Curzio Nitoglia
Las fuerzas ocultas de la subversión:
Judaísmo, masonería, liberalismo
& Milenialista y bolchevismo
Effedieffe, 2014
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Invitación a leer
Edizioni Effedieffe ha publicado el libro Las fuerzas ocultas de la subversión: judaísmo, masonería, liberalismo milenialista y bolchevismo de Curzio Nitoglia.
El Autor, en este libro, lo demuestra con citas ampliamente documentadas
1°) que no es sólo la masonería la que opera la Revolución, sino también y sobre todo el judaísmo, el que crucificó a Jesús y continúa persiguiendo a su Iglesia;
2°) que además la masonería angloamericana es intrínsecamente perversa, como enseñó recientemente la “ Conferencia Episcopal Alemana” y, por lo tanto, debe rechazarse la teoría de la distinción entre mala masonería (latina) y buena (anglo-americana);
3°) que finalmente no quiere mencionar Avarice – como lo hace Plinio Correa de Oliveira en Revolución y Contrarrevolución, (tr. it., Piacenza, cristianismo, 1973) – como fuente interna de la Revolución es en sí mismo teológicamente inexacto y es una consecuencia lógica de la doctrina liberal del teoconservadurismo, diametralmente incompatible con el catolicismo;
4°) que todo es legible y se vuelve inteligible a la luz del milenialismo joaquín.
En resumen, la esencia del libro es la siguiente: el judaísmo es el ‘padre’ de la masonería; La masonería angloamericana es relativista y luciferina; la avaricia es el principal ‘Tendency’ del ‘Subversion’ junto con el Orgullo; El judaísmo es uno y es la guía principal de las diversas revoluciones; El liberismo calvinista es incompatible con la razón correcta, pero es antinatural al americanismo teoconservador; la Plutocracia de las altas finanzas anónimas y apátridas lucha contra la Economía real y es su deformación; finalmente, el milenialismo joaquimita ayuda a comprender las relaciones que vinculan al judaísmo, la masonería, el bolchevismo y el teoconservadurismo liberal, que accidentalmente pueden parecer diferentes, pero sustancialmente similares.
El libro concluye con el estudio del milenarismo como clave para comprender la influencia del judaísmo, la masonería, la plutocracia y el comunismo trotskista en la actualidad: la construcción del “Nuevo Orden Mundial”, de 2003 a 2013, con la invasión de Irak y los llamados manantiales “arbe” hasta la guerra contra Siria en agosto de 2013.
El S. Las Escrituras nos hablan de tres motores de la Subversión personal: Orgullo, Sensualidad y Avaricia, que es el apego desordenado a los bienes terrenales y el deseo frívolo de saber lo que está sucediendo en el mundo sólo por curiosidad y no por ventaja espiritual (“Concupiscencia de ojos”). De ahí la necesidad de profundizar en el tema del papel preeminente que juega la avaricia en la subversión individual y social, a través del materialismo individualista liberal/teoconservador procalvinista y el colectivista comunista/bolchevique.
No es casualidad que el teoconservadurismo italoamericanista, que es esencialmente materialismo individualista liberal, cambie y deforme el ‘Restauration’ de orden personal, familiar y social desde el nivel filosófico, espiritual y político al cremático o empresarial y plutocrático-terrateniente.
En cambio, ‘Subversion’ es el desorden que el hombre experimenta en sí mismo después del pecado original, bajo la presión de las tres Concupiscencias (pride, avaricia y lust). La ‘Restoration’, por tanto, significa intentar volver al orden perturbado por las tres Concupiscencias en el individuo, en la familia y en la sociedad civil. Para poder restablecer el orden en la sociedad civil primero debes tener dentro de ti (“nemo dat quod non habet”, nadie da lo que no ha), luego en la familia y finalmente puede ser llevado al Estado, que es un grupo de familias unidas para lograr un bienestar temporal común subordinado al espiritual.
El orden es la sumisión del alma a Dios y el dominio del alma sobre el cuerpo y sus instintos, sobre las tres Concupiscencias y sobre los siete Vicios mortales. El ‘Subversion’ es el desquiciado de este orden. La vida espiritual consiste en restablecer este orden en el alma del hombre individual; La vida política consiste en devolverlo a la sociedad civil o polis, compuesta por varios individuos, que reúnen una familia y varias familias, que forman una aldea y varias aldeas, que producen un estado.
Hoy estamos en la última fase de ‘Sovversion’, Worldismo, que desde el ’11 de septiembre de 2001 busca apoderarse del mundo entero y construir un único Templo y una única República universal para esclavizar a casi toda la humanidad bajo el yugo de Israel y Estados Unidos, los dos estados dominados por los principales agentes de la subversión: el judaísmo y la masonería.
Por tanto, la Restauración de la moral natural depende también de la Restauración de la metafísica y del realismo del conocimiento, que nos ayuda a ser verdaderamente hombres, inteligentes y libres, y nos evita ser abrumados por la creciente marea de subversión nihilista animalista, que convierte al hombre como el bruto, en un esclavo y determinado por sus instintos más bajos.
Para concluir, debemos reafirmar la dependencia del hombre del Fin Supremo y de la Ley eterna impuesta por Dios a través de la Ley natural, que constituye nuestra esencia misma como animales inteligentes y libres y cuya observancia implementa esta naturaleza de la mejor manera».
Desafortunadamente, nuestra era se caracteriza por una especie de fobia a la metafísica, que se centra en el Ser por esencia y participación y de la criatura se remonta al Creador, que trasciende tanto al Estado como al hombre. Por tanto, la modernidad excluye la posibilidad de alcanzar la noción de Ley Natural, que, partiendo de la antigüedad judía y grecorromana, nos ha llegado a través de la tradición de la escolástica, de la filosofía perenne, que reduce el derecho natural a unos pocos principios supremos, que nunca pueden ser violados, pero que son susceptibles de diferentes aplicaciones históricas en casos particulares, y necesita ser determinado en contenido, integrado en instituciones, aplicado incluso con dispositivos más positivos».
ETIENNE Gilson escribió: «Si Dios no existe, todo está permitido. Ya no hay nada prohibido, ya no hay límite, no hay nada que no se pueda intentar, que no se deba intentar, porque si todo lo que era verdad alguna vez fue cierto a partir de la hipótesis de que Dios existió, ahora que Dios no existe nada que fuera verdad, entonces ahora es verdad, nada de lo bueno es bueno; tenemos que recrear todo. Pero, antes de recrear, debemos empezar por destruir [...], el mejor deseo que se le puede dar al hombre moderno es volver a entrar en el orden natural, que es el de la creación divina».
¡Feliz lectura!
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