miércoles, 5 de julio de 2023

El Padre Fernando Reas Rifan, escribió en la revista IESUS CHRISTUS (año 2001), una interesante y breve recopilación de hechos que configuran un verdadero escándalo farisaico.  A continuación transcribo los últimos párrafos que explican lo que deseo destacar.

 

 Luego, a continuación, inspirado por el anterior, describí otro escándalo farisaico que afecta la figura prócer de nuestro Restaurador, y la de todos los patriotas federales que defendieron nuestra Patria.

 

Ambos escándalos profusamente conocidos y constantemente ocultados y tergiversados, bajo mandato de las logias. No está demás recordarlos.

 

EL ESCÁNDALO FARISAICO

 

“El catecismo enseña que el escándalo farisaico acontece cuando una palabra o acción, irreprensible en sí misma, provoca espanto o escándalo en ciertas personas tendenciosas, las que cierran los ojos ante otros hechos realmente escandalosos. El nombre proviene del proceder semejante de los fariseos, a los cuales y dijo Nuestro Señor Jesucristo; “¡Oh,  guías de ciegos, que coláis un mosquito y os tragáis un camello”. Cometían los mayores crímenes y se escandalizaban, por ejemplo, cuando Jesús, para hacer el bien, no observaba, como ellos querían la ley del sábado.

 

La historia se repite.  ¡Cuántos se rasgan sus vestiduras, como fariseos, escandalizados porque Monseñor Lefebvre consagró Obispos realmente católicos para continuar con la Tradición de la Iglesia y enfrentar la herejía reinante! Pero…

 

·        No se escandalizaron cuando el Papa Juan Pablo II, visitando un templo luterano elogió “la profunda religiosidad y la herencia espiritual de Lutero” (17/11/80). No se escandalizaron cuando, acompañado por varios cardenales, participó en un templo luterano de Roma, de un oficio herético y recitó una oración compuesta por Lutero (11/12/83).

 

·        No se escandalizaron cuando el Papa Juan Pablo II recibió una delegación de la masonería judaica B’nai B’rith, calificando la recepción de“ encuentro entre hermanos”” (17/6/84).

 

·        Ni se escandalizaron cuando, en Tailandia, el Papa Juan Pablo II visitó al patriarca budista Vasana Tera, delante del cual se inclinó profusamente.

 

·        Ni se escandalizaron cuando el Papa Juan Pablo II envió un representante oficial a la colocación de la primera piedra de la mezquita musulmana más grande de Europa, en Roma (11/12/84).

 

·        Ni se escandalizaron cuando en Togo el Papa Juan Pablo II asistió a ritos animistas en la “selva sagrada” (8/8/85).

 

·        Ni se escandalizaron cuando, en la India, el Papa Juan Pablo II recibió en la cabeza  el “tilak” de parte de una sacerdotisa hindú (2/2/86).

 

·        Ni se escandalizaron cuando el Papa Juan Pablo II visitó la gran Sinagoga de Roma, en donde participó en la recitación de salmos (13/4/86). Ni cuando convidó a católicos y judíos a “preparar ambos la venida del mesías” (24/10/86).

 

·        No se escandalizaron cuando, en la Iglesia de San Francisco de Asís, en un encuentro patrocinado por el Vaticano, los bonzos adoraron al gran Lama que para ellos es la reencarnación de Buda, sentados dando la espalda al sagrario que contenía el Santísimo. Ni cuando el ídolo Buda fue colocado sobre el Tabernáculo del Altar Mayor y allí fue adorado por ellos. Ni cuando los hindúes invocaron a sus dioses, sentados alrededor del altar de la iglesia de Santa María la Mayor en Asís (24/10/86).

 

Sólo quien no sintió profundo dolor en el corazón al ver la Sangre de Cristo así pisoteada  y la misión de la Iglesia traicionada, podrá rasgar sus vestiduras y “arrojar piedras” hipócritamente ante la actitud firme y valiente de Monseñor Lefebvre, llevado únicamente por el amor a la Santa Iglesia de Dios. Ya lo decía San Gregorio Magno: “Es preferible que ocurra un escándalo antes que esconder la verdad. Escándalo doble sería tolerar el error, cubrir un crimen con su disculpa, por no decir su complicidad” +

 

ESCÁNDALOS FARISAICOS UNITARIOS.

 

ESTADO DE GUERRA. La Historia oficial argentina es íntegramente un escándalo farisaico, escrita con saña desde las logias, adjudicándole a don Juan Manuel de Rosas violencias, atropellos y crímenes que, según ellos   cometía habitualmente. Pero si esto ocurrió, --documentalmente aseguramos que ¡no ocurrió!--fue en plena guerra civil,  cuando los imperialistas asediaban ignominiosamente nuestra Patria, y  acechaban la indiada, y los brasileros, entre otros… ¿Cómo contener, además,  al pueblo ofuscado y excitado teniendo a la vista la flota enemiga que lo deshonraba? En esa condición, entonces, la traición de los unitarios que apoyaban a los imperialistas, en cualquier país civilizado hubiera merecido el ostracismo o la muerte.

 

CIPAYOS ASESINOS. También el cinismo indignante y perverso de los unitarios, y sus sucesores liberales, se manifestó para ocultar ante la historia y disimular ante su conciencia, que ellos mismos fueron los verdaderos atropelladores y asesinos, luego de Caseros, en una medida muchísimo mayor de los excesos que pudo haber cometido Rosas en defensa de nuestra soberanía. La única excusa --escandalosa--que pueden alegar es que tenían la obligación masónica de entregar la Patria al imperialismo.

 

Rosas, gobernante legítimo, actuó como correspondía, pues estaba en su derecho y tenía la obligación de perseguir y ajusticiar a los corruptos y traidores.

 

Todavía, por si fuera poca tanta perversidad, la que clama al Cielo; lo más escandaloso y farisaico fue cometer esos innumerables asesinatos unitarios de cientos de patriotas que resistían a la entrega de la Patria, no en bien de ella, sino para convertirla en una factoría anglosajona descastada. Como realmente ocurrió. + 

No hay comentarios:

Publicar un comentario