(DEL BOLETÍN “LA TRADICIÓN ”,
Nº 53, TALA, SALTA, ENERO 1952)
SOBRE CINE
Educación
y cine son dos términos naturalmente excluyentes. Se puede decir que no hay
nada tan antieducativo como el cine. En efecto, el cine, por lo general,
prescinde totalmente de lo sobrenatural, destruyendo de esta manera todo lo que constituye la esencia de la educación
humana. En el cine no se hace la menor alusión a Dios, a sus obras, a sus
fiestas, a su Santo Nombre. Desaparecen, por consiguiente los tres primeros Mandamientos.
Suprime
también el cuarto Mandamiento, porque destruye el edificio familiar hasta sus
cimientos.
Contrariando el quinto y séptimo, el cine de la máxima publicidad al
homicidio, al suicidio, al robo, a la venganza, a la calumnia, al escándalo. En
cuanto al séptimo y el noveno, puede decirse que no hay película que no haga en esta materia horribles
estragos, más, que no encuentre en eso su razón de ser y el origen de
increíbles ganancias.
Y con
el Decálogo, el cine suprime el Evangelio. Jamás se encuentra un llamamiento a
su moral tan sublime, a las bienaventuranzas tan consoladoras, jamás una
alusión a las penas con que el Evangelio
amenaza a los malvados, ni las bienaventuranzas que sostienen cuantos
peregrinan en el destierro de este
mundo. Decididamente la historia de la humanidad jamás ofreció a las
generaciones jóvenes una escuela tan
descarada de malas costumbres como el cine.
Cardenal
Della Costa, Arzobispo de Florencia.
Comentario
nacionalista: excelente y dolorosamente
verídica visión bíblica sobre el CINE… junto al cual debemos agregar hoy día la TV . Desde hace unos años estamos cosechando todas
las inmoralidades que propusieron los medios visuales. Niños, jóvenes, adultos,
nadie se salva de vivir las perversiones
como lo más natural del mundo, ajenos a la distinción entre el bien y el mal;
peor aún, creyendo que las
perversiones son el delicioso fruto - aunque no comprendan que es venenoso- de la
libertad ilimitada, que el hombre autónomo merece. Hoy día el CINE y la TVBasura , están
destruyendo todo lo humano: personas,
sociedades, y los resabios de la civilización cristiana.