¡ Qué tiempos !
Por el Padre M. Carmona, Acapulco, México
¡Qué tiempos tan
raros estos
En que estas cosas suceden!
Yo pregunto ¿Cómo pueden
Tales cosas suceder?
Así salió murmurando
Del templo mi amigo Alfonso
¡Calla cuate, no seas sonso,
Le dije, hay que comprender!
Que en esta misa moderna,
Por satánico artificio,
Dejó de haber sacrificio
Y sólo en cena quedó.
En su capítulo octavo
Daniel nos da testimonio
De que por rabia el demonio
El sacrificio abolió.
Hoy por eso se nos dice
Con tanta insistencia fea
Que la Misa
es asamblea,
Cena, banquete o festín;
Y que ahora el sacerdote
No es como antes oferente,
Sino sólo presidente,
Personaje de postín.
Por eso, porque no es Misa,
Se hace todo en una mesa,
Y a nadie causa extrañeza
Que hayan quitado el altar.
Por eso, porque es banquete
Se hace con mucha algazara
Y una música tan rara
Que hace a todos balancear.
Aquí mi amigo
interrumpe:
‘Con razón al cura he
visto
Celebrar de espalda a
Cristo
Y no hincarse ni una
vez’
¡Pues claro! –le dije
luego-
¿Quién se arrodilla en
banquetes
En comedias y sainetes?
¿A quién de rodillas
vez?
Si la Misa es sólo eso,
Como lo enseñan hoy día
Se acabó la Eucaristía;
Y veo que tiene razón
Ese cura que a
cualquiera,
Mando en tono
autoritario:
¡Abre, muchacho el
sagrario,
Ponte a dar la
comunión!
Y se explica que las
monjas,
De costumbres tan
claustrales
Hereden de las vestales
Su asombrosa dignidad
Y que haya minifalderas
En el Santo de los
Santos
Para brindar sus
encantos
A la nueva cristiandad.
¡Caramba, termina
Alfonso
Malhumorado y molesto-
¡Qué peligroso y
funesto
Se avisora el porvenir!
Si el Sacrificio
Perpetuo
Se abolió de los
altares,
Correrá la sangre a
mares
El mundo va a sucumbir.