viernes, 10 de julio de 2020


PANDEMIA, MÁS BIEN PANDEMONIO.

Dos acontecimientos relevantes acontecieron durante estos últimos días, con auténticas enseñanzas para aprovechamiento de los inconformes inteligentes.
Escribió Belloc una exacta definición del protestantismo:  la rebelión de los ricos contra los pobres. Y San Pío X definió que Jesús es el arquetipo del Pobre sublime, Dios hecho Pobre, que llegó sin nada, abarrotado con los pecados del mundo, abandonado por los Apóstoles. No persiguió a nadie, más bien martirizado y muerto vilmente por los judíos.                                                                                                      
¿Qué relación puede existir entre una y otra afirmación? El protestantismo sería, entonces, una rebelión de la moral calvinista, contra el ejemplo, la vida y las enseñanzas de Jesús, y contra todos los que aún sobreviven cargando con dignidad su pobreza.

De acuerdo a los notorios sucesos actuales, el protestantismo judeo/calvinista, oligárquico y racista, triunfó y reina atestando al mundo con su herejía.  En Argentina, los enriquecidos funcionarios y políticos del Régimen anhelando los dólares del ‘americanismo’, asumieron la desgraciada moral calvinista, acatando las ordenes de los amos, llegaron a despreciar y odiar incondicionalmente a los más necesitados de ayuda y de trabajo digno.   

Hoy día la pandemia es un pretexto para atropellar a los pueblos y las multitudes empobrecidas del 3º mundo; y también contra los menesterosos que viven disimulados entre los oropeles, en el mundo de los amos. Es el odio al Pobre, al aplastado y despreciado por el Mundo; al que no “triunfó”, de acuerdo al criterio judeo/calvinista, donde el éxito mundano es santidad.

Aconteció un hecho real que da razón a lo dicho:


Un joven veinteañero, desocupado, ‘gracias’ a la eficiencia política de los representantes democráticos del pueblo, que velan entrañablemente para el bienestar y el trabajo de los argentinos, salió a la calle para rebuscarse unos pesitos como ‘trapito’, o sea limpiador de parabrisas en los semáforos. Pero en un día que no le correspondía, por eso de los pares e impares ¡Y fue sancionado y encarcelado!

Ley pergeñada por los probos miembros de la ‘justicia’, que no consideran que un trabajador independiente debe trabajar todos los días, para poder comer y vivir, sea el día que sea. Y si lo considerasen, los castigan gustosamente por fidelidad a la guerra de exterminio bacteriológica impuesta por los multimillonarios; que es fuente de riquezas personales de los políticos y jueces corruptos.

Pues bien, cumpliendo órdenes ‘legales’, en una auténtica exhibición de policías que juegan a ser cowboys de Hollywood, en una esquina de la ciudad,- y no exagero en absoluto--, el joven fue cercado por dos móviles policiales, motos, bicicletas, y hasta uniformados de pie, y lo arrinconaron contra una pared con los brazos en alto, a la vista del público, como un auténtico malhechor. Lo detuvieron, durante 12 horas, le sacaron sus elementos de trabajo, y lo recluyeron en una celda maloliente con otros ‘contertulios’, promiscuamente, pasando la noche durmiendo tirado en el suelo mojado e infecto. Todo esto por cometer el gravísimo delito de querer trabajar todos los días; para llevar dinero todos los días a su familia.

Descubrimos así una justicia perversa e inhumana que ampara y promueve la miseria popular. La democracia liberal moderna, se ensaña contra los trabajadores más humildes. Dicen que el presidente dijo cínicamente: que mueran de hambre, pero al menos sanos. Aunque sé de muchas familias generosas que entregan alimentos y vestuario a los menesterosos que los solicitan, tratando de neutralizar así esta guerra desatada para eliminarlos. ¡La piedad cristiana está vigente, gracias a Dios!

Y ahora dos breves comentarios que son la contraparte a esta miserable agresión para exterminar a los más humildes. Radio La Red informó que un ‘representante’ del pueblo, chubutense, kirchnerista y adinerado, organizó una suntuosa y multitudinaria fiesta de cumpleaños, burlándose de las medidas de seguridad contra la ‘pandemia’ dispuestas por el gobierno. No se informó si fue detenido y alojado en una lóbrega celda durante 12 horas, al menos.

En el otro caso, un sefardí denunció un festín para celebrar un casamiento asquenazí, organizado  transgrediendo desechadamente las ordenanzas de seguridad. Un portavoz judío aclaró que se realizó sin autorización alguna, pues la salvación de los judíos es más importante que el respeto a las leyes gubernamentales. Integran, con este pretexto, un Estado con justicia propia, dentro del Estado argentino, para cumplir las ordenanzas del Jehová talmúdico.  De manera que las leyes fundamentalistas judías están por encima de las nacionales; tal como acontecía en los ghetos, aislados y sin asimilarse al país que los recibe, pero ahora sin estar encerrados.

Fueron detenidos dos o tres asistentes, inclusive un rabino, pero tampoco logro imaginármelos pasando la noche en una celda maloliente, durmiendo en el suelo. ¡Con los barbijos puestos, claro está! Es que hay una ‘justicia’ para los pobres apestosos, obligados a usar el denigrante barbijo, y otra para que los ricos vivan la ‘dolce vita’ en el pandemonio. ¡Es la ‘justicia’ del liberalismo! ¡vaya novedad!*

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