San Agustín
Teólogo universal.
SUS VERDADES SON PARA TODO
TIEMPO Y LUGAR;
PRINCIPALMENTE DEBERÍAN
ASUMIRLAS Y VIVIRLAS LOS JUECES ARGENTINOS.
¡PARA DEJAR DE SER LOS
“CAMPEONES DEL MUNDO” EN CORRUPCIÓN JUDICIAL!
.
San Agustín describe
el caso típico, viejo como el tiempo, de aquellos jueces honestos, tan escasos
en Argentina, que no se dejan sobornar; pero estando
muy apegados a sus bienes, y como carecen de la fortaleza suficiente para
enfrentar la coacción política de gobiernos corruptos, como el reciente KK, o
el makrista; e inclusive el complot de
otros jueces indignos que tientan a los que no lo son, caen, perdiendo su
dignidad y escandalizando al fallar injustamente.
Los depravados
quieren que todos lo sean.
Escrito en el Sermón
107, “Avaricia”; BAC.
[…] Te llama un rico para decir a su favor un falso
testimonio. Y ¿ahora? Dímelo. Tienes un patrimonio de buen pasar; trabajaste,
ganaste, ahorraste. Pero el rico te urge: “Di a mi favor este falso testimonio;
te doy tanto y cuanto”. Tú, que no buscas lo ajeno le dices: “De ninguna manera,
no quiero lo que a Dios no plugo darme; no lo tomo, déjame en paz”. ¿Rehúsas lo
que te ofrezco? Te quitaré lo que tienes”.
[…] Guardaos de toda
avaricia. Tu amas tus cosas y te ufanas de no irte a las ajenas: reflexiona
si no haces muy mal en desoir estas palabras de Cristo: Guardaos
de toda avaricia. Amas lo tuyo y no pretendes lo del otro; trabajo tuyo es,
en justicia lo posees; te lo mandaron en herencia, te lo dio un agradecido;
navegaste, afrontaste peligros, no has engañado a nadie, no juraste con
mentira, adquiriste lo que a Dios le plugo, y esto lo guardas ávidamente con
sosegada conciencia, porque ni lo allegaste de mala manera ni buscas lo ajeno.
Con todo, si no escuchas al que dijo; Guardaos
de toda avaricia, oye a cuántos males van a exponerte tus bienes. Te
sucede, v.gr., llegar a ser juez. No te dejas cohechar, porque no buscas lo
ajeno; nadie te ofrece una dádiva para que falles contra el adversario. ¡No!
¿Quién podría persuadírtelo si eres hombre que no codicia lo ajeno? Mira, sin
embargo, a que injusticias te expone ese tu apego a lo tuyo. Ese que solicita
de ti una sentencia injusta contra su adversario, es, a lo mejor, hombre
poderoso, y puede levantarte un caramillo que dé al traste con tu misma fortuna.
Y comienzas a pensar en sus recursos y vas con el pensamiento a los bienes que
guardas y amas, y de los que más bien eres esclavo que señor. Y comienzas por
ver entonces como tales bienes son a modo de liga que impide su libre
movimiento a las alas de la virtud, y dices para tus adentros: “Si me pongo
frente a ese hombre que ahora tanto puede, levantará cosas malas de mí, y seré
desterrado, y perderé lo que tengo…”. Y con no buscar lo ajeno, más por
conservar lo tuyo, fallarás injustamente. +
No hay comentarios:
Publicar un comentario