LA POLÍTICA.
“La función del político es
religiosa y poética”. (José Antonio Primo
de Rivera, Obras completas, 743).
“De poco vale que la Iglesia condene al liberalismo si la inteligencia
católica no reacciona contra él”. P.
Castellani, “Decíamos ayer”, 41.
“La Política, la verdadera política es a la vez una ciencia y un arte. Su
objeto es hacer pueblos prósperos, civilizaciones florecientes, patrias
duraderas; es el arte de gobernar a los hombres de acuerdo con su interés más
general y más elevado. No se dirige a los sentimientos bajos como la envidia,
la codicia, la venganza, sino a la pasión del bien público, a la generosidad.
No se propone explotar al pueblo, pero si servirlo. No se esfuerza por adularlo
o seducirlo, pero sí por despertar su conciencia y provocar su reflexión; y si
le habla de sus derechos, no olvida recordarle sus deberes”. Mariscal Petain. (“Habla el Mariscal”).
El domingo escuché un sermón que me dejó más aplastado que cucaracha pisoteada. Son ingenuos –oí decir- los católicos que pretenden organizar un Movimiento nacionalista. Están derrotados antes de empezar. Sería mejor que se santifiquen y salven sus almas. Porque la batalla no es política, sino individual y espiritual.
Tras
estas declaraciones hay un trasfondo nebuloso cuyo propósito no logro
distinguir. ¿Se contraponen la santificación personal con la actividad
política? ¿Hay que actuar sólo cuando se está seguro del éxito (o de ser santo)?
¿Tenemos que continuar impertérritos ante un Estado abusivo, explotador y
corrupto? ¿Los nacionalistas, debemos dejar de bregar por los hermosos ideales
de restaurar el Bien Común en una Patria Justa, Libre y Soberana? ¿Deberíamos
entregar nuestra Patria a los ‘ingenieros sociales’, que hacen de la Política
un negocio ‘científico’ y lucrativo, convirtiendo a los humanos en materia
manipulable? Pero
¡Oh! Sorpresa. ¡nos ofrecen una salida! Pues podemos deducir del ‘espíritu’ del
sermón, que es lícito y recomendable votar por el ecuménico liberal Gómez
Centurión ¡Para que nada se altere!
El Padre Castellani, a
continuación, nos ilumina y conforta con las siguientes palabras, inspiradas en
las enseñanzas de Jesús:
PADRE LEONARDO CASTELLANI
UNA ACTIVIDAD NOBLE
A la argentina no
la puede salvar la política, sino acaso la Religión. Jesucristo ¿Hizo política?
Usted, ¿No es ministro de Jesucristo? Usted debe olvidarse de la política.
Todos los desastres de su vida se deben al haberse metido en política; y sobre
todo con esos badulaques de nacionalistas. Los nacionalistas no van a ninguna
parte. Si a Sanchez Sorondo lo hicieran Presidente, gobernaría peor que el peor
de los peores. Usted dedíquese a salvar almas y chao, etc.
Si este sermón no
lo he oído una docena de veces, no lo oí ninguna. En vano digo a mi
interlocutor que sí, que está bien, que tiene razón, que todo eso sé yo desde
que tenía diez años –menos lo de Sanchez Sorondo-, que todavía no existía; y no
creo sea verdad ahora.
A la Argentina si
algo la salva será la Religión y no la Política. De acuerdo. Pero eso no quita
que la política sea una actividad noble y necesaria. Los antiguos la llamaban
el arte de las artes; y el viejo Aristóteles dijo que era la ‘ciencia’ más
importante después de la Metafísica; y a veces, antes.
Y Santo Tomás,
después de explicar porqué Aristóteles dijo que la metafísica era la ciencia
más alta, va luego y en la Ética dice que la Política era la ciencia más
importante; después dijo el Tomás, por su cuenta, que era la obra de
misericordia más grande, pues si uno le
da una limosna o sepulta a un muerto, hace un bien un individuo o a uno que ni siquiera es
individuo; pero el buen gobernante
descubre, explica y efectúa el Bien Común, que es el bien de todos; o
por lo menos de muchos.
Y así el poetas
Dante, que se sabía su Santo Tomás de memoria, puso a los políticos y
estadistas (buenos, se entiende) en el cielo de Júpiter, el sexto; o sea el más
alto después de Saturno, donde se hallan los religiosos; y después vamos bajando
gradualmente (aunque él fue subiendo) por todos los planetas, hasta llegar a la
luna, donde pone a los maestros normalista; los cuales van “a dispensar una calurosa
acogida” al Starrford, Bressan, Pontmain, o como se llame el tipo que en estos
días se va a descolgar en la Luna para pasear allí por 20 o 25 minutos; o puede
que dos horas y cuarto, como Nelson Rockefeller.
Ora conosce come s’innamora
lo ciel del giusto Re, ed al sembiante
del suo fulgore
il fa vedere ancora.
Claro es que
estos antiguos entendían la política como la Ciencia y el arte del Bien común;
pero a nosotros ya nos han enseñado en las clases de Educación Democrática que
la Política consiste en apoderarse del gobierno por las buenas o por las malas,
a tuertas o derechas; en crear enseguida
el Ministerio de Felicidad Privada y Pública, con otra fila de Subministros,
Secretarios, Subsecretarios, y así sucesivamente, para dar puestos lucrativos a
los compinches; en pronunciar innúmeros discursos bombásticos; en dividir el
tiempo que han de durar en
el poder en cinco partes, sin decir cuánto van a durar ellos; en dar palos a
diestro y siniestro; en inventar impuestos; y en ir armando una maquinaria
electoral que gane seguro, con fraude o sin fraude, y después dar elecciones libres; sin olvidarse, y esto es
principal) en hacerse un buen bodigo en un Banco de Suiza, para un caso de
vejez, invalidez, enfermedad o que los saquen a patadas.
Más todos estos
antiguos ¡Qué sabían de democracia ni de nada!, que se pasaban la vida
disputando si la tierra era plana o corrugada, si Dios existía, si las esferas
celestes eran siete o nueve, si Cristo era Dios, y cuándos ángeles cabían en la
punta de un alfiler: pobres gentes que no tenían Democracia ni Ministro de
Educación Democrática.
[…] “La Política
primero”, no quiere decir que la Política esté por encima de todo, Religión
incluso, sino que en ciertos adjuntos llega a ser lo primero, no en la
dignidad, como si dijéramos, sino en el tiempo. Y así en la Argentina, si no se
resuelve primero el problema político, no se puede resolver ninguno de los
otros, aunque sean en sí superiores y principaliores; o sea, económicos,
financieros, religiosos, artísticos, científicos; ni siquiera el sempiterno
“problema de la Educación”.
[…] Ahora bien,
hablando en serio y dejándonos de chanzas, la vocación de político, que hoy
tiene algo de cazador furtivo y de mártir (y que yo no tengo, por suerte),
cuando falla en una nación, la nación se va al desbande. Y el que tiene
vocación política, y por pereza o lo que sea no la llena, se condena.
[…]
“JAUJA”, nº 32,
AGOSTO 1969.
Comentario del blog: el católico debe actuar y luchar en
política contra los liberalismos y los marxismos, en todas sus variantes. No
puede quedar indiferente. Análogamente a la acción política de Jesús luchando
contra los fariseos y azotando a los mercaderes… ¡que mercaban con la Religión,
y, por consiguiente, con la
política! ¿Qué
Jesús no intervino en política? Los Evangelios no lo explicitan, pero como son la
parte menor registrada de sus
enseñanzas; el magisterio de la Iglesia las fue completando, con el resultado
de bendecir a los políticos y a los militares que luchaban políticamente una
guerra justa.
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