EL GLORIOSO ESCUDO
DE
En el admiramos con unción
patriótica sus campos azul y blanco, el sol del 25, el gorro de la libertad de
los Colorados del Monte, los laureles de la gloria preservando a
Cañones que no fueron
empleados para agredir con ánimo ratero anglosajón. Orgullosos cañones
sanmartinianos y rosistas, de Maipú y Obligado, y de tantas batallas heroicas
defendiendo los ataques a
¡Guay del que en ese entonces
se atreviera a desafiar a los argentinos!
Pero luego de Caseros un
ánimo benevolente con los imperialistas confinó los cañones al deván de los
museos. Los patriotas sobrevivientes comenzaron a oír con espanto la dulce
vocesita de un leguleyo tucumano, joven delicado y petulante, eco de la moda
que reinaba en los Salones literarios, que tanto lo fascinaba…
Y perturbado por el posible
tronar de esos cañones de la libertad exclamó: ¡Basta de cañones! ¡Basta de
héroes guerreros! ¡ Basta de enfrentar a los poderosos que nos traerán paz y
progreso!
La historia consumó sus
anhelos y hoy en día los argentinos nos quedamos sin paz ni progreso ni honor.
No creyeron ni podían
permitir que podían convivir Paz y Progreso con Soberanía; y que sin Soberanía seríamos colonia
sojuzgada. Quisieron exterminar a los
patriotas recalcitrantes y resistentes de la raza argentina; y con la misma
saña fueron ocultados y olvidados los gloriosos cañones.
Y con ellos se alejó de
¡¡¡Vivan los héroes de Obligado y
Quebracho!!!
¡¡¡VIVA L PATRIA!!!
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