jueves, 6 de junio de 2019


Maguire escribió, en este artículo, unos apuntes donde demuestra que, bajo el pretexto de los “Derechos humanos”, se esconde una maniobra de la pérfida política imperialista yanky. En realidad, los “derechos humanos” están al servicio de las multinacionales, de los bandoleros marxistas, y de la degeneración “progresista”.  Es una nueva modalidad para agredir cínicamente a las naciones americanas. Sus promotores                                                                   son vecinos indeseables.                                                                         
 (A continuación un extracto del artículo publicado en Informaciones sobre la Masonería, Nª 14, 1983).

Patricio José Maguire.
Escribió sobre:

LOS  GANGSTERS YANQUIS Y LOS DERECHOS HUMANOS
Descarado reconocimiento yanqui de su intromisión en todos los países del mundo y en la Argentina.

      El gobierno yanqui, presidido nominalmente  por un actor de cuarta categoría  como Reagan, cuya candidatura triunfó gracias al apoyo de todos los malvivientes, que son mayoría en Estados Unidos, encabezados todos por el célebre Frank Sinatra sindicado como el “capo” de la “Cosa Nostra”, han tomado por sí y ante sí la función de gendarme guardián de los “Derechos Humanos” en todo el mundo.
     
      Como consecuencia se consideran con derecho de inmiscuirse en las cuestiones internas de todos los demás países. Hubiera debido comenzar  por poner orden en su propia casa donde ningún ciudadano osa transitar por las calles después de determinadas horas sin correr el riesgo de ser brutalmente asesinado, y otros aspectos de esa corrupta democracia, como el aborto legalizado, criminal acción condenada por el Papa como genocidio, sin mencionar los raptos, violaciones, estafas, cohechos, sobornos, “protección” de ciudadanos por los gángsters, discriminación racial, mantenimiento de 1400 convictos sentenciados a muerte durante años en la celda antes de conducirlos al patíbulo. ¿Y estos degenerados se atreven a denostar a Torquemada!
     
      La cuestión de los “derechos humanos” comenzó a esgrimirse como un factor más en las relaciones internacionales luego de la última guerra mundial. Entonces fue impuesto por la presión del sionismo y durante veinticinco años consistió solamente en la defensa de los intereses de los judíos sionistas de todo el mundo. Los hebreos sionistas se consideran una raza superior, intocable, cuyos miembros están obligados a conservar la pureza de su sangre cuidando de no contraer matrimonio fuera del núcleo racial.

[Como no quiero terminar mi vida como refugiado palestino, omito dos párrafos del artículo del señor Maguirre, pues pareciera entenderse que en él pone en duda la integridad del sagrado dogma de la nueva iglesia universal: el Holocausto. Continúo con el artículo]:

Como consecuencia de la presión judía se establecieron en los convenios de la UN clausulas condenando la violación de los derechos humanos. Durante largos años esas cláusulas sólo estaban dirigidas a favorecer a los sionistas, quienes pudieron esquilmar a sus anchas a todos los países del mundo, asesinar a miles de árabes, e incluso a todos aquellos que se opusieran a sus siniestros designios, como por ejemplo, cuando asesinaron a casi cien altos oficiales ingleses con sus mujeres e hijos en la voladura del hotel Rey David de Jerusalem, operación planificada y llevada a cabo por el máximo terrorista de todos los tiempos, Menahem Beguin. Claro que este hecho podría ser considerado bajo otra óptica, por cuanto Beguin es un “darwinista”, es decir, adhiere a la teoría del célebre Darwin, y que ha hecho carne en los ingleses: el hombre desciende del mono, es decir, es una bestia, ergo Beguin no mató a seres humanos en la masacre del hotel Rey David sino a simples bestias irracionales como los ingleses. Otra cosa es cuando se trata de los árabes. Estos son seres humanos, pero para Beguin y los sionistas esto no cuenta, por ello hace sólo unos meses las tropas de Beguin rodearon el campamento de Shatila en el Líbano y masacraron sin piedad a ancianos, mujeres y niños, abrieron sus vientres desparramando sus entrañas, desfiguraron los rostros de sus víctimas a golpe de culata de sus fusiles,  cortaron la cabeza de infantes recién nacidos para exponerlos en picas, y para terminar lanzaron una jauría de perros hambrientos para que cebaran su hambre con carne humana. Estas “hazañas” le merecieron a Beguin el otorgamiento del premio Nobel de la Paz, concedido por el Congreso de homosexuales de Noruega. Claro está que esto, a los ojos de los gangsters yanquis no constituyó una violación de los derechos humanos, y Beguin se abraza continuamente con los componentes de la banda de gansgters de la Casa Blanca.


Pero Estados Unidos dominado por el lobby” (grupo de presión) sionista, que tiene a sueldo a la mayoría de los  diputados y senadores, gobernadores, secretarios de Estado, al Pentágono y al FBI, sin mencionar a la CIA, ha descubierto repentinamente que con el cuento de los “derechos humanos” pueden inmiscuirse  en los asuntos internos de cualquier Estado, especialmente si en él se coarta la libertad de los sionistas para cometer cualquier clase de fraudes, usura, contrabando, controlar al Gobierno, dirigir su política económica, etc.
         
          Esta política ha sido claramente definida por el hebreo sionista, con frondosos antecedentes en el campo narco-tráfico –como veremos en esta edición- mister Elliot ABRAMS, quien se desempeña como “Secretario de Estado Adjunto para Derechos Humanos y Asuntos Humanitarios”, en un reciente discurso pronunciado en la mesa redonda Oriente-Occidente, celebrada en Nueva York el 10 de abril último. Poseemos un ejemplar distribuido por el Servicio Cultural de la Embajada Gangster en Buenos Aires.  Entresacamos algunas frases demostrativas de la mentalidad gangsteril que informa al gobierno yanqui: “dijo que Estados Unidos a veces se ve obligado a pesar suyo a apoyar regímenes que abusan de los derechos humanos, porque pensamos que su reemplazo sería mucho peor para la causa de los derechos humanos”… “la resistencia del comunismo debe ser una parte central de toda política sensata sobre derechos humanos”. Por eso los gangsters toleraron auspiciaron y consolidaron en el poder a la dinastía de los Somoza, por cuanto estos permitían que la empresa yanqui United Fruit -cambió su nombre recientemente por United Brands en un intento de hacer olvidar la sangrienta fama de esta empresa-  esquilmara durante décadas sin misericordia a la población de Nicaragua. Ya veremos en otra sección como la United Fruit es una empresa de judíos sionistas ligados al submundo criminal y del narcotráfico de los Estados Unidos. Toda América Central fue brutalmente esquilmada por esta empresa yanqui durante un siglo. Hoy, ante la  rebelión de  los pueblos los gangsters yanquis pretenden imponer su teoría de los “derechos humanos”, muestra del cual lo percibío el Santo Padre durante su reciente visita a Guatemala, donde el presidente de ese país, miembros de una de esas sectas “cristianas” propagadas por la CIA, hizo colgar de la horca a varios condenados a muerte por razones políticas en momentos del arribo del Papa.

 Claro está que si el actual gobierno de Nicaragua hubiera permitido que la United Fruit continuara explotando al pueblo, dicho régimen sería democrático y defensor de los derechos humanos… sionistas. En cambio el gobierno yanqui mantiene en su trono al hijo de “Papá” Doc Duvalier, en Haití, donde reina hace quince años luego de suceder a su padre quien reinó durante más de treinta, país donde la cabeza de los opositores es cortada con la misma facilidad que una caña de azúcar. ¿Y qué diremos del defensor de los “derechos humanos” de las Filipinas quien lleva sobre sí centenas de miles de asesinados, con lo cual dio seguridad y ganancias usurarias a las inversiones yanquis? ¿Y para qué nos vamos a referir a Irlanda del Norte, donde los católicos son brutalmente asesinados, discriminados en sus empleos, encarcelados y tan brutalmente torturados en horribles mazmorras que los presos prefieren dejarse morir de hambre sin que los gangsters yanquis muevan una pestaña? Claro que son irlandeses, católicos y pobres, y sus contrincantes son ingleses, protestantes y millonarios. Los derechos humanos están a favor de estos últimos. Sería interesante que el embajador yanqui-judío, Schlaudeman, procurase un rato libre en sus intrigas con políticos traidores argentinos buscando la desestabilización de este gobierno y la anarquización del partido peronista, para favorecer a su íntimo socio en la intriga contra la Argentina durante la guerra de las Malvinas, Dr. Alfonsín, e informar cuán es el pensamiento y actitud  de su gobierno con respecto a los casos que hemos señalados: Haití, Guatemala, Filipinas e Irlanda. ¿O es que los “intereses y deseos” de mil kelpers borrachos merecen más atención de los yanquis que los habitantes de esos países mencionados, a los cuales podríamos agregar el asesinato en masa y demás serie de horribles maldades de Beguin en la zona ocupada de los países árabes y libaneses? ¿Es que dos millones de palestinos, expulsados y robados de todas sus propiedades no tienen derechos humanos?

Esta es otra frase demostrativa de la soberbia y prepotencia de los gangster que se consideran “patrones del mundo”: “Según mi criterio, la política de derechos humanos de Estados Unidos tiene dos objetivos especiales: mejorar las condiciones de los derechos humanos en gran número de países en todo el mundo, a fin que se beneficie el pueblo que vive en esos lugares; y hacer patente la continua adhesión de los Estados Unidos a la causa de la libertad en el mundo”. Aquí se descubre el verdadero objeto de la política gangster: la libertad, que no significa otra cosa que libertad para las multinacionales, para que la prensa “libre” publique únicamente lo que ellos desean, para que se encarcele a los opositores de la “libertad” para que se esquilme a los pueblos abrumados por enormes deudas que los banqueros supercorruptos, como los de Argentina, Brasil, México, etc., para luego imponer una política de hambre por intermedio del Fondo Monetario Internacional. Esta es la única libertad que entienden estos hijos de Al Capone, Lucky Luciano, Meyer Lansky, Bronsfman, y demás jerarcas del hampa anglosajona.

Si los derechos humanos deben ser supervisados, ello correspondería a organismos internacionales constituidos por países, todos en un pie de igualdad, tal como exige la democracia, y no con superpotencias que opongan derechos de veto que ellos mismos se arrogaron, como consecuencia de la fuerza bruta que demostraron poseer en mayor cantidad que sus derrotados. ¿Quiénes son los Estados Unidos para arrogarse por sí y ante sí el derecho de determinar quiénes violan los derechos humanos y castigar a los supuestos violadores?

Más adelante manifiesta el gangster Abrams: “Consideramos que donde existen buenas relaciones entre un gobierno extranjero y el gobierno de los Estados Unido, y nuestra influencia es considerable (porque tienen sobornados a los gobernantes traidores), debemos utilizar la misma mediante canales diplomáticos (es decir pagar en dólares en cuenta reservada en Suiza). Entre las ventajas de esta vía figuran el cuidadoso control que podemos ejercer sobre la misma; el hecho de que las cuestiones sobre la arrogancia o el neo-colonialismo norteamericano, o la susceptibilidad de un gobierno extranjero respecto a la presión pública o de su propia soberanía, quedan muy reducidas; y el hecho de que evitamos el contribuir inadvertidamente a cualquier campaña encaminada a desautorizar o desestabilizar al gobierno en cuestión”

[…] ¿EXISTE UNA FUNCIÓN NORTEAMERICANA EN LAS NEGOCIACIONES ENTRE LA MULTIPARTIDARIA Y LOS MILITARES?

[Luego de enumerar a varios personajes políticos traidores que, durante la guerra de Malvinas, sostenían tratos amistosos con los yanquis, cuando ya estos se habían aliado a los ingleses, como Alfonsín, Allende, Abelardo Ramos, peronistas, etc, continúa]:

En estos párrafos está confesada la abierta intromisión en los asuntos internos de nuestro país, sin que el gobierno, ni ciertos “maricas” de la Cancillería hayan adoptado las medidas consignas de un país soberano. El propio anarco-gallego Iglesias Rouco, de “La Prensa” acusó a Alfonsín de recibir subsidios del sionismo judío, que es decir de Estados Unidos, y además en otra ocasión lo señaló como uno de los concurrentes a entrevistas secretas con el hebreo-sionista Schlaudeman, el embajador yanqui. El Dr. Alfonsín debiera informar al pueblo, ya que pregona tanto de demócrata, cuáles fueron los resultados de sus conversaciones con Schlaudeman, y cuánto le dio éste, además de las directivas para actuar en la multipartidaria. Todo esto durante plena guerra de las Malvinas, y cuando ya los gángsters se había pronunciado en favor de los piratas ingleses. El Sr. Jorge Abelardo Ramos y el Dr. Alende, éste de la Multipartidaria, conocen mucho de estos entretelones, mucho más de lo que se atreven a decir el público.

[…] Se olvida el judío Abrams que fueron los yanquis, desde el Pentágono y Rockefeller desde la banca yanqui, quienes empujaron a los generales liberales a derrocar el gobierno de Isabel de Perón. Se olvida que fueron Rockefeller y los personeros de  la CIA quienes mantuvieron a Martínez de Hoz en su sitial de dictador económico, y que los grandes órganos de prensa liberal yanqui elogiaban su conducción económica, y jamás se ocuparon  ni de los muertos de ninguno de los dos bandos ni delos desaparecidos, ni de los miles de presos, sino que tan sólo se preocupaban de llevar a la industria nacional a la bancarrota, coimear y hacer toda clase de negociados con la “patria financiera”, y endeudar al país con una deuda sideral, que ahora los economistas, -verdaderos abortos de Rockefeller- de la multipartidaria pregonan con toda convicción que hay que pagarla, y para pagarla hay que renegociarla, y la renegociación  deja una pingue ganancia para los renegociadores del tres por ciento, lo que suma más de un billón de dólares que se pasan bajo la mesa y no se contabilizan.

Luego el judío Abrams se refiere al empeño “de los Estados Unidos por afrontar los problemas sobre derechos humanos”, olvidándose de  la terrible masacre de Nagasaki e Hiroshima, de la explotación inhumana de Centroamérica y el Caribe durante más de cien años, de que el gobierno yanqui prohibía la entrada a ese país de los que huían ante el avance comunista en Camboya y permitían que barcazas sobrecargadas de seres indefensos fueran presa de las tormentas y se ahogaran  por miles antes de darles refugio en sus inmensos territorios casi deshabitados; se olvidan que  media Europa fue entregada a la voracidad comunista con la total anuencia yanqui, se olvidan de las masacres de  los israelíes, etc.

El cinismo de Abrams llega al colmo cuando manifiesta: “Cuando los norteamericanos se preocupan por corregir algo INMORAL, están dispuestos tradicionalmente a laborar y sacrificarse para lograr sus ideales”. Jamás ningún funcionario de ningún gobierno imperialista puede haberse expresado con mayor cinismo: UN YANQUI PREOCUPÁNDOSE POR CORREGIR ALGO INMORAL, cuando son los inventores, los propagadores de cuanta inmoralidad conoce el mundo e imponen esa inmoralidad a todos los países haciendo derrocar al gobierno que ose enfrentar la ola de corrupción. Por hoy basta.*


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