A NO DESANIMARSE, CAMARADAS, AL MENOS NOS QUEDA
TRANSITAR EL CAMINO DE LAS SANTIDAD.
La reflexión final es
que la meta suprema de la vida es la santidad. Claro que hay un mal concepto
del santo o la santidad, como si fuese una cosa imposible y solamente es
acomodar nuestra vida a la voluntad de Dios. La voluntad de Dios es el bien de
tal manera que la tendencia a restaurar la patria, restaurar la familia,
restaurar la economía del país y restaurar sobre todo la vida de los argentinos
es estar en el camino de la santidad.
PADRE JULIO MEINVIELLE.
(De una conferencia en “Patria Grande”, Buenos Aires, 1972).
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