HONOR DEL
TRABAJO, DIGNIDAD DEL OBRERO:
LA
OBRA GENIAL DE DON BOSCO: PARA SALVAR A LA JUVENTUD.
El progresismo
satánico, o sea el liberalismo democrático aliado al marxismo, desencadenaron
un proceso agresivo aniquilador contra los más inocentes, lo que más necesitan
de los cuidados de la familia y del Estado.
+ a los bebes los
asesinan vivos abortándolos.
+ a los niños los
corrompen con educación y prácticas aberrantes sexuales; desprecio a la familia
y a la Patria, etc.
+a los jóvenes,
además del repudio a la familia y a la Patria, los corrompen con una educación amoral,
con TV dregradadora, con drogas y rock ¡Y le cercenan una vida política
auténtica!
En época de don
Bosco la familia tenía libertad y amor suficiente para preservar a los bebes y
niños, por lo cual, organizó su maravillosa obra para salvar a la juventud.
A continuación unos párrafos del libro de Hugo Wast: “Las
Aventuras de Don Bosco”.
[…] la evolución de la industria lo ha despojado [al obrero], de lo que en el
pasado constituía su valor, y lo arroja mutilado a la terrible lucha por la
vida.
Antes, el hijo del herrero aprendía en el taller de su padre o en el de un
maestro, y el aprendizaje duraba hasta que era capaz de instalarse por su
propia cuenta o entraba como socio en la casa donde trabajaba.
Ahora no existe el aprendizaje. La Revolución Francesa, al abolir las
asociaciones profesionales, como atentatorias a la libertad, ha abolido la
única escuela integral del obrero. Ahora ya no existe el aprendiz, porque no
existe el aprendizaje, el verdadero aprendizaje que antes hacía de un joven
oficial un artesano y, a menudo, un artista.
Ahora el obrero no conoce ningún oficio completo. Es un par de brazos que a
cualquier edad se alquilan a un patrón, se negocia como una mercancía en una
Bolsa de Trabajo: “Se necesitan diez ojaladores, tres minervistas, ocho
foguistas”.
El obrero de hoy no conoce de su oficio más que un movimiento, enervante y
a veces embrutecedor: hacer ojales en un cuero, accionar el pedal de una
minerva, echar carbón en una hornilla.
A esta mutilación del artesano, los economistas le llaman división del
trabajo, y es una gran conquista del siglo XIX.
Pero se inventa una máquina que hace ojales, o se aplica un motor a la
minerva, o se reemplaza el carbón por el petróleo, y el ojalador, y el
minervista, y el foguista, que sólo saben una fracción de su oficio, se
encuentran sin trabajo, obligados a ensayar otra cosa, a una edad en que el
aprender es rudo, a veces trágico.
Las escuelas profesionales, concebidas por Don Bosco desde los primeros
tiempos, restablecen el artesano volviendo al aprendizaje, cuya abolición ha
resultado fatal para el individuo y para la sociedad.
Con un golpe genial, Don Bosco ha refundido tres instituciones: la escuela,
en que se enseñan conocimientos
suficientes, sin propósito de hacer literatos o filósofos: el internado, que
antes existía sino para los ricos; y el taller, donde se practica el oficio.
La escuela profesional salesiana no es una amalgama artificial de elementos
disparatados. Es un organismo viviente, su alma es el honor del trabajo.
Consecuencia de la dignidad del obrero.
La mejor escuela es la del ejemplo. Don Bosco tiene a gloria saber todo.
Él, que celebra Misa y escribe al Rey, y es visitado por los ministros, ayuda a
su madre a mondar papas y sirve la sopa a sus birichini.
Comentario nacionalista:
ya no serían los muchachos obreros anónimos; simple tornillos, formando parte
de una máquina capitalista, en la rutina desgastadora de una fábrica inhumana.
Ni resentidos, en la calle, combatiendo la lucha de clases. Don Bosco les
ofreció una educación integral y humana, que lo transformaban en artesanos
creadores. Gracias a las escuelas profesionales eran personas satisfechas de su
dignidad de ser conocedores integrales de su oficio. Manifestando el gusto de
hacer las cosas bien... ¡por el sólo gusto de hacer bien las cosas!
Hoy día, estas maravillosas Escuelas/hogares
deberían impulsarse y complementarse con el Servicio militar a la Patria, para dejar
integrados plenamente a los jóvenes en la vida social y política. ¡Pero
justamente esto es lo que rechazan los malditos que gobiernan!
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