viernes, 10 de julio de 2020


EL CUARTO PODER REVERENCIA A  PLUTÓN.

A continuación, párrafos tomado del libro de HENRY COSTON,  “Con dinero rueda el mundo”, (pg. 299),  donde denuncia el sometimiento del periodismo comercial francés ante las multinacionales que lo bancan.

En nuestra Argentina la situación es más grave aún, pues, transcurridas varias décadas de degradación política desde la denuncia de Coston, el ‘CUARTO PODER’ monopolizó y dirigió la opinión pública desorientando mentalmente a la mayoría, mediante una credulidad absurda y vergonzosa. Esto ocurre porque los Gobiernos liberales no defienden al pueblo, más bien, autorizan y promueven las informaciones tendenciosas y fraudulentas, para engañar y desordenar el sentido común popular, con el fin de tenerlo mentalmente sometido. En definitiva, Ud. señor televidente, aunque no lo advierta, piensa como quieren que piense los dueños del periodismo.

Pero el Cuarto Poder no es libre para informar la verdad, aunque quisiera. Pues depende absolutamente, para su subsistencia, también en nuestro país, del dinero oculto, apátrida, inmoral e internacional, que disponen las grandes bancas financieras, dueñas de las Agencias informativas, y con propósitos políticos, para acrecentar sus ganancia , manejando el Gobierno mundial

O sea que el llamado ‘Cuarto poder’ es la agencia des-informativa del Gobierno mundial. Es un conglomerado que tiende armoniosamente al mismo fin: esclavizar a las multitudes, anulándoles el criterioso sentido común. Los periodistas son empleados que dan la cara, obedeciendo estrictamente a sus mandantes; y las Agencias internacionales los manejan tras las bambalinas; obedeciendo a su vez,  a la Banca usuraria internacional, ¡que pone los dólares sobre  la mesa!  Así ocurre con la anuencia de los gobiernos liberales y cipayos.

También el ‘cuarto poder’ exige acatamiento a los políticos para ser exitosos. Tanto como a los periodistas para subsistir. Es el pedagogo de las masas televidentes. Es el profanador de los hogares argentinos. En ellos ya no esta presente siquiera la Iglesia, la familia, ni las buenas maestras de antaño; sólo la TV es la diosa que salva, la maestra que instruye; la única a la que se le ofrecen las puertas abiertas, de par en par, para penetrar solapada, corrupta y corruptora.   Hoy día, con el terror publicitado abrumadoramente, con la excusa de la ‘pandemia’ el sometimiento de los televidentes babiecas parece irreversible. Luego aceptarán gozosamente el Gobierno mundial.

Escribió Coston:

Puede que se me pregunte: “Lo que aquí se escribe, ¿porqué no lo leemos en la prensa? Jamás se hace alusión en ella al poderío de los trust ni a la influencia de los financieros internacionales…

No hay que sorprenderse demasiado de este silencio. Como vamos a verlo, muchos periódicos se encuentran bajo el control de grandes empresas, dominadas por la alta Banca. En otros, la situación financiera es demasiado frágil para que su dirección se pelee con los grandes clientes de la publicidad.

El presupuesto de publicidad de los trusts y de los grandes negocios es enorme. Aún cuando se hayan mostrado muy discretos en ocasión de una encuesta que hizo ‘Le Monde’ el mes de mayo de 1953, sobre la publicidad de las grandes firmas, disponemos de algunos indicios. La batalla publicitaria que libra el polvo de jabón Omo con su competidor C.D.K., le costó al trust holandés Unilever 1500 millones de francos, y alrededor de 500 millones a la firma Lesieur. 
según una revista francesa de hombres de negocios, una decena de casas consagran regularmente 250 millones por año a la publicidad: Cinzano, Monsavon, Oreal-Dop, Perrier, Solitaire, Palmolive-Colgate, Nestlé, Le Cagt, y Philips. El volumen total de publicidad en Francia habrá costado en 1950 34 mil millones, y alrededor de los 60 mil millones en 1952.
Sin este maná, que representa la esencia en las recaudaciones de los grandes periódicos, ninguno de ellos podría subsistir. Únicamente esto puede explicar el silencio de la prensa.

Pocos periódicos, y por lo tanto pocos redactores y colaboradores escapan al dominio del dinero.

‘El escritor y el periodista se dicen y se creen libres. No lo son. La libertad de expresión de su pensamiento está limitada por la voluntad de los dirigentes del periódico o de la revista o de la casa editorial. Y estos dirigentes son, o bien miembros del feudalismo financiero o bien sus empleados’.

Así se expresaba el socialista A. Hamon en una obra notable que publicó pocos años antes de la guerra. (Les Maitres de  la France).

Es verdad. Bajo la III República, el buitre de la finanza había puesto sobre la prensa su garra dorada. El periodismo, que había sido el alma del periódico, acaba de desprenderse de su prestigioso poder en provecho del financiero. Desde entonces iba a ser sólo un mercenario.


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