El
Estado Ético y la moralización de nuestra juventud.
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padre Castellani escribió hace más de 60 años, en la revista Estudios, esta
advertencia que nunca fue tenida en cuenta por los gobiernos ‘democráticos ‘ o
militares, causando el envilecimiento de gran parte del pueblo argentino, y principalmente de
nuestra juventud.
“Si el Estado
argentino renunciase a ser Estado ético y degenerase en Estado económico –lo que Dios no
quiera- las leyes sociológicas son ineluctables, antes de ser gobernados por mercaderes
de afuera, preferiríamos que nos acorrale y nos meta en ringle algún militarote
‘de aquí’… en último caso”.
El Estado argentino
actual, que nació en Caseros y sobrevivió como Estado económico, no ético,
siempre gobernado solapadamente por ‘mercaderes de afuera’, hace muchísimos años abandonó su obligación de
decretar leyes moralizadoras; TAREA FUNDAMENTAL PARA LA CONSECUCIÓN DEL
BIEN COMÚN, SEGÚN INSISTE SANTO TOMÁS DE AQUINO EN SU OPÚSCULO “SOBRE EL
REINO”.
Uno de los aspectos
que los gobernantes deben controlar es la
moralidad pública, incluso el buen gusto y la buena educación de las ‘diversiones’ y entretenimientos. Los gobernantes ‘demoliberales’ se desentendieron
de esta obligación; control que ellos no podrían aplicar sin contradecir sus
principios liberales… -aunque poco les importe los ‘principios’- . Y esta es
una de las gravísimas consecuencias del liberalismo: no debe (por sus principios),
ni puede controlar nada ni a nadie.
Hoy día en muchos
aspectos las ‘diversiones’ son de una mediocridad y mal gusto envilecedoras, pues
fueron entregadas incondicionalmente a negociantes, que supeditan las diversiones que
organizan a sus ganancias económicas.
Así no debe funcionar el ‘principio de subsidiariedad’. El gobierno debe inmiscuirse; pues su
desinterés agrava cada vez más
intensamente la degradación popular, que
cada día que pasa exige peores perversiones.
Tanta es la
importancia de los ‘entretenimientos’ que en todo el mundo, tanto los países capitalistas
como marxistas, a través de la
‘Ingeniería social’, organizan
‘diversiones’, deportes y
entretenimientos ‘deshumanizados’, ordenados a la mayor producción laboral y al
consumo más desenfrenado; para que nadie
la osadía de pensar por cuenta propia en sus tiempos ‘libres’.
Es absolutamente
necesario, entonces, que el
gobierno argentino además de resistir y castigar los grandes negociados internacionales, como son el usufructo de todo tipo de vicios: la
pornografía, las drogas, la corrupción
moral en general, que gota a gota va
inundando los hogares, arrojadas
principalmente por la
TVbasura ; inclusive
debería controlar las letras aberrantes, subversivas, pornográficas, de un mal
gusto escandaloso, de la música popular que ‘cantan’ los conjuntos foráneos o
nacionales; incitadoras a todas las bajezas morales, como si estas fueran las normas naturales que debiera vivir la juventud; inclusive a la
subversión, Fomentando sanas,
limpias, espontáneas diversiones,
espectáculos y fiestas populares (este tema lo trata exhaustivamente Josef Pieper en “Una teoría de la fiesta” ed. Rialp):
deportivas, culturales, musicales. Además, y esta exigencia es fundamental, nuevamente debe
entusiasmarse a la juventud con ideales patrióticos y religiosos, que tanto
el liberalismo como el marxismo rechazan terminantemente,
Resulta sorprendente
que algunos profesionales de la psicología, materialistas y ateos, se quejen desvergonzadamente de la violencia juvenil; problema moral cuyas
raíces espirituales y religiosas ellos repudian; y que la ultrajada Policía no puede ni debe
solucionar; mientras no tengan el apoyo de la Justicia. Se entierra
a los jóvenes en la bajeza, en la
miseria, en la corrupción, se les quita la posibilidad de vivir los grandes
ideales religiosos y patrióticos; como abriéndoles las puertas para que se
evadan a los vicios que los consumen; buscando inútilmente una grandeza que se
les niega.
Además ¿Qué ejemplos
políticos, sociales y culturales observan a su alrededor? ¡Pésimos! ¡Sólo
corrupción! Y después de abandonarlos en esa única vida que ellos viven, los quieren meter presos por portarse mal…
aunque a las pocas horas salgan por la puerta trasera. O se les enseña en la escuela, en el mejor de
los casos, una materia inservible llamada ética; donde ni siquiera aprenden a cederle el asiento a una anciana en el colectivo… para
no molestar a las feministas; como decía con su gracia incomparable Julio
Camba.
Próximamente, en
vísperas de nuevas elecciones, ningún candidato ni siquiera menciona y menos
aun promete, aunque después no cumpla, como de costumbre, tratar de acabar con
la corrupción juvenil, con buena educación moral y religiosa y patriótica.
¡Porque esta decisión les reduciría los votos
de la mafia corrupta y de la juventud desquiciada!