miércoles, 3 de septiembre de 2014




4º y última parte

LIBERTAD  SIN  TUTELAS

Washington 'primoroso'Esta liberalidad la contrasta con la de los europeos, esclavizados, según Sarmiento, por el Estado. “El europeo es un menor que está bajo la tutela protectora del estado, su instinto de conservación no e
s reputado suficiente preservativo; verjas, puertas, vigilantes, señales preventivas, inspección, seguros, todo se ha puesto en ejercicio para asegurarle la vida; todo menos su razón, su discernimiento, su arrojo, su libertad; todo menos su derecho a cuidarse a sí mismo, su intención i su voluntad. El yanqee se guarda a sí mismo, i su quiere matarse nadie se lo estorbará” (365). Y continúa improvisando esta lección de ciencia política, donde el hombre deja de ser  ‘animal político’ para convertirse en una especie de Robinson Crusoe, sin lazos familiares ni sociales:  “ Hé aquí como se forma el carácter de las naciones i como se usa de la libertad. Acaso hai un poco más de víctimas i de accidentes, pero hai en cambio hombres libres i no presos disciplinados, a quienes se les administra la vida”. Así completa  la visión idílica que el creía ver en USA, con el libertinaje formando ‘el carácter de las naciones’ ¡En el país de la violencia social, de las usurpaciones forzadas, donde los ‘sheriff’ imponían el orden a punta de pistola y donde “el rifle es el arma nacional [y] el tiro al blanco [más bien a los negros a los indios y a los católicos] la diversión de los niños”.

“He aquí un débil cuadro  del espectáculo de la libertad en Norte-América. En medio de las ciudades el hombre se cría salvaje, si es posible decirlo; la mujer de cualquier condición que sea, vaga sola por las calles u los caminos desde la edad de doce años, flirtea hasta los quince, se casa con quien quiere, viaja i se sepulta en el nuevo hogar a preparar la familia… i desde entonces toda tutela desaparece a su vista… No ha visto soldados ni conoce gendarmes…” (367)  Este absurdo, irreal  y ‘débil cuadro’ él no lo vio sino que lo soñó, según su hábito ideológico de confundir  la realidad con su fantasía.

Así como no advirtió el nacimiento del ‘consumismo’, Sarmiento confunde igualdad con uniformidad; y no tiene capacidad para vislumbrar la aparición del ‘conformismo’ político, o sea, la obligación de acatar el ‘Sistema’ político yanqui. “Hacia el Oeste, donde la civilización declina, i en el Far-west, donde casi se extingue, por el desparramo de la población […] pero aún en esas remotas plantaciones, hai igualdad perfecta de aspecto en la población, en los vestidos, en los modales, i aún en la inteligencia; el comerciante, el doctor, el sheriff, el cultivador, todos tienen el mismo aspecto, […] la igualdad es pues absoluta en las costumbres y en las formas. Los grados de civilización o de riqueza no están espresados como entre nosotros por cortes especiales de vestido” (345). Esta uniformidad  en el Far-West, en medio de la ‘nada’ es solo  apariencia de igualdad, es igualdad en el rebaño; pues la auténtica igualdad admite distinciones y excelencias entre las diversas personalidades; esta uniformidad es el preludio del   naciente ‘conformismo’, y éste a su vez de la globalización psicológica y política  bien criticado por T. Molnar,  cortando a todos  al nivel más bajo,  eliminando distinciones, excelencias y ‘elites’,  y admitiendo y admirando solo la mayor riqueza. Y al fin, repudiando socialmente  a los ‘distintos’ y echándolos de cabeza  en el ‘melting-pot’; para uniformarlos.  Es una falsa apariencia de igualdad.

No todos eran “hombres libres” para vivir dignamente, para tener distintos  pensamientos y  poder  vivir  según  su propia personalidad. No vio ni se enteró de las frecuentes persecuciones y discriminaciones. No vio lo que no quería ver. Los descendientes de los primeros puritanos, por ejemplo, (tener presente que se continuaba viviendo en una ‘teocracia’ protestante, con barniz  ‘democrático’), “gozan del derecho a la ciudadanía i están alistados en el partido temible de los ‘nativistas’, que profesan las doctrinas del ‘americanismo’ más exaltado [antecesores del KuKuKlan]. Cada buque que llega de Europa trae centenares de estos emigrantes, los cuales son vendidos a la mejor postura en Nueva York, Boston, Nueva Orleans i Baltimore, desde el precio de doce reales para arriba” (344); entre estos llamados esclavos ‘blancos’, generalmente irlandeses, inclusive los que comenzaban a traer de Inglaterra los mormones, algunos tenían suerte y eran liberados luego de trabajar gratuitamente durante cinco años ‘como negros’, para pagar el gasto del traslado.

MOMENTOS   HISTÓRICOS  CRUCIALES.

Comenté anteriormente la pedagogía bienhechora  con la que   el padre Oro  pudo haber ordenado los desvaríos de Sarmiento en sus mocedades. Pero fue inútil ¿Quién fracasó, el pedagogo con su liberalismo, el discipulo díscolo o ambos a la vez? Lo cierto es que perdimos la ocasión de que Sarmiento siente cabeza evitando los males que causó en nuestra Patria.

Estando en EEUU acontece otro momento crucial (461) que podría haber cambiado la historia nacional. Estando en Washington pasó horas enteras platicando con un tal Mr. Jonhson, hombre “culto de modales e instruido, cual correspondía al director de un diario trascendental” [además de gran jugador de bochas]. Sarmiento no quiso dar crédito a Mr. Jonhson cuando le exponía los graves problemas políticos en EEUU y menos aún a sus consejos y advertencias.  Este señor “se sentía ofendido y desmoralizado por la tiranía de sus opresores, porque en los Estados Unidos, la mayoría dominante en el gobierno es implacable e intolerante, maldecía de la república, de la democracia i de aquella licencia ignorante i brutal que se decora con el nombre de libertad. El mérito escarnecido, i esto es cierto; el interés público descuidado, i esos también es cierto en muchos; los servicios olvidados o miserablemente retribuidos, cosa que es de regla en los Estados Unidos; en fin, la pasión de partido sirviendo de criterio i de peso i medida para juzgar de todos i de todo; el charlatanismo preferido a la ciencia, i las pasiones menos justificable sirviendo de impulso a la dirección de la opinión pública, todas estas tachas i otras muchas que afean las democracias, las pasaba en revista para hacerme detestar aquella libertad de que yo me mostraba tan apasionado. Cuando yo me empeñaba en contradecirlo, me decía con sinceridad: ‘lo que yo quiero es que Ud. no se alucine con esta apariencia de orden, de prosperidad i de progreso, i los atribuya a la forma de gobierno. Bajo esta corteza no encontrará sino miserias, pasiones indignas, ignorancia i caprichos. Lo que yo propongo es que no vaya Ud. a la América del sur a proponernos como modelo de gobierno’”

Espléndida descripción del cambalache democrático que bien podría haber inspirado a Discepolín. Pero esta excelente crítica a la plutocracia norteamericana sirvió tanto como tirar perlas a los chanchos. Sarmiento nunca aceptó que EEUU erigió su poderoso imperio sobre la intolerancia religiosa, la discriminación racial, las guerras con pretextos descarados y la sangre de sus soldados, el avasallamiento de los países más débiles para robarles la materia prima ¡y el alma!, etc. Ninguna de estas verdades  tan evidentes pudo penetrar  en su fanático cerebro pétreo para disuadirlo de continuar mintiendo. De haber aceptado los  consejos de Mr. Jonhson nuestra Patria hubiera evitado la ‘americanización’ colonialista y su desnaturalización.+

Conclusión

La frivolidad y el resentimiento, consecuencia de la falta de firmes bases intelectuales y morales, filosóficas y religiosas, que fuimos descubriendo  en las memorias de sus ‘Viajes’, con sus consecuencias nefastas, ya lo anticiparon dos eminentes maestros argentinos, ignorados, repudiados, perseguidos por el Régimen liberal y marxista y por la Jerarquía católica. No pueden jamás compartir la Cátedra nacional  un ‘maestro’ renegado y entreguista, un sempiterno panfletista con los que fueron defensores de Dios, la Patria y la Tradición. ¡Uno de los dos tipos debe desaparecer! ¡Y cuando  una Nación elige mal sus maestros  su destino en lo nacional y universal será catastrófico!


Escribió el profesor Jordán Bruno Genta en su estudio ‘Sarmiento y la masonería’, Ediciones del Restaurador, Buenos Aires, 1949:  “… en todo lugar, tiempo y circunstancias,  Sarmiento 33, mantiene la misma posición en sus  ideas y en sus actos: el liberalismo extremo en materia  religiosa, filosófica y política. No es verdad que se puedan sacar ideas contradictorias de su profusa obra escrita: casi siempre manifiesta con claridad y con vehemencia, su liberalismo plebeyo y disolvente… Lo que discutimos y combatimos es la supervivencia del espíritu masónico de Sarmiento 33, en la mentalidad y en la escuela argentina, porque juzgamos que es contrario a los supremos intereses de la Nación , porque es un principio de decadencia y de muerte para la República.

“Si no conseguimos desterrar ese espíritu extranjero y burgués, utilitario y servil, veremos acentuarse en las generaciones que van llegando, los males que aquejan, principalmente, a las clases dirigentes de nuestro país: el culto de la incompetencia y la falta de carácter…El sentido militar y heroico de la vida es incompatible con la humanidad desmembrada de ‘The poor Richard’ que Sarmiento 33 introdujo en el país por la vía masónica e hizo consagrar oficialmente como el arquetipo y el educador del pueblo argentino”.+

El Padre Leonardo Castellani (‘Biblioteca del pensamiento nacionalista argentino’, ‘El Sacrilegio’, T. IV, Dictio, 430) escribió: “Nuestros ‘próceres’ no partieron siquiera a buscar  una patria que tenían delante: partieron a buscar una ideología. Pepe Rosa lo repite siempre y con mucha razón: a nuestros ‘liberales’ del 53, se les daba una soberana higa de la Argentina que estaba allí, los hombres de carne y hueso, la tierra dura de Martín Fierro, los gauchos negros mestizos, morenos soldados, arrieros, reseros, frailes, modesta clase media  y nobles familias solariegas y caudillos naturales: prosaicos seres, pero existentes, desadornados de los oropeles y zarandajas de ‘la Francia’. Todo eso lo daban y lo entregaban por una  ‘ideología’ universal, que es una cosa que no existe, un ‘ente de razón’. En el fondo entregaban el país entero y verdadero para saciar su  desapoderada vanidad de ‘hombres cultos’, de ‘hombres progresistas’. Los que hoy día están entregando otra vez el país POR DINERO, vienen directo de los lomos de aquellos otros, sus adúlteros genitores; verdaderamente ‘lomos negros’.

“Este es el SACRILEGIO. Por el Dios vivo y verdadero –que vive en la tierra,  el cielo y las almas de los hombres- se hicieron un ídolo sin sustancia, un ídolo de papel inflado y rellenado con su inconmensurable vanidad, hediondo humo; con las sobres de sus adjetivos abstractos, se fabricaron ídolos más vacíos que Moloch, más crueles y vacuos que Baal-Moloch. Nuestra ‘tradición liberal’ (que dice Valmaggia) es todo lo contrario de una tradición: es un revestimiento externo impuesto por la violencia, estuco amasado en sangre, que por suerte no penetró del todo en el pueblo argentino; aunque lo desconcertó, empobreció y degradó”+

Horacio Armando Bonfiglioli

Marzo 2014.