lunes, 27 de abril de 2020


*La Democracia totalitaria,                                           
(Frases tomadas del libro: “Nos los Representantes”, de José María Rosa, pg. 360)

EL PAÍS LEGAL.

La constitución de 1853 no se cumplió estrictamente ni podía cumplirse. La constitución no existió como un sistema jurídico; vivió como un instrumento de dominación, temida por los unos y adorada por los otros como tal.

No hubo Presidentes, ni legisladores, ni federalismo ni nada de eso que esperaron, con mayor o menor ingenuidad los hombres del 53. Presidente es quien preside, ejecutivo el que ejecuta; y ni Mitre, ni Sarmiento, ni Avellaneda, ni Roca ni sus sucesores presidieron o ejecutaron; sencillamente mandaron. Mandaron con el congreso, sin el congreso o contra el congreso, y las más de las veces con ‘estado de sitio’. Tampoco los legisladores legislaron; su misión aparente era decir discursos que pocos oían en el recinto y ninguno leía en los diarios de sesiones, la trascendental era conseguir del Jefe de Estado el mayor número de puestos públicos para su clientela electoral, o influir en las concesiones que reclamaba la otra. Los gobernadores tampoco gobernaron, si “gobernar” se entiende por conducir; en el siglo XIX el comandante de las fuerzas nacionales preparaba una “revolución” local, por orden del ministro de guerra, si no marchaban a la cadencia del Presidente; en el XX no hubo necesidad de revoluciones porque los abogados descubrieron el “derecho de intervención” en la construcción gramatical de los arts. 5º y 6º. El gobernador fue solamente el “agente del P. E. nacional” que previsoiramente habían puesto los reformadores del 60 en la constitución. Diputados que gestionaban puestos de maestras y jueces temerosos de ser echados por un cambio administrativo, completaron el equilibrio provincial de poderes.
 
El desorden escrito había substituido al orden consuetudinario; el país legal del 53 al país real de la Independencia y la Restauración.

[…] “El presidente tiene un poder más grande que el que tuvo Rosas, sin la valentía de confesar la suma del poder público no el prestigio del Gran Caudillo. Es un dictador por 6 años, cuya voluntad es omnímoda. Pero es un mal dictador pues puede gobernar de espaldas al pueblo, lo cual no está permitido a los dictadores. Y es elegido, no por voluntad del pueblo, no por eclosión maravillosa y magnífica del démos, como fue elegido Rosas y como fueron elegidos todos los dictadores francos, claros del mundo, sino por fuerzas tenebrosas que se mueven en los corrillos de los comités, de las legislaturas y de las casas de gobierno. En los actos de los dictadores que no tenían miedo de llamarse dictadores, alentaba el pueblo del cual el dictador era el Caudillo, es decir, la expresión. En los actos de los dictadorzuelos falsamente democráticos viven las fuerzas anónimas de las grandes empresas comerciales o industriales, para las cuales la Patria empieza y termina allá donde empiezan y terminan sus intereses” (O.R.Amadeo, Política. Bs. AS. 1916).

José María Rosa

Comentario del blog: La democracia en argentina es totalitaria pues fue utilizada como ‘instrumento de dominación’ desde la implantación de la Constitución de 1853, como alerta Rosa con razón. Desde ese entonces, el Régimen liberal gobierna ferreamente Argentina.  Ahora bien, para degradar un país, la clase política liberal necesitaba engatuzar al pueblo para mantener la paz social, y convencerlo de que su voto tenía importancia decisiva en la política nacional. Este fue el gran fraude nacional, pues afecta a la esencia misma del Sistema; mientras que el robo de urnas o el voto compulsivo, que se dieron profusamente, carecían de importancia.
 Así fue como, lentamente, fueron corrompiendo al pueblo, ese pueblo que vivió heroicamente bajo el gobierno de don Juan Manuel, repitiéndole machaconamente que es él quien en realidad gobierna soberanamente. ¡Hasta que se creyó a pie juntillas la indigna demagogia! Quedando feliz por ser obediente ciudadano suicida. Al punto de exaltarse en la defensa del sistema partidocrático, que es su enemigo, injuriando al que lo ataca: no sos democrático, sos fascistas, o nazi, o totalitario. 

martes, 21 de abril de 2020


PERIODISMO: MADRE Y MAESTRA.

A continuación, el profesor Genta aclara la significación y el valor de los ‘hechos’, ( ‘informaciones’ o noticias)  transmitidos en los ‘noticiarios’ para ‘actualizar’ al pueblo. (en: ‘La Idea y las Ideologías, pg. 135):

“El hecho es un término de prueba incontrastable y todos los argumentos se estrellan contra la  roca firmísima de su presencia; pero como ya hemos insistido, es sumamente precario y siempre variable, tanto que se cambian unos por otros a cada momento. Además, los hechos requieren una adecuada interpretación para que su testimonio sea realmente válido, puesto que su inestabilidad y variabilidad extremas nos imponen fijarlos en la razón una y la misma que los eleva de hechos brutos a hechos explicados, de ambiguos y confusos testimonios a claros y precisos testimonios. Quiere decir que es su razón de ser y el fin de su existencia, el principio de su realidad y de su verdad; librado a su mera apariencia exterior y sensible, el hecho es cosa bruta y sin sentido ni valor ningunos; más bien encubre que revela lo que es, la verdad de lo que ha ocurrido. Por eso es que Nietzsche dice de los apologistas e idólatras del hecho, de aquellos que sólo piden hechos y nada más que hechos, esta profunda y decisiva verdad: “Sois los abogados del diablo. Lo sois al hacer del éxito, del “hecho” vuestro ídolo, siendo así que el hecho es siempre estúpido y en todo tiempo se ha parecido más a una vaca que a un dios”.
“El hecho tiene, claro está, la perfección del acto, de la existencia realizada, cumplida aquí y ahora; pero es una fugaz contingencia y está envuelto en la múltiple circunstancia, y no es fácil desenvolver su necesidad interior y apresar la substancia del mismo…”

Comentario del blog”: El periodismo es la ‘madre’ que alimenta al pueblo con noticias; el televidente sólo habla y ‘piensa’ de lo que le informan los periodistas, con una unción fervorosa, considerándolos personajes que encarnan la probidad ¿Entonces, el periodismo es buena madre y maestra? Los resultados están, a la vista; el periodismo falsea los hechos que comenta; y la pobre gente toma por verdades esos hechos y sus comentarios engañosos, pues luego del ‘lavado de cerebro’ liberal carece de criterio propio; y de valentía para sacudírselos de encima; aunque sospecha que lo engatusan. 
Consecuencia: la ignorancia política ha cundido popularmente, como es notorio. Irreversiblemente.

Ahora bien, una persona criteriosa puede, considerando el principio y el fin que originó determinado  acontecimiento, deducir su verdadero significado y su término. Y en tal caso los ‘hechos’ sólo sirven para ilustrar y corroborar su deducción. Debemos aumentar, con nuestra prédica nacionalista, la cantidad de las personas con sentido común que se animen a lavarse el lavado…

El periodismo al informar ¡deforma! Ante los hechos no valen los argumentos, dice la sabiduría, pero también enseña una verdad palmaria, que con hechos insidiosamente interpretados puede demostrarse cualquier cosa, por opuesta que sea.  ¿Cómo es posible que los periodistas confundan a los televidentes, sumergiéndolos en la ignorancia de lo que pasa a su alrededor, si comentan hechos que realmente acontecieron, irrebatibles, palpables?

martes, 14 de abril de 2020


¡OJO CON EL LIBERALISMO!

“…la Dictadura para ellos es una mala palabra; en lo cual se contradicen brutalmente, pero por fuera solamente; porque en el fondo lo que ellos quieren es la dictadura para ellos;  la dictadura con la cara de libertad….”             Padre Castellani.

A continuación reproduzco unos párrafos de una clase de Filosofía, dictada por el inolvidable profesor, mártir nacionalista, Jordán Bruno Genta, impresa en su libro “La Idea y las ideologías”, anatematizan-do  al liberalismo; debido a que en el prestigioso canal TLV1, que recomiendo vivamente, dirigido por el camarada Juan Manuel Soaje Pinto, se le otorga bastante espacio a un señor que se declara extremadamente liberal, con su consecuente rechazo a los dogmas declarados por la Iglesia.             Sus afirmaciones son extrañas, además, al nacionalismo; o sea a la realidad histórica argentina.

27º  Clase.

Sócrates insiste  en agotar todos los argumentos posibles, hasta aquellos prácticamente más fuertes e impresionantes que Protágoras puede esgrimir en defensa de su doctrina, a fin de que la refutación sea completa y definitiva. Corresponde anticipar que no obstante el carácter definitivo de la refutación socrática, la sofística reaparece siempre de nuevo y goza de una popularidad indiscutible, porque es el método para los fáciles triunfos en los negocios humanos, habida cuenta de la eficacia práctica de la simulación, del engaño, de las seductoras apariencias, de la economía del esfuerzo y de los acomodos oportunistas.

¿Acaso los prudentes que se usan y los numerosos partidarios del mal menor tienen otro maestro que Protágoras?

Una notoria falta de visión académica ampliamente difundida en los medios escolares de nuestro mundo occidental, impide, o hace difícil, por lo menos, el justo reconocimiento de Protágoras como padre del liberalismo en todos los órdenes teóricos y prácticos. El liberalismo moderno procede del Gran Sofista, tanto como el liberalismo de sus contemporáneos de la antigua Grecia.

Liberalismo quiere decir siempre lo mismo: odio incurable a toda autoridad legítima, así en el pensamiento como en la conducta. Una autoridad ilegítima, falsa, aparente es, en cambio, tolerable y hasta digna de los mejores auspicios liberales; nada más lógico puesto que una falsa autoridad es una real falta de autoridad y, además, un escarnio del principio de autoridad.

La supresión de la autoridad, esto es, de toda superioridad teórica y práctica, se consigue real y verdaderamente hasta donde es posible violentar el régimen natural de las cosas, por medio de una apariencia de autoridad y de ordenación jerárquica. Y así se llega a un estado de anarquía y confusión extremos dentro de una aparente organización constitucional y de una codificación artificiosa de códigos y reglamentos que parecen contemplar hasta el más mínimo detalle.

Todo está mezclado y confundido con todo: creencias, filosofías, artes, costumbres o usos, razas, sexos, edades, en un cosmopolitismo de feria de vanidades divinas y humanas donde todo vale igual y es igualmente respetable porque nada vale nada ni se respeta nada. He aquí el ambiente propicio para la sagrada libertad que preconiza el liberalismo; en esa Babel del espíritu se siente, por fin, libre  y se acomoda sin trabas ni escrúpulos de ninguna  clase .

Liberalismo quiere decir, pues, una inteligencia liberada de las odiosas definiciones y una voluntad libre de tener que decidirse y comprometerse definitivamente en nada.

Pretender que la inteligencia defina, diga lo que es, el ser uno y el mismo de las cosas, es un propósito dogmático, totalitario y opresivo que repugna a la libertad. ¿Porque una opinión ha de valer más que otra cualquiera? ¿Qué significa declarar que un juicio es verdadero y que otros son falsos? O, ¿Qué es eso de proclamar que hay una Religión verdadera y que las otras son falsas?

Tan sólo un espíritu sectario, fanático, regresivo y oscurantista puede hablar de la Verdad, del Bien, de la Belleza y de la Justicia con carácter absoluto: no hay ni debe haber esencia de nada y, por lo tanto, no puede ni debe haber definición.

Esto quiere decir que la inteligencia humana no tiene su objeto propio en definir, en declarar lo que es, puesto “que todo está en movimiento, y que las cosas son para los particulares y para los Estados tales como ellas les parecen”; tal como repite incansablemente Protágoras…. […].

Comentario del blog: el liberalismo, desde Protágoras hasta nuestros tristes días argentinos:

Ese señor liberal, repudia históricamente al hispanismo y al catolicismo, según lo escuché decir, empleando lugares comunes plagados de errores filosóficos e históricos, tan obsoletos y agresivos que se tornan risibles; siendo idénticos a los argumentos que los hermanos ‘tres puntos’ persisten en avivar.

Seguramente, al repudiar también nuestra tradición federal y rosista, y la autoridad paternal política de nuestros Caudillos, que fueron la gloria de nuestra nación, se identifica con los adoradores de la diosa Libertad, dogmática y asesina; por lo cual, en la época argentinista de don Juan Manuel, hubiera podido tener de compinches a Gutiérrez, Echeverría, y demás liberales, como es de suponer.

El liberalismo, en cualquiera de sus grados es enemigo del nacionalismo y del catolicismo. El liberalismo es un pecado patriótico y religioso; es verdaderamente una apostasía. Surge del error sacrílego de anteponer esa diosa sobre el Dios verdadero, siendo sus consecuencias erróneas y nefastas. El poderoso, y las naciones poderosas, pueden así libremente aplastar al débil, según enseña el Pecado original. El liberalismo, al desconocerlo, cae necesariamente en el absolutismo de las países ‘iluminados’, ‘democráticos’ o marxistas. La política del pasado siglo XX lo evidencia.

Por otra parte, este señor cuenta con una extensa información política realmente muy valiosa, que yo realmente valoro. Pero carece de formación política y religiosa. Esto es muy de lamentar, considerando su inteligencia y sus mejores intenciones, pues se torna intratable.

Sus comentarios a los hechos que descubre al no estar bien fundados y dirigidos, pueden fácilmente confundir a algunos televidentes, pues el liberalismo es una ideología demagógica que prende fácilmente en los seres ablandados por la ‘democracia’; que tanto abundan en nuestro país.

Esta postura es muy peligrosa, pues algún nacionalista, exageradamente complaciente, de gran ‘viveza’ política, podría encontrar fácilmente coincidencias, en algunos pocos y muy determinadas puntos, fuera de contexto, con liberales, masones, protestantes, marxistas o judíos; al costo de abandonar parte de su doctrina para establecer un absurdo contubernio ecuménico. Tal cual propone el Vaticano II con resultados catastróficos.  Tanto es así, que, desde su aplicación, la vigencia de las ideologías anti-nacionales aumentó enormemente en Argentina. La unión que de allí resulte será nula, porque los principios y los fines son absolutamente opuestos entre sí.  Nadie gana y todos pierden en la confusión.

Las palabras del profesor Genta sobre la nefasta teoría liberal, permanente arma anglosajona, son bien explícitas y claras, y definidamente nacionalistas. Por tanto, los nacionalistas debemos ser intransigentes y rechazar toda forma de liberalismo.


miércoles, 1 de abril de 2020


*Corona virus.
Los rabinos exigieron al gobierno de Fernández autorización para hacer baños purificadores en las sinagogas, pese a la prohibición estatal de realizar actos religiosos con afluencia de fieles. Inmediatamente se les concedió lo pedido; decisión lógica de un gobierno dominado por el judeo/calvinismo; aunque significaba preferenciar injustamente al judaísmo sobre las demás religiones e instituciones de todo tipo. Los judíos ortodoxos lo exigieron porque tienen fe en su religión; los judíos ateos, por su parte, seguramente se plantaron frente al gobierno nacional para demostrar el grado de acatamiento de los gobiernos cipayos y el poder que pueden ejercer sobre ellos.                                                                                                                 
Por el contrario, los Obispos ‘católicos’, fariseos y ecumenistas, no demostraron ningún interés en defender los derechos de la Iglesia y menos aún de enfrentar al gobierno, como es costumbre durante la historia eclesiástica argentina. Es así que decretaron de motu propio el cierre de las Iglesias, y la prohibición de actos litúrgicos; dejando a los fieles sin asistencia religiosa; y negando todo valor salvífico a la oración, la penitencia y la Sagrada Eucaristía.                                 

Este odioso problema, de la claudicación de la Jerarquía, fue expuesto magníficamente por monseñor Athanasius Schneider; que vivamente aconsejo leer en: “Adelante la Fe”. Y en cuanto a los entretelones de esta ‘pandemia’, recomiendo con el mismo fervor ver y escuchar la entrevista de Juan Manuel Soaje Pinto a la doctora Chinda Brandolino, en LTVI.

*Derechas Cipayas.
Las derechas ‘católicas’, entrevero de protestantes, masones, ecumenistas, etc., por ser fundamentalmente liberales, en todas sus variantes son CIPAYAS. Son lobos disfrazados con pieles de ovejas. Más que nunca, pretenden conciliar liberalismo masónico con patriotismo; partidocracia con Bien común; y lo único que logran es someter la ‘democracia’ liberal al Capitalismo ateo y subversivo judeo/calvinista.

La vigencia de José Antonio, que sufrió antes que nosotros este Vía Crucis que padecemos, es permanente:  el nacionalismo, o sea el verdadero y auténtico patriotismo no es ni de ‘derecha ni de izquierda’, ni del  centro;  representará a la totalidad de la Nación, a los personajes más excelsos del país, y no a este rejuntado de hipócritas que lucran en las Cámaras, y sólo representan al Régimen, tomando el camino inevitable hacia la revolución subversiva progresista/marxista.                                                                                                             

La Historia de la Cruzada española, nos enseña, aunque no queramos aprender, las consecuencias de la política desarrollada por esas derechas ‘demo/cristianas’, que no pueden, aun si lo quisieran, evadirse  de esa ideología que  es idéntica a la propuesta por los hermanos ‘tres puntos’. El que se alía con protestantes, aunque sea por el motivo más compasivo, si no es masón, terminará actuando como si lo fuese.   

He aquí el testimonio indiscutible de Brasillach y Bardèche, escrito en “Historia de la Guerra de España”, (pg. 51), respecto a quien trató de convivir fraternalmente con los izquierdistas y comunistas en plena ‘democracia’. Tal cual actuó el judío Kerensky en Rusia. De la misma manera que Gil Robles, se candidateó un personaje en nuestro país, aliándose, sin la menor perspicacia política y careciendo de apropiada formación, aunque no podríamos negar su patriotismo, con una protestante conectada con la famosa Clinton. Todos estos ejemplares de ‘avivados’ terminan paralizados para actuar en orden al bien político, abriendo camino a la confusión y al fin a la subversión.

“Sólo Gil Robles, que esperaba una evolución política normal, declara sin vacilación que su partido ‘estaría sin duda al lado del Gobierno [rojo] para el mantenimiento del orden público’, y tenía la ingenuidad de hablar de una ‘composición serena y razonada’. Necesitaba el asesinato de Calvo Sotelo para abrir los ojos, dos días más tarde entonaría su canto del cisne y descubriría –demasiado tarde- la ley interna de aquel régimen que él no había sabido enderezar.                                                                                                                                              

[…] Gil Robles descubría la verdad fundamental: no habiendo comprendido la democracia cuando podía obrar sobre ella, se daba cuenta del juego cuando quedaba reducido a la impotencia. La responsabilidad de los otros no disminuye en nada la suya. Había preparado por su debilidad el drama ante el cual se tapaba los ojos.

Pero también los partidos de izquierda habían olvidado el contrato de la democracia. Habían olvidado que cada papeleta de votación representa un fusil al que la minoría renuncia a cambio del compromiso solemne de que sus derechos serán respetados. La negación de la justicia, la ilegalidad, la arbitrariedad, son casos de ruptura de contrato. Todo elector vuelve a ser una cabeza, una cabeza que tiene el derecho a la legítima defensa. La lucha electoral puede convertirse en guerra civil, y según la consigna que sirvió de regla a la primera república francesa, ‘la insurrección se convierte en el primero de los derechos y en el más sagrado de los deberes’”.

*Discriminación (Genta: “La Idea y las ideologías, pg.198.)                                                                   
 La discriminación es un atentado a la ‘democracia’ liberal. Podríamos decir, más exactamente, que es un ‘pecado’ contra la ‘democracia’, pues esta es una pseudo religión con ‘dogmas’, como cualquier secta anglosajona. Pero como la ‘democracia’ liberal es un mito falso, también lo es la ‘discriminación’, que es uno de sus dogmas. La ‘discriminación’ liberal, ideología para insensatos, repudia la naturaleza de los seres; como ciegos que no reconocen las diferencias naturales que se presentan ante sus ojos. Estas diferencias deben acatarse necesariamente, aunque sin motivar privilegios injustos.                                                                                                                                                           
La prohibición de discriminar, es en realidad, una de las mentiras que la ‘democracia’ difunde para tener amansada a la ‘galería’; y cultivar, paradojalmente, fama de democracia auténtica. Porque en realidad, la ‘democracia’ liberal no es democrática, sino oligárquica; es el Régimen de Mamón.

Pero este Régimen cipayo, contradiciéndose, ejerce real y efectivamente la ‘discriminación’, con perfidia diabólica, contra los nacionalistas, para matarnos social y políticamente. Porque somos los patriotas que pretendemos el Bien nacional sobre los particulares; y en consecuencia, somos el testimonio vivo e irrecusable de la corrupción de ellos; verdad que no pueden soportar.

Como toda idea fundada en el error, se concreta en forma opuesta a la declarada; los ‘democráticos’ nos discriminan a los patriotas, y dejan sin discriminar la honestidad de la corrupción; la verdad de la mentira; la realidad de la ideología; el ser nacional del pluralismo ecuménico. Todo es igual, nada es mejor. En el Cambalache nacional nadie enjuicia a los corruptos ni a los traidores; y los ‘representantes’ del pueblo resultan siempre asombrosamente honorables.                                                                                                                                                                                       
El profesor Genta aclara terminantemente la absurdidad del dogma de la ‘discriminación’ liberal; que como todo falso ‘humanitarismo’, prácticamente es el fermento de violencia social; abortos contra los inocentes; aumento de la drogadicción juvenil; guerras para imponer la ‘libertad y la democracia’; entrega de la soberanía; lucha de clases, incentivada por el marxismo y el capitalismo al unísono; abusos contra los menesterosos; aumento de la desocupación, etc.  O sea, todo el horror que vivimos, se logró bajo el ‘dogma’ de la no discriminación.          

“Las épocas democráticas como la nuestra, que padecen el horror a la distinción y a la jerarquía, y el hombre declina hacia lo común y lo indeterminado, no reconocen otra forma de unión que una simple apariencia resultante de la supresión retórica de las diferencias y de las calidades. Esta presunta unión y solidaridad que promovería el arrasamiento de las diferencias, se plantea en modo análogo a la disposición fraternal entre los pueblos y los hombres que se supone  resultaría de la abolición de las nacionalidades y la consiguiente instauración de la paz perpetua.

La supresión de las diferencias no propicia el acercamiento ni la coincidencia, ni la unión; más bien provoca la soledad y el aislamiento irremediable de los términos en juego, por cuanto es una declinación hacia la materia, opaca e incomunicable de suyo. Se trata de una unión que es más bien separación.

La verdadera lucha por la existencia es una lucha por la distinción en lo universal; de ahí que distinguirse realmente sea tanto como ser y todo devaneo por los comunes denominadores sea tanto como no ser…”

*El método de los usureros.

(Tema que el excelente camarada Héctor Giuliani aborda insistentemente, por ser el meollo del accionar de la usura internacional). Dijo Henry Ford respecto a USA, hace varias decenas de años:
“Es bien sabido que la gente del país no entiende nuestro sistema bancario y monetario, porque si lo hicieran creo que habría una revolución antes de pasado mañana. El objetivo principal de los financieros es controlar el mundo mediante la creación de deudas inextinguibles”.

La deuda no debe cancelarse jamás, porque es el alimento, trabajo y esfuerzo a costa de la miseria, que el pueblo argentino arroja a los buitres judeo/calvinistas. Los gobiernos que pagan la dudosa ‘deuda’ servilmente, incontroladamente, los Kirchener, Macri, Fernández, y anteriores, -ninguno se salva de la ignominia-, son irresponsables y traidores que sólo ansían lamerle las botas a los amos del mundo para pasarla bien y enriquecerse a costa del país. Son gorrones incapaces de pensar   que el país puede salir adelante sin la usura; son petimetres carentes de las agallas necesarias para actos heroicos, sin  fe en el patriotismo del  pueblo argentino; porque desconocen esa virtud.