jueves, 26 de octubre de 2023

 

¡¡¡DE VIBRANTE ACTUALIDAD!!!

“DEL LIBERISMO AL NIHILISMO”

Padre  Curzio Nitoglia

7 junio 2014.

 

EL VERDADERO ANARQUISMO ES EL LIBERAL /CAPITALISTA Y NO EL SOCIAL/ COMUNISTA” (Pierre Lemieux).

 

EL LIBERISMO .

(Liberismo: “Doctrina económica que propugna la libertad cambiaria y comercial internacional”).

 

Según Alberto Chilosi el “liberismo” es la versión más integral del liberalismo. El liberismo pretende una dignidad filosófica individualista. Los individuos, para el liberalista, son más importantes que la colectividad. Nada puede sustituir ni reemplazar los intereses del individuo. El liberismo, aunque cercano al anarquismo individualista, se diferencia netamente: el anarquista atribuye poca importancia a la economía, casi como si la providez de la naturaleza bastase al hombre para eliminar los daños artificiales causados por el gobierno. El liberista, por el contrario, considera la naturaleza como algo a conquistar prometeicamente. A diferencia del anarquista el liberista no pretende la supresión de todas las organizaciones del Estado, aceptando sólo las mínimas. (A. Chilosi, Enciclopedia de economía).

 

Consideremos atentamente, punto por punto, las observaciones de Chilosi: 1º) Nada puede superponerse al individuo, ni siquiera Dios; de manera que el Yo absoluto ocupa el lugar de Dios.  2º) El liberista considera a la naturaleza como algo a conquistar prometeicamente, o sea que pretende usurpar el lugar del Creador, como Prometeo. 3º) Los intereses de los liberistas tienen prioridad sobre los de la colectividad. 4º) El Estado debe quedar reducido al mínimo; luego de haber declarado la prioridad absoluta del individuo, el liberismo niega  su carácter sociable  y por tanto la necesidad del Estado. Surge, entonces, la perversión intrínseca doctrinal y moral del liberismo que, --partiendo del individualismo-- llega al anarquismo, al panteísmo prometeico, y a la doctrina moral subjetiva y relativista.

 

Por tanto, no se puede ser ni marxista ni colectivista en economía, sin ser  materialista dialéctico e  histórico en filosofía; de la misma manera tampoco  se puede ser liberista  en  economía sin ser liberal en filosofía. Diferencias sustanciales entre el comunismo y el individualismo no se descubren, pues el primero absolutiza y diviniza la sociedad, y el segundo al individuo. El liberismo es, ante todo, una consecuencia económica de la filosofía del nominalismo occamista (s. XIV) y del subjetivismo cartesiano (S. XVII), y finalmente del sensismo y empirismo británico (s. XVIII).

 

EL LIBERALISMO.

 

Para la doctrina liberal la libertad no es la facultad de elegir el mejor medio para hacer el bien; pues la consideran un fin o un Absoluto. El liberalismo, al tomar los medios como fines comete un error sustancial del punto de vista teórico y un desorden o pecado grave del punto de vista moral (Santo Tomás I,q.83; De malo q.6, a.1). Por lo tanto, para el liberal la libertad es la licencia para hacer lo que se desea, inclusive el mal. (León XIII. Libertas), no existiendo nada encima del individuo, ni lo universal, ni las esencias, ni la ley natural objetiva; todo lo cual se impone al hombre, a pesar de él.  El respeto al verdadero sentido de la libertad sería solución suficiente para resolver todos sus problemas.

 

Este falso concepto de libertad, que se identifica con el libertinaje relativista y subjetivista, el  liberalismo lo aplica: 1º) en el campo religioso, derivando en el indiferentismo en materia religiosa (todas las religiones son buenas, según el sentimiento de cada individuo), y en el amoralismo, o sea poder hacer  lo que se me ocurre (“libertad de conciencia”, llamada por San Agustín y por Pío IX “Libertad de perdición”); 2º)  en el campo intelectual  asume el sofisma de la libertad de pensamiento, imaginando que la sola razón humana, herida, aunque no destruida por el Pecado original, dejada en  libertad puede fácilmente, y con su solo poder, sin peligro, alcanzar la verdad, que ya no es la “conformidad del intelecto con la realidad objetiva” (Aristóteles y Santo Tomás)  sino el producto del pensamiento subjetivo (Descartes/ Kant/ Hegel); 3º) en el campo político rechaza toda autoridad de lo Alto (Rousseau)  deslizándose gradualmente hacia una suerte de “anarquismo individualista” (Nozick),  hoy día aplicada en el mundo entero por la escuela de los Chicago Boys de Milton Friedman (+2006), la cual propugna la total y absoluta libertad del individuo (libertad para drogarse, para el libertinaje, para la homosexualidad –y la pedofilia—); arribando a una especie de “anarquismo de derecha”, que reduce el Estado a un ente de razón; 4º) en definitiva, el liberalismo conduce al social/comunismo, aunque aparenta ser su opuesto.

 

El liberismo económico destruyó todo lo que limitaba su desarrollo, como las corporaciones y los cuerpos intermedios; admitiendo solamente los intereses personales y desconociendo las esencias, los universales y la vida social. En consecuencia la única misión del Estado es favorecer el capital individual, limitándose a permitir a los individuos la libertad de obtener sus propios beneficios. El Estado se abstendrá en materia económica de limitaciones éticas individuales o sociales.

 

 De este modo el mote “dejar hacer” significa libertad de producción, y el mote “dejar pasar” libertad de comercio. Anulando todas las asociaciones (corporaciones de artesanos y obreros) que protegen el trabajo y a los trabajadores. El liberismo llevó a un desequilibrio muy fuerte  entre capital y trabajo, provocando la lucha de clases (trabajo contra capital) y generando (indirectamente, pese a sus deseos) el social/comunismo como movimiento bien estructurado y organizado.

 

O CRISTIANISMO O LIBERISMO (O DIOS O MAMÓN).

 

Uno de los principales fundamentos del liberalismo económico es el utilitarismo de Jeremías Bentham. En realidad, si no existe un valor moral, absoluto y objetivo, los actos humanos no son buenos o malos en sí mismo, dependiendo de la utilidad y de sus consecuencias prácticas subjetivas; o sea si esos actos producen  beneficios positivos y útiles al individuo son subjetivamente buenos para mi;  en caso contrario es malo subjetivamente  para mi.“Lo que equivale a decir que el homicidio de un inocente […]: la blasfemia, etc. , no siempre  y en cualquier circunstancia son malas, pues al modificarse las condiciones, pueden adquirir calificaciones morales diversas; o sea no se consideran delitos en cualquier circunstancia y lugar”.

 

La consecuencia del liberismo utilitarista considera el “principio de Caifás”, según el cual no existe el bien o el mal en sí, sino sólo para mi o para nosotros.  El utilitarismo comprende el hedonismo psicológico, o sea la búsqueda del placer y el repudio al dolor. Según el londinense J. Benthan (+1832) el placer coincide con lo que es útil al individuo. El hedonismo no busca el placer en el futuro ni en el más allá, sino en el mismo presente.

 

Antiguos teóricos del hedonismo fueron Aristipo, Epicuro, y en nuestros días Nietzsche y Marcuse. La exaltación del placer y la repulsa al dolor no se fundan, según Betham, sobre la moral ni sobre la religión o la metafísica, sino sobre el ego-ismo psicológico, donde el hombre busca siempre su ventaja, interés o utilidad. El bien o la felicidad, para Betham, no es el Acto Puro, sino gozar de sus intereses propios e individuales. Es el error “capital” del liberalismo: suplantar el sumo Bien y el Fin último con la libertad, la utilidad, el placer de la criatura…, la realidad objetiva con el interés del sujeto individual.

 

Como se observa, el Nihilismo “nicciano”, el comunismo hedonista y freudiano de la Escuela de Frankfurt (Marcuse y Adorno) y el salvaje y bestial del Estructuralismo francés (Levi-Strauss) derivan del liberalismo y del iluminismo británico del XVIII (Betham) y conducen al neo-conservadorismo estadounidense (Popper, Hayek, Misses, Friedman).

 

Es manifiesto que tanto la metafísica clásica como la ética natural y cristiana son absolutamente inconciliables con la filosofía subjetiva y con la ética individualista y relativista del hedonismo y del utilitarismo, por lo que el liberalismo fue repetida y constantemente condenado por los Romanos Pontífices (Pío IX, León XIII, Pío X, Pío XI y Pío XII).

 

El liberismo, como hemos dicho es la consecuencia en el campo económico de una filosofía que consta de tres elementos: 1º) el nominalismo occamista; 2º) el subjetivismo cartesiano: 3º) el empirismo. Esta filosofía, que quiere decretar el fin de la metafísica, ha conducido a través del pragmatismo norteamericano de James al “pensamiento débil” de Popper.

 

También esta filosofía, como el materialismo marxista, niega la espiritualidad del alma humana, el poder conocer la realidad sobre-sensible, dejando al hombre semejante a los animales, con la consecuencia lógica económica que debe trabajar, producir y consumir; para el liberalismo, entonces, “el vientre es el dios del hombre” (San Pablo).

 

La única gran diferencia entre liberal/liberismo y materialismo histórico dialéctico social/comunista surge de la existencia de dos tipos de materialismo: uno más radicalizado y “chic”; el otro más “grosero”; pero como ambas filosofías son falsas lo son también ambas conclusiones económicas: lo más no surge de lo menos.

 

Más aún: mientras el liberismo, fundándose en el egoísmo individualista y animado de una fuerte propensión a la injusticia social; el social/comunista proclama defender la justicia social, aunque en realidad provoca la miseria más negra, basada en el odio, la envidia y los celos entre las clases sociales. Los dos sistemas tienen una diversidad y una oposición relativa (individualismo y colectivismo); y una sustancial semejanza en el primado de la economía y del bienestar material.

 

Hoy día la condición de las clases proletarias trabajadoras es notablemente mejor que respecto al ochocientos, dejando de existir la lucha de clases y la consiguiente dictadura del proletariado. Mientras tanto el liberismo se expande por el mundo para instaurar la “república democrática/ dictadura universal” y hedonista de la plutocracia, donde pocas personas tendrán el monopolio de las riquezas y el manejo del Estado minimizado por el liberismo.

 

Este conflicto, aparente e insustancial, perjudica sobre todo a los hombres comunes y a los pequeños ahorristas convirtiéndolos en una especie de empleados permanentes de un gran Banco; quedando sin tiempo ni dinero para vivir su propia vida, para realizarse como animal racional, creado para conocer la Verdad y amar el Bien.

 

El mundo moderno lo transformó en un animal económico hecho para producir, amasar dinero (por sí o por el Estado), para “pensar” en pagar los impuestos o evadir al fisco, para pagar las numerosas boletas que le quitan tranquilidad, dejándolo como una máquina de calcular (una especie de “epiléptico/ agitado” de la Bolsa de Milán, esclavo del bankster de Wall Street o de la City); o una gallina de un aviario industrial, que a fuerza de luces y hormonas produce un huevo de oro.

 

Este primado de la economía sobre la metafísica originó el embrutecimiento en que hemos caído en estos tristísimos años, incapacitando al hombre a resolver problemas fundamentales, que siempre preocuparon al pensamiento humano: el más allá, la existencia de Dios, la inmortalidad del alma. Domingo Giuliotti escribió: “El liberalismo te hace vivir como cerdo y morir desesperado”. El paso del liberalismo al nihilismo es entonces muy breve.

 

NIHILISMO ANTIGUO.

 

La nada es el no-ser, lo que no existe, la total ausencia de toda realidad. Santo Tomás explica: la nada y la total ausencia de ser son la misma cosa” (I, q.45, a.1).

 

En torno al concepto de nada, defeccionaron varios filósofos. El primero en la antigüedad fue Parménides que lo concibe sin la intermediación de la potencia, y en consecuencia, como la total negación del ser en acto, el único existente, cae en el monismo panteísta. Aristóteles introduce el concepto de potencia, que es el pasaje de la nada al acto, que se actuará posteriormente. La potencia no actúa sobre el ser en acto, pero tiene capacidad de dar el ser a la pura nada.

 

Santo Tomás advierte, volviendo al concepto de potencia, no dejarse seducir por la voluntad de la potencia de “entificar o cosificar” la nada, haciendo de ella un polo negativo, casi existiendo como ente o “ser al contrario”, una suerte de “ente negativo”, mientras que es el contrario, o la negación del ser.

 

[…] Sería la perpetuación de la mentira de Ulises, que ha engañado a Polifemo y a los cíclopes en la Odisea de Homero.  Éste le dijo al cíclope llamarse “Ninguno”; y cuando los cíclopes le preguntaron a Polifemo quien lo cegó les responde: Ninguno. Y lo cíclopes, creyendo que bromea lo abandonan y no lo socorren. Si sólo existe la nada y “ninguno”, hacer “algo” no tendría sentido: “ex nihilo nihil fit”.

 

NIHILISMO CONTEMPORÁNEO.

 

El nihilismo del ‘900 pretende dar realidad negativa a la nada; como el Maniqueísmo al mal, haciéndolo un absoluto, aunque sólo es privación de bien, tal como la nada es privación de ser. El Maniqueísmo es un predecesor del Nihilismo moral.

 

El odio a la nada, y su consecuente tentativa de darle entidad y deificarla, proviene, según el Angélico, de que la imperfección de lo creado es consecuencia de su origen: la nada; de donde Dios creó los seres “in quantum creatura est ex nihilo” (De Potentia q.3, a.1, ad14). Pues el orgullo nihilista, al no soportar la deficiencia de lo creado (Gnosticismo antiguo) rechaza la total vacuidad de la nada, queriendo darle una cierta entidad, negativa, pero siempre “real”.

 

La modernidad retomó el desprecio por la limitación humana de los gnósticos del III siglo y concluyó: 1º) como Dios no existe, la idea de Dios, coincide ‘panteísticamente’ con la del hombre; quien, para realizarse plenamente rechaza límites y se deifica (Feuerbach). 2º) La idea de Dios es un producto del capitalismo, dejando al proletariado atontado para continuar explotándolo. Por eso, para liberarse de la opresión capitalista destruye la idea de Dios (Marx). 3º) la inseguridad psicológica humana necesita la idea de Dios, pero si la niega, emplea como sustituto una suerte de osito de peluche para soportar y superar la propia angustia y los propios complejos, necesitando aniquilar la conciencia de Dios (Freud).

 

Como se ve, la naturaleza del Nihilismo filosófico es el odio contra el ser participado (la creatura), pero sobre todo contra el Ser por esencia: Dios. Y la tentativa de eliminar el concepto de creación de la nada, otorgando a la nada una cierta realidad, anti-real.

 

Además del odio contra Dios, la realidad y el ser creado (Nihilismo metafísico), el Nihilismo odia y querría destruir: 1º).- la razón humana reemplazándola con el sentimiento y el instinto animal (Nihilismo lógico), y 2º).- la moral objetiva sustituyéndola por el amoralismo y las transgresiones morales (Nihilismo moral).

 

Los frutos del Nihilismo son: ni nada ni nadie; “ex nihilo nihil fit”. Si se le elimina al hombre la razón, que es lo que propiamente lo hace hombre y lo diferencia del animal; si se le quita la libre voluntad y la moral objetiva, o la búsqueda de un fin que coincida con el Bien; si se busca destruir la realidad (el ser, la razón y la libre voluntad, el sentido de la vida y las reglas que le permiten alcanzarla);  se abandona al hombre en la apatía y la desesperación;  que son los frutos de la falta de un ideal y de un fin para vivir.

 

Aristóteles refutó a los sofistas que decían: “la verdad no existe, nada es conocido con certeza”.  Estos dos principios de los sofistas son verdaderos, ciertos y objetivos en la medida que no se admita la verdad y el conocimiento de la realidad; ellos los consideran verdaderos, ciertos y objetivos. Entonces se podría objetar al Nihilismo: si nada existe ni nada tiene valor ni es verdadero, al menos esto es cierto, y  deben aceptarlo pues  tiene valor y existe.

 

El maestro del Nihilismo moderno es Nietzsche, quien claramente enunció sus principios en el  siguiente anti-Decálogo: 1º).- nada de lo que sucede tiene sentido; 2º).- el devenir no lleva a  nada; 3º).- no hay valores ni respuesta al porqué de las cosas y de los hechos; 4º).- El mismo Dios (o su idea) murió asesinado por el mundo moderno, reemplazándolo con el cogito cartesiano, con el sentimiento (Kant) o con lo absoluto (Hegel); 5º).- Dios no es un ente real, pero el hombre, aunque no lo vea,  tiene necesidad de auto-imaginarse su existencia para poder vivir, aunque no tenga intención de soportar la insensatez de su existencia; 6º).- la mentira (Dios, el ser, la razón, el bien, el fin) es necesaria para continuar viviendo una suerte de fuga frente a la insensatez del mundo; 7º).-las acciones humanas en sí, carecen de valor, siendo nosotros quienes se lo damos según nuestro gusto; 8º).- por tanto no existe una regla moral objetiva y real, solo una ley subjetiva y de situación; 9º).-  tampoco existen acciones malvadas (aborto, suicidio, eutanasia, pedofilia); 10º).-  lo mejor hubiera sido no haber nacido, no ser nada (este es el deseo de los condenados en el infierno); pues cuando uno se abisma en el Nihilismo la vida se convierte en una especie de infierno.

 

Así como los Diez Mandamientos pueden resumirse en el amor sobrenatural de Dios y del prójimo propter Deum, el anti-decálogo nihilista puede resumirse en dos anti-mandamientos principales: 1º).- Si Dios no existe todo está permitido; 2º).- desaparece la verdad y el bien. Es la locura del mundo actual, donde todo es lícito, salvo buscar la verdad, conformarse a ella y proceder moralmente bien.

 

¿Cómo salir de esta situación? Retornando a la verdad objetiva, con la cual, mediante un silogismo, la persona humana asciende a la existencia de Dios, y  a una sociedad más humana, fundada en los principios de la filosofía perenne y del sentido común, que devuelve el primado de la ciencia especulativa o metafísica (conocer para saber), sobrepuesta  a la filosofía práctica (conocer para hacer  o actuar).

 

Actualmente la técnica (conocimiento experimental o empírico) usurpó el lugar más privilegiado de los conocimientos, siendo el más bajo, ocupando hoy abusivamente el más alto, convirtiendo al hombre en una máquina de producir, que lo impulsa a correr afanosamente desesperado hacia un término que  él mismo desconoce; insaciable productor de riquezas materiales, que lo dejan insatisfecho, pues no son más que bienes creados y precarios (“impresos” o “acuñados”). Pero nuestro espíritu es infeliz hasta que reposa en el Señor, dijo San Agustín. Sólo Él, siendo el Sumo Bien, puede calmar la ansiedad y los problemas humanos, pues está abierto al infinito, y no constreñido a los problemas económicos, sean considerados de “derecha” o de “izquierda”.

 

AUGUSTO DEL NOCE, CRÍTICO DEL LIBERISMO.

 

Augusto del Noce intuyó claramente que luego del derrumbe del comunismo soviético el gran peligro de la humanidad sería la de la sociedad liberal/tecnocrática, consumista y libertaria. Él hablaba de “un totalitarismo de distinta naturaleza, mucho más “aggiornatto”, en consecuencia, más capaz de ejercer un dominio más  absoluto que el de  los modelos anteriores de Stalin o Hitler (…): EL SUPER PARTIDO TECNOCRÁTICO”.

 

La causa de la irreligiosidad del mundo actual han de buscarse, según Del Noce, en el pan-tecnicismo, o sea el “agnosticismo de raíz empirista”. Según el liberismo, la religión trascendente, al no ofrecer beneficios, ni ser útil, ya no interesa. Esto es consecuencia del liberalismo-libertario y del libertinaje de las masas.  Del Noce destacó la extrema peligrosidad del liberalismo, hijo del libertinaje del XVII, ahora radicalmente más anti-religioso que el ateísmo marxista. Por ser eminentemente agnóstico se convirtió en un fenómeno masivo en el siglo XX, mientras que en el s. XVIII era sólo de las elites.

 

La ideología del mundo liberal al negar la Trascendencia  lleva a la secularización y al nihilismo de la sociedad opulenta. O sea, la única ética válida es la de la producción y del consumo, que conduce al relativismo integral. Popper es el principal exponente filosófico del neoliberalismo financiero de Hayek, Mises y Friedman.

 

El empirismo sensista, como el materialismo marxista, niega la espiritualidad del alma humana, su poder de conocer la realidad sobrenatural, degradando al hombre al estado animal; siendo su consecuencia económica que necesita trabajar, producir y consumir. La única gran diferencia entre el liberal/liberismo y el materialismo histórico dialéctico social/comunista es, como ya escribí, que son dos tipos diversos de materialismo, pero como ambas filosofías son falsas, lo son también sus conclusiones.

 

 

Don Curzio Nitoglia.

http//doncurzionitoglia.net/2014/06/07/ del-liberismo-al-nihilismo/

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