EL MIEDO DOMINA AL SOBERANO
¡Buaaauuu! ¡viejita, tengo miedo de morirme! Traéme vacunas , barbijos, escafandras, bañáme en alcohol!¡Que nadie se me acerque, ni tosa, ni escupa, ni me mire, me van a apestar!
Actualmente el miedo domina a la gente. Los veo caminar cabizbajos, como metidos en un tubo plástico; el encierro es perfecto. Viven aislados, separados del prójimo, temiendo que esa brisa otoñal que refresca sus pulmones oculte un enjambre de seres infinitesimales portadores de la muerte, lanzándose sobre ellos. Están fascinados con los barbijos, las desinfecciones, y los Protocolos creyendo con convicción supersticiosa, que son elementos mágicos, con poderes curadores infalibles.
La gente está bombardeada por una propaganda generadora de un miedo irreversible . Al comienzo de la ‘pandemia’ me aseguraba una médico ignorante y perversa , por sembrar el terror . que la peste que se avecinaba mataría, al menos, 1500 millones de personas; y para convencernos se disfrazaba de astronauta y atendía a los enfermos ¡sólo por TELEFONO !. En realidad nadie sabe con certeza cuantos murieron realmente de la ‘plaga’, de que tipo es, y como se la puede combatir.
En las comunidades primitivas, sometidas por los brujos, estos usaban sortilegios para proteger a la tribu de peligros ignotos pero reales. Inclusive los modernos pedantes que chupan de las tetas de Hollywood, aseguran envanecidos que el ‘hombre de las cavernas’ era un sub-hombre que se escondía como un animal ante el inconmensurable poderío de los fenómenos de la naturaleza…, ( los cuales, cuando se desatan, ¡asustan al más pintado! ) ¡ Disfrutaría viendo a esos valientes de maceta, aterrorizados y desprotegidos, clamando por la viejita, en medio de la oscuridad de la noche, en pleno monte chaqueño, cuando las sombras y los sonidos animales insinúan peligros ! ( que a veces son reales ¡ y muerden ! ).
¡Este miedo ciudadano es desesperante, y muchísimo más denigrante que el provocado por alguna catástrofe de la naturaleza! Por lo tanto la humanidad no evolucionó mucho que digamos ; y los terrores- ahora más ‘afectados’- la siguen dominando.
Y Dios , como al principio de los tiempos , abriendo las puertas a la naturaleza descontrolada nos pone en orden de subordinación , incitándonos a recurrir a su protección . ¡ Asi sea !
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