LAS CADENAS DE OBLIGADO

 

La nueva ‘Diva’ de  los KK

La ciudad amaneció con infinidad de cartelones enormes pegados en las paredes, con el rostro de una mujer joven, candidata a diputada por el partido de los KK, con una sonrisa política esplendorosa, como es indispensable para engatusar al soberano; y sólo el nombre de pila, como si ya fuese una diva popularmente aclamada. No figuraba nada más, con la sonrisa  y el número de boleta  es suficiente. Luego nos enteramos que basaría su profunda y asombrosa propuesta política, reducida a   libertar a Milagro Sala y repartir cientos de miles de susidios para que  los jóvenes se diviertan. ¡Qué bondad!

Esta nueva diva, posiblemente será tan falsa diva como la decrépita zorra que la precedió, a la que mandaron a dormir con sus dólares al Panteón de las famosas damas caducas publicitadas por la TV. ¡El partido debe remozarse!

Ahora bien, si Ud. estimado camarada, desea un empleo, debe exhibir un ‘curriculum vitae’ evidenciando su competencia para el cargo deseado.     Pero en política para acceder a un puestito en el Parlamento no es necesario. Sólo basta que los psicólogos elijan una hipócrita sonrisa apropiada, como evidencia a todas luces esta señorita del afiche, para atraer  votos como moscas a la miel.

En realidad existieron Divas inolvidables, cuyo recuerdo perdurará, por ser tan  agradable  conocer  una mujer ‘endiosada’ por sus virtudes. Por ejemplo, la exquisita Diva del ‘bel canto,’ María Callas, que con su voz encantadora  cautivaba a los afortunados que la oían. Y  tantas otras. Ninguna de ellas necesitaba repartir dinero para que la aclame el ‘gallinero’, debido a que fascinaban esparciendo Cultura, Belleza, Bondad, Amor; inclusive las anónimas, como las hermanas de caridad impetrando la Misericordia divina.

¿Sería posible que actúen Divas en política, mujeres reales elegidas por Dios, en beneficio del Bien Común y de la Soberanía patria? Claro que sería posible, sólo se necesitaría acabar con este nefasto sistema liberal, que sólo propone falsas divas; pues sólo encumbra a las más descaradas trepadoras.