La campana prohibida que no la dejan sonar.
la judaización de JERUSALÉN.
¿Futura Capital JUDÍA del mundo?
LA JUDAIZACIÓN DE
JERUSALÉN VIOLA LOS DERECHOS DE CRISTIANOS Y MUSULMANES ,Y LOS SANTOS LUGARES
DONDE JESÜS VIVIÓ ANTES DE SER CRUCIFICADO. LA ACTITUD
PREPOTENTE Y CRIMINAL DE ISRAEL CONTRA LAS RESOLUCIONES DE LAS NACIONES UNIDAS
Y CONTRA LA HUMANIDAD .
A continuación datos tomados de un artículo: “Testimonios sobre Jerusalén”, publicado en la revista “Cuestiones Árabes,
de la “Misión de la Liga de los Estados
Árabes”; Buenos Aires, Julio 1976.
TESTIMONIOS SOBRE
JERUSALÉN.
Estos testimonios sobre Jerusalén se caracterizan por la diversidad de sus
enfoques. Periodistas de vasto renombre –dos británicos y dos soviéticos--, un
sacerdote católico (apasionado animador del diálogo islamo-cristiano), un
Director de la UNESCO, un habitante de Jerusalén atestiguan aquí lo que hoy
acontece en esta ciudad que la Historia ha consignado como símbolo de Paz y Fe,
llamada “ciudad santa”.
[…] Desde el 7 de junio de 1967 la
milenaria ciudad de Jerusalén, con su población árabe y sus santuarios
religiosos, está bajo ocupación militar. Las fuerzas israelíes penetraron ese
día en el sector árabe y han permanecido allí, ignorando la abrumadora
oposición mundial y cambiando en forma drástica el secular carácter ´árabe de
la ciudad. El Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas ordenó a Israel –en la ahora famosa Resolución 242—que se
retire de todos los territorios ocupados durante la guerra de junio de 1967; el
Vaticano ha reclamado en diversas oportunidades que Jerusalén “siga siendo lo
que representa: la ciudad de Dios, un
libre oasis de paz y oración un lugar de encuentro, de elevación, de acuerdo
para todos, con un status
internacional garantizado; el Consejo Mundial de Iglesias, por su parte, ha
protestado por la anexión de los sectores jordanos, llevada a cabo en forma unilateral por Israel, y exige “una
presencia internacional” en la ciudad.
[…](pg. 7) La tensión entre árabes y judíos surgió recién en el último
medio siglo, porque en ese período la cultura occidental de los judíos europeos
(ashkenazi) comenzó a ejercer predominio sobre los judíos de Medio Oriente. La
cultura árabe ha hecho de Jerusalén Oriental una ciudad de paz y tranquilidad
espiritual, La voz de los almuédanos, que desciende desde los alminares y las
campanas que repican desde las Iglesias cristianas recuerdan –aún a los
visitantes—que Jerusalén es un lugar de oración. El comportamiento social árabe
de Jerusalén Oriental representa un estilo de vida que condice con el carácter
sacro de los Santos Lugares.
Pero todo esto ha cambiado desde la ocupación israelí de 1967. La
modernización israelí se ha traducido en cambios irrevocables en el carácter de
la ciudad. Luces de neón, cabarets y música occidental perturban hoy la paz. El
gobierno israelí ha hecho planes para hacer de Jerusalén –Occidental y
Oriental—un bastión judío.
(pg. 10) PRIMER TESTIMONIO DE LA PRENSA BRITÁNICA.
[…] El periodista británico Michel Adams, conocedor profundo de los
acontecimientos que durante las últimas décadas han tenido lugar en Jerusalén,
expuso su personal visión de ellos en una conferencia ante la Cámara de los
Comunes… Jerusalén es única, ofrece una experiencia incomparable, que tiene sus
raíces en el hecho de que Jerusalén es parte de la herencia de la humanidad en
general, cosa que no se da, de la misma manera, en ninguna otra ciudad del
mundo.
La tragedia de las actual
Jerusalén es que esa universalidad se ve amenazada. Está siendo amenazada por
la política de sus nuevos señores; porque estoy convencido de que la política calculada y explícitamente
expresada del actual gobierno de Israel es el de convertir a Jerusalén en una
ciudad judía… (pg. 12) […] Están persuadiendo a los pobladores árabes y también a la
gran mayoría de la comunidad internacional, de que la cooperación y la
coexistencia basada en la igualdad son imposibles. Los están persuadiendo de
que la dominación israelí en Jerusalén es tanto física como psicológica, y que
cualquier oposición a ella se enfrentará con la fuerza… los israelíes no
permitirán que nada los aparte de su objetivo de dominio físico sobre la ciudad
y sus habitantes… [frustrando]
cualquier intento internacional de insistir en el arreglo pacífico y justo para
Jerusalén, [rechazando] con una frase
despectiva una resolución unánime del Consejo de Seguridad…
(pg. 19) […] Finalmente, hoy vemos en Jerusalén una forma de contaminación.
A decir verdad más de una. En primer lugar está el hecho de que un marco glorioso
está siendo deliberadamente profanado por edificios que son inapropiados en todo
sentido para ese ambiente. Los árabes de Jerusalén se quejan de que esta
degradación física va acompañada por una especie de contaminación moral, que se
refleja en un descenso de los niveles de conducta, la proliferación de clubes
nocturnos y la prostitución; pero, por sobre todo en el creciente sentimiento
de amargura y de separación en esta ciudad en la cual se dice que ha sido
reunificada. En tercer lugar, y esto es sin duda lo más serio: los israelíes
desconocen sistemáticamente la significación de Jerusalén como lugar santo para
los fieles de tres grandes credos.
Por nuestra parte nosotros recordamos las palabras de uno de sus Profetas,
Miqueas, que dijo algo que a mi juicio tiene que producir por lo menos un
estremecimiento en cualquiera que crea en una relación entre el moderno Estado
de Israel y las profesías de la Biblia: “Oíd
esto, cabezas de la casa de Jacob y príncipes de la casa de Israel, que
abomináis la justicia y provocáis al enemigo: que edificáis Sion con sangre y
Jerusalén con injusticia. Por eso, por causa de vosotros, Sion será arada como
campo y Jerusalén será un montón de ruinas”.
[…] (pg. 21) Los planes en desarrollo en Jerusalén fueron duramente
criticados en el artículo editorial del “Times” de fecha 14 de junio. Ese mismo
día el “Times” publicaba también un informe de su reportero Eric Marsden,
acerca de la profanación de Jerusalén. En él se lee: “U-Tant podrá prevenir en
contra de la anexión, el Papa Pablo podrá clamar por un “status especial”, los
Estados árabes podrán declarar una guerra santa, pero los israelíes ignoran
decididamente a todos y siguen “creando derechos”… No quedará mucha belleza si
el Ministro de Transporte y Comunicaciones, señor Simón Peres sale con la suya.
Aboga por instalar a casi todos los nuevos inmigrantes en Jerusalén para añadir
–en cuatro años—unas 200.000 almas a la población ya existente en la ciudad…
(pg. 22), SEGUNDO TESTIMONIO DE LA PRENSA
BRITÁNICA.
Eric Marsden visitó Israel como corresponsal de “The Times” y sus artículos
motivaron el editorial del 14 de julio de 1971. Señala la firme determinación
de los israelíes de mantener a toda costa el premio ganado hace cuatro años…
Israel tiene una idea acerca de Jerusalén; la ciudad no puede ser compartida por
el resto del mundo. La idea israelí es que Jerusalén es esencialmente y para
siempre, la capital del Estado…
El resto del mundo –y por supuesto, en particular los fieles cristianos y
musulmanes—creen que la ciudad no debe ser propiedad exclusiva de un Estado,
pues la ven más bien como un sagrario, parte de la herencia de toda la
humanidad.
Pero el respeto [de los israelíes] por las reliquias no servirá de muchos
si se las rodea por un flamante y vasto complejo urbano de acero y cemento.
Esto es lo que está ocurriendo ahora. Para decirlo con todas las letras: Jerusalén
está siendo transformada de una bella ciudad en una ciudad con suburbios feos.
Por una mezcla de consideraciones
estratégicas y políticas se están levantando a toda prisa altos bloques de departamentos
en los terrenos árabes expropiados al N. al E. y al S. de la ciudad.
Naturalmente ha habido protestas. U Thant y el Departamento de Estado han
protestados por razones políticas; el Vaticano por razones religiosas; las
comunidades cristianas y musulmanas locales por casi todas las razones; muchos
israelíes han expresado también su disconformidad en términos muy enérgicos.
Estas protestas no sólo has sido desoídas sino que hasta han estimulado a las
autoridades [israelíes] a proseguir las
obras con mayor ahínco todavía.
[…] (Pg.26): TESTIMONIO DE LA PRENSA
SOVIÉTICA:
Artículo titulado:
“Tragedia de la Ciudad Eterna”, escrito por dos periodistas soviéticos L.
Kuriafin de “Izvestia” y N. Fiatov de la “Agencia Tass”, que visitaron
Jerusalén en 1971.
Es una ciudad donde cada piedra es la Historia misma. Aquí pronunció su
veredicto Poncio Pilato, y se encendieron las antorchas de los guardias del
emperador Tito que incendiaron “la ciudad eterna”. Las calles de Jerusalén
retemblaron bajo los cascos de los caballos de los cruzados. La recorrieron
numerosos pintores llevando a cuestas sus caballetes de pintura, entre ellos el
ruso Polinov. Cerca del monte Coria se encuentra la casa donde vivió y trabajó
A. Bunin.
Así se presenta Jerusalén: un registro, un volumen que contiene leyendas y
realidades; mezclándose en ella la Edad Media con nuestra era contemporánea. La
Historia de Jerusalén es la historia de las guerras y tragedias que se
abatieron durante largos siglos sobre las vetustas piedras de la ciudad.
Cuarenta veces pasó Jerusalén de mano en mano. La invasión israelí a la antigua
ciudad de Jerusalén, en 1967, es la 41ª invasión.
La antigua Jerusalén vive actualmente otra de las páginas trágicas de su
historia. Desde hace cuatro años sufre el yugo de la dominación israelí. La
horda militarista que gobierna en Tel Aviv no sólo ocupó la ciudad vieja, sino
que traza grandes proyectos para anexarla. Las autoridades israelíes han
comenzado a judaizar Jerusalén: es
decir a arrebatar a Jordania la parte árabe de la ciudad para anexarla a
Israel, violando así la Resolución de la
Asamblea general de la ONU.
Como ya se sabe, la Asamblea General de la ONU adoptó en 1947, una
resolución sobre Jerusalén, considerando en adelante, a la ciudad como una
unidad independiente, regida por un estatuto internacional particular. Se
suponía que la ciudad estaría ocupada por un consejo de tutela, en nombre de la
ONU. El estatuto establecido para Jerusalén debía comprender disposiciones acerca
de la organización administrativa y su misión, las funciones de gobernador, de
la autoridad autónoma local, de las medidas para preservar la seguridad de los
Lugares Santos, de la justicia, de las libertades civiles de la población, de
las relaciones de Jerusalén con los países vecinos.
Pero dicha Resolución no se aplicó. Como consecuencia de la guerra
árabe-israelí en 1948-49, las fuerzas israelíes ocuparon la parte occidental de
Jerusalén (la ciudad nueva) mientras
el ejército jordano ocupaba la parte oriental (la ciudad vieja). Conforme a los acuerdos de Rodas sobre el
armisticio entre Israel y Jordania (3 de abril de 1949) la ciudad quedó
dividida en dos partes. Cada una tenía su municipalidad, que funcionaba según
las leyes israelíes o jordanas respectivamente.
Todas las acciones consumadas más tarde por Israel, demostraron, de una
manera evidente, que no reconoce las resoluciones de la ONU concernientes al
establecimiento de un Estatuto internacional especial en Jerusalén; y hasta
procedió a la anexión de la ciudad nueva. En enero de 1950 la Kenesset (parlamento
israelí) proclamo a Jerusalén como capital de Israel. Inmediatamente todos los
organismos gubernamentales israelíes fueron trasladados a dicha ciudad, entre
ellos el propio Ministerio de Relaciones exteriores. Más tarde, como
consecuencia de la traicionera agresión israelí de 1967 contra los países
árabes, las fuerzas agresoras ocuparon la parte oriental de Jerusalén.
Después de la ocupación de la ciudad Moshe Dayan, Ministro de Defensa de
Israel proclamó en forma jactanciosa: “Hemos recuperado la segunda parte de
nuestra capital: Jerusalén, para no
cederla nunca más”.
Inmediatamente después de la ocupación, las autoridades israelíes empezaron
a poner en práctica medidas de discriminación que probaban la voluntad de
Israel de quedarse en ambas partes de la ciudad “para siempre”. Los israelíes
se apresuraron a cambiar las disposiciones vigentes para otorgar las cédulas de
identidad en la ciudad; luego procedieron a la expulsión de la administración
árabe, y obligaron al intendente de la ciudad árabe de Jerusalén a abandonarla.
Acto seguido la Kenesset ratificó los documentos nuevos, pero ilegales,
estipulando la generalización de la autoridad israelí, y extendiéndola al
sector árabe. Además las autoridades israelíes procedieron a convocar y
celebrar públicamente en Jerusalén las diversas conferencias y reuniones de las
organizaciones israelíes para afirmar, como anunció el diario “H’ARETZ”, el
“carácter puramente israelí de la ciudad”. Prueba de esto fue la reunión organizada
y celebrada en ella por los millonarios
judíos que afluyeron a la “ciudad eterna” desde todos los confines de la tierra
para demostrar el apoyo del sionismo mundial
a la política extremista de Israel a través del canal de los ídolos del dinero.
El principal propósito de
la judaización de Jerusalén es expulsar a la población árabe de la ciudad. Las autoridades de Tel
Aviv están aplicando este plan en varias etapas: 1) Rodearon primero a la
ciudad con un cinturón de colonias fortificadas para “sumirla” de este modo en el
“territorio de Israel”. 2) Los israelíes procedieron luego a dinamitar las casas
árabes y a expulsar a los árabes de la propia Jerusalén. Justificaron todo eso
con el pretexto de la “necesidad” de limpiar los alrededores del “Muro de los
Lamentos”. Las topadoras suprimieron de la superficie de la tierra las casas
árabes, en esa zona de Jerusalén y en otras.
Actualmente las autoridades de Tel Aviv intentan ejecutar un plan farisaico
que consiste en asegurar una mayoría judía en Jerusalén mediante la expulsión
de la población árabe. Las últimas estadísticas indican que sólo quedan 75.000
pobladores árabes, mientras que antes de la “guerra de los seis días” de 1967,
su número pasaba de 300.000.
Los medios políticos del Líbano y otros países árabes subrayan el hecho de
que Israel persiste en “asegurar la mayoría judía en Jerusalén” con métodos
tendientes a poner a los árabes y a la opinión pública mundial ante el hecho
consumado, o sea con la creación de lo que se llama el “Gran Jerusalén”,
habitado por casi 900.000 israelitas.
El destino de Jerusalén es también actualmente objeto de la inquietud de
los medios religiosos mundiales. Como se sabe existen en ella lugares sagrados
dependientes de tres religiones: el cristianismo, el Islam y el judaísmo. Sin
embargo, Tel Aviv pretende que sólo Israel tiene el derecho de poseer
exclusivamente la “ciudad eterna” por “circunstancias históricas” numerosas y
“consideraciones religiosas”.
Este punto de vista encontró el rechazo y la condena de las autoridades
religiosas islámicas, del Vaticano, de los representantes de la iglesia
ortodoxa y de numerosas otras organizaciones religiosas. Los representantes
oficiales del Vaticano emitieron últimamente un comunicado especial criticando
enérgicamente la declaración hecha por Abba Eban al “Corriere Della Sera”, en
el cual trató de hacer admitir la “esencia israelí” de Jerusalén.
El diario católico de gran influencia “La Civiltá Católica”, se opuso al
plan israelí de remodelar la parte árabe de la ciudad afirmando que dicho plan
“viola los derechos de las demás religiones de la ciudad santa”.
“L’Oservatore Romano”, que refleja generalmente el punto de vista de los
medios oficiales del Vaticano, expresó la misma oposición. Cabe señalar que pocos
días después de la publicación de ese manifiesto en el diario, un grupo de
sionistas norteamericanos “militantes”, que viajaban de Israel a Estados
Unidos, decidió hacer una escala en la capital italiana y “pidieron
personalmente” al Papa Paulo VI “desmentir” lo que dijo “L’Oservatore Romano”,
dispensando así su protección y su aval a las operaciones de usurpación
efectuadas por los aventureros israelíes.
En el Líbano, donde las autoridades cristianas y musulmana son importantes,
oímos más de una vez que los actos ilegales de Israel constituyen un sabotaje y
una aventura política dirigidos tanto contra los medios religiosos del orbe
como contra la opinión política mundial. En nuestras conversaciones con
numerosas personalidades de la vida social y política libanesa se indicó que
había que considerar la judaización de Jerusalén, primordialmente como una grosera violación de las disposiciones
fundamentales del derecho internacional, pues con ella Tel Aviv está preparando
el terreno hacia la creación de lo que llama el “Gran Jerusalén” (que jugará más tarde el papel de capital del “Gran Israel”) por el canal de la
agresión cruenta y brutal y los actos de apropiación ilegal.
Cuando los que fueron obligados a abandonar Jerusalén y dirigirse a la
ribera oriental del Jordán, al Líbano y al Sudán, hablan de los actos de salvajismo
perpetrados por los ocupantes israelíes, dan los últimos retoques al cuadro de
la tragedia actual de la ciudad. Un maestro del viejo Jerusalén –fray Hakim—nos
dijo que las autoridades israelíes intentan sin cesar y por todos los medios
hacer entender a los árabes que la ocupación es un hecho definitivo.
Esto se hace evidente en el estacionamiento permanente de las patrullas
israelíes en la Puerta de Damasco (una de las puertas que llevan a la ciudad
vieja de Jerusalén) en los intermitentes toques de sirena de los coches de la
policía a través de la “ciudad eterna” y en los barrios israelíes que se
levantan sobre los escombros de las casas árabes. Y como estas “alusiones” no
ayudan convenientemente a los ocupantes, éstos recurren a otros métodos: las
manifestaciones árabes son reprimidas por grandes cantidades de policías y aún
de fuerzas del ejército: los soldados llevan a cabo campañas de registros en
las casas de los árabes “sospechados” de colaborar con los comandos palestinos,
y conducen a los detenidos hasta las alambradas de púa de los campos de
concentración. Se proyecta además sobre Jerusalén la tétrica sombra del toque
de queda.
Puedo testimoniar, agregó, en mi calidad de maestro, que las autoridades
israelíes intentan arrancar todo lo que es árabe. La judaización de Israel no
constituye sólo una ocupación de la ciudad por la horda militarista israelí,
sino también y sobre todo una tentativa de liquidar nuestra cultura espiritual,
cerrar nuestras escuelas y robar nuestros valores históricos y las reliquias de
nuestra antigüedad.
En el Líbano, como en los restantes países árabes, se levantan voces de vigorosa
y firme protesta contra la judaización de Jerusalén. Los árabes proclaman
enérgicamente que Israel no debe cambiar el estatuto de la ciudad. La opinión
pública de los países árabes espera que la ONU, en calidad de magna
organización internacional, condene con determinación los actos de expoliación
cometidos por Israel en Jerusalén.
[…] (Pg. 34) TESTIMONIO DEL SACERDOTE
CATÓLICO PADRE JOAQUÍN MAUHERAC.
[…] desde el punto de vista desde el cual miro a Jerusalén, separar la Ciudad
Santa del conjunto de la Tierra Santa y arrebatarle a Palestina su capital es
–en la empresa de ciertos especialistas—una operación que, aunque no sea
producto de parcialidad o de mala fe, no por ello corresponde menos
objetivamente a una grave injusticia.
[…] (pg. 38) El investigador menos prevenido que, ante todo, sobrevuele
desde antes de Abrahan los 30 o 40 siglos de historia de Jerusalén, sin hablar
de su prehistoria, no puede dejar de corroborar los vínculos profundos que
ligan a esta ciudad y al pueblo de Palestina con el mundo circundante, bajo los
más diversos factores de cambio y hasta en los trasplantes de población.
(Pg. 57) UN HABITANTE DE JERUSALÉN ANTE LA ONU:
Extractos de un discurso pronunciado por el señor Walid Khalidi en la
Asamblea General el 4 de junio de 1967, patrocinado por la delegación de Iraq:
[…] No tenemos intenciones de rechazar todas las deliberadas
falsificaciones de hechos que representantes israelíes han formulado en su
intento de distraer la atención en este punto central: el rechazo desafiante
por Israel del deseo de la comunidad internacional. (pg. 59) Fue Israel quien,
por razones que ella mejor conoce, rechazó hacer una declaración sobre los
Santos Lugares similar a aquella hecha por los gobiernos Árabes.
[…] (pg. 60) porque hay judíos árabes, cristianos árabes y musulmanes
árabes, los árabes son quizás, singularmente, llamados a ser los guardianes
titulares de los Santos Lugares, su papel tradicional y privilegio en
Jerusalén. […] Declaremos, primero, que eran los árabes quienes siempre
defendieron la unión de Palestina, y que eran los sionistas quienes intrigaban
y exhortaban y agitaban en favor de la partición. Nada menos que 15.000 bajas
árabes resultaron de la Gran Rebelión Árabe entre 1936 y 1939, contra el primer
plan de partición del país, y por lo menos un número equivalente de bajas se
registraron en la lucha desesperada por el intento de impedir, de nuevo, la
partición en 1947.Fue, pues, el sionismo el que trajo incendios intencionales y
rapiñas, odio y sufrimiento, alambre de púas y campos minados en Palestina.
[…] (pg. 61) En los límites de la ciudad, vieja y nueva, la posesión judía
de la propiedad en Jerusalén constituía, en vísperas de la partición, en 1947,
no más del 25%. Como resultado de operaciones militares cuidadosamente
planeadas en la guerra de 1948, los sionistas se apropiaron del 84,13 % sobre
los límites asignados a ellos de la ciudad.
[…] Este botín de guerra comprendió, íntegramente, centros comerciales y
barrios residenciales árabes… Los residentes árabes de estos barrios fueron
expulsados por el terror y las carnicerías. Las casas, almacenes, cines,
oficinas, hospitales –todos los edificios y lugares que constituyen una
ciudad—fueron confiscados e inmediatamente colmados de inmigrantes.
[…] (pg. 62) Dada la actividad sionista frente a la religión no sorprende,
aunque sea aborrecible, que los sionistas e Israel hayan demostrado poca
consideración por la santidad de las reliquias y Lugares Santos de otras
religiones. Centenares de mezquitas y centenares de aldeas árabes en Israel han
desaparecido de la superficie de la tierra….
Las orillas del Lago de Galilea, él mismo uno de los sitios más sagrados del
cristianismo, está plagado de cabarets y clubes nocturnos, fenómeno observado y
condenado ya en 1946 por el Comité Anglo-Americano de Investigación en
Palestina. El río Jordán, las aguas del bautismo, han sido intoxicadas con las
aguas cáusticas arrojadas en él, de modo que se ha convertido en un riachuelo
apestoso y fétido, gracias al sionismo.
En Jerusalén, el cementerio musulmán en Mamillah, donde yacen las tumbas de
generaciones de estudiosos y sabios musulmanes, ha sido profanado. Clérigos
cristianos, con sus hábitos religiosos puestos, no han sido dejados en paz, y por
lo menos uno de estos clérigos, el Custodio del Jardín de la Tumba en
Jerusalén, ha sido fusilado a sangre fría el 7 de junio de 1967.
[…] (pg. 64) Los residentes árabes de estas zonas permanecieron en el lado
jordano, a la vista de sus propiedades, escenarios de su niñez, herencia de sus
padres, fruto de su labor y ahorros; ver todo aquello perdido irreparablemente,
ocupado por personas ajenas… En otras palabras, los residentes árabes pueden
ahora tocar sus antiguas casas desde el exterior, pueden hasta olfatearlas, si
lo desean…
ANEXO.
RESOLUCIÓN DE LA ONU SOBRE
JERUSALÉN. ASAMBLEA GENERAL 2253 (ES-V).
Medidas tomadas por Israel con el fin de cambiar el “status” de la ciudad
de Jerusalén (5148; reunión plenaria; 4 de julio de 1967).
LA ASAMBLEA GENERAL
Profundamente preocupada por la situación
prevaleciente en Jerusalén como resultado de las medidas tomadas por Israel con
el fin de cambiar el “status” de la ciudad. 1) Considera que tales
medidas carecen de toda validez.
2) Exhorta a Israel
a dejar sin efecto todas las medidas tomadas y a desistir inmediatamente de
emprender acción alguna que pudiera cambiar el estado de Jerusalén.
3)
Pide el Secretario General informar a la Asamblea General y al Consejo de
Seguridad sobre la situación y la ejecución de la presente Resolución no más
tarde de una semana después de su adopción. 5154, Reunión plenaria, 14 julio 1967.
*
LA ASAMBLEA GENERAL
Remitiéndose a su Resolución 2253 (ESV) del 4 julio 1967, habiendo recibido
el informe presentado por el Secretario General. Tomando nota, con el más
hondo pesar y preocupación, del no acatamiento por parte de Israel de la resolución
2253 (ESV). 1) Deplora la falta de
ejecución, por parte de Israel de la Resolución de la Asamblea General 2253
(ESV);
2)
Reitera su exhortación a Israel en
esta Resolución a dejar sin efecto toda medida ya tomada y a desistir
inmediatamente de emprender acción alguna que pudiera alterar el “status” de Jerusalén;
3) Pide al Secretario General
de informar al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General sobre la situación
y la ejecución de la presente Resolución.
*