“SI LOS APÓSTOLES PIERDEN FUERZA, ES DECIR, DEJAN DE SER
SAL, SE PERDERÁN A SÍ PROPIOS Y A LOS DEMÁS CONSIGO”.
EL PODERÍO JUDÍO CHANTAJEA A UN VATICANO INDOLENTE,
TEMEROSO DE LA PUBLICIDAD, ESTRAGADO POR UN FALSO ECUMENISMO QUE SE ABRIÓ
INDISCRIMINADAMENTE AL MUNDO CONDENADO.
DESTACO ADEMÁS QUE, DE MANERA SEMEJANTE, LA COACCIÓN
JUDÍA MUNDIAL SE EJERCE SOBRE LOS GOBIERNOS, QUIENES TEMEROSOS DE LAS CALUMNIAS
DE LA PUBLICIDAD GENERALMENTE SE SOMETEN A SUS EXIGENCIAS.
LA MISTERIOSA “RENUNCIA” DE BENEDICTO XVI Y SU EXTRAVAGANTE NOMBRAMIENTO COMO “PAPA
EMÉRITO”, FUE SORPRENDENTE Y DESCONCERTANTE ¿PORQUÉ HABRÁ RENUNCIADO? QUIZÁ
NUNCA SEPAMOS LOS MOTIVOS VERDADEROS. PERO DE ACUERDO A LA ACTUAL POLÍTICA
VATICANA HAY UN TRASFONDO INQUIETANTE, TURBIO, QUE DEJA VOLAR LA IMAGINACIÓN MUY
A RAS DEL SUELO.
BENEDICTO XVI, AL PRETENDER CONFRATERNIZAR PUBLICAMENTE CON EL JUDAÍSMO TALMÚDICO, POR
EJEMPLO, PARA CONSAGRAR AL ECUMENISMO MODERNISTA, SEGURAMENTE QUEDÓ FRUSTRADO Y
HUMILLADO CUANDO EL RABINO DE ROMA LE CONTESTÓ CON PRETENCIONES INSOLENTES,
DEMOSTRANDO QUE NO ADMITÍA NINGUNA RELACIÓN FRATERNA, Y MENOS AÚN LOS
CHANCHULLOS “TEOLÓGICOS”, PROPIOS DEL “PROGRESISMO”, QUE AFECTASEN SU
INTEGRIDAD TALMUDICA.
BENEDICTO NO TUVO LA CLARIDAD INDISPENSABLE PARA EXPONER
PLENAMENTE LAS VERDADES CRISTIANAS TRADICIONALES, LO QUE SE MANIFESTÓ TAMBIÉN
EN OTROS ASPECTOS DE SU PONTIFICADO, ORIGINANDO EL FRACASO DE SU IDEOLOGÍA ECUMÉNICA
MODERNISTA, CUYO “ESPÍRITU” SINUOSO Y AMBIGUO LO TENÍA PARALIZADO, IMPIDIÉNDOLE
PROCLAMAR VALIENTEMENTE LAS CLARAS VERDADES CRISTIANAS. TAMBIÉN DEMOSTRÓ SU INCAPACIDAD DEMOCRÁTICA
PARA GOBERNAR A LA IGLESIA, COMO UN PRÍNCIPE CRISTIANO.
POR LO CUAL, QUIZÁ APABULLADO, CONFUNDIDO Y
DUBITATIVO, EL JUDEO-PURITANISMO YANQUI,
QUE LO ACEPTÓ Y LO USÓ, ADVIRTIÓ QUE NO ERA PLENAMENTE DE CONFIAR, Y AL FIN LO
DESCARTÓ Y OPTÓ PARA OCUPAR EL SILLÓN PETRINO A UN PERSONAJE DEFINIDAMENTE
CULTOR DEL MUNDO, A GUSTO DEL SIONISMO; AVANZANDO UN PASO MÁS HACIA EL
NOAQUISMO, LA RELIGIÓN DE LA NATURALEZA.
ADEMÁS DE NO PODER
DESPRENDERSE DE LA IDEOLOGÍA PROGRESISTA, SUPONGO QUE EL MIEDO A LA DURÍSIMA COACCIÓN JUDÍA, ES
LA RAZÓN PREPONDERANTE QUE EXPLICA EL SOMETIMIENTO DE LOS PAPAS DE LA
“PUBLICIDAD” ANTE LOS PODEROSOS DEL MUNDO.
TOMADO DE LA EXCELENTE REVISTA CATÓLICA
ANTIMODERNISTA SISINONO, (XII/2010).
NO HAY QUE TEMER QUE EL MUNDO NOS CALUMNIE, SINO MÁS BIEN
PARECER “ADULADORES” DEL MUNDO.
“Sufrirá
vilipendio quien, por miedo a las críticas o a la persecución, se amilane de su
propia voluntad, y como consecuencia, temple la doctrina. No podrá sufrirlo el
que sea perseguido, pero mantenga en lo alto el alma y el pensamiento”. (San Agustín).
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enedicto XVI está sufriendo, en cuanto Papa, una
persecución mediática que aspira a herir en él al papado y a la Iglesia
católica. El ataque partió del New York
Times, propiedad de la familia judeo-americana Sulzberger. Además Stephan
Kramer, secretario general del Consejo Central
de los Judíos Alemanes, atacó al padre Cantalamessa, predicador pontificio
por haber dado a conocer la carta de un judío amigo suyo, quien escribía que el
ataque actual contra la Iglesia, que había partido de casos, aún por comprobar,
de curas infieles, podía parangonarse con el antisemitismo en cuanto que estaba
transformando en culpa colectiva unas posibles faltas personales. Idéntica
reacción protagonizó contra Cantalamessa el rabino estadounidense Gary
Greenebaum. El rabino de Roma, en fin, Ricardo Di Segni, hasta se dio por
sentido al haber pronunciado sus palabras el padre Cantalamessa el viernes santo, que, al decir del dicho
rabino, es el día más funesto para los judíos en cuanto que desencadenó una
oleada de persecuciones y de proselitismo católico contra el pueblo judío. Di
Segni hizo patente su enfado contra todo el que quisiera restaurar en la liturgia
la lengua latina de aquella Roma que destruyó a Jerusalén dos veces. Se habla
incluso de llevar al Papa a juicio ante un tribunal [norte]americano o ante el
de La Haya.
Esto son los frutos amargos de la “apertura al mundo”, a
ese mundo que odia a la Iglesia como odió a Nuestro Señor Jesucristo y que se
acuerda de la moral natural y cristiana no para observarla (no se considera
obligado a ello y la pisotea a diario), sino sólo para enlodar a una categoría
de personas que, pese a la posible caída de algunos de sus integrantes, sigue
siendo, en conjunto y con gran diferencia, mejor que el mundo que la denigra.
Éstos son, sobre todo, los frutos de aquella erosión de
la fe a la que dio inicio el “pastoral” Vaticano II. Sin la fe la moral se
derrumba como se derrumba un edificio privado de sus cimientos.
Martes, 23 de marzo de 2010, el periodista Gerald Wagner
escribió en el famoso diario inglés Daily
Telegraph un artículo titulado: El
ambiente postconciliar y la pedofilia. El escándalo católico de los abusos
sexuales: es hora de restaurar la fe y echar a los obispos esclavos de la moda.
“El problema de los abusos –escribe- es sólo una pequeña parte de la crisis
mucho más amplia que aflige a la Iglesia después de la catástrofe del Vaticano
II, una catástrofe mucho más seria que la constituida por la Reforma. (…).Tales delitos se consumaron siguiendo la
estela que había dejado el Vaticano II, el cual arrojó la doctrina católica por
la borda como si fuera un lastre. Estos delincuentes eran hijos de Pablo VI y
de la ‘puesta al día’. Una vez que se había envilecido el cuerpo místico de
Cristo resultaba fácil emporcar a los cleriguillos. Los sacramentos y las
prácticas devocionales, a las que ‘se había dado de mano’ y que según el Papa,
habrían podido evitar todo esto, no se marchitaron en la vid: fueron ramas
podadas por obispos y sacerdotes. Había sólo un pecado mortal en la Iglesia
católica en el tiempo en que se propagaba este abuso: atreverse a celebrar la
misa tridentina en latín o tener la osadía de asistir a ella”.
Benedicto XVI se
halla hoy ante una disyuntiva o responde con energía y claridad, exponiéndose
quizás a sufrir persecuciones incluso físicas, pero salvando así el honor de la
Iglesia, o bien cede una vez más y entonces será Dios quien descargue la mano
severamente para sanear una situación de confusión y desorientación en el
ámbito doctrinal, dogmático y moral, una situación que reina en el ambiente
eclesial al igual que en otras partes del mundo ¿No sería justo, por ejemplo,
que el vicario de Cristo le recordara a Di Segi que el viernes santo es un día
funesto sobre todo para nosotros, los cristianos, porque en aquel día el
Sinedrio condenó a muerte a Cristo, y que si es también funesto para los judíos
se debe a que en dicho día el pueblo
hebreo gritó: “¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!”?
“Vosotros sois la
sal de la tierra; pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Para nada
aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres. Vosotros sois la
luz del mundo (…). Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que,
viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que está en los
cielos” (Mt.5, 13-16).
Estos versículos del Evangelio siguen a las
bienaventuranzas, la última de las cuales reza: ”Bien-aventurados los que padecen persecución por la justicia, porque
suyo es el reino de los cielos” (Mt. 5,11).
San Juan Crisóstomo explica que “la persecución, las injurias y las calumnias por Cristo es la suerte
particular que han de correr los discípulos de Cristo, y la que los predicadores
del evangelio deben prometerse más que todos los demás”.
En efecto –añade el santo doctor y Padre de la Iglesia-, “Cristo no se limitó a decir: ‘Bienaventurados
los que padecen persecución” por Dios, sino que también calificó de desgraciados
a aquellos de quienes todos hablan bien: “¡Ay cuando todos los hombres dijeren
bien de vosotros…! (Lc. 6,26). (…) Es imposible, en efecto, que lo que son verdaderamente
virtuosos sean alabados por todos, sin excepción alguna”.
Cuando dice “vosotros sois la sal de la tierra” Jesús “hace comprender que el pecado hirió y
volvió insípida a la naturaleza humana. (…) Cuando la gracia de Dios renueve
los corazones y los libere de la corrupción del pecado, entonces los consignará
en las manos de sus Apóstoles; sólo entonces aparecerán estos como ‘la sal de
la tierra’, puesto que la sal mantiene y conserva, y ellos deberán conservar en
los hombres la nueva vida de la gracia sobrenatural que Dios les dio. Así como
es obra de Cristo liberar a los hombres de la corrupción del error y del
pecado, así y por igual manera es cometido de los Apóstoles impedir que caigan
de nuevo en dicho estado de corrupción”. (San Juan Crisóstomo).
La “sal” que “muerde y abraza las llagas”, significa
asimismo “la enseñanza severa (…) carente de adulación, que no se imparte para
complacer a los hombres ni se limita tampoco a ser prudente y avisada, sino
que, imitando a la sal …, procura la conversión de los mismos a Cristo”. Esta
es la razón de que los apóstoles no deban lamentarse de la elevación y
dificultad de las bienaventuranzas, pues para convertir a los demás y
mantenerlos limpios de pecado deben primero conocer la verdad y practicar el
bien en abundancia.
Si los Apóstoles pierden fuerza, es decir, si dejan de
ser sal, se perderán así propios y a los demás consigo. “Pero si la sal se
desvirtúa ¿con qué se la salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y
que la pisen los hombres”. Si el fiel yerra, el maestro puede corregirlo, más
si el maestro enseña el error ¿Cómo se puede remediar eso? He aquí por qué
Jesús “declaró a boca llena que si los
Apóstoles no estaban dispuestos a afrontar las persecuciones, habría sido vana
su elección. De ahí es que no deban temer que se les calumnie, sino más bien
parecer aduladores, porque así se volverían sal desvirtuada”. (S:J:C).
Deberán también llenar el mundo entero de la luz de la verdad.
“Jesús habla primero de la sal y después
de la luz para demostrar que ventaja dimana de palabras serias y de una doctrina
severa como la sal, que consolida las almas y no permite que se relajen ni se
corrompan, para que así luego se las pueda instruir y esclarecer mucho más” (S:J:C).
Me pregunto lo siguiente a guisa de conclusión: ¿No se
han vuelto quizás sal desvirtuada nuestros obispos y también los Papas que
dirigieron el Concilio y lo aplicaron después? ¿No prefirieron “parecer
aduladores” del mundo por temor a ser calumniados por éste? ¿No dejaron de ser
la luz del mundo, con lo que se precipitaron a si mismos en las tinieblas y
precipitaron también a los demás? Por desgracia me temo que es así. Con todo,
fue Dios quien fundó su Iglesia, y es Él quien la sigue socorriendo en la mayor
parte de las más temibles tempestades. También sabrá hoy sacar bien del mal de
manera que sus ministros vuelvan a enseñar, sin lisonjas ni adulaciones, las
exigentes verdades de la fe.+
Desde roncalli son unos usurpadores, no son papas, y si los humillan bien merecido lo tienen por connivear con los enemigos de Cristo.
ResponderEliminarNo se de donde habrá sacado que la iglesia es una democracia, la verdadera la preconciliar era monárquica, los verdaderos papas fueron monarcas pero no absolutos.
ResponderEliminarNo dejaron de ser luz, nunca fueron luz, pues eran infiltrados modernistas con el plan de demoler, si hasta parece que odiaron la verdadera misa por como la combatieron y prohibieron, lo cual lo comenzó roncalli y lo siguieron sus sucesores en la usurpación.
ResponderEliminarLa nouvelle Theologie desviada ya lo tenía todo planeado, eso lo cuentan muy bien en el libro de Luis María Sandoval, El Movimiento Liturgico.
https://ar.ivoox.com/es/movimiento-liturgico-capitulo-6-la-reforma-liturgica-audios-mp3_rf_279240_1.html