EL DESTAPE
DE LA JUVENTUD ‘MARAVILLOSA’
“Los
argentinos se divierten, los extranjeros ganan plata, los ingleses gobiernan”.
Así escribía el querido
Padre Leonardo Castellani en la revista “Estudios” hace más de 60 años. Hoy día
el proceso continúa, aunque los argentinos ya no nos divertimos tanto, obsesionados
por la inseguridad y el sustento, y aterrorizados ante la ‘pandemia’, mientras los extranjeros ganan muchísimo más, con sus
maniobras financieras; y el imperialismo nos gobierna más férreamente, empleando
la psicopolítica del terror.
En la ‘democracia’
liberal nos tienen entretenidos, despreocupados y asustados como a niños,
mientras el país naufraga. Sin ánimo para luchar por lo nuestro, distraídos
hasta la inanición, sin tener tiempo para pensar; sólo asimilar y repetir como
loritos lo que miramos y escuchamos en la TV basura. ¡Viva la juerga!
Así escribió el “Cura”:
“Más abajo, existe gran
copia de inmundicia inimaginable. Los argentinos se divierten, los extranjeros
ganan plata. Los ingleses gobiernan. No hay que ser ‘purista’. Los muchachos y
las muchachas de hoy están acostumbrados a esto, miran como si nada, están
cauterizados, no les hace nada. Cuando los muchachos y las muchachas de una
Nación están acostumbrados a esto, entonces esa Nación debe ir pensando en
costumbrarse a depender de otra nación que la guie, aunque sea ocultamente.
Esto no lo saben, quizá, los muchachos y las muchachas. Puede ser que no lo
sepan ni los políticos. Ciertamente lo ignora la parte brillante y divertida de
nuestra así llamada ‘clase dirigente’. Pero lo sabe, por ejemplo, Ramón Doll,
el más sagaz de los observadores políticos del país, que no de balde abre su
libro para la cuestión ‘prensa’. Pero lo tocan los magistrados, los médicos,
los maestros, los sacerdotes, los sacerdotes y los gobernantes dignos de sus
nombres. La indisciplina de las costumbres acarrea directamente la servidumbre
política, después de haber acumulado montones pavorosos de desastres
individuales…
“ No es para tanto. No es
para tanto todavía. Pregunten a los practicantes de guardia en los hospitales,
los raspajes de abortos ‘involuntarios’, si aumentan o disminuyen. Bien, eso es
natural en una urbe cosmopolita, y no tiene nada que ver con las revistas, ni
con la literatura barata ni con el cine, ni con los clubes de barrio, ni con la
desaforada sed de diversiones, ni con el teatro soez y sensual, ni con nada. No
hay que ser tétricos, no hay que ahogar la alegría de la vida, la juventud
tiene sus exigencias, no todos hemos de ser frailes…
Por mí, ‘diviertansén’. Y
lo que digo no lo invento. Pueblo sin sobriedad, nación sin honor. Nación
sin honor, nación sin fuerza, colonia a la fuerza… ¡Con razón decía Santo
Tomás en su Regimine Principum que el
tener buenas diversiones para el pueblo debe preocupar al gobernante! ¡Pero qué
clase de ‘príncipes’ tenemos en el Consejo Deliberante! ¡Y qué clase de ‘príncipes’
van apareciendo ahora, con asombro del país, hasta en la judicatura argentina,
lo cual es mucho peor todavía! Si el Estado argentino renunciase a ser un
Estado ético y degenerase en Estado económico –lo que Dios no quiera- las leyes
sociológicas son ineluctables, antes de ser gobernados por mercaderes de
afuera, preferiríamos que nos acorrale y nos meta en ringle algún ‘militarote’
de aquí… en último caso.”+
Jerónimo del Rey.
Publicado en la revista
Estudios (Julio/diciembre 1940) y reproducido en la revista `Cabildo`, (junio
1984), de donde copiamos los párrafos apropiados, tan actualísimos que parecen
escritos hoy día; pensados con frescura,
limpieza, y la claridad de la Verdad, y con tantas reflexiones para
hacernos meditar.
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