viernes, 3 de julio de 2015

Insólito descubrimiento

Fray Gerundio de Tormes


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El inicio del verano se presta favorable a las siestecillas breves e intensas, bajo los rayos del sol que se deslizan por los capiteles del claustro. Me refugio en estos rincones del monasterio para llevar a cabo mi reposo post-prandial, y más en estos días, en que lo poco que como, me sienta fatal. Al Superior le ha dado por leer en el refectorio la Laudato Si, con los consiguientes peligros de indigestión y empacho por sobreabundancia de dislates, desatinos y alocados consejos. A mi edad, un empacho de encicli-cología puede ser mortal. Ni el milagroso bicarbonato evita la acidez.
Ayer mismo, después de consumir unas verduras a la plancha aderezadas con el capítulo segundo de la Laudato, me refugié en la panda que mira al mediodía, sentado en un cómodo banco de piedra, para leer tranquilo una carta que me acababa de llegar de Jerusalén. Un condiscípulo mío de tiempos del noviciado -Fray Vital de la Recherche-, me envía siempre alguna misiva con los muchos monjes que vienen de Tierra Santa. Vive allí desde nuestra Profesión Religiosa, trabajando en la Escuela Bíblica de Jerusalén, gracias a la cual perdió hace tiempo la cabeza, traduciendo manuscritos e interpretándolos según lo que le dictan las modas. Le aseguraron un buen puesto si sus estudios coincidían con los nuevos aires teológicos, y allí continúa.


La carta me sorprendió desde sus primeras líneas. Me hablaba confidencialmente de un descubrimiento que puede ser fundamental para la Iglesia Actual y para el Poder Dominante que sabiamente la dirige. Se ha encontrado en unas excavaciones de Cesarea un manuscrito que puede ser una parte del evangelio de San Lucas, en el que se relata -detalladamente y con amplitud-, el tiempo que transcurrió entre la Resurrección del Señor y su Ascensión. El texto, conservado en una tinaja de barro situada en la parte alta de unos aljibes, en ambiente de equilibrada humedad, está perfectamente legible y desde luego puede haber sido escrito en época muy temprana. Y parece tratarse de la conclusión de un libro. Como si hubiera sido desgajado y después escondido. Pudiera ser la verdadera conclusión del evangelio de San Lucas, que alguien hubiera arrancado del escrito original, con la malévola intención de sustituirlo por otro menos histórico.
No soy muy amante de estos detalles paleolíticos y manuscritólogicos, pero me quedé asombrado cuando leí el verdadero contenido del texto. Parece ser que se recogen de forma detallada todos los hechos, visitas y trasiegos del Señor en los citados 40 días, que mi condiscípulo me enumeraba en la carta. Leía y mi semblante iba palideciendo ante tamaña revelación. Porque resulta que eso de que Jesús se dedicó a aparecerse a los discípulos, que si a Pedro, que si a María Magdalena, que si a 500 hermanos, que si unos pescaditos en la orilla…etc… es un puro embeleco. En realidad, y siempre según el texto recién descubierto, el Señor dedicó todos estos 40 días a resolver algunos asuntos que habían quedado pendientes y que tenía mucho interés en aclarar.
§                     Lo primero de todo fue visitar al Sanedrín, a pedir perdón a los Sacerdotes y Pontífices por haberles hecho sufrir durante el Proceso condenatorio de su Persona. Les abrazó y les dijo que él también era judío, y que lo importante era que estuviesen unidos en lo sucesivo.
§                     Fue después a ver al rey Herodes a solicitar su perdón y mostrar su arrepentimiento por no haber dialogado con él y no dirigirle la palabra cuando le llevaron ante toda la corte. Negarse al diálogo era algo que no fue correcto. Y negarse a hacer algún milagro tampoco fue muy acertado. Le hizo saber también que comprendía perfectamente lo que hizo con Juan el Bautista, porque siempre estaba hablando del fin del mundo y del pecado y eso era realmente agresivo. Además de que el Bautista insistió demasiado en el adulterio de Herodes, olvidando la misericordia debida ante un caso de sufrimiento como el suyo y de Herodías, que sufría también la situación de acoso de los intransigentes.
§                     Posteriormente se dirigió al palacio de Pilatos y le dijo que se sentía muy compungido por haberle hablado con mucha vehemencia cuando le dijo que su Padre Dios podría enviar una legión de ángeles. Fueron palabras muy fuertes, impropias de un dirigente religioso. Aprovechó además para advertirle que el poder no debe ser el principal deseo del gobernante. Y estuvo un buen rato negociando con Pilatos el nombramiento del siguiente Gobernador, para que fuera adepto y permitiera que se pudiera manejar la política palestina desde Roma.
§                     Luego hizo una visita al centro principal del PUP (Prostitutas Unidas de Palestina), para pedirles perdón por haber convencido a María Magdalena de que se dejara el trabajo. No estuvo bien eso, porque dejó a las trabajadoras en una situación de penuria laboral y desigualdad con todas las que luego imitaron a Magdalena. El sentimiento transmitido a las futuras generaciones sería injusto con ellas y como si la conversión de Magdalena fuera lo más importante y no la conciencia libre de sus compañeras.
§                     Viajó a Gerasa para reunirse con los comerciantes de cerdos, que desde el desgraciado incidente del endemoniado, no consiguieron vender ni una morcilla. Les mostró su arrepentimiento por haber actuado violentamente y por permitir que los animales se lanzaran por el acantilado con el peligro de extinción de la especie. No obstante, aprovechó para advertirles de los peligros del capitalismo salvaje y el enriquecimiento a base de los cerdos, haciendo ver la necesidad de compartir las ganancias organizando comedores-barbacoa para los pobres que aparecieran por Gerasa. Y de paso, instalar algunas duchas.
§                     Se reunió también con los zelotes para recriminarles la poca acogida que mostraban hacie los romanos, que eran inmigrantes que llegaban en galera, aunque no fuera en patera. La acogida al extranjero es fundamental y por eso les instó a abandonar la violencia y ver en los romanos más lo que les unía que lo que les separaba.
§                     Visitó la cárcel de Jerusalén y comió con 12 presos elegidos para el caso. A todos les pidió perdón por haber beneficiado a Barrabás y haber atentado contra la igualdad de género y las cuotas, porque Pilatos debería haber propuesto también soltar a una mujer, para que la elección hubiera sido más igualitaria.
§                     Luego viajó a las ruinas de Gomorra para deplorar y lamentar el castigo fulminante hecho por Dios en el pasado y pedir perdón por ello. Se reunió con la Comisión de Herederos Afectados por las Lluvias de Azufre (HALA), hizo una oración conjunta con ellos y aprovechó para canonizar al que quiso hacerse amiguete de Lot, poniendo de relieve su buen corazón. Les prometió asimismo que en breve plazo podrían acceder a comer su Cuerpo, puesto que estaban en una situación pastoral digna de misericordia.
§                     Se trasladó al Mar de Tiberíades y se reunió allá con la Asociación de Pescadores Afectados por la Crisis (APAC), para mostrarles su dolor de corazón por el exceso de pescas hechas durante su vida pública, la mayoría de ellas milagrosas, poniendo en peligro la extinción de las especies marinas en un mar tan pequeño.
§                     Por último, se dirigió al llamado Cenáculo en donde estaban reunidos todos sus antiguos discípulos. Les dijo que tenían que salir a las periferias y no hacer el canelo dentro de la habitación. Les recriminó su cara de vinagreta, les impulsó a dejar de ser hipócritas estando en oración mientras otros grupos estaban haciendo lío por las calles. Les amenazó con la destitución si se enteraba de que conmemoraban la Última Cena siguiendo al pie de la letra lo mandado y no improvisaban oraciones. Y les dijo que ni se les ocurriera hacer teología de despacho y que hablaran con Simón el Mago, que actuaba según su conciencia y sin prejuicios establecidos.
…/…
Estaba yo extasiado y arrobado, no exento de asombro, leyendo estas cuartillas, cuando de repente escucho una campana a lo lejos. Era el toque para el rezo de Nona. ¡ Las tres de la tarde ! Lamentablemente, me había quedado dormido y soñando tales disparates. Ya me extrañaba a mí.
La carta que tenía entre las manos –según pude comprobar después-, no contaba estas cosas, sino que decía escuetamente: Querido condiscípulo Gerundio: te comunico que me acaban de nombrar Director del Instituto Bíblico.
Las cosas de la edad. Otra mala pasada que me ha jugado mi sueñecillo veraniego. Tengo que descansar más y cambiarle las baterías a mi marcapasos.
Aunque no me extrañaría que cualquier día nos diga Lombardi, que el manuscrito de Fray Vital ha sido encontrado.