Nos, los alucinados…
LA COSTUMBRE, SEGUNDA NATURALEZA.
Estas sabias y trascendentes palabras deberían haberlas
respetado los temerarios alucinados e
ignorantes que elaboraron la Constitución del 53; quienes encendidos por las luces
de las logias pretendieron inventar una nueva república, erigida sobre la
ideología del Progreso. Y sólo lograron que hoy día apenas se sostenga. El
último hachazo al árbol de la argentinidad lo están dando quienes pretenden
transformarla en un paraíso marxista.
Párrafo tomado
de “Las ideas de mi tío el cura” (pg. 30).
Padre Leonardo castellani
No hay que cambiar a la
ligera. Esto no excluye el progreso. Pero el progreso en las leyes se ha de
efectuar, según Santo Tomás, no por manipuleos de códigos hechos de planta que
se implantan o cambian de la noche a la mañana (como nuestra Santa Constitución
yankoide) sino más bien por los profundos y paulatinos desplantes que los
hechos históricos producen en nuestra manera de ver y de “sentir” la realidad
social. De ahí viene, que la costumbre, segunda naturaleza, prevalga sobre la
ley aceptada y establecida frente a la ley improvisada y vacua. Que está en el
papel y en el capricho de un hombre y nada más. De ahí también que toda ley
escrita cese donde se opone la naturaleza o el mandato divino. +
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