*Corona virus.
Los rabinos exigieron
al gobierno de Fernández autorización para hacer baños purificadores en las
sinagogas, pese a la prohibición estatal de realizar actos religiosos con
afluencia de fieles. Inmediatamente se les concedió lo pedido; decisión lógica
de un gobierno dominado por el judeo/calvinismo; aunque significaba
preferenciar injustamente al judaísmo sobre las demás religiones e
instituciones de todo tipo. Los judíos ortodoxos lo exigieron porque tienen fe
en su religión; los judíos ateos, por su parte, seguramente se plantaron frente
al gobierno nacional para demostrar el grado de acatamiento de los gobiernos cipayos
y el poder que pueden ejercer sobre ellos.
Por el contrario, los
Obispos ‘católicos’, fariseos y ecumenistas, no demostraron ningún interés en
defender los derechos de la Iglesia y menos aún de enfrentar al gobierno, como
es costumbre durante la historia eclesiástica argentina. Es así que decretaron
de motu propio el cierre de las Iglesias, y la prohibición de actos litúrgicos;
dejando a los fieles sin asistencia religiosa; y negando todo valor salvífico a
la oración, la penitencia y la Sagrada Eucaristía.
Este odioso problema,
de la claudicación de la Jerarquía, fue expuesto magníficamente por monseñor Athanasius Schneider; que vivamente
aconsejo leer en: “Adelante la Fe”. Y
en cuanto a los entretelones de esta ‘pandemia’, recomiendo con el mismo fervor
ver y escuchar la entrevista de Juan Manuel Soaje Pinto a la doctora Chinda
Brandolino, en LTVI.
*Derechas
Cipayas.
Las derechas ‘católicas’,
entrevero de protestantes, masones, ecumenistas, etc., por ser fundamentalmente
liberales, en todas sus variantes son CIPAYAS. Son lobos disfrazados con pieles
de ovejas. Más que nunca, pretenden conciliar liberalismo masónico con
patriotismo; partidocracia con Bien común; y lo único que logran es someter la ‘democracia’
liberal al Capitalismo ateo y subversivo judeo/calvinista.
La vigencia de José
Antonio, que sufrió antes que nosotros este Vía Crucis que padecemos, es
permanente: el nacionalismo, o sea el
verdadero y auténtico patriotismo no es ni de ‘derecha ni de izquierda’, ni del
centro;
representará a la totalidad de la Nación, a los personajes más excelsos
del país, y no a este rejuntado de hipócritas que lucran en las Cámaras, y sólo
representan al Régimen, tomando el camino inevitable hacia la revolución subversiva
progresista/marxista.
La Historia de la
Cruzada española, nos enseña, aunque no queramos aprender, las consecuencias de
la política desarrollada por esas derechas ‘demo/cristianas’, que no pueden,
aun si lo quisieran, evadirse de esa
ideología que es idéntica a la propuesta
por los hermanos ‘tres puntos’. El que se alía con protestantes, aunque sea por
el motivo más compasivo, si no es masón, terminará actuando como si lo fuese.
He aquí el testimonio
indiscutible de Brasillach y Bardèche,
escrito en “Historia de la Guerra de
España”, (pg. 51), respecto a quien trató de convivir fraternalmente con
los izquierdistas y comunistas en plena ‘democracia’. Tal cual actuó el judío
Kerensky en Rusia. De la misma manera que Gil Robles, se candidateó un
personaje en nuestro país, aliándose, sin la menor perspicacia política y careciendo
de apropiada formación, aunque no podríamos negar su patriotismo, con una
protestante conectada con la famosa Clinton. Todos estos ejemplares de ‘avivados’ terminan paralizados para actuar
en orden al bien político, abriendo camino a la confusión y al fin a la subversión.
“Sólo Gil Robles, que esperaba
una evolución política normal, declara sin vacilación que su partido ‘estaría
sin duda al lado del Gobierno [rojo] para el mantenimiento del orden público’,
y tenía la ingenuidad de hablar de una ‘composición serena y razonada’.
Necesitaba el asesinato de Calvo Sotelo para abrir los ojos, dos días más tarde
entonaría su canto del cisne y descubriría –demasiado tarde- la ley interna de
aquel régimen que él no había sabido enderezar.
[…] Gil Robles descubría la verdad
fundamental: no habiendo comprendido la democracia cuando podía obrar sobre
ella, se daba cuenta del juego cuando quedaba reducido a la impotencia. La
responsabilidad de los otros no disminuye en nada la suya. Había preparado por
su debilidad el drama ante el cual se tapaba los ojos.
Pero también los partidos de
izquierda habían olvidado el contrato de la democracia. Habían olvidado que
cada papeleta de votación representa un fusil al que la minoría renuncia a
cambio del compromiso solemne de que sus derechos serán respetados. La negación
de la justicia, la ilegalidad, la arbitrariedad, son casos de ruptura de
contrato. Todo elector vuelve a ser una cabeza, una cabeza que tiene el derecho
a la legítima defensa. La lucha electoral puede convertirse en guerra civil, y
según la consigna que sirvió de regla a la primera república francesa, ‘la
insurrección se convierte en el primero de los derechos y en el más sagrado de
los deberes’”.
*Discriminación (Genta: “La Idea y las ideologías, pg.198.)
La
discriminación es un atentado a la ‘democracia’ liberal. Podríamos decir, más
exactamente, que es un ‘pecado’ contra la ‘democracia’, pues esta es una pseudo
religión con ‘dogmas’, como cualquier secta anglosajona. Pero como la
‘democracia’ liberal es un mito falso, también lo es la ‘discriminación’, que
es uno de sus dogmas. La ‘discriminación’ liberal, ideología para insensatos,
repudia la naturaleza de los seres; como ciegos que no reconocen las diferencias
naturales que se presentan ante sus ojos. Estas diferencias deben acatarse
necesariamente, aunque sin motivar privilegios injustos.
La prohibición de
discriminar, es en realidad, una de las mentiras que la ‘democracia’ difunde
para tener amansada a la ‘galería’; y cultivar, paradojalmente, fama de democracia
auténtica. Porque en realidad, la ‘democracia’ liberal no es democrática, sino
oligárquica; es el Régimen de Mamón.
Pero este Régimen
cipayo, contradiciéndose, ejerce real y efectivamente la ‘discriminación’, con
perfidia diabólica, contra los nacionalistas, para matarnos social y
políticamente. Porque somos los patriotas que pretendemos el Bien nacional
sobre los particulares; y en consecuencia, somos el testimonio vivo e
irrecusable de la corrupción de ellos; verdad que no pueden soportar.
Como toda idea fundada
en el error, se concreta en forma opuesta a la declarada; los ‘democráticos’
nos discriminan a los patriotas, y dejan sin discriminar la honestidad de la
corrupción; la verdad de la mentira; la realidad de la ideología; el ser
nacional del pluralismo ecuménico. Todo es igual, nada es mejor. En el
Cambalache nacional nadie enjuicia a los corruptos ni a los traidores; y los ‘representantes’
del pueblo resultan siempre asombrosamente honorables.
El profesor Genta
aclara terminantemente la absurdidad del dogma de la ‘discriminación’ liberal;
que como todo falso ‘humanitarismo’, prácticamente es el fermento de violencia
social; abortos contra los inocentes; aumento de la drogadicción juvenil;
guerras para imponer la ‘libertad y la democracia’; entrega de la soberanía; lucha
de clases, incentivada por el marxismo y el capitalismo al unísono; abusos
contra los menesterosos; aumento de la desocupación, etc. O sea, todo el horror que vivimos, se logró
bajo el ‘dogma’ de la no discriminación.
“Las épocas democráticas como la nuestra, que padecen el
horror a la distinción y a la jerarquía, y el hombre declina hacia lo común y
lo indeterminado, no reconocen otra forma de unión que una simple apariencia
resultante de la supresión retórica de las diferencias y de las calidades. Esta
presunta unión y solidaridad que promovería el arrasamiento de las diferencias,
se plantea en modo análogo a la disposición fraternal entre los pueblos y los hombres
que se supone resultaría de la abolición
de las nacionalidades y la consiguiente instauración de la paz perpetua.
La supresión de las diferencias no propicia el
acercamiento ni la coincidencia, ni la unión; más bien provoca la soledad y el
aislamiento irremediable de los términos en juego, por cuanto es una
declinación hacia la materia, opaca e incomunicable de suyo. Se trata de una
unión que es más bien separación.
La verdadera lucha por la existencia es una lucha por la
distinción en lo universal; de ahí que distinguirse realmente sea tanto como
ser y todo devaneo por los comunes denominadores sea tanto como no ser…”
*El método de los usureros.
(Tema que el
excelente camarada Héctor Giuliani aborda insistentemente, por ser el meollo del
accionar de la usura internacional). Dijo Henry Ford respecto a USA, hace
varias decenas de años:
“Es bien sabido que la gente del país no entiende nuestro
sistema bancario y monetario, porque si lo hicieran creo que habría una
revolución antes de pasado mañana. El objetivo principal de los financieros es controlar
el mundo mediante la creación de deudas inextinguibles”.
La deuda no debe
cancelarse jamás, porque es el alimento, trabajo y esfuerzo a costa de la
miseria, que el pueblo argentino arroja a los buitres judeo/calvinistas. Los gobiernos
que pagan la dudosa ‘deuda’ servilmente, incontroladamente, los Kirchener,
Macri, Fernández, y anteriores, -ninguno se salva de la ignominia-, son
irresponsables y traidores que sólo ansían lamerle las botas a los amos del
mundo para pasarla bien y enriquecerse a costa del país. Son gorrones incapaces
de pensar que el país puede salir adelante
sin la usura; son petimetres carentes de las agallas necesarias para actos heroicos,
sin fe en el patriotismo del pueblo argentino; porque desconocen esa
virtud.