lunes, 7 de junio de 2021

 

EL PROBLEMA DE LA HORA PRESENTE:

EL JUDEO-AMERICANISMO

POR EL PADRE CURZIO NITOGLIA.

Creo que el judeo-americanismo es realmente el problema de la hora presente. De hecho, mientras el viejo judaísmo rabínico (siglos I y II) que promovía el judeo-cristianismo, falló en su intento de adulterar la Iglesia de Cristo, judaizándola, gracias a la reacción de los Apóstoles y Padres eclesiásticos (de los siglos II al VI). Por el contrario, el judeo-cristianismo puritano prevaleció en USA, desde el siglo XVIII, invadiendo también Europa, especialmente a partir de las dos guerras mundiales, 1918-1945.

Además, desde ese entonces penetró también en ambientes católicos con la Declaración NOSTRA AETATE, del Concilio Vaticano II (1965), y las enseñanzas de Juan Pablo II  en Maguncia (1980) sobre la Antigua Alianza ‘jamás revocada’, hasta estos días.                    

 Fue repetida explícitamente por Benedicto XVI (17 febrero 2010, en el Discurso en la Sinagoga de Roma); e implícitamente o privadamente por Francisco I (Letra al Rabino jefe de Buenos Aires y de Roma). 

El hebraísmo en norteamérica, luego del asunto de Damasco (1840) y del caso Mortara (1858) ha hecho una alianza para ejercer presión sobre el gobierno estadounidense a fin de imponer en el viejo Mundo la plena libertad que ya había obtenido en USA. Estos representan, por tanto, el brazo armado del judaísmo, (que se mantuvo desarmado hasta la fundación del Estado de Israel en 1948), contra la intransigencia doctrinal y la intolerancia dogmática-teológica (y consecuentemente político-social) de Europa…tiempo atrás aùn plenamente católica.

Todo esto fue posible porque la tradición puritana norteamericana estaba y está profundamente embebida de judaísmo post-bíblico. Realmente, los EEUU no conocieron el llamado medioevo o cristiandad europea, teológicamente anti-judaica. USA, por tanto, nació sin la savia medieval, privada de antijudaísmo doctrinal. El puritanismo norteamericano emplea una lectura milenarista y carnalmente materialista (en vez de la genuinamente literal) del Antiguo Testamento, viendo en los EEUU el ‘precursor’ del ‘mesías’: el nuevo Estado de Israel.

En consecuencia, USA es una especie de nueva Sion, o nueva ‘Tierra Santa’, que debía acoger, desde el siglo XVIII a los hebreos dispersados a partir del año 70 d.C., que fueron   discriminados teológicamente en el  viejo mundo. Y posteriormente, en el siglo XX, debía colaborar en el nacimiento de la novísima Sión, el Estado de Israel.

Mientras la Europa caía en el laicismo luego de la Revolución francesa, emancipó a los hebreos, tratando de asimilarlos individualmente, pero no al hebraísmo como pueblo o nación ;  la USA , por el contrario, concedió plena libertad, religiosa, social y política al hebraísmo;  no sólo una emancipación  para asimilarlos, sino para  transformarlos en una Nación.

De allí que realmente la USA está en el origen del sionismo, como idea nacional y política y no sólo como simple sentimiento o aspiración religiosa utópica, que sueña y desea –romántica e ineficazmente- con la Patria perdida; como todo israelita ha deseado desde el 70 d.C. hasta el siglo XX. Los EEUU representan, por tanto, la super potencia mundial al servicio (científicamente organizado y estudiado) del nacimiento de judaísmo como Nación.

USA presionó a Europa y Rusia (luego URSS), entre la primera y la segunda guerra mundial, y luego en la consiguiente ‘guerra fría’ a fin de que se le conceda pleno reconocimiento al judaísmo como pueblo, religión y Nación. Así es como hoy, (con la Guerra del Golfo pérsico 1990-2003) presiona a sus vecinos del medio y extremo Oriente, a fin de que el Estado de Israel sea reconocido íntegramente, tanto religiosa como políticamente.

Me parece también, que este último paso, que tendría que haber sido definitivo, no se ha logrado, por lo que, en estos días, en su momento de su máximo poder, USA inicia la parábola descendente (como la Europa de 1914). Desde septiembre 2001, hasta la derrota de la segunda guerra en Iraq (2003); el revés sufrido en Afganistán, y la actual situación creada en Siria, Turquía y el Líbano (2012-2013), Norteamérica se asemeja a un gigante con los pies de arcilla, como les sucedió a todos los imperios mundiales que existieron en  la historia de la humanidad.

El sionismo representa el antídoto y la alternativa ante la intransigencia doctrinal de la vieja Europa. Es una suerte de americanismo puritano-milenarista trasplantado en Palestina. El Estado de Israel no es, por tanto, un refugio para los hebreos anteriormente discriminados doctrinalmente, sino sobre todo una super-potencia militar y nuclear, que ejerce una presión violenta y abusiva, no sólo psicológica sino también física, contra la intransigencia teológica antijudía que predominaba en la cristiandad europea.

El pensamiento milenarista de Joaquín de Fiore es fundamental en la génesis del milenarismo judeo/norteamerico. En plena Cristiandad medieval (siglo XII), confesional y por eso teológicamente discriminatoria en su enfrentamiento con los no cristianos, el joaquinismo promovía como alternativa una filosofía milenarista de la historia, según la cual en la tercera edad del Espíritu, los hebreos, como elemento primario (hoy se diría: ‘hermanos mayores’) se unirán a los cristianos, para enseñorearlos (considerados hoy día ‘hermanos menores’, tutelables). Hebreos y cristianos formarán así, una sola sociedad, el ‘pueblo de Dios’ o ‘Iglesia neumática’, con el primado ontológico de los israelitas sobre los cristianos, de acuerdo al judeo/cristianismo hebraizante del II siglo.

El joaquinismo es un ecumenismo precursor de una sociedad esencialmente irenista y judaizante. Quedando en rotura total con la Fe católica (como notaron prontamente San Bernardo de Claraval y Santo Tomás de Aquino), sobretodo por cuanto considera que la relación entre la Nueva y la Antigua Alianza ( según Joaquín jamás revocada; Juan Pablo II no hizo más que repetir nuevamente un error viejo como el diablo)  se verificará en la tercera edad del Espíritu.

 Además, los discípulos de di Fiore, entre los siglos XII y XIV, desarrollaron la doctrina del maestro en un sentido más hebraizante aún: el hebraísmo, en la tercera edad, será todavía más bendecido por Dios, manteniéndose judío. De Israel nacerá un segundo ‘mesías’ (militante o figurado). Roma será reemplazada por Jerusalén, que será el centro de la nueva ‘fe’ cristiana más espiritual y pura. El mundo será transformado bajo la guía de los hebreos, organizados como Nación dominante y preponderante. Esta idea ya fue expuesta en el siglo XII por los pensadores judaizantes, sin necesidad de conocerla, en el siglo XX, en los Protocolos de los Sabios de Sion.

Como se evidencia, el puritanismo de los antiguos fariseos, anti-trinitario y anti-cristiano (75 a.C.- II siglo d.C.), resurge con el joaquinismo medieval (siglos XII-XV), se funde con el protestantismo puritano norteamericano (siglos XVII-XXI), hasta la negación de la Santísima Trinidad y la divinidad de Cristo. El puritanismo farisaico joaquinista es el creador del ideal o espíritu norteamericano. Es una especie de talmudismo para los goim o un protestantismo calvino-anabaptista judaizante, fundado sobre dos dogmas principales: a) de la total libertad del hombre (liberalismo libertario, libertino, liberticida); b) de la supremacía de la Nación elegida: Norteamérica, o nueva Tierra Santa, y la ‘novísima Sión’ (o Estado de Israel), sobre el resto del mundo.

Este espíritu judeo/norteamericano penetró, desgraciadamente, con el Concilio Vaticano II, como ‘humo de satanás en el Templo de Dios’; en una época de incertidumbre y autodemolición (como expresó Pablo VI en 1968 y en 1972, con intenciones de imponer esos errores del Concilio). Entonces, estas palabras no son sólo una reflexión, sino la prueba palmaria que Pablo VI sabía perfectamente la realidad del Vaticano II: incertidumbre y auto-demolición; y dispuso continuar conscientemente demoliendo y confundiendo. Dicunt sed non faciunt, es el reproche de Jesús, en el templo, a los fariseos, a los Sumos Sacerdotes (Anás y Caifás) y al Sanedrín, que se aplica análogamente a los Sumos Sacerdotes, Juan y Pablo de la ‘iglesia conciliar’. Esa actitud tiene un valor no sólo teológico, (con Juan Pablo II, Comunión y Liberación, neo-Catecumenales, Carismáticos, Focolares, Joseph Ratzinger y Francisco I), sino también político (con las ‘raíces judeo/cristianas’ en Europa, Alianza Católica, Comunión y Liberación, Giuliano Ferrara, Marcello Pera, Adornato, Baget-Bozzo, Marco Respinti). Exactamente esta es la tendencia principalmente preocupante en estos días: la alianza de una falsa religión filantrópica/inmanentista (el culto del hombre) con un poder político pervertido, que se impone, inclusive violentamente, en nombre de la democracia.

De la ‘Antigua Alianza jamás revocada, de Juan Pablo II pasaron a la ‘Magna Europa’ política (USA, GB, Israel) de Marco Respinti, junto a Giovanni Cantoni, Massimo Introvigne y Antonio Socci.

En realidad, tal poder político-religioso ha brotado de la potencial (por ahora) tercera guerra mundial, constante, perpetua e infinita, que no excluye a nadie, inclusive a los intocables de ayer (USA, URSS, China, que tiene cien millones de musulmanes en olor de revuelta, según escribía Il Corriere della Sera, el 30 agosto 2005); además que la vieja Europa, (bien habituada a los bombardeos ‘Aliados’ ), deseados por los ‘bu-sharon-istas¡                 (ayer trotskistas y hoy neo-conservadores) pero rechazados por el mundo árabe, que resiste y contrataca.               

El aguado cristianismo moderno post-conciliar, se encuentra así en una situación parangonable a la de un recipiente de arcilla entre dos de hierro (Islam y judeo-americanismo), a la que sólo Dios  podrá proteger. De hecho, lo evidente es que no se combate teológicamente al Islam, sino al mundo árabe no fundamentalista (Egipto, Túnes, Libia, Siria), que no representan graves problemas, pues más bien tienen razones.

No me parece que la alternativa contra el peligro interno de la modernidad  y el externo del islamismo  sea la ‘Revolución conservadora anglo-norteamericana (que teorizó Burke, 1790 y  Kirk en 1953), como propone Marco Respinti. En efecto, Edmund Burke (1729-1797), repetido por Russel Kirk (1918-1994) afirmaba que la progresista Revolución francesa era esencialmente diversa a la segunda Revolución inglesa (1688) y a la guerra norteamericana por la independencia (1776-1783), pues  estas eran tradicionales y conservadoras. Según tal línea de pensamiento, la USA continuaría con la herencia clásica (greco-romana) y cristiano-medieval.

USA sería en realidad,  por el contrario, una falsificación de la antigua cristiandad europea, y representaría una suerte de pre-modernidad o pre-iluminismo, aunque no conscientemente iluminista. Tal corriente de pensamiento (Movimiento conservador norteamericano, de raíz Kirk/iana) apareció prepotentemente en escena en 1980 durante la administración Ronald Reagan, especialmente por su tendencia neo-com y neoliberal, continuada por George Bush padre y por George Bush hijo. Russel Kirk, según Respinti, “ofrece la imagen de una norteamérica que defiende los valores de la tradición clásica y cristiana, según los verdaderos principios sostenidos por los Padres fundadores de esa nación”.

(Otro discípulo cultural de Kirk es Friedrich von Hayek, que distingue netamente al buen liberalismo  anglo-norteamericano, por ser conservador, del mal liberalismo europeo por ser progresista y racionalista. Otros discípulos espirituales de Burke, cofrades de Kirk, son Carlo Popper y Michael Novak). El mismo Kirk explica que la Revolución francesa fue una Revolución total, mientras que la anglo-norteamericana lo fue sólo defensiva, no agresiva; las revoluciones inglesa y norteamericana no fueron más cruentas y radicales, justamente porque fueron  revoluciones esencialmente conservadoras.

Kirk, en ocasión de  tres conferencias que dio  en 1989, en Italia,  referidas al libreto suscitado por Marco Respinti, define la Guerra de la Independencia norteamericana como una ‘Revolución  frustrada’, o nunca terminada, porque defendió el derecho consuetudinario (o la Tradición ) de la Gloriosa Revolución inglesa de 1688, impidiendo surgir un radicalismo revolucionario similar al  de la Francesa.

Más aún, Kirk afirma que mientras la Revolución francesa fue gestada por odio al Cristianismo, la norteamericana fue hecha con fuerte acatamiento …a las iglesias y a los principios cristianos. En efecto, agrega Kirk, “en norteamérica ningún golpe se aplicó contra la fe cristiana. De los hombres que firmaron la Declaración de la Independencia la gran mayoría estaba compuesta por cristianos practicantes, de alguna de las denominaciones. Resalta el rígido calvinismo de Jonathan Edwards, un ministro congregacionista de Massachusetts, que defendía la doctrina estrechamente calvinista sobre el pecado original y la fe fiduciaria, porque “enseñaba la depravación de la naturaleza humana’. En definitiva, los colonos norteamericanos fueron defendidos por Burke y naturalmente por Kirk, porque “pretendían resistir a innovaciones peligrosas de parte del rey Jorge III de Inglaterra”.

¿Cuál es la religión de George W. Bush? Munchos lo presentan como un nuevo Carlo Magno, o hasta un San Luis IX revivido. La realidad es bastante diversa. Maurizio Molinari en su ‘George W. Bush e la missione americana’, explica que la ‘compasión’  o religiosidad sentimental del presidente norteamericano la ‘heredó de los Peregrinos que arribaron al Nuevo Mundo huyendo de la Vieja Europa’.  Esta idea de “compasión es propiamente lo que distingue al iluminismo inglés del francés, en el cual se acentúa la Razón y la separación absoluta del Estado y la Religión.  De manera que el iluminismo anglo-norteamericano insiste en el sentimentalismo y la experiencia, mientras que el francés es racionalista. El primero busca la separación de la Iglesia y la religión católica (pues ellos no la consideran la verdadera religión), pero no separan al Estado de la religiosidad, de manera que el Estado norteamericano está fundamentalmente impregnado de una vaga religiosidad compatible con la secularización. El segundo niega y escinde la religión del Estado. Entonces, la religión norteamericana neo-conservadora es incompatible con el derecho Público Eclesiástico y con la filosofía política católica-romana.

Además, Bush hijo, está influenciado ideológicamente por los neo-conservadores, que se distinguen “por posiciones en gran parte trotskistas. Se trata de los hijos de los inmigrantes hebreos de la Europa del Este (…), hostiles a la URSS de Stalin (por haber asesinado a Trotski). […] La expresión neoconservadora se transforma rápidamente en la de los militares de la Guerra fría, a favor de la línea dura contra la URSS, stalinista y anti-trotskista. Del punto de vista religioso Bush es un ‘metodista’, pero en términos teológicos podría ser definido como ‘pietista’, en cuanto considera que la religión es más una cuestión de corazón que de intelecto, pero de cualquier modo quiera definirse su fe, esta comporta una relación directa entre el creyente y Dios, sin intervención de sacerdotes u otras figuras intermediarias.”  Sus maestros espirituales son “los padres fundadores del lamentable conservadorismo  (…), recibiendo la herencia de los padres fundadores…, están los filósofos de las libertades personales, John Locke, respecto a la  política, y Adam Smith por la economía”

Luego Bush se referirá al protestantismo sentimental y anti-romano, al liberalismo deísta inglés de Locke, al liberalismo “anti-social” de Smith ; y a su anti-comunismo (o mejor de ‘su’ administración), está, en realidad manejado por trotskistas, en función antisoviética,  para exportar la revolución y el caos permanente al mundo entero (en vez de instaurar la dictadura del proletariado e+n alguna nación elegida, como está ocurriendo en Medio Oriente.

Así se comprueba que sus orígenes teológicos, económicos, políticos y filosóficos son incompatibles con la sana filosofía realista del ‘ser’, con la doctrina social de la Iglesia y con el dogma católico. Así es como siembran un anti-comunismo materialmente bueno, y a la vez, un filo trotskismo formalmente perverso. Por  tanto no me parece lícito presentarlo como la muralla defensiva de la civilización cristiana y europea, ni desde el punto de vista teológico de orden sobrenatural,  ni desde el punto de vista filosófico-económico- político en el plano natural.

Pío XII, al contrario de Burke, Kirk  y los neo-conservadores actuales, comprendió perfectamente la oposición irreconciliable entre el catolicismo y espíritu liberal-americanista, frente al comunismo, trotskista o stalinista, que son sustancialmente iguales y sólo accidentalmente diversos. Y no se trata de una cuestión de raza sino de ideas. De tal manera que luego de haber excomulgado al comunismo ateo y materialista en 1949, se declaró claramente contra el peligro de una alianza social/comunista en Roma en 1952, alejándolo a Alcide De Gásperi, por no haber querido integrar una alianza de las derechas contra las izquierdas, según el Papa le había pedido; y también porque Monseñor Montini, demasiado vecino a la mentalidad del colectivismo totalitario del comunismo.                   Papa Pacelli condena el otro error, opuesto al colectivismo totalitario del comunismo, o sea  al individualismo liberal libertario y consumista del occidente americanizado, definido por Pacelli como “puro automatismo” y sólo exterior y aparentemente ‘mundo libre’, pues realmente e interiormente convierte al hombre en esclavo de la moda, del bienestar, del pecado y de la inmoralidad relativista.

Pío XII no simpatizaba con el Pacto Atlántico (en 1950, con ocasión de la guerra contra Corea), provocando la ira de Roosevelt.

Al comienzo de los años ’50, Pacelli lanza a la Iglesia a la conquista activa de la sociedad civil (eligiendo como modelos a Gregorio VII, Inocencio III, y beatificando a Inocencio XI, quien el seiscientos contribuyó a detener a los turcos ante Viena, salvando a Europa entera; y luego canonizando a Pío X, el Papa anti-modernista), instruyendo  positivamente al mundo. Es la época de las grandes reuniones de multitudes, con las consignas a los militantes; millones de personas van a Roma a ver al Papa, organizadas por el profesor Luigi Gedda y el padre Lombardi.                                                                                                                                              

Pacelli invita a los fieles a despertar del letargo espiritual que los confundió para  dedicarse, en cuerpo y alma, al apostolado militante. En 1950 proclama el dogma de la Asunción de la Virgen María a los cielos, enseñando y proponiendo a la Virgen como último refugio, antes del inevitable castigo si la humanidad no se sacude el letargo. En 1951 proclama “la cruzada de la pureza”, en un mundo que se desliza hacia la inmoralidad y la impudicia; y canoniza a María Goretti como mártir de la castidad, proponiéndola como modelo al mundo y especialmente a la juventud. A 1954 lo designa año Mariano, año de plegarias y penitencia, (que nada tiene que ver con las modernas ‘jornadas de la juventud’, muy similares, desgraciadamente, -pero es la verdad, y contra los hechos no valen argumentos- a bacanales paganos al son de músicas desenfrenadas afro-americanas, orgías y drogas).

Todos los meses Pío XII invita y recibe a todas las clases sociales: las famosas categorías de   ‘artes y profesiones’ que aún eran el nervio de la Italia, todavía no americanizada, luego de la guerra,  para que asuman una vida  económica, austera, morigerada, frugal; estimulando a las personas y a  todas las clases sociales para que la Fe los sature de espíritu cristiano para realizar el reino social de Jesucristo. Pío XII se relacionó seriamente con las masas, eligiendo agudamente lo medios de comunicación para hacer llegar a todos el Evangelio; no congregó reuniones- show, o peor aún tumultuosas muchedumbres para divertirlas propagando un catolicismo edulcorado, aguado, disfrazado y deformado en un vago filantropismo carnavalesco.

Desgraciadamente Pío XII advierte en 1954/55 que el mundo, pasada la perturbación de los primeros años de la post guerra, no quiere escuchar más la voz de la Iglesia, adoptando lentamente el consumismo, conformismo y relativismo occidental. Este error se propagó, teóricamente, sin tener un grado de malicia similar al del comunismo ‘intrínsecamente perverso’.  De este modo,  antes de la guerra fué condenado el nacional-socialismo alemán, que no había abolido la religión, imponiendo el ateísmo de Estado, ni la familia ni la propiedad privada, tal como había aplicado el bolchevismo comunista.

La ciudad del bienestar propuesta al hombre occidental y ‘americanizado’ fue más seductora que la ciudad de Dios, que Pacelli se esforzó en edificar positiva y activamente, entre 1945 y 1954, sobre el mundo devastado material y espiritualmente luego de la segunda guerra.

Desgraciadamente, el consumismo y el hedonismo, al suplantar la austeridad y la simplicidad del catolicismo romano, el mundo ya no quiere escuchar y menos aún poner en práctica los consejos de la  ‘voz del Pastor’; entonces Pacelli se retira  (en 1955) hasta su muerte (en 1958) al silencio, a la oración y a la penitencia, continuando siempre  amonestando para que el mundo evite el peligro inminente de la catástrofe, comprendiendo que el mundo no quiere que Cristo reine sobre él.

En una foto se lo ve a Pío XII rodeado de corderitos y pajaritos que se posan sobre su mano, como San Francisco hablando con los animales cuando los hombres no querían escucharlo, limitándose a procurar siempre dar un testimonio de vida recta: sentía placer al caminar por las calles de la ciudad, en silenciosa oración, con la cogulla que predicaba implícitamente pobreza, castidad y humildad. Desilusionado de este mundo del bienestar y del consumismo, el Papa entiende perfectamente que corre hacia su perdición. (massa dannata quaeruit in perditionem). Se le aparece el Sagrado Corazón en 1954;ve el milagro del sol en 1950, ocurrido en Fátima en 1917. Suplica a Jesús:  ¡Jube me venire ad Te!

Su última Encíclica, pesimista pero realista visión, o mejor profecía  apocalíptica de la  desventuras de la Iglesia en el mundo,   peregrinando en la noche espiritual tras las sombras de la muerte del alma. La humanidad relativista y hedonista no posee ya la fuerza para alzar la piedra tumbal que fabricó con sus manos y puso sobre su cabeza.+

 

Nota *: Leemos en la Encíclica Neninisse Juvat, del 14 julio 1958: “Nuevos peligros acechan a la Iglesia y al mundo cristiano. […] En esta época no reina aún la justa paz  (…) En el momento presente espantosas armas, descubiertas por el ingenio humano, son de una monstruosa potencia capaces de trastornar el universo, exterminando no sólo a los vencidos, sino a los vencedores y a la humanidad entera. (…) Es necesario volver a los preceptos del cristianismo. (…)  Multitud de ciudadanos son atraídos con facilidad a vivir errores ampliamente divulgados; se los embauca e incentiva al vicio… por medio de publicaciones… espectáculos cinematográficos y televisivos, corrompiendo principalmente a la incauta juventud. (…);  se trata de concretar el dicho: golpearé al pastor y el rebaño se desbandará. (…) No hay duda que la sociedad cristiana, martirizada durante  siglos de persecuciones, fue combatida y calumniada…pero igualmente cierto es  que al fin, como Cristo aseguró. logrará sobre todos sus enemigos una pacífica victoria (…). Que ninguno de vosotros claudique (…); si no se hace la reforma cristiana de las costumbres, nuestras oraciones sólo serán voces vanas”.

 

Tradujo: HAB.

 

 

 

 

                                                  

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            

 

 

                                                                                            

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