lunes, 14 de junio de 2021

 

EL DESTAPE DE LA JUVENTUD ‘MARAVILLOSA’

“Los argentinos se divierten, los extranjeros ganan plata, los ingleses gobiernan”.

Así escribía el querido Padre Leonardo Castellani en la revista “Estudios” hace más de 60 años. Hoy día el proceso continúa, aunque los argentinos ya no nos divertimos tanto, obsesionados por la inseguridad y el sustento, y aterrorizados ante la ‘pandemia’, mientras  los extranjeros ganan muchísimo más, con sus maniobras financieras; y el imperialismo nos gobierna más férreamente, empleando la psicopolítica del terror. 

En la ‘democracia’ liberal nos tienen entretenidos, despreocupados y asustados como a niños, mientras el país naufraga. Sin ánimo para luchar por lo nuestro, distraídos hasta la inanición, sin tener tiempo para pensar; sólo asimilar y repetir como loritos lo que miramos y escuchamos en la TV basura. ¡Viva la juerga!

Así escribió el “Cura”:

“Más abajo, existe gran copia de inmundicia inimaginable. Los argentinos se divierten, los extranjeros ganan plata. Los ingleses gobiernan. No hay que ser ‘purista’. Los muchachos y las muchachas de hoy están acostumbrados a esto, miran como si nada, están cauterizados, no les hace nada. Cuando los muchachos y las muchachas de una Nación están acostumbrados a esto, entonces esa Nación debe ir pensando en costumbrarse a depender de otra nación que la guie, aunque sea ocultamente. Esto no lo saben, quizá, los muchachos y las muchachas. Puede ser que no lo sepan ni los políticos. Ciertamente lo ignora la parte brillante y divertida de nuestra así llamada ‘clase dirigente’. Pero lo sabe, por ejemplo, Ramón Doll, el más sagaz de los observadores políticos del país, que no de balde abre su libro para la cuestión ‘prensa’. Pero lo tocan los magistrados, los médicos, los maestros, los sacerdotes, los sacerdotes y los gobernantes dignos de sus nombres. La indisciplina de las costumbres acarrea directamente la servidumbre política, después de haber acumulado montones pavorosos de desastres individuales…

“ No es para tanto. No es para tanto todavía. Pregunten a los practicantes de guardia en los hospitales, los raspajes de abortos ‘involuntarios’, si aumentan o disminuyen. Bien, eso es natural en una urbe cosmopolita, y no tiene nada que ver con las revistas, ni con la literatura barata ni con el cine, ni con los clubes de barrio, ni con la desaforada sed de diversiones, ni con el teatro soez y sensual, ni con nada. No hay que ser tétricos, no hay que ahogar la alegría de la vida, la juventud tiene sus exigencias, no todos hemos de ser frailes…

Por mí, ‘diviertansén’. Y lo que digo no lo invento. Pueblo sin sobriedad, nación sin honor. Nación sin honor, nación sin fuerza, colonia a la fuerza… ¡Con razón decía Santo Tomás en su Regimine Principum que el tener buenas diversiones para el pueblo debe preocupar al gobernante! ¡Pero qué clase de ‘príncipes’ tenemos en el Consejo Deliberante! ¡Y qué clase de ‘príncipes’ van apareciendo ahora, con asombro del país, hasta en la judicatura argentina, lo cual es mucho peor todavía! Si el Estado argentino renunciase a ser un Estado ético y degenerase en Estado económico –lo que Dios no quiera- las leyes sociológicas son ineluctables, antes de ser gobernados por mercaderes de afuera, preferiríamos que nos acorrale y nos meta en ringle algún ‘militarote’ de aquí… en último caso.”+

Jerónimo del Rey.

Publicado en la revista Estudios (Julio/diciembre 1940) y reproducido en la revista `Cabildo`, (junio 1984), de donde copiamos los párrafos apropiados, tan actualísimos que parecen escritos hoy día; pensados con frescura,  limpieza, y la claridad de la Verdad, y con tantas reflexiones para hacernos meditar.

 

 

 

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