jueves, 29 de octubre de 2020

 

  EL CAPITALISMO REVOLUCIONARIO.

La ideología revolucionaria del capitalismo judeo/calvinista, fue tratado en forma magistral por el Padre Julio Meinvielle, en un artículo publicado en “Presencia” Nº 88, 1966/67, titulado “El conflicto dólar-oro y la Revolución Mundial”. Es de destacar que desde ese entonces el capitalismo mamonístico avanzó trágicamente  revolucionando y subvirtiendo  hasta la vida íntima de los seres humanos. Del artículo extraje los siguientes conceptos:

[…] Al final del siglo XVIII se inaugura el capitalismo mal llamado liberal. Capitalismo, una economía fuertemente dinámica que busca desarrollar el capital para crear con él una fuente perenne de nuevas riquezas o ingresos. Liberal, o sea que los factores concurrentes a la creación de riqueza se mueven libres de toda traba moral o de justicia, como si fueran puras mercadería despojadas de toda significación. De un lado, se presentan los capitalistas dueños del capital, es decir, de todos los instrumentos de producción: inmuebles, edificios, materias primas, maquinarias, dinero con que adelantar lo pagos durante el tiempo que se elabora la mercadería; del otro, los obreros, sin otro capital que sus fuerzas, que deben ser reparadas día a día con la paga del salario. ¿Cuál es el resultado de la asociación del capital y trabajo? La producción de mercaderías,  que luego se venderán en el mercado ¿Y qué parte de estas mercaderías corresponderá al trabajador y qué  parte al capitalista? El capitalista llevará una parte apreciable y el trabajador apenas podrá reparar sus fuerzas. Y mientras la acumulación del capital aumentaría con progresión geométrica, la situación del asalariado quedará estacionada, si éste no ha sucumbido a la desocupación que se presentará inexorable en las crisis periódicas.

Bajo la influencia del calvinismo, como lo ha demostrado Max Weber en “La ética protestante y el espíritu del Capitalismo”, y bajo la judía, según consta en el notable libro de Werner Sombart, “Los judíos y la vida económica” se busca como fin del proceso económico, no el consumo equitativo de todos los grupos sociales, sino la acumulación de capital en manos de los pocos hombres predestinados.

Se forma así una poderosa concentración de capital en pocas manos, en especial en manos de los financieros y banqueros que manejan la riqueza de las naciones y  del mundo. Aquí habrá que recordar la historia de la Banca de Inglaterra y de los Rothschild, que coincide con el esplendor del capitalismo mal llamado liberal durante el siglo XIX hasta la primera guerra mundial.

La conducta calvinista ha de conincidir con la  invención y desarrollo –sin que esta circunstancia haya de considerarse necesaria- de nuevas técnicas de producción, las que aceleran, en consecuencia, el desarrollo económico, el cual va a favorecer primera y directamente a aquella acumulación de capital o de riqueza de una minoría –la minoría financiera sobre todo, frente a una mayoría consumidora que no ha de progresar tanto o no ha de progresar nada. Se produce en consecuencia una disimetría en las economías nacionales y en la mundial. Disimetría de sectores, aún dentro de las economías nacionales, ya que el sector financiero ha de progresar más que el comercial, éste más que el industrial, éste, a su vez, más que el agrícola. Disimetría entre empresarios y empleados –obreros. Disimetría entre centros económicos poderosos y periferia empobrecida. Además de estas disimetrías aparecen las crisis cíclicas, originadas en las mismas disimetrías económicas, y en causas monetarias, ya que la moneda en lugar de estar al servicio del proceso económico, sujeta a su servicio, como causa última motor, a todo el proceso económico.

Estos trastornos de funcionamiento del aparato económico en lo nacional y en lo mundial, se pone de manifiesto, sobre todo, a lo largo de todo el siglo XIX, hasta 1914 o 1929, cuando la vida económica internacional está regida por el Banco de Inglaterra.

A partir de 1929, debido a la nueva política económica-financiera inspirada fundamentalmente en Keynes y al contrapeso del sindicalismo, se atenúan las disimetrías en el orden interno de los grandes países capitalistas y dejan de hacer sentir su influjo las crisis cíclicas. Pero la disimetría se acentúa entre los grandes centros industriales y los países productores de materia prima, y aun dentro mismo de los grandes centros mundiales, entre Estados Unidos y Europa.

Se produce incluso una ruptura entre la Banca mundial que quiere continuar manteniendo bajo su dominio al desarrollo tecnológico y este desarrollo que quiere independizarse del freno que a su vuelo intenta ponerlo el capitalismo financiero. Este punto se torna clarísimo en la actual coyuntura. En efecto, Estados Unidos, con capacidad tecnológica y productiva para expandir inconmensurablemente sus bienes  y servicios al exterior, se ve frenada por razones financieras, ya que esta expansión tecnológica y productiva se traduciría en una expansión de dólares en el exterior la cual determinaría un mayor drenaje de sus reservas oro y por lo mismo la agudización del conflicto dólar-oro. Por lo mismo este conflicto en manos del Poder Financiero mundial es un arma de combate para restringir el desenvolvimiento tecnológico y productivo de los Estados Unidos. Es difícil predecir las consecuencias de la lucha planteada entre tecnología y poder financiero. ¿Quién, en definitiva prevalecerá sobre quién? Pero la lucha netamente planteada puede ser llevada y dirimida, en último término, en el terreno militar.

EL CAPITALISMO Y LA   REVOLUCIÓN MUNDIAL. La actuación de capitalismo moderno se vincula esencialmente con la Revolución Mundial que agita modernamente a los pueblos. Se vincula esencialmente de diversas maneras. Primero produciendo en todas partes y en escala mundial las injusticias pavorosas que constituyen el sistema capitalista mismo, que arrebata las riquezas que corresponden a todos y a cada uno de los grupos sociales, para concentrarlas en pocas manos. El Capitalismo es Revolución, es la Revolución. En su carácter propio desordena desajusta, produce estragos sin cuenta y es el factor de la guerra de clases que hoy arrasa todas las regiones de la tierra y causa de la expansión de la civilización materialista que destruye valores espirituales y siembra la destrucción de los vínculos morales de familias y pueblos.

En segundo lugar, el capitalismo es revolucionario porque produce la lucha de clases, sobre cuya dialéctica ha de operar luego el comunismo soliviantando al proletariado para la implantación de la férrea dictadura de los grandes jefes modernos de la Revolución, Lenin, Stalin, Mao Tse Tung y Fidel Castro. Bajo este aspecto el mundo de hoy se halla constituido por una gigantesca dialéctica, uno de cuyos polos es la minoría privilegiada de los pueblos de Europa y de los Estados Unidos, y el otro, el polo de los pueblos hambrientos que forman las dos terceras partes de la humanidad.

En tercer lugar, el capitalismo es revolucionario, porque, como ha expuesto el doctor Carlos A. Voss, en un notable artículo, Presencia, 14/7/61, el Capitalismo Financiero Internacional ha pagado todas las revoluciones desde el siglo XVII hasta la revolución comunista de 1917. Debemos admitir que los datos históricos al respecto son susceptibles de ser polemizados, y por ello, nos abstenemos de subrayar este punto. Vamos a insistir, en cambio, en el actual conflicto entre el poder económico americano, fundado sobre el dólar y teniendo al presidente Jonhson como protagonista principal, por unae parte, y por otra al capitalismo financiero mundial, con el oro como moneda-patrón y con De Gaulle como protagonista principal. Y ese ha de constituir el cuarto punto del carácter revolucionario que constituye la esencia del capitalismo

EL CAPITALISMO AMERICANO Y LA REVOLUCIÓN MUNDIAL. Es muy posible que el capitalismo propiamente liberal, regido por la Banca de Inglaterra, haya ejercido un dominio sobre los pueblos más inhumano que el capitalismo que con posterioridad al año 1930 viene desarrollándose en los Estados Unidos y Europa. Pero aun cuando así fuera y aunque en el orden interno de las naciones capitalistas, tanto en los Estados Unidos como en Europa, se registrara una distribución más armónica  de la riqueza, sin embargo, la disimetría irritante entre los países centro-económicos y los periféricos, lejos de atenuarse, se agrava cada día con  síntomas de agudización, tales que ya se habla abiertamente del Gobierno Mundial, el cual evidentemente será ejercido por el poder de la Alta Finanza que viene manejando la Revolución Mundial desde hace algunos siglos.

Un escritor de la envergadura y significación en los planes mundiales, como Arnold Toynbee se atrevió a hablar públicamente y sin empacho nada menos que en el Centro de Altos Estudios del Ejército en una conferencia que dio el 5 de octubre de 1966 sobre el tema: “El Mundo hacia el cual viajamos”. En dicha conferencia abogó claramente por un mundo sin Estados nacionales ni soberanía, que debía ser regido por un gobierno mundial. Para ello abogó igualmente por la unión de los Estados Unidos y Rusia, aunque, como es de imaginar no entró a discriminar que clase de personajes e intereses habían de estar detrás de las fachadas que estos países presentan.

El planteo de Toynbee viene a poner de relieve la especial significación del libro de Pierre Virion publicado aquí en Buenos Aires con el título “El Gobierno Mundial y la Contra-Iglesia”. Allí Virion señala que los planes novísimos de la Alta Masonería Mundial, elaborados a fin del siglo pasado y comienzos de este por la Sinarquía de Saint-Yves d’Alveydre, y descubierto por la Policía francesa durante el gobierno de Petain, están en amplia aplicación por el gobierno de De Gaulle, detrás del cual se mueve la poderosa Banca Rotschild. De acuerdo con estos planes se va rápidamente al gobierno mundial con el liderazgo de Europa y no propiamente con el de los Estados Unidos. La unificación del mundo económico ,  cultural y político en los  planes sinárquicos envolvería al mismo tiempo una religión universal esotérica que daría unidad y razón de ser a todas las otras religiones que serían como expresión esotérica del culto universal de la Humanidad. La Sinarquía unificaría a los pueblos en una Tecnocracia que sería, al mismo tiempo una Satanocracia.

LAS DOS FRACTURAS DE LA REVOLUCIÓN MUNDIAL. En la actual etapa del Revolución Mundial el liberalismo no tiene ya vigencia. Nos encontramos en un capítulo más avanzado en el cual las diferencias las establecen las modalidades de sociedad-máquina que se trata de imponernos. Por un lado tenemos el comunismo menchevique reformista, que poco a poco se va transformando en la ideología dominante tanto en Rusia como en Europa occidental. Por el otro el comunismo bolchevique, de tipo staliniano, que encuentra su representación en el régimen de Pequín y en los movimientos revolucionarios de los países subdesarrollados.

Esta fractura del comunismo ha determinado otra en el mundo llamado libre. [A continuación el Padre Meinvielle menciona, en un par de párrafos, las intrincadas relaciones diplomáticas de esa época, entre los mismos protagonistas de hoy: Europa, Rusia,  EEUU, Francia, China…]

Sea lo que fuere de estas apreciaciones, el hecho real para el pobre hombre de hoy que circula por las calles de nuestras ciudades es que se ve protagonista de hechos mundiales cuyo alcance y desenlace totalmente ignora y que le revelan la profundidad de aquello de Disraeli, el gran primer ministro de la época victoriana, que escribía en 1844, en su novela Conningsby: “El mundo está manejado por otros personajes, que no imaginan aquellos cuya mirada no llega hasta detrás de los bastidores”. Rathenau, el gran magnate de la electricidad decía en 1906, mucho antes de su extraña promoción al poder en la Alemania republicana de 1918: “Trescientos hombres que se conocen entre sí y que buscan sucesores a su alrededor, dirigen lo destinos económicos del mundo”. De aquí que nada haya de extrañarse de la seguridad con que el banquero Warburg pudiera afirmar ante el Senado norteamericano en 1950: “Se quiera o no, tendremos Gobierno Mundial. La única cuestión que se plantea es la de saber si este Gobierno Mundial será establecido por persuasión o por la fuerza”. Informe de la Foreing Asociarion Dootep Savannagh.

Estremece pensar que en un mundo en que las bombas nucleares se almacenan en los depósitos de poderosas naciones nuestra suerte y la del mundo se hallan a merced del poderoso capital internacional.

Es de esperar que el hombre de hoy reflexiones y comprenda que la acumulación del dinero, lejos de ser un fin último de la vida humana, ha de ponerse humildemente al servicio de los fines inferiores del bienestar material y del desenvolvimiento tecnológico, para que éste, a su vez, sirva a los fines de la economía, de la política y de la cultura, para que, a su vez estas encaminen al hombre al logro y obtención del verdadero fin último de todo hombre individual y de toda civilización auténtica. Una economía con la acumulación de la moneda como fin último no sólo se opone al Reino de Dios sino que incluso traba el desarrollo   productivo y conspira, en definitiva contra el mismo bienestar material del hombre.

Padre Julio Meinvielle.

 

Del excelente libro de

EUGENIO MONTES: “EL VIAJERO Y SU SOMBRA”,

Extraje unos párrafos que dedicó a pintar, con su maestría acostumbrada, la personalidad de un afrancesado español, don José Queraltó, que allá a comienzos del siglo XIX,  llegó a París con tan poca entereza, tan apocado y amedrentado, como pisaron Francia, nuestros afrancesados nativos, el mulato y el sanjuanino. Pero lo interesante, y lo que a nosotros más nos incumbe, es la diferencia anímica entre el español afrancesado y los del Río de la Plata; pues el español, en última instancia, cuando la invasión francesa a su patria, luchó al lado del pueblo, contra los imperialistas.                                                                                                                                                                                                                                                        Por lo cual creo interesantísima estas palabras de Montes, que describen, por similitud, el espíritu de “nuestros próceres” liberales, que lucharon con afán mimético, indigno y vergonzoso, para demoler la identidad argentina; a favor del imperialismo contra la nación y contra el pueblo.                                                                                                                                                                          

El artículo de Montes se llama:

GOYA EN MUNICH

[…] ¡Pobres gentes mías españolas, mendicantes de tierra desolada, con aire desesperado y roñoso de grupo triste en el portal de un consulado! Gentes que yo quisiera repatriar, enviar de nuevo no al suburbio sino al terrón de los orígenes; pero para darles lo que ya no tienen desde hace mucho tiempo, aquello que han perdido –ya sabe Dios hasta cuando-: una verdadera y compasiva patria.

O a las que yo quisiera, más aún que limosnas, darle disciplina, vínculo de unión, fe en su ser y en su valer, para que, jerárquicamente unidas, pudieran resistir y arrollar triunfales esos gestos despectivos de los dandys rubios de Lawrense, o ese gesto lejano y orgulloso con el cual una Diana impúdica –de Rubens- se aparta de su mendicidad de tierra seca, sedienta, sin agua, sin baño.

Pero en la España de Goya, -se dirá- no sólo hay roña y piojos. También don Francisco pintó gentes de pro, damas de altísimo copete, caballeros galoneados, elegantes y finos, como éste don José Queraltó que aquí mismo –y en una tela maravillosa- está como a punto de leer un libro, indiferente al dolor de sus paisanos.

Don José Queraltó. Ni lo sé ni me importa. No sé quién es, qué hace, qué sucesos o anécdotas enredan con su estambre su biografía.  Pero me basta mirarle a los ojos, mirar los brillos de su solapa, mirar la fecha del retrato goyesco, para conocer su vida simbólica, profunda y esencial.

Don José ha traído de mozo un bicornio afrancesado en la cabeza. Y muchas otras cosas, o ideas afrancesadas. Tanto y tanto se afrancesó que ha pensado siempre, como el marqués de la Ensenada, que “los españoles somos todos unos piojosos”. En su juventud ha leído los cuentos chinos de Voltaire y ha ido a París a aprender las novedades ideológicas. Una noche, inolvidable, lo llevaron al salón de madame Du Deffand y se avergonzó mucho de su celtíbera fonética, y se avergonzó más aún cuando le oyó exponer al abate Raynal sus ideas sobre la Inquisición, los jesuitas y la colonización de las Indias. Hubiese dado entonces cualquier cosa por haber nacido en un pueblo de Artois o la Turena y haber sabido enhebrar tres eses líquidas sin delatar su origen. Sé todavía algo más de él. Sé que cuando madame Geoffrin –que era ya un tremendo vejestorio- le dió a besar su mano arrugadísima y le preguntó si era español, se le subieron todos los colores a la cara.

De París trajo D. José al solar una historia del movimiento fisiocrático, unas paparruchas de Diderot, una caja de rapé, un boletín masónico y un gran asco por la plebe indígena que se reunía a oír sermones en la plazuela, que creía en el Santo Oficio y no suspiraba por recibir de Francia las luces de la civilización y del progreso. Y no es que este caballerito de Azcoitía no se sintiera patriota. Sí, quería el bien de su patria. Sólo que pensaba que España era un pueblo inferior de piojosos, con una cultura piojosa y oscurantista.

Un día, aquellos franchutes que él, cayéndosele de admiración la baba, había visto y oído en los salones de madame Delfand y en los salones de la Enciclopedia, un día, esos gabachos, vinieron a Madrid, como de paso, a traición; pero para quedarse y “regenerar la raza decadente”. Todas las fuerzas telúricas y celestes del alma española se levantaron entonces en un arranque genial que hizo temblar los cielos con la tierra.

El caballerito, el enciclopédico, por un último instinto físico de español, se puso al lado del pueblo. Quizá fue con una garrocha a Bailén, o quizá estuvo en Arapiles. Pero cuando España, tras su triunfante guerra, donde declinó para siempre la estrella de Bonaparte, se libró del invasor, D. José no supo hacer otra cosa que meterle sus ideas en la cabeza, con eso de la Constitución, del odio a la Iglesia, de la negación de su Historia y del laicismo. Traspone Pepe Botella la antigüedad pirenaica y ya comienza la guerra civil. Más de cien años, y los que te rondaré, morena- de lucha fratricida, atravesándose el alma,  atravesándose el cuerpo, matándose a dentelladas, hermano a hermano.

Ved, ved estos Goyas que meten pavor y meten frío. Esos que traspasan a los dos españoles acaban de traspasarme a mí. Discordias civiles; parados envueltos en sangre, en polvo, en miseria, bajo la pesadumbre de un destino fatal. Y al lado, los don José intelectuales, displicentes, leyendo un libro de espaldas a las realidades dramáticas, sin acertar a unir, con vínculos sacros, religiosos, a estos españolitos pobres, que, cuando creyeron en Dios y se apretaron en falange, llevaron la grande y general Historia por todos los mares y las tierras del planeta.

Discordias civiles que el propio pintor llevaba dentro, porque el genio democrático de Goya es un genio de España. Ay, pero de una España que ya no es la teológica del Greco ni la imperial y artesana de Velázquez, sino convulsa y rota Revolución francesa.+

 

 

 

miércoles, 28 de octubre de 2020

 

 

¡Atención! Últimos adelantos científicos.

Desde hace años el señor Jack Cassudy, conocido vecino de Harlem, barrio de Nueva York, está aplicando una terapia asombrosa para curar el trauma de ciertas muchachas que se sienten frustradas en amores y  vuelcan sus neurosis en exhibir sus tetas siliconadas en público; bajo pañuelos  verdes.                               

Según se deduce de la lectura del tratamiento, se inspira en las enseñanzas del prodigioso psicoanalista dr. S. Freud, el que descubrió los misterios del alma humana; según afirman sus adeptos. El texto del tratamiento fue desarrollado y publicado, en forma de diálogo, para hacerlo más accesible, por el señor O’Henry, discípulo, de ese famoso sanador; (aunque esta afirmación no la puedo asegurar).                                      

Sólo por esta vez el blog ofrece, gratuitamente, a sus curiosos lectores, el maravilloso sistema del señor Cassidy; practicado desde hace siglos por antiquísimas tribus.  Al principio quizá resulte algo pesadito para las chicas malcriadas, pero en unos pocos días comenzarán a disfrutarlo y serán plenamente felices, como quería serlo la sra. Fink.  Dejo la lectura a vuestra discreción. Les deseo mucha suerte.

·                                                                       

 La señora Fink estaba de visita en el departamento de la señora Cassidy, que vivía en el piso de abajo.

¿Verdad que es hermoso?- dijo la sra. Cassidy

Volvió orgullosamente la cara para que su amiga lo viera. Uno de sus ojos estaba casi cerrado, y a su alrededor se veía una gran magulladura de un púrpura verdoso. Su labio estaba cortado y sangraba un poco, y a ambos lados de su cuello había rojas marcas de dedos.

-Mi marido no pensaría siquiera en hacerme eso dijo la sra. Fink disimulando su envidia.

-Yo no soportaría a un hombre que no me pegara po r lo menos un vez por semana –daclaró la sra. Cassidy-. Eso revela  que la aprecia a una ¡Vamos! Esta última dosis que me ha dado Jack no ha sido homeopática. Veo las estrellas aún. Pero Jack será el hombre más encantador de la ciudad durante el restro de la semana, para compensarlo. Este ojo me valdrá unas entradas para el teatro y una blusa de seda por lo menos.

-Confío en que el señor Fink es demasiado caballero para levantarme  la mano- dijo la sra. Fink, mostrándose complacida.

-¡Oh, vamos Maggie!- dijo la señora Cassidy, riendo-. Sólo estas celosa. Tu viejo es demasiado ceremonioso y lento para darte un puñetazo. Se limita a quedarse sentado y practica la cultura física con un periódico cuando viene a casa… ¿No es así?

-El sr. Fink, ciertamente, hojea los periódicos cuando vuelve a casa- admitió la sra. Fink asintiendo-. Pero claro está que no me pega para divertirse… Eso es indudable.

La sra. Cassidy rió, con la satisfecha risa de la madrina protegida y feliz. Con el aure de una cornelia que exhibe sus joyas, bajó el cuello de su quimono y puso demanifiesto otra magulladura que apreciaba como un tesoro, de color pardo con bordes oliváceos y color anaranjado, una magulladura casi curada ya, pero cara todavía a la memoria.

La sra. Fink capituló. Su aire solemne se relajó para dar paso  a una envidiosa admiración. Ella y la sra. Cassidy habían sido compañeras de trabajo en la fábrica de cajas de cartón de extramuros antes de casarse, un año antes. Ahora, ella y su hombre ocupaban el departamento de arriba y Maggie vivía abajo. De modo que más le valía no darse ínfulas con Mame.

-¿No te lastima cuando te zurra?- preguntó la sra. Fink con curiosidad.

-¡Lastimarme!- exclamó la sra. Cassidy, con un grito de placer propio de una soprano-. Bueno, pongamos por caso… ¿Se te desplomó encima alguna vez una casa de ladrillos?... Pues eso es precisamente lo que se siente… Como cuando a una la sacan de entre los escombros. Jack tiene una izquierda que vale por dos matinés y un par de vestidos de algodón nuevos… y su derecha -¡bueno!- para compensarla, se require un viaje a Coney Islad y seis pares de piezas de seda estampada de Lila.

-Pero… ¿Por qué te pega?- preguntó la sra. Fink con los ojos muy abiertos.

-¡Tonta!- dijo la sra. Cassidy con aire indulgente-. Pues porque está borracho. Eso le sucede generalmente los sábados por la noche.

-Pero… ¿Qué motivo le das?- insistió la buscadora de conocimientos.

-¿Acaso no me  he casado con él? Jack llega lleno de licor y yo estoy ahí…¿Acaso no basta con eso? ¿A quien tiene derecho de pegarle Jack sino a mi? ¡Me gustaría sorprenderlo pegándole a otra! A veces, es porque la cena no está pronta; y a veces porque lo está. Jack no es exigente en materia de motivos. Bebe hasta recordar que esta casado y entonces vuelve a casa y me ajusta las cuentas. Los sábados por la noche me limito a apartar del camino los muebles con puntas afiladas, para no lastimarme la cabeza cuando él empiece su trabajo. ¡Tiene un swing de izquierda que le sacude a una de lo lindo! A veces me doy por vencida en el primer round; pero cuando quiero divertirme durante la semana o deseo unos trapos nuevos, vuelvo en busca demás castigo. Eso fue lo que huci anoche. Jack sabe que desde hace  un mes, deseo una blusa de seda negra;y no creía que bastara un ojo megro para conseguirla. Mira Mag. Te apuesto el helado a que la trae esta noche.

La señora Fink estaba abismada  profundas cavilaciones.

-Mi Mart nunca me dio una zurra –dijo-. Es como dices, Mame: vuelve malhumorado y ya no tiene ganas de hablar y nunca me lleva a ninguna parte. Se lo pasa en casa, calentando la silla. Me compra cosas, pero con un aire tan sombrío que apenas las aprecio.

 La sra. Cassidy rodeó con su brazo a su amiga.

-¡Pobrecita! –dijo-. Pero no todas pueden tener un marido como Jack. El matrimonio no sería un fracaso si todos fueran como él. Lo que necesitan esas esposas descontentas de las cuales se oye hablar es un hombre que vuelva a casa y les de una paliza una vez por semana, y lo compensen luego con besos y bombones. Eso, les daría algún interés por la vida. Lo que quiero yo es un hombre dominador que la aporree a una cuando esté borracho y la abrace cuando no esté bebido. ¡Dios me libre del hombre que no tiene agallas para hacer ambas cosas”

La señora Fink suspiró.

 Repentinamente los pasillos se llenaron de sonidos. Un puntapié del señor Cassidy abrió la puerta. Sus brazos estaban cargados de paquetes. Meme se precipitó hacia él y se colgó del cuello. Su ojo bueno irradiaba la luz del amor que brilla en la mirada de la doncella maorí cuando recobra el conocimiento en la cabaña del galán que la ha aturdido de un golpe y la a arrastrado allí.

 -¡Hola vieja!- gritó el sr. Cassidy, desembarazándose de sus paquetes y levantando a su consorte del suelo con un poderoso abrazo-. Tengo entradas para la función del Barnum y Bailey, y creo que si rompes el bramante de uno de esos paquetes, hallarás la blusa de seda… ¡Oh, buenas noches sra. Fink! No la había visto. ¿Cómo va ese viejo Mart?

-Muy bien, sr. Cassidy- dijo la sra. Fink-. Gracias. Ahora, tengo que irme. Mart no tardará en venir a cenar. Mañana te traeré el modelo que necesitas, Mame.

La sra. Fink subió a su departamento y lloró un poco. Su llanto carecía de objeto, era uno de esos llantos que sólo conoce una mujer, sin razón alguna, totalmente  absurdo: el llanto más efímero e irremediable del repertorio de la pena. ¿Porqué no la habríanzurrado nunca Martín? Era tan grande y fuerte como Jack Cassudy. ¿Sería quizá porque no la amaba? Martín jamás reñía. En casa holgazaneaba yendo de un lado al otro, silencioso, malhumorado, ocioso. Era un excelente ganapán, pero desconocía los placeres de la vida.

El barco de los sueños de la señora Fink estaba encalmado.  Su capitán oscilaba entre la torta de pasas y su hamaca. ¡Si al menos hiciera temblar sus cuadernas o golpeara con el pie el alcazar de vez en cuando! ¡Y ella que había esperado un viaje tan alegre, tocando en los puertos de las Islas deliciosas! Pero ahora, para variar la metáfora, la sra.Fink estaba pronta a  tirar la esponja, exhausta, sin poder exhibir un sólo razguño como rastro de aquellos tranquilos rounds de la pelea con su sparring partner. Por un momento casi odió a Mame, con sus cortes y sus magulladuras, su bálsamo de regalos y besos, su borrascoso viaje con su piloto peleador, brutal, cariñoso.

El sr. F ink volvió a casa a las siete. Lo impregnaba la maldición de la domesticidad. No le interesaba vagabundear fuera de las puertas de su cómodo hogar. Era el hombre que había alcanzado el tranvía, la anaconda que se había tragado a su presa, el árbol que estaba tendido tal como cayera.

-¿Te gusta la cena, Mart?- pregunto la sra. Fink, que  había dedicado sus buenos esfuerzos a prepararla.

-Hum… Si –gruñó el sr. Fink.

Después de la cena reunió sus periódicos para leer y se sentó, después de quitarse los zapatos.

Que surja algún nuevo Dante, y me cante un círculo de perdición digno del hombre que se queda sentado en su casa sin zapatos. Hermanas de la Paciencia que a causa de los vínculos o los deberes habéis soportado las medias de seda, de algodón, de hilo o de lana… ¿Verdad que ese nuevo canto se justifica perfectamente?

 El día siguiente era el Día del Trabajo. Las tareas del sr. Cassidy y del sr. Fink se  interrumpían por un tránsito del sol. Los trabajadores, triunfantes, desfilaban y se divertían en otras formas.

La sra. Fink le llevó temprano su modelo a la sra. Cassidy. Mame se había puesto su blusa nueva. Hasta su ojo lastimado lograba emitir un centelleo festivo. Jack se mostraba fructíferamente arrepentido y ambos tenía un proyecto divertido para aquel día, con parques y picnics y cerveza por delante.

Un tempestuoso e indignado sentimiento de envidia se apoderó de la sra.Fink cuando subió a su departamento. ¡Oh,feliz Mame, con sus magulladuras y su rápido bálsamo! Pero… ¿Debía acaso tener Mame el monopolio de la felicidad? Ciertamente Martín Fink era tan hombre como Jack Cassidy. ¿Debía privarse siempre su esposa de palizas y de caricias? Una repentina y brillante idea dejó sin aliento a la sra. Fink. Ella le probaría a Mame que había maridos tan capaces de usar sus puños como cualquier Jack y quizás de ser tan tierno como él después.

La fiesta prometía ser nominal para los Fink. La sra. Fink tenía llenas las artesas de la cocina  de ropa de dos semanas, que había estado en remojo toda la noche. El sr. Fink estaba sentado sin zapatos leyendo un periódico. Así prometía trascurrir el Día del Trabajo.

La envidia conmovió tumultuosamente el pecho de la sra. Fink y surgió con más ímpetu todavía una audaz decisión. Si su hombre no la quería golpear… si no había probado aún su virilidad, sus prerrogativas y su interés por los asuntos conyugales, debía incitársele a cumplir su deber.

El sr. Fink encendió su pipa y se frotó pacíficamente un tobillo con el pie. Reposaba en el estado matrimonial como un terrón de grasa sin derretir en una torta. Aquellos eran sus modestos Campos Elíseos: quedarse sentado, abarcando a modo de sucedáneo el mundo con la palabra impresa entre las conyugales salpicaduras de jabonaduras y los agradables olores de los platos del desayuno que se iban y los del almuerzo que venían. No pensaba en muchas cosas: pero en lo que menos pensaba era en pegarle a su mujer.

 La sra. Fink hizo funcionar el grifo del agua caliente y colocó la tabla de lavar entre las jabonaduras. Del departamento de abajo llegó la alegre risa de la sra. Cassidy. Aquello parecía un insulto, una ostentación de su felicidad ante la no aporreada esposa del departamento de arriba. Ahora, le había llegado la hora a la sra. Fink.

Repentinamente ella se volvió como una fiera hacia el hombre que leía.

-¡Holgazán!-gritó-. ¿Debo romperme lo huesos trabajando y afanándome para adefesios como tú? ¿Eres un hombre o un perro de cocina?

 El sr. Fink dejó caer el periódico petrificado por la sorpresa. Su esposa temió que no la golpeara… que la provocación hubiese sido insuficiente. Saltó sobre él y lo golpeó de un modo salvaje en el rostro, con la mano cerrada. En ese instante sintió por él un escalofrío de amor, tal como no sintiera desde hacía mucho tiempo. ¡Levántate, Martín Fink, y ven a tu reino! ¡Oh, ahora ella sentiría el peso de la mano marital… nada más que para demostrarle que se interesaba por ella…

El sr. Fink se levantó de un salto, y Maggie volvió a propinarle un amplio swing en la mandíbula con la otra mano. La sra. Fink cerró los ojos en el terrible y feliz instante que precedió al inevitable golpe… murmuró el nombre de Mart… y se inclinó hacia el esperado vapuleo, ávida de recibirlo.

 En el departamento de abajo el sr. Cassidy, con aire avergonzado y contrito, le empolvaba el ojo a Mamie preparando la francachela. Del departamento de arriba llegaron una aguda voz femenina, un ruido sordo, uno tropezones y un forcejeo, una illa derribada… los inconfundibles sonidos de un conflicto doméstico.

¿Mart y Mag están riñendo? –dijo el sr. Cassidy a guisa de conjetura-. No sabía que solían reñir. ¿Subo a ver si necesitan un segundo para la pelea?

Uno de los ojos de la sra. Cassidy fulguró como un diamante. El otro parpadeaba por lo menos como si fuera de pasta.

Oh, oh, -dijo en voz baja y sin intención aparente-. Me pregunto si… ¡si!… Espera Jack, a que suba y mire.

La sra Cassidy subió a la carrera las escaleras. Cuando ponía el pie en el pasillo del piso de arriba, la sra. Fink salía como una exhalación de la cocina de su departamento.

-Oh, Maggi!- exclamó la sra. Cassidy, con deleitado murmullo-. ¿Te pegó? ¡Oh! ¿Te pegó?

La sra. Fink corrió hacia su amiga y abandonó el rostro contra su hombro y sollozó desesperadamente.

La sra Cassidy tomó entre sus manos la cara de Maggie y la alzó con dulzura. Aunque estaba cubierto de lágrimas, sonrojado y descolorido, su superficie aterciopelada, blanquirosada y adecuadamente pecosa no ostentaba un solo rasguño, una sola magulladura, un solo golpe  del cobarde puño del sr. Fink.

-Dímelo, Maggie, o iré allí yo y averiguaré yo misma –rogó Mame-. ¿Qué pasó? ¿Te lastimó…? ¿Qué hizo?

El semblante de la sra. Fink volvió a abandonarse desesperadamente sobre el pecho de su amiga. -¡No abras esa puerta, Mame, por amor de Dios! –sollozó-. Y no se lo diga nunca a nadie…, consérvalo en secreto. Mart… no me tocó siquiera y…, está…, oh, Dios mío…, está lavando la ropa…, ¡está lavando la ropa! +

O´Henry

En: “Tragedia en Harlem”

“Cuentos de Nueva York” (Austral).

miércoles, 21 de octubre de 2020

 

Nos, los  alucinados…

LA COSTUMBRE, SEGUNDA NATURALEZA.

Estas sabias y trascendentes palabras deberían haberlas respetado los temerarios   alucinados e ignorantes que elaboraron la Constitución del 53; quienes encendidos por las luces de las logias pretendieron inventar una nueva república, erigida sobre la ideología del Progreso. Y sólo lograron que hoy día apenas se sostenga. El último hachazo al árbol de la argentinidad lo están dando quienes pretenden transformarla en un paraíso marxista.

Párrafo tomado de “Las ideas de mi tío el cura” (pg. 30).

Padre Leonardo castellani

No hay que cambiar a la ligera. Esto no excluye el progreso. Pero el progreso en las leyes se ha de efectuar, según Santo Tomás, no por manipuleos de códigos hechos de planta que se implantan o cambian de la noche a la mañana (como nuestra Santa Constitución yankoide) sino más bien por los profundos y paulatinos desplantes que los hechos históricos producen en nuestra manera de ver y de “sentir” la realidad social. De ahí viene, que la costumbre, segunda naturaleza, prevalga sobre la ley aceptada y establecida frente a la ley improvisada y vacua. Que está en el papel y en el capricho de un hombre y nada más. De ahí también que toda ley escrita cese donde se opone la naturaleza o el mandato divino. +

martes, 20 de octubre de 2020

 

 

LA RASTRERA VISIÓN POLÍTICA DE LAS DERECHAS.

LAS DERECHAS SON Y ESTÁN EN EL CENTRO MISMO DEL LIBERALISMO.  ES LIBERALISMO PARA LA BURGUESÍA REFINADA QUE NO QUIERE CAMBIOS MOLESTOS. Y PARA POLÍTICOS  QUE BUSCAN VOTOS Y NO PROBLEMAS.

Los derechistas, descaminados políticamente, continúan amparándose en el liberalismo,  abriendo nuevos partidos para sumar votos desesperados. Siguen abriendo partidos. Como si existiendo muchos partidos fuera más fácil unir y levantar la Patria que está partida por todos los partidos liberales.  Al fin, siempre se los traga el liberalismo; y el resultado es catastrófico.

Por el contrario, deberían escuchar la voz de la Historia, sin prejuicios, sin vergüenza de aceptar que políticamente vivían engañados.  Valientemente, porque las lecciones de la Historia son muy duras de aprender y aplicar.

Pero la muchachada derechista es algo así como esos petimetres unitarios que se escandalizaban de aceptar la tierra y los hombres argentinos tal como estaban delante de ellos. Mirando por arriba del hombro a  los Caudillos federales.

No me canso de presentar el caso paradigmático del ridículo partido CEDA, el de Gil Robles. Ya en los comienzos de la república contó con el apoyo de la Jerarquía católica, entusiasmada, junto a los derechistas, porque iban a convivir democráticamente con los rojos. (Años después  los Obispos, cautelosamente, se demoraron hasta mediados del ’37 para aceptar al nacionalismo triunfante).  Gil Robles fue un pobre hombre fracasado que pretendió agarrarse con uñas y dientes al carro republicano. ¡Cuánta culpa habrá tenido en el infierno bélico que sobrevino después!

 Actualmente nosotros tenemos entre nosotros el caso de Gómez Centurión. En una entrevista anuncio que es de centro derecha ¿Qué es eso? ¡La ambigüedad total, vegetar en medio del liberalismo! Esta es una definición fundamental, que lo pinta de cuerpo entero… lamentablemente. Aparentaba ser un hombre con condiciones para encabezar una auténtica restauración, pero se apichonó, anhelando un puestito burocrático. ¿Dónde quedó su intrepidez de héroe de Malvinas?  

De héroe se rebajó a político de Comité. De militar a político derechista. Y comenzó un aprendizaje para cumplir satisfactoriamente con la habitual liturgia partidocrática que exige:  hablar sonriendo, congraciarse, complacer a buenos y malos, responder sin decir nunca nada trascendente, eludiendo definiciones categóricas que pueden comprometerlo, restándole votos. Con la complicidad del periodista, por supuesto, que tampoco quiere oir algo urticante.

Yo le hubiera hecho estas preguntas, que son las del pueblo:

a) ¿cuál será el trato con los buitres? ¿Cuántos dólares les va a manguear para seguir subsistiendo en el sótano del mundo? ¿Qué resolverá para acabar con nuestra dependencia al dólar?

b) ¿Se ajusticiará a los delincuentes políticos? ¿Los meterán en cafúa o les permitirán se tomen unas reconfortantes vacaciones en el Caribe?

c) de qué manera dará trabajo digno a 12 millones de argentinos, acabando con la desocupación?

d) cómo será la reforma tributaria? ¿eliminará lo sueldos desvergonzados de funcionarios, estableciendo la dignidad y el honor de los cargos? 

e) ¿Lo asesorará la yanqui, amiga o compinche de la corrupta Clinton, intermediaria con los buitres ?

h) ¿Cree Ud. que el problema del aborto, que lo decidió a Ud. a actuar políticamente, se solucionará sin Soberanía nacional?

Al fin me quedaron unas dudas:  ¿Hubiera infringido la agachada partidocrática, animándose a contestar soluciones reales y posibles? ¿Hubiera desobedecido el mandato del Régimen de no modificar nada fundamental?  ¿Chi lo sa?

Terminada la entrevista quedé decepcionado, pues esperaba una reacción espontáneamente enfervorizada, principalmente en defensa de las FFAA, que él integró dignamente; actualmente befadas y mancilladas, desarmadas, corrompidas; agresión admitida por las jerarquías liberales del Ejército.

 Esperaba que de su corazón surgiera un clamoroso ¡Viva el Ejército argentino!; y un juicio justo, pero viril e intransigente, a los cipayos subversivos por pretender hacerla desaparecer. Pero se mantuvo templado, sin decir ni mus. Se mantuvo en el centro ambiguo del liberalismo; como buen derechista.

Señor Oficial, el Régimen liberal aniquila las FFAA para que Argentina no conquiste y recupere su Soberanía, -que brilló en la época de Rosas-, manteniéndola colonia anglosajona; a las FFAA degradadas como policía del Régimen, y a los militares como empleados burocráticos.

Todos los militares al unísono deberían alistarse y clamar fervorosamente, como misión prioritaria, en la defensa de unas FFAA poderosas, con los medios indispensables para defender una Patria Soberana y Restaurada.

¡QUÉ DIOS NOS AYUDE Y TENGA MISERICORDIA!

 

 

 

 

viernes, 9 de octubre de 2020

 

¿Socialismo?

Existen dos conceptos opuestos de ‘Socialismo’.

Puede existir un socialismo nacional, mientras sea un movimiento nacionalista con fuerte tendencia a resolver los problemas sociales, amalgamando el amor a la Patria y al Bien Común; basado económicamente en el trabajo honroso y en el capitalismo nacional, para promover el bienestar de todos los argentinos sin excepción.  Y sin embargo está su nombre demonizado por el periodismo cipayo; clara afirmación que es el auténtico, legítimo y viable socialismo.

Históricamente los movimientos políticos nacionalistas, en todo el mundo, beneficiaron a los más necesitados. 

Por otra parte, los regímenes ‘democráticos’ liberales que gobiernan nuestro país, desde Caseros, participan y desarrollan variantes diversas de socialismo marxista, últimamente inspirados en Gramsci o en la Escuela de Frankfurt, por ejemplo.   El socialismo marxista es el más difundido, peor aún, el único reconocido popularmente, pues cuenta con el apoyo irrestricto del periodismo cipayo subvencionado por el Régimen.  Resultando una mala palabra para los patriotas.

El periodismo en este, como en tantos asuntos importantes y decisivos, es quien   confunde el significado de las palabras, ante el crédulo televidente. En nuestro caso difundió la idea que el izquierdismo, en general y el socialismo en particular defienden los intereses del pueblo. Esta es otra burrada confusionista.

Como no podía ser de otra manera, pues la historia lo documenta, el socialismo marxista usurpa y tergiversa su denominación  ‘socialismo’, pues no tiene en absoluto preocupación por la vida social del pueblo. Más bien lo hunde en la miseria moral y económica.

Los gobiernos argentinos demo-liberales, sea de la variedad que fuera, actúan rigiéndose por los principios fundamentales del socialismo marxista:

 Odio a la religión católica, esencia de la identidad nacional.- Repudio ala soberanía nacional.-   Política exterior cipaya.- Aniquilamiento de las FFAA.-  Corrupción política.- Incitación al odio clasista.-Los trabajadores sometidos a la oligarquía sindical.- Subordinación a los buitres internacionales.- Empobrecimiento moral y material del pueblo.-  Fomento de los abortos.- Difusión de aberraciones morales contra la familia y la juventud.-  Eliminación de las pequeñas empresas, del trabajo independiente y de la clase media.             Subsidios profusamente repartidos para tener enganchados a los más necesitados.

 etc.

 

ROMA

Roma fue al mundo tribunal y foro

Campo de Marte, templo de las leyes

En el tiempo que el Cónsul a sus bueyes

Volvía, libre del pretil sonoro.

 

Después fue catedral, mármol y oro,

Cuando de Europa congregó los reyes

Los nuevos pueblos y las vastas greyes

Con la bélica Cruz y el santo coro.

 

Fue una pila después de agua bendita

Santería y museo, pebetero

Currutaco de dandis de levita

 

Y hoy, manceba servil del extranjero,

Con sus victorias falsas, su honda cuita,

Sus muertas ruinas, su doblez maldita,

Es un lujoso y vasto cenicero.

 

Padre Leonardo Castellani.

El Libro de las Oraciones.


ROMA, 13 de mayo de 1947.



LasFuerzasArmadas desarmadas.

Recientemente me enteré que algunos miembros de las Fuerzas Armadas elogiaron el desempeño de la ministra Bullrich al frente de las mismas. ¡La imbecilidad penetró en las filas! En verdad, ella sólo fue la continuadora de la política de su descarada antecesora, la guerrillera Garré, ambas enemigas  entrañables de las FFAA,  por ser bastión de la nacionalidad.                                                             

Ambas desarrolla  ron una   política destinada a acomplejar a los militares  que se atreviesen a defender la soberanía nacional. Pues esta actitud patriótica podría secar las ubres donde maman los delincuentes. Para lo cual nada más apropiado que desarmar a los lúcidos e inconformes, espiritual y materialmente. Como está ocurriendo ininterrumpidamente en las FFAA., desde Alfonsín, al menos.                                                                                                                             

El Caballo de Troya.

 Parece que en el Caballo de Troya se agazapan soldados que no dan honor al uniforme.                             La Bullrich, guerrillera contra la Soberanía nacional -‘casada’ en la sinagoga con el director de los ‘derechos humanos-’, tiene su propia mesnada entre los miembros que la añoran. Es imposible de comprender que haya miembros de las FFAA apoyando a los que las quieren terminar de destruirlas.  

Es imprescindible la formación política nacionalista, basada en el amor a Dios, la Patria y en la auténtica Tradición fundacional, y en la defensa de la Soberanía nacional, a todos los miembros de todas las categorías, sin excepción.                                                                                                                              Los miembros que consientan la política aniquiladora del Régimen liberal masónico contra las FFA

A., enceguecidos en no ver el plan macabro dirigido por el imperialismo, deben ser radiados inmediatamente, pues están ocultos en las entrañas de la Bestia, desde donde urden entregar las fuerzas al enemigo.

Nos invaden pacíficamente.

 Nos invaden pacíficamente, sin ejercer ninguna violencia, pues nadie hay que resista. Por tierra, por aire, por mar, nos invaden con voracidad animal de langostas, de pirañas, de marabuntas.  Hambrientas. Los chinos en el Atlántico y en Neuquén, los ingleses como siempre, fomentando a los ’mapuches’, las bandas judías, y las yanquis…                                                                                                                

Años atrás se recibía a inmigrantes con el bagayo lleno de ansias de trabajar y de servir.  Actualmente, la Argentina está en venta, y el Régimen democrático recibe con los brazos abiertos a los que llegan desparramando sobornos para adquirir a precio de pichincha los bienes o territorios que apetezcan.                                                                                                                                                                   Pero también llegan los gorrones vecinos con una mano adelante y otra atrás; pero no a trabajar, como los inmigrantes que hicieron Patria. En estos días TLV1 publicó una foto increíble, mostrando a cientos de bolivianos cruzando la frontera para cobrar subsidios a cambio de votos; que se ofrecen generosamente a los extranjeros que tienen doble nacionalidad. O sea, los bandidos que ocupan el Gobierno compran votos. Es que el sufragio actual lleva en sus entrañas la corrupción. El silencio de los que deberían reclamar es ominoso e indignante. Nadie alza la voz en defensa de la Soberanía. ¡Pobre Argentina!

Las columnas de la Soberanía

 Iglesia, Fuerzas Armadas y Sindicatos son instituciones que deberían existir como columnas de la Patria. Pero sus integrantes se desentienden de ese papel que les exige la institución a la que pertenecen. Siempre defeccionan. Ninguno alza la voz para denunciar; manteniéndose en un silencio complaciente. 

Pero aunque son las principales no son las únicas. De la Universidad ni hablemos; habría que ‘demolerla’ para erigirla como la Cultura manda. ¿Qué hacer para rehabilitarlos? Para comenzar se debería solicitar a  Gates la confección de una vacuna contra el egoísmo y la avaricia, que  debería aplicarse a todos  los dirigentes políticos, sindicales y religiosos que lo merezcan, hasta dejarles el culo morado. Estos obispos, generales y jefes sindicalistas son vividores que anteponen su conveniencia a los de la Patria.

Desangran mi Patria.

Los métodos para exprimir las riquezas argentinas no tienen límites. La mala imaginación de los buitres mamones es fructífera. No reparan en dignidad ni en moral, pues no las tienen. Dejan Biblias y se llevan el petróleo. Este dicho del Padre Castellani, puesto al día dice: mandan dólares y se llevan el país entero. Inclusive la dignidad y el honor de todos los argentinos patriotas. Exceptuando a los políticos cipayos que gobiernan, cómplices sobornados por los buitres, pues desconocen esas virtudes.                                                                                                                                    

Sucede además algo indignante. Existen millones de trabajadores que trabajan en ‘negro’ con una retribución arbitraria. O lo tomas o lo dejas. Imaginen ahora, estimados camaradas, que el patrón explotador, en el momento de pagarle unos magros pesitos tuviese el caradurismo de pedirle que le devolviese un pequeño porcentaje de lo que acababa de recibir; para obras ‘filantrópicas’.

Pues exactamente esta acción perversa es la que utiliza la UNICEF para limosnear, sacando dinero de los bolsillos de los argentinos… para obras sospechosamente inmorales que no benefician de ningún modo a la niñez. Ellos, que son nuestros patrones explotadores, causantes de la miseria nacional, con la complicidad cipaya, tienen el descaro insaciable de exprimir a los necesitados.

A esta sangría habría que agregar los diezmos protestantes que engrosan el capital de la multinacionales de las sectas. Además de las marcas, patentes. Los médicos sin fronteras que esterilizan mujeres católicas…etc.

 Necesidades creadas por los mismos buitres, la mayoría prescindible, si pretendemos vivir en un país libre y soberano. ¡Arreglarse solos! Decía el Padre Castellani. No hay un solo intersticio libre en la sociedad donde no meta su trompa para ratonear el Mamón anglosajón. 

Un General constitucionalista.

El general Auel disertó con brillante erudición sobre el tema que conoce. Además hizo hincapié en que los argentinos debemos respetar la Constitución. Este es un tema tratado, nada menos por el Padre Castellani demostrando que en manos de los liberales es un papel escrito que cada cual interpreta a su conveniencia. Don Juan Manuel de Rosas, que era un general con agudo sentido común, como buen gaucho, se resistió a redactar una Constitución, mientras el país no estuviese organizado. Luego de Caseros, los hechos le dieron la razón. Hoy día los liberales pasan por encima impunemente de todas las leyes, matan, estafan, corrompen: la Constitucion, en esas manos, sólo sirve para hacer demagogia.

Primero se debe acabar con el liberalismo y ordenar y moralizar el país. ¡Los altos mandos tienen obligación moral prioritaria de defender a las FFAA, humilladas, befadas, devastadas por el Régimen!                                                                                                                                            

¡Salvando a las FFAA se salva la Nación argentina ¡    

El sistema partidocrático.

Sucede como en las reiteradas películas yanquis donde dos bandas de mafiosos –siempre italianos, nunca judíos-, se disputan a muerte determinados territorios donde ejercer sus fechorías.                         Pero dando muestra de nuestra elevadísima cultura política, en nuestro país las dos bandas de mafiosos no se dividen el territorio, sino que alternativamente se adueñan de su totalidad. Pacíficamente, asume el poder una banda, mientras la otra espera pacientemente para entrar a dominarla después. El soberano observa majestuosamente y, después de instruirse mirando TV, opta por una de las dos bandas, que infaliblemente cualquiera de las dos lo van a robar. Entre ambas se reparten todo el territorio nacional, sucesivamente, entra una y sale la otra…, ambas igualmente para delinquir.