos viven en países ricos o en aquellos, como el nuestro, donde por falta de justicia, patriotismo y desidia ante la imperante ideología masónica filo-judía, y principalmente por la defección del freno católico, le es propicia la asimilación para actuar, viviendo en Argentina, y con DNI argentino, no como argentinos plenos, sino en la medida que les resulta provechosa; dando preferencia a Israel.

Pero en la diáspora, sólo se asimilan a medias, para permitirles una vida materialista, ni judía ni cristiana… aunque el sambenito judío no lo pierden jamás.  Por eso el predominio judío en Inglaterra y USA es enorme; igual que en Argentina. Menguando la vida moral católica se acrecienta el judaísmo.

Para conocer la verdadera interpretación de la vida judía en el gueto, presentaré las opiniones calificadas de prominentes pensadores judíos, resolviendo algunas de las tantas dudas e interrogantes. ¿Por qué permanecen judíos? ¿Por qué siente la mayoría de ellos que jamás podría asimilarse en el ‘galut’? ¿Por qué se recluyen en un gueto? ¿Por qué en la diáspora habitualmente la masa adhiere a los movimientos subversivos, y los oligarcas al imperialismo? ¿Por qué son repudiados siempre, por todos y en todo lugar, desde que el mundo es mundo? Etc.

Antes de continuar aclaro que no hay que asombrarse de la indigna actitud liberal de usar permanentemente la Historia, previamente manipulada y falsificada, en este caso el tema del gueto, para crear libelos que alimentarán a los incautos con mentiras, haciéndole decir a la Historia lo que a ellos les conviene; aprovechando el poder político y propagandístico abusivo para divulgar esas falsedades. ¿Acaso nuestra Historia argentina no está plagada de mentiras a designio, inventadas por la mente retorcida de los pseudo próceres unitarios y sus continuadores, los liberales, para que se lamenten e indignen de lo que no son más que cuentos engañosos y fantasiosos?

Tampoco sorprenderse que los mismos judíos aprovechen el tema del gueto para engrosar la ridícula manía de exhibirse permanentemente como perseguidos y atormentados, sin culpa alguna de ellos; y para justificarse diciendo que la superioridad que ellos creen tener sobre los goim provocan en estos una envidia siniestra, causa del “antisemitismo”.

El escritor judío sovietico  Iuri Ivanov, en su libro “La burguesía sionista al descubierto”, ( Nuevas Masas, l973, pg. 35), escribió:  “El judaísmo en el Galut estuvo, pues, también bajo la doble acción destructora: externa e interna, el antisemitismo y la asimilación que han sembrado el desbando, la desilusión y la degeneración…

“La asimilación formaba una ideología que negaba en absoluto la posibilidad de resolver la cuestión judía de otro modo que no fuera por la disolución entre los pueblos donde residían… Nada decía a sus sostenedores de aquel poderoso instinto de vida nacional, que denotaba el judaísmo a través de su azarosa historia.

“Había que forjar la conciencia de la nacionalidad judía, discutida y negada por los que en el mejor de los casos relegaron a los judíos a la categoría de casta religiosa, pues le negaban los atributos de pueblo y menos de nación”…

Entre los fundadores del sionismo, a principios del siglo XIX, dos ideólogos se destacaron:  Ajad Haam, proponiendo el gueto espiritual y cultural, mientras que su enemigo, Teodoro Herzl proponía el gueto político. Y entre estas dos posturas hay infinidad de variantes, escritas en libros enteros; de las cuales copiaré algunas:

Iuri Ivanov trae, en la misma obra, estos testimonios relativos al gueto:

Luego de la emancipación, “No sólo los judíos han abandonado su ghuetto; también el judaísmo lo ha abandonado. Para los judíos el éxodo se ha limitado a ciertos países, y ello se ha debido a la tolerancia; pero el judaísmo se libera él mimo (o se está liberando) allí donde entra en contacto con la cultura moderna, que derriba desde dentro las obras defensivas del judaísmo, por lo que éste no puede seguir aislado ni vivir una vida aparte…Cuando el judaísmo abandone los muros del gueto, correrá el peligro de perder su esencia, o por lo menos su unidad nacional, podrá ser fragmentado en muchísimas clases de judaísmo…”…  Ahad Haam , pg. 35

Ivanov escribió: “Señalemos que la cúspide gobernante de estas comunidades [judías] no se oponían a este aislamiento económico, social y puramente físico, por cuanto suponía  ‘el mantenimiento de la religión judía y de todo lo que ella abarcaba. “El investigador sionista inglés H. M. Schar afirma que ‘los primeros guettos españoles y sicilianos del medioevo temprano fueron constituidos a petición de los propios judíos…. A. Lienthal, investigador y publicista norteamericano dice, invocando a Salo W, Baron: “… los rabinos insistían en el separatismo por razones políticas y religiosas, y las principales leyes reguladoras de la vida del guetto fueron adoptadas en Portugal a instancia de los judíos que allí habitaban”. (pg. 35).

Puedo ofrecer más testimonios:  “La historia  judía de la diáspora no es más que un camino, un andar del errante, porque el guetto mismo fue un tránsito. El Guetto –dijo Herzl- - existe todavía en todas partes, por invisibles que sean sus murallas”. (L. Liacho, revista Davar nº 34, pg. 34).

“La comunidad millet (o guetto) son naciones definidas por una religión, no por el territorio, formas políticas o idiomas. Los judíos eligieron la comunidad millet, y fue la que hizo sobrevivir a la comunidad nacional”  .. “Nada había que tentara al judío a ser otra cosa que un judío, o que lo indujera a buscar centros de interés fuera de su propio círculo…” (revista judía Comentario Nº 18 pag.14 y 76).

Cecil Roth en “La época europea” (Paidos, pg. 105) se siente molesto por la vida de los judíos en el gueto, pero el resultado es el mismo: la emancipación ocasionó pérdida de muchas características judía; (¡pero mantuvieron floreciente el ejercicio de la usura!): “la adversidad les dio algunas características desagradables. Se volvieron timoratos para los problemas de poca monta, no obstante su gallardía para los grandes. Perdieron en gran medida su amor por la tierra y el campo. Tendieron en todas las circunstancias a hacerse sospechosos a sus vecinos los gentiles. Para burlar la interminable maraña de restricciones colocada sobre sus actividades económicas y personales, algunos de ellos aprendieron a cometer pequeños fraudes. Existen otras características propias de los judíos del gueto, producto de su profunda humillación, la cuales de ningún modo eran de admirar… y en general los delitos relacionados con los judíos fueron relativamente leves. Lo trágico es que en tal proceso, perdió no sólo las características superficiales adquiridas, sino también, en muchos casos, las virtudes judaicas fundamentales, así como su modo peculiar de vivir”.   

Max Nordau, famoso ideólogo del sionismo y compañero de Herzl, escribió: “La emancipación modificó del todo al judío y lo convirtió en un ser distinto.  El judío carente de derechos antes de la emancipación era un extraño entre los pueblos, pero nunca trató de levantarse contra tal estado de cosas. Se consideró como hijo de una raza totalmente distinta, que nada tiene de común con los otros habitantes del país. No le gustó el remiendo amarillo que tenía que llevar sobre su vestimenta, pues era una especie de invitación dirigida al populacho por parte del Gobierno, a cometer excesos groseros, y al mismo tiempo una consigna que sus hechos serán justificado; pero con gusto resaltó siempre su modalidad judía en forma mucho más expresiva que podía hacerlo la mancha amarilla. Allí donde las autoridades no lo encerraron en su ghetto, ellos solos lo formaron. El judío quiso vivir con sus iguales y relacionarse con los cristianos solamente en asuntos comerciales. Cuando oímos ahora la palabra ghetto, el eco de la humillación y bajeza aturden nuestros oídos. Pero el investigador de la psicología de los pueblos y el historiador de costumbres saben y reconocen que sea cual fuera la intención de los que fundaron el ghetto, los judíos de antaño no lo consideraban como una cárcel, sino como un refugio” (“Sionismo”, ed. Federación Sionista Argentina, 1937, pg.79).

Un goim, Douglas Reed, en “La controversia de Sion” (cap. IV), expuso que el gueto se originó en Babilonia para permitir el dominio de los levitas sobre el pueblo judío; allí “los cautivos  ‘disfrutaron de libertad’ completa de residencia, culto, ocupación y administración  propia”, según el Dr. Kastein. “Este liberalismo les permitió a los levitas transformar en cautivos a personas que eran claramente libres; bajo la insistencia sacerdotal, fueron reprimidos para establecerse en comunidades cerradas, y de esta forma nació el ghetto y el poder de los levitas. El control talmúdico de la era cristiana que decretaba la excomunión de los judíos, si ellos sin permiso vendieran ‘la propiedad del vecindario’ a ‘los extraños’, viene de aquel primer experimento de auto-segregación en Babilonia”.  Luego: […] “Los levitas y su Ley quedaban en lo más alto, y con ello la verdadera cautividad de “los judíos” comenzó, ya que su esclavitud a la ley de odio racial y religioso es la única cautividad genuina que ellos han sufrido”.

Reed continúa diciendo: “En el sigo dela “libertad” un gran número de judíos, en Europa occidental y en el nuevo occidente al otro lado del mar, demostraron el deseo de soltar sus cadenas de la Ley Judaica y mezclarse ellos mismos con la vida dela gente. Por esta razón nuestro historiador sionista, el Dr Kastein, considera el silo IXI, que es el más oscuro en toda la historia judía, cargada con el peligro mortal del envolvimiento en humanidad que felizmente fue vitado. Él no puede contemplar sin horror la destrucción, a través de la asimilación, de las barreras judaicas de raza y credo. Así que llama al movimiento por la mancipación del siglo XIX ”retrógado” y da las gracias a Dios que la “ideología” sionista preservó a los judíos del destino de la asimilación”

Ahora bien, luego de leer estos testimonios ¿Podrían honestamente los liberales y los judíos continuar con sus sensibleras alharacas malintencionadas fraguadas vilmente?  Aparentan escandalizarse del gueto judío pero: ¿Desconocen, acaso, que actualmente en el Estado de Israel, --desde 1948-- los árabes y cristianos viven en guetos, con y sin murallas,  despreciados, agredidos y discriminados? ¿Qué opinan del genocidio palestino perpetrado por Israel? ¿Cuándo comenzarán a denunciar tales excesos?

Jamás, porque esos políticos liberales son férvidos filo-judíos, no porque los amen, sino porque sobreviven con los sobornos y préstamos usurarios durante los cuatro años de mandato; luego estos dejarán paso a otra cuadrilla de mafiosos con las mismas intenciones e idéntica sumisión. Es un proceso que dura decenas de años en Argentina. Son asaltantes, carentes de amor patriótico.

Actualmente, en  Argentina,  los judíos viven aislados en un gueto virtual. Es un gueto espiritual y voluntario, no físico, donde desarrollan y acentúan libre y tranquilamente su vida religiosa y sionista, ajena a la argentina; para luego aplicar sus principios culturales y políticos sobre la ciudad católica; tratando de copar todas las actividades influyentes, principalmente en el periodismo y la política. ¿Cómo lo logran? ¿No se lo imaginan?

Ahora bien, todos los inmigrantes, de cualquier colectividad sean, nacidos en el extranjero, se arraigan en la Argentina, y, aunque añoren su patria lejana, educan a sus hijos para que sean plenamente argentinos ¡Bienvenidos sean!

Todos, menos los judíos. –aunque hay excepciones --. En las escuelas judías se los educa en el amor a Israel y a su bandera, relegando los principios fundacionales nacionales argentinos. Peor aún, adhieren publica y libremente, en consecuencia, a todas las formas de liberalismo y de subversión marxista, tan afines al judaísmo, como contrarias a la existencia de la Argentina. Quieren que sus hijos vivan lastimosamente auto-discriminados, como ellos, resientidos contra nosotros y contra los mismos judíos. Este desprecio a lo argentino es muy desagradable e injusto, y no ayuda en nada a una convivencia pacífica.

Los judíos tienen una religión y también una nacionalidad, como afirman los sionistas.  Ambos términos los consideran absolutamente confundidos y trastocados. El judaísmo es una cosmovisión política totalitaria basada en la teoría de estar predestinados para gobernar el mundo. La política está determinada por la religión, y ésta por mandatos de Jehová; según sostienen tanto los sionistas como los ortodoxos, ateos o religiosos, cada uno a su manera. ¿Alguien se atrevería a desafiar a Jehhová?

¿Pero, interpretan correctamente esos mandatos y promesas insólitas de Jehová? Las criminales acciones bélicas que ejecutaron en Palestina, para desalojar a los patriotas, desde principios del siglo XX, acentuadas en nuestros días, recusan esa interpretación “carnalista”.

“Es nuestro axioma que el judío que abandona al pueblo de Israel, se separa de Dios” (Maj’Shavot, Nº 1, p.12). Esta es una clara definición del gueto: los judíos que se separan del gueto espiritual o físico, asimilándose al mundo goim, pierden su nacionalidad y su religión. Los judíos que viven en la diáspora ¿Se consideran ciudadanos de Israel?, de corazón seguramente lo son; y en la diáspora son y se sienten extraños.

En Argentina, no hay violencia contra los judíos, pero sí malestar e indignación provocado por gente de una nación extraña, -- aliada desde siempre al pirata anglosajón--. Además, por actuar sospechosa, oculta y subrepticiamente, disfrazando su identidad, y pretendiendo mayores derechos de los que corresponden a los nativos… sin aceptar los deberes y obligaciones consiguientes.

La doble nacionalidad no existe ni puede existir. Los judíos establecidos en Argentina tienen obligación moral de vivir plenamente la argentinidad manteniendo, si lo desean, su religión y costumbres judías, pero social y políticamente deben aceptar y defender los principios elementales que identifican a la Argentina; que no son ni judíos ni internacionalistas ni ecuménicos.

¿Puede alguien imaginarse a un judío enarbolando la bandera del federalismo y de la soberanía nacional? ¿Aceptando que se instalaron, por la fuerza del dinero, en un país católico, donde deberían respetar la religión nacional, costumbres y tradiciones? Jamás.

¿Qué pasaría si se instalase una colonia de argentinos en Israel, para denigrarla y difamarla públicamente, ridiculizando sus tradiciones religiosas, alentando los valores árabes y defendiendo los derechos árabes a recuperar su propia tierra?  Esta odiosa actitud ningún judío la admitiría en Israel, pero en Argentina la viven desenfadadamente promoviendo posiciones extremas libertarias anti-patrióticas y anti-cristianas.

Algo más grave sucede en nuestro país: se trata del accionar de los potentados judíos, que se ocultan en el anonimato del gueto espiritual, desde el cual apremian, deciden, ordenan y asustan a los políticos cipayos y cagones, arrojándoles treinta monedas para que cumplan los designios sionistas.  Este poderío, que les mete miedo, lo ejerció exitosamente Chaim Weismann ante los gobiernos aliados, durante la2ª guerra, para que apoyen al naciente Estado de Israel, según cuenta en sus memorias.

¿Pero, podrían desprenderse de interpretaciones predestinacionistas de la Biblia, de ciertas tradiciones, costumbres y ordenanzas, y de la soberbia de imaginar que cierto Mesías, creado por ellos, les debe entregar el mundo entero para que lo gobiernen y usufructúen ‘a piacere’? ¿Un Mesías qué se identifica de alguna manera con ellos? ¡O ellos con él? Muy difícilmente. ¿Seguirán auto-encerrados así hasta el fin de los tiempos? Sólo Dios lo sabe.

Me da lástima que no salgan del gueto para asimilarse completamente; y más aún su obcecación en negarse a reconocer a Jesús, Rey de Reyes, Señor de las naciones, Dios del Amor, de cristianos y de judíos.+

 

Noticia: ayer (21/1/24) YouTube emitió opiniones de un anciano, blasfemo y sibilino, repugnante, en fin, que habla desde la vereda de un café, en una nota llamada “El amante de Milei”. Dice llamarse Jorge Bojanic,  --vaya uno a saber el verdadero apellido, pues éste suena a  chanchullo--, investigador y relator de  geopolítica de avanzada, para estar a la moda.

Comenzó su filípica con los insultos más soeces contra los” terroristas” árabes –o sea contra los patriotas que defienden su tierra. --. Y exaltado  expresó: ¡El ataque a Israel debe considerarse un ataque a la humanidad!

 “Locos de mierda, dijo, que van a hacer un desastre” en Buenos Aires. Inclusive agravió a Mahoma, desahogando su odio, ¿no tendremos un musulmán que lo ponga en vereda?-  

Agregando unos irrespetuosos exabruptos contra la Argentina, al mejor estilo unitario: país de mierda, de pelotudos, con el cual él no se identifica.

Y al fin llegó al meollo del asunto: diciendo que en todos los órdenes de la vida argentina sobresalieron los judíos, y a ellos los patriotas les debemos nuestra grandeza.

Pero como se cierne sobre ellos la maldad de los terroristas árabes, este  delirante propuso una solución acorde con sus pérfidos pensamientos: el gobierno debe clausurar los barrios judíos, permitiendo la entrada y salida solo a los residentes con pases. Mientras tanto la policía recorrerá sus calles y los drones surcarán el cielo para descubrir y evitar la destrucción que ejecutarán los terroristas, que será de una magnitud enormemente mayor que la de la Amia.

Propone, entones, organizar un verdadero gueto, donde los judíos vivirán seguros y felices, sin contaminarse con los goim, en pleno Buenos Aires; defendiéndose de los árabes. ¡El separatismo del gueto! ¡Siempre el gueto!

Pero estos insólitos disparates sospecho tienen un fin político más trascendente: preparar un ambiente de guerra, anunciar una comprobada amenaza de ”antisemitismo,” contra la “colectividad”, que destape el  miedo, y exacerbe el odio, para “justificar” a la Mosad, o a  quien sea, para que invada Buenos Aires. Es una suposición, claro está, pero… recordar que cuando lo de la Amia vinieron miembros del ejército israelita para investigar el ataque a sus compatriotas… nacidos en Argentina.

Es un proceso bélico utilizado frecuentemente por el Pentágono USA para “justificar” sus guerras de conquista.  Crean conflictos, acusan a naciones ajenas de ser esto o aquello; que poseen armas peligrosas para la seguridad de la USA; que es necesario que ellos los “civilicen”, etc., suficientes argumentos  para permitirse invadirlos y masacrarlos. Pero como en Argentina no hay musulmanes ni “nazis” criollos, aplicarán la tramoya acostumbrada: cometerán auto-atentados ejecutados por bandas de terroristas judíos, como en el caso Amia.

Los judíos –por algo son sus aliados— asumieron este método y lo aplican generosamente con mucho éxito en Palestina, pues le permite reforzar el ejército para asesinar palestinos y ocupar más territorios ajenos. 

Seguramente han programado aplicarlo en Argentina. Luego de la llegada de las fuerzas de seguridad de la  Mosad, instalarán fácilmente bases militares previendo nuevos atentados; debido a que no existen Fuerzas Armadas que los detengan. Y en menos de lo que canta un gallo ya los tendremos asentados a un pasito de la Patagonia, para cumplir el sueño dorado de Herzl:  fundar un Estado judío soberano en territorio argentino.

Quedaría así materializado el Plan Andinia, denunciado hace décadas por el Padre Meinvielle, sin que las “altas autoridades” se den por enteradas. La Patagonia sería, entonces, nuevo campo de batalla entre árabes y judíos. En la que deberían involucrase los argentinos patriotas.

Como corolario, exhibió una imagen de la “Ultima Cena” de Leonardo, para indicar que descubrió´ entre los Apóstoles a la “esposa” de Nuestro Señor Jesucristo, diciendo que Jesús tenía esposa como todo buen cristiano.

No se ni me interesa saber si es judío, pero actúa como tal, o como masón, sabiendo que puede decir lo que le plazca sin que a las autoridades se les mueva un pelo.  Prepara ladina y públicamente unac ontienda ue derivará en la entrega y ocupaión de parte de la Patagonia, para instalar un Estado judío en Argentina. ¿ Y qué ? diría la judía Bergman.

Esperamos las protestas de nuestros patriotas contra la maniobra de este blasfemo y enemigo público de la Patria. De los obispos y la de los no menos patriotas generales; de sindicalistas, agricultores, profesionales, etc. etc..+

 

 

 

 

 

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viernes, 5 de enero de 2024

 

 

¿EL FIN DEL EJERCITO ARGENTINO?

(Con él se nos va la Patria)

N

o deseo de ningún modo acusar al que fuera el glorioso Ejército Argentino, de San Martín y de Rosas, defensor de la Soberanía nacional y Libertador de pueblos, al que respeto y admiro como fundamento armado de la Soberanía Patria, y por su prestigio internacional movilizándose únicamente en Guerras Justas.

Actualmente deja mucho de desear, pero la Institución existe mucho más encima de la posible bajeza de sus autoridades. Y confío esperanzado en su restauración, para bien de la Patria.

En otros tiempos fue ejemplo de dignidad y honor. Jamás agredió ni atacó a otras naciones, pese a que su mayor poderío bélico le hubiera posibilitado arrasar pueblos hermanos, en nombre de la “civilización” y el “Progreso”; adoptando la acostumbrada política imperialista anglo/yanqui. Sólo bajo el gobierno del liberal y masón Mitre se degradó atacando al Paraguay, hecho indignante y vergonzoso que luego el general Perón subsanó en lo posible restituyendo las banderas tomadas al Paraguay.

En nuestro país el poder de la masonería contra el Ejército es evidente; en las últimas seis décadas las autoridades liberales y cipayas, pretenden mantenerlo con el mínimo armamento necesario, no para defender la Soberanía nacional, sino su propio pellejo de las iras populares, por las atrocidades que cometen.

 Hoy día la existencia del Ejército no se advierte en su verdadera misión. Inficionado de liberalismo masónico, al renegar de su razón de ser, --que no es defender a los partidos políticos, ni decretos arbitrarios del presidente--, está miserablemente sometida al arbitrio de sus enemigos internos y extrnos.

Por tanto temo que se concrete mi terrible sospecha, avalada por las grandilocuentes exteriorizaciones públicas del ferviente sionista Milei, que  envíe tropas o ayuda material a los israelitas, haciendo cómplice el Ejército argentino de la política exterminadora sionista.

La gloriosa bandera argentina, azul y blanca, junto a la criminal bandera de Israel sería la más monstruosa afrenta contra el honor y dignidad de los militares argentinos.  ¿Habría algo más doloroso para los patriotas argentinos que imaginar a nuestra bandera coparticipando en los asesinatos de palestinos; o imaginar a nuestros jóvenes soldados empuñándola en Israel mientras los obligan a masacrar poblaciones inocentes e indefensas? ¿No comprenderán los altos mandos que la lucha de los palestinos por el territorio que les pertenece y les fuera usurpado, es semejante a nuestra lucha por Malvinas, usurpadas por la misma alianza judeo/anglosajona? ¿Tampoco comprenderán que, por esa razón, deberíamos apoyar a los palestinos en su Guerra Justa contra el imperialismo?

Héctor Giuliano –nunca lo he visto tan indignado- acusó al ejército judío por falta de virilidad, por las matanzas de mujeres y niños. (Aunque no es la primera vez que asesinan pueblos palestinos). ¿Aceptarán los militares responsables que con ese baldón de cobardía se ensucie para siempre al Ejército de San Martín? Baldón que será un estigma aun para todos los argentinos.

Y si Israel, apabullado por sus enemigos, decide invadir la Patagonia para instalar en ella una nueva Sión, cumpliendo las propuestas de Teodoro Hertz, con el aval del gobierno del judío Milei,  y la denuncias desoídas del Padre Meinvielle ¿Lo impedirá el Ejército, desarmado moral y bélicamente?

¿Admitirá sumiso la decisión de Milei de permitir la entrada de un ejército extranjero en nuestra Patria? ¿Aceptará que la flota yanqui controle nuestras aguas territoriales?

¡Que Dios y la Virgen salven al Ejército Argentino y restablezcan su honor militar defendiendo la Soberanía nacional!

¡Soberanía o Muerte! ¡Soberanía o muerte del Ejército del Régimen cipayo!

¡Viva el glorioso Ejército de San Martín y de Rosas! ¡Viva el coronel Seineldín! ¡Viva la Patria libre y soberana!

martes, 2 de enero de 2024

 

 “AMÉRICA PARA LOS AMERICANOS”.

PARA TODOS LOS AMERICANOS, MISTER MONROE, NO SÓLO PARA LOS WAPS.  

Este modesto blog es leído por lectores de USA, a quienes les debo una aclaración amistosa y agradecida: cuando acuso y ataco a los “yanquis” no englobo al pueblo estadounidense en su totalidad; me refiero concretamente a la política internacional de los gobernantes sionistas/calvinistas, que aún sostienen la anacrónica y nefasta teoría de estar predestinados para colonizar, dirigir y gobernar el mundo.

Esta política imperialista ha generado una aversión generalizada de los pueblos patriotas hacia todos los yanquis… en parte injustificada, pues también hacen responsables a los ciudadanos por las fechorías perversas de sus gobernantes.

Las naciones hispanoamericanas tenemos motivos valederos para repudiar esa política, desde que se proclamó la ficticia Doctrina de Monroe, que nunca se aplicó con su verdadera intención protectora, sino unilateralmente   en favor del imperialismo; fue una falacia yanqui que han repetido constantemente a través de su historia.

A. Schlesinger en su libro “Ideas, Poder y Violencia en América” ( t. II, Juárez Editor) se preocupa en tratar de anular la mala imagen que tiene en el mundo la política internacional de EEUU, diciendo:  “Podemos restaurar nuestra influencia solamente si disminuimos  nuestra presencia militar alrededor del mundo y comenzamos a desplegar la razón, la moderación y la magnanimidad en nuestro trato con otras naciones” (pg. 79).

El mismo libro trae una frase de J. Kennedy con la misma inquietud: “Debemos hacer frente al hecho de que los Estados Unidos no son omnipotentes ni omnisapientes –que formamos únicamente el 6 % de la población mundial –que no podemos imponer nuestra voluntad sobre el otro 94 %-- ;que no podemos corregir cada error ni revertir cada adversidad—y que por lo tanto, no puede haber un solución norteamericana para todos los problemas del mundo” (73).

Ahora bien, estas dos citas, (las menos absolutistas que encontré), pese a la supuesta buena voluntad con que fueron emitidas, no modifican la política yanqui hacia Latinoamérica y hacia el mundo, sólo demuestran que continuarán aplicando la versión definitiva, siglo XX, del monroísmo: “el mundo para los norteamericanos”; la única diferencia es que tratarán de actuar con cierta prudencia, para sojuzgar más disimuladamente a los demás países; dejando en pie la vigencia de la predestinación calvinista, que los hace odiosos usureros y prepotentes explotadores.

Algunos presagian males que podrían caer –o están cayendo-, sobre la nación estadounidense, pues esta política imperialista provoca enormes inconvenientes aun en la vida de ese pueblo. Políticamente recordemos:  el racismo calvinista, que ha hecho estragos, separando y enfrentando a los diversos grupos sociales; la escandalosa deuda que mantiene USA con la Reserva Federal; el aumento de la inflación y los impuestos en USA; la incesante apertura de focos bélicos por el mundo; la alianza con el sionismo PARA EL HOLOCAUSTO DE MILES DE MUJERES Y NIÑOS EN PALESTINA; etc. etc.  Nada de esto ofrece un buen pronóstico de mejora.

Moralmente la situación social en USA es también inquietante, pues hay yanquis de buena voluntad que no perciben la tragedia que se avecina: las desviaciones religiosas que dominan la sociedad: desacralización, satanismo, calvinismo, predestinación de los “santos”, etc.  El aplastante manipuleo periodístico sobre los ciudadanos, que viven realmente sojuzgados y encandilados con “el sueño americano”, (que no es más que un ensueño hedonista); el creciente consumo de drogas; las modas y costumbres individuales y sociales más estrafalarias y extremas…etc. Todo difundido e impuesto por el insistente machaqueo de los ‘medios’ y por Hollywood, que acentúan los problemas familiares en la vida social estadounidense, y los exporta al mundo.

Desde hace muchos años, hay patriotas norteamericanos, silenciados y excluidos por el Sistema, que luchan contra tantos abusos. Inclusive familias de origen anglosajón, que aún conservan dignos valores familiares y personales, sosteniendo, todos ellos, el debilitado andamiaje social con sus virtudes respetables. Pero el andamiaje está tambaleando y caerá irremisiblemente si no reaccionan a tiempo y rechazan críticamente el dominio que ejerce sobre ellos el Sistema.

Nuestros hermanos estadounidenses de raigambre latina y católica, deben resistir esos excesos políticos y morales, aportando los principios políticos y religiosos católicos e hispano-americanos, que inspiraron magníficamente la colonización de ese país… No deben olvidar ese espíritu y, menos aún, ocultarlo por sentirse apartados, como ciudadanos de 2ª, porque haciéndolo valer políticamente podría ayudar a unir fraternalmente toda América, resistiendo al imperialismo anarco/capitalista que cada vez tiene más poder y desvergüenza, pues nos hacen vivir a ustedes tanto como a nosotros, indefensos, resignados e impotentes.

Con buena voluntad, todos los americanos debemos convivir, respetando y aceptando la diversidad cultural y étnica, luchando en orden a una verdadera Doctrina americanista, para los americanos de todas las latitudes, hermanados, en pie de igualdad, por ser hijos amados por Dios; algunos con la piel más o menos tostada, otros con mejores sentimientos o aptitudes; pero todos, sin excepciones, cargando el igualitario y democrático Pecado Original.

Para resistir eficazmente los embates del imperialismo diabólico, creador de resentimientos, discordias, dominio prepotente y agresiones bélicas, los EEUU deben ineludiblemente abandonar la política imperialista y usurera, pues DE NINGÚN MODO JEHOVÁ LOS PREDESTINÓ PARA SER EJEMPLO MORAL Y MENOS PARA GOBERNAR EL MUNDO. La proclamación de ir por el mundo instaurando “democracia y libertad” es un cuento obsoleto que ya no engaña, ocultando la intención de apoderarse de los bienes materiales de otras naciones.  

¡Soñar no cuesta nada! ¡Pero no bajar los brazos!                                                            

¡Que Dios algún día me despierte con un  feliz coscorrón, diciéndome:  ¡Ya todo está solucionado, descreído! ¡América entera está en Paz y en Orden viviendo bajo el espíritu evangélico!+

 

 

 

 

 

 

CARTA DEL SEÑOR MARIO INTAGLIETTA AL DIRECTOR DE LA REVISTA “DINÁMICA SOCIAL” (DÉCADA DEL ’50).

ACOMETIDA CONTRA LA MÁQUINA

Querido Scorza:

En el último número de tu revista te diriges a los lectores informándoles que “Dinámica Social”, al empezar la segunda etapa de su existencia, considera oportuno abrir sus páginas a los aspectos políticos del arte y de la técnica de nuestro tiempo.  No puedo expresarte con cuanto estupor he visto esas palabras y con cuanta congoja he leído el primer artículo de la nueva sección “Otra revolución industrial”. He llegado al final del escrito sin aliento y con el corazón estremecido.  Y si me lo permites te explicaré el motivo.

En el artículo de marras se enaltece el hecho de que la técnica haya logrado dictar órdenes a una máquina en vez de a una persona y que un llamado tubo electrónico esté regulado directamente por una máquina y no por un ser humano. El día en que las comunicaciones entre máquina y máquina sean posibles sin la intervención del hombre y la máquina pueda cumplir tanto un trabajo directivo como uno pesado, ese día el hombre habrá matado definitivamente la poesía y la fantasía, y junto con ellas a la moral. Y la máquina transformada en hombre, acabará por reducir al hombre a una esclavitud más bruta y violenta que todas las formas de servidumbre que en el curso del tiempo el se dio para desahogar sus bajos instintos.

¿Qué es la máquina sino el aspecto real y concreto de los instintos más deletéreos y miserables del hombre? El hombre la inventó y realizó precisamente  para dar mayor desahogo y más prepotente capacidad a sus bajos instintos. Por cierto que no se propuso la perfección del alma o el desarrollo de su espíritu de bondad, de altruismo y de abnegación cuando inventó la máquina. Todo lo contrario. La máquina le sirve para gozar más. Y para satisfacer cada vez más su egoísmo. Ahorrarse un esfuerzo, sin duda; pero  al mismo tiempo rechazar las responsabilidades y desahogar al máximo, hasta la exasperación, el espasmo voluptuoso.

Antaño, cuando el hombre consideraba el trabajo como una alta forma de oración, era “el amor quien movía al sol y a las otras estrellas”; y este amor, aunque contaminado de sangre y de concupiscencia, aunque manchado de violencia y de pecado, aunque arrojado por el deseo más allá de los límites de la moral y de la decencia, estaba sin embargo embebido en ese encanto y ese candor que, con la piedad y el arrepentimiento, constituían los ejes sobre los cuales se movían las pasiones, los intereses y las esperanzas de la humanidad. Hoy es el sexo que “mueve el sol y la otras estrellas”. Y la máquina está siempre y solamente al servicio del sexo. ¿Sabes decirme para qué sirven la refrigeración, la radio, la televisión, el avión, el aire acondicionado, el cine, el coche, los tubos electrónicos, las fotocélulas y todas las demás diablerías? Nada más que para hacer cómoda la existencia material. Y con ésta, la vida, las vicisitudes, los apetitos, los frenesíes, las intemperancias, los hartazgos, y las desilusiones del sexo. Lo dijo Carrel, lo repitió Marañón, lo había intuido San Agustín; lo ha reafirmado Gide, por más que su sexo no era el nuestro, pese a ser, hoy en día, el de muchos.

Hoy el corazón es “a dos tiempos”, como el del cucciolo ruidoso pero no combativo, fácil de trabarse al primer contratiempo, expeditivo y sin recuerdo. Es el corazón mecánico que la “revolución industrial” de la técnica y de la física, de que te has hecho eco en tu revista, está preparando para los hombres del porvenir, esclavos de la máquina, siervos de la técnica, plebe del progreso científico. Y a mí este corazón ya me duele en el pecho y me apena; prefiero el corazón traspasado inciso en la corteza del árbol, como acostumbrábamos los de nuestra generación, antes de la nueva época de  la máquina.

 

Si el hombre está hecho a imagen de Dios, debe ser una imagen pueril como la de los grabados populares, sumaria, ingenua en el dibujo y en los colores. No puede ser la imagen de un  “robot”, como quisiera imponer, --estoy seguro de ello—la nueva generación de la técnica.

El hombre es hombre en cuanto es poesía. Que lo sepa o  no es algo sin importancia. La única realidad es que el hombre, como tal, es poesía: resultado de las místicas nupcias entre la conciencia y la inconciencia, entre la fantasía y la realidad, entre el sueño y la desesperanza. El hombre es algo que tiembla en el aire al menor soplo, y sin embargo, es más sólido que el bronce.

No se si me he explicado bien. Lo dudo, pero es muy difícil decirlo. El hombre es poesía, dispensa que lo repita, pero prisionero de sus mismas dimensiones. Es poesía encarcelada. Y esto porque está limitado en todas sus posibilidades, aún en la fantasía, aún en la última evasión que es la muerte, la cual lo encierra luego en otra cárcel que él no conoce ni conocerá jamás. Todo es, por tanto cárcel. Y el hombre es también él una cárcel, de la que  es incapaz de salir, como no sea mediante obras que presumen de escapar a  esa cárcel que somos nosotros.

Hemos llegado, así, al punto culminante de mi razonamiento. La máquina, cuyos diabólicos prodigios te aprontas a enaltecer, nos encierra cada vez más en la cárcel que ya somos; no nos libera, como creen los volterianos, no nos ensalza, como imaginan los románticos. Nos encarcela siempre más estrechamente, hasta el embrutecimiento completo, hasta la estulticia definitiva. Ya no se permitirá al hombre la poesía que, sin embargo constituyó en el tiempo de la creación la raíz de nuestra alma; ya no podremos ilusionarnos con la fantasía, que en los momentos de extravío fue la  soga que nos puso en salvo; ya no nos será concedido el arte que desde las cavernas a los museos han representado la forma más elevada de consuelo. Nada de todo esto. Sino tan sólo la comodidad, el placer, la pereza, la indiferencia. Y el goce: el azúcar envenenado con el cual el progreso hace placentero el nepente del lento, estúpido fin.

La máquina tiene los ojos del acridio: ojos múltiples congelados, inmóviles, fríos y duros como piedras sin resplandor. Los ojos que en su época impresionaron, por su despiadada frialdad, al poeta Menando: ojo de asesino. Y la máquina se apronta, precisamente, asesinar a  la humanidad, con la promesa de hacerla, en cambio, vivir en la molicie y en los ocios. Yo estoy contento de haber nacido en tiempos como para poder morir todavía como un hombre y no como un robot. Y tú, querido Scorza, deberías esforzarte por denunciar este crimen de la máquina, en vez de aceptarlo como una conquista en favor de la humanidad. Y es para infundir aliento a esta necesaria, indispensable y santa cruzada que te escribe tu

Mario Intaglietta.

 

Nota del blog: esta advertencia fue escrita cuando aún la televisión no determinaba con su intensidad coercitiva; y los celulares, ese absceso electrónico que brotó en los cuerpos  humanos, eliminando los restos de sentido común, es el único contacto del nuevo hombre con la realidad circundante .

Es posible que Gates ya esté programando instalar el celular,-- que hora anda pegado en  las orejas de los televidentes--, dentro de esos vetustos y resecos cerebros,  sin criterio propio,  y sin Pecado original, convirtiéndolos en  celulares/humanos; que se olvidarán de lo que les sobra en la nueva vida: la religión, el arte, la cultura, la amistad, el sacrificio, el amor.

Y el último paso sería que los bebes nazcan –si se les permitiera seguir naciendo—ya con el celular integrado en sus pequeño cerebros, para que desconozcan para siempre los valores mencionados que constituyen un mundo humano.

Ya llegan más aparatos para controlar, menguando la libertad y aumentando la imbecilidad. Ya estamos cerca del fin…  los robots avanzan y nos rodean para hacernos felices… ¡ aDios celulares/ humanos !  ¡o más bien al demonio ! con salchichas  y  cocacola , sometidos por la TV. +