DISLATES AVINAGRADOS.
YA NO SE RESPETAN LAS RESTRICCIONES MORALES.
Se informó por Youtube que Milei fue proclamado en Los
Ángeles (USA) por sus correligionarios EMBAJADOR DE LA LUZ, aunque no se
transmitieron oficialmente los méritos para tal designación.
Este privilegio me
recordó una escena bíblica, protagonizada por Samuel, cuando, no sabiendo a quien elegir como
monarca de Israel, invocó a Yahvé, quien
le ordenó que proclame rey al primer visitante que se le presente al día
siguiente. El cual fue el pastor Saúl, que rondaba por esos pagos buscando la
borricas de su padre. Samuel, al verlo entrar, quedó conmocionado por su gigantesca
estatura, su único mérito evidente… pero suficiente para atacar y destruir a
los vecinos. Y lo ungió como Príncipe, con un privilegio otorgado por Yavhé: cualquier acción de Saúl carecería de
restricciones morales; hiciera lo que hiciera, Yahvé lo avalaría; pues sería el
representante de la Luz.
Seguramente le habrá otorgado el mismo privilegio a Milei.
Al menos así se lo hacen creer a él ciertos rabinos. Él se guía por las luces negras y
obscuras de la secta Lubavich, que, según
evidencia su proceder, le ordena tergiversar, dilapidar, aborrecer, destruir,
confundir, no respetando ni a los padres ni al país donde nació, ni a sus
mismas declaraciones políticas. ¡En
nombre de “Yahvé”! ¡Y de la estrella de
David y del aplauso de los anglosajones!
¡Pobre Patria Argentina! Sigilosamente – aunque cada vez más descaradamente—está
rematando la integridad espiritual y política de la Patria.
Luz sionista que sólo es ficción, parodia belicosa de
quien es la verdadera Luz del mundo, pues el que la sigue no anda en tinieblas;
ella ilumina el sendero político que conduce al Cielo; y la Patria a la Gloria.
Es “Luz de vida”, soleada y alegre, de amor, respeto y dignidad para todos los
hombres y todas las naciones. (Jn. 1-
8/12)…
DISLATE CULINARIO.
Un gracioso mejicano, viajero por el mundo, “Luisillo el
gordillo”, descubrió, gracias a su afición gastronómica, que en varios países
orientales nuestros hermanos asiáticos comen todo lo que respira, por aire, mar
o tierra: se chupan los dedos saboreando ratas, serpientes, cucarachas,
insectos en general, murciélagos, hermosos y relucientes escarabajos, y hasta
huevos a punto de eclosionar con el pollito adentro, ¡ y provechito !
Enterado Klaus Schwab y su banda de filántropos correligionarios,
con el amor de madre amamantando a su bebito, decretará una ley universal,
asegurando que esos deliciosos alimentos son los más apropiados para no
contaminar el ambiente y para preservar la salud del género humano. Un alimento
que revolucionará el mundo instaurando paz, bienestar y abundancia.
Claro está que siempre habrá ignorantes que refunfuñen,
temiendo les duela la pancita. Y se consuelan deseando que Klaus Schwab, tan
amante de la comida oriental, debería dar el ejemplo comiendo un delicioso sangüichito
de babosas, remojado en caca/cola, y continúe luego comiendo insectos hasta que
reviente de hartazgo.
Si tuviese intenciones de purificar cuerpo y alma, lo que
caritativamente le recomendamos, es apropiado el siempre eficaz remedio casero:
un litro de aceite de bacalao antes de partir a dar alguna de sus promocionadas conferencias
por el mundo democrático. ¡Por la boca y por el ano saldrá abundantemente la
misma repugnancia!*
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