LA “PRESIÓN IRRESISTIBLE”.
Durante
los primeros años del siglo pasado, antes de ser proclamado primer Presidente
del Estado de Israel, Chaim Weizmann actuó durante unos 30 años, - desde
la primera guerra mundial-, como un
embajador sionista itinerante ante los gobiernos europeos,’ entrando y saliendo de los
despachos ministeriales y presidenciales con indignante
soberbia y desparpajo, propia de quien ejerce
poder absoluto sobre sus subordinados.
.Para
desarrollar tal política el Dr. Weizmann utilizó el sistema conocido como “la presión
irresistible”, amenazando descargar sobre ellos, si no apoyaban sus
planes, todo el poderío judío mundial: terrorismo blanco financiero y terrorismo negro criminal.
Fácilmente,
entonces, obtuvo primeramente autorización
para ocupar la mitad de Palestina, con la intención solapada, de conquistarla
íntegramente expulsando totalmente a los árabes de sus propiedades. Israel lo
logró,-mientras aún se discutía como resolver el problema de la “partición” de Palestina-, cuando
los ‘aliados’ permitieron la entrada clandestina
en Palestina de miles de judíos armados en
los arsenales aliados ubicados en África y Europa, suficientes para desalojar con
el terrorismo más salvaje y criminal, a los verdaderos dueños de esas
tierras, provocando el Holocausto
palestino; que llegó al paroxismo con la
matanza de cientos de mujeres y niños en Deir Yesin.
Los gobernantes bajaban la cabeza, humillados y aterrorizados por sus amenazas insinuadas o contundentes. Sus victimas favoritas fueron,
por supuesto, los tres dictadores ‘democráticos’ más prominentes, Churchill,
Roosevelt y Truman; quienes, con el cinismo acostumbrado alardeaban equidad
entre los dos bandos, la que nunca existió-, pues eran definidamente
filo-sionistas, y apoyaban disimuladamente los planes terroristas de los invasores.
Ahora
bien, ¿Qué poder tenía Weizmann para obtener el apoyo de esos corruptos anglo-yanquis? Su hábil e insidiosa “diplomacia” no podía exhibir las bayonetas de Bismark
respaldando sus reclamos. Pero aprovechando que en ese entonces se realizarían
elecciones en EEUU, y que el voto judío
decidiría al Alcalde de Nueva York, tanto republicanos como demócratas
rivalizaron en otorgar beneficios y armas a los sionistas, inclusive tanques y
aviones. Igualmente en Inglaterra, 1945, hubo elecciones que ganaron los
socialistas, quienes se esmeraron, siguiendo la política belicista de
Churchill, en limpiar Palestina de árabes.
La
traición a Europa de estos tres miserables
incitaron el inicio de la 2º guerra contra los nacionalismos; pero al
finalizar tuvieron que ‘pagar’ a sus aliados, entregando media Europa al
comunismo, toda Palestina a los sionistas, y proyectando un futuro gobierno
mundial, que ellos manejarían autoritariamente.
A
medida que avanzaba el siglo XX se fue comprobando que los anglo-yanquis comenzaron a ejercer una “presión irresistible, cada vez
más dominante, que doblegaba gobernantes y soberanías. Han mantenido un estado
de guerra latente atemorizando al Mundo entero, y diseminando la inmoralidad
cultural y social más diabólica. Siempre invocando cínicamente la imposición de
valores humanitarios allí donde
intervenían.
Lo
pavoroso fue que los sionistas fanatizados, inflexibles, creían obedecer los
mandatos de Jehová, interpretando
literalmente algunos libros del
Deuteronomio, cuya única ley moral era el exterminio de los enemigos.
Actualmente la usurpación continúa pues tanto el verdadero gobierno de USA,
como el de Israel, se sospecha residen conjuntamente en Wall Street.
¿Cómo
podríamos enfrentar en Argentina esa “presión irresistible” ejercida contra
nuestros gobiernos, integrados con políticos deleznables y sobornables? La diplomacia liberal de los gobiernos ‘Democráticos’,llamados con sorna justamente
“Dinerocraticos”, son los que actualmente continúan aplicándola sobre las naciones menos poderosas e
indefensas como
Solo nos liberaremos del yugo sionista con la ayuda de Dios, en esta guerra de los deicidas contra el mundo, estos están evidentemente apoyados por el diablo.
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