miércoles, 21 de octubre de 2020

 

Nos, los  alucinados…

LA COSTUMBRE, SEGUNDA NATURALEZA.

Estas sabias y trascendentes palabras deberían haberlas respetado los temerarios   alucinados e ignorantes que elaboraron la Constitución del 53; quienes encendidos por las luces de las logias pretendieron inventar una nueva república, erigida sobre la ideología del Progreso. Y sólo lograron que hoy día apenas se sostenga. El último hachazo al árbol de la argentinidad lo están dando quienes pretenden transformarla en un paraíso marxista.

Párrafo tomado de “Las ideas de mi tío el cura” (pg. 30).

Padre Leonardo castellani

No hay que cambiar a la ligera. Esto no excluye el progreso. Pero el progreso en las leyes se ha de efectuar, según Santo Tomás, no por manipuleos de códigos hechos de planta que se implantan o cambian de la noche a la mañana (como nuestra Santa Constitución yankoide) sino más bien por los profundos y paulatinos desplantes que los hechos históricos producen en nuestra manera de ver y de “sentir” la realidad social. De ahí viene, que la costumbre, segunda naturaleza, prevalga sobre la ley aceptada y establecida frente a la ley improvisada y vacua. Que está en el papel y en el capricho de un hombre y nada más. De ahí también que toda ley escrita cese donde se opone la naturaleza o el mandato divino. +

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