Huroneando
en noviembre 2017.
El asunto
mapuche, aparatosamente inflado por la
TVB y los políticos del Régimen con la intención de dar pie a las fuerzas antiargentinas para atacar
a la Gendarmería nacional, que cautivó la “sensibilidad” del soberano televidente
durante el pasado mes de octubre, fue relegado momentáneamente pues este noviembre fue
dedicado a execrar a la Marina Argentina, con el pretexto de la búsqueda del
submarino ARA San Juan.
+ La
tragedia de los 44 tripulantes del submarino está siendo aprovechada por el
periodismo para las truculencias de la “roña” habitual, sin respetar el dolor
del pueblo y de los familiares; y excitando las protestas injustificadas de estos.
Injustificadas porque ni ellos ni el
periodismo conocen los pormenores técnicos y humanos de la tragedia y la complicadísima,
casi imposible, desesperanzante, búsqueda en el inconmensurable Atlántico, lanzando
irracionalmente su resentimiento contra la Marina, usada como chivo expiatorio.
Por estar transidos de dolor, lo que es natural,
de alguna manera justificarían el no haber estado al nivel de la grandeza ante
la muerte de un soldado. La esposa de uno de ellos dio el tono de la protesta:
expresando fuera de sí, con soberbia “leguleya”, entre palabrotas y agresiones
verbales atacando a la Marina: “soy abogada y digo lo que quiero y nadie me
hará callar”. Pero debería avergonzarse al saber que nadie tiene derecho a
macanear e insultar injustamente al voleo, y menos a una institución
fundamental de la Nación. Mientras el resto de los familiares rompían a su paso
lo que encontraba. Peor es lo que se viene, pues es posible que la situación
derive políticamente, siendo aprovechada por el marxismo para comenzar con
paros, manifestaciones y revueltas bien planificadas, con el fin de aumentar el
desprestigio de las Fuerzas Armadas nacionales.
+ Con
ocasión de la desaparición del submarino de la Armada Argentina, los opinantes
del periodismo estuvieron pletóricos, hablando las necedades acostumbradas;
pues ninguno de ellos entiende un pito de submarinos. En una de esas “mesas
redondas”, integrada por una decena de personajes “políticamente correctos”, un
oficial aclaró que desde la época del Gobierno militar el Estado no sólo había
desguarnecido el armamento de la Marina, sino que organizó una campaña para
desacreditar y agraviar a las Fuerzas Armadas de la Nación; siendo evidentísimo
su éxito. Con el resultado de tener una Marina “apolillada”, mientras que la de
Chile, por ejemplo, está perfectamente equipada. Bien dicho, pero no mencionó,
con la claridad debida, que fue obra de los gobiernos “democráticos” de
inspiración masónica o marxista (principalmente con la intervención de las
“guerrilleras” Bullrich y Garré). Mientras subsista ese miedo a enfrentar a
pecho descubierto al enemigo del país, señalándolo con el dedo, no habrá
solución posible. Le tienen miedo, están acobardados ante el poder de la
Prensa.
+ Una
atemorizada señorita integrante en esa Mesa mencionó, por supuesto, la
“Dictadura” y la “Democracia”, temas que siempre ellos tienen a flor de labios para encajarlos en cualquier “diálogo”,
atestiguando su amor al Régimen. Tal cual la religión católica reza el Credo de
las verdades de la Fe; ellos abominan la Dictadura, sea cual sea; pues en ésta es
más difícil rapiñar. Si la “Democracia” abandonó y desguazó a la Armada, fue
por miedo a que los marinos se fuesen a envalentonar provocando otro golpe de
Estado, que mande a los vividores a casita. La Nación seguirá entonces indefensa,
pero ¡democrática!
+ Un
conocido opinante (“periodista”) judío, de gran predicamento, (llamado por sus
compinches “el chiche”), debido a su inconmovible fidelidad al Régimen, comenzó
a largar su veneno, proponiendo lo que yo ya estaba presagiando: aprovechando la coyuntura del submarino, se
realice un sufragio popular para determinar si es conveniente reforzar las
Fuerzas Armadas o dejarlas enmohecer. Un fulano apoyó: ¿Uds. creen que el
pueblo admitirá gastar 400 millones de dólares para adquirir otro submarino? En
fin, que los elementos antiargentinos ya planifican la disolución de las
Fuerzas Armadas. Los masones pretenden impedir que se moleste con una buena
Armada a los ingleses en las Malvinas; los marxistas que Argentina enfrente la
internacionalización globalizadora; y los promotores de la drogadicción para
que no se controlen las fronteras, dejándoles la cancha libre para continuar
corrompiendo a la juventud. Argumentos muy valorados y del gusto de la clase
dirigente del Régimen, por ser de mucho peso y “pesos”. ¡Pobre Marina nacional!
¡Pobre país!
+
Argentina está en estado de indefensión. No hay Ejército, ni Marina ni
Aeronáutica ni Gendarmería. Cierto marino expresó ante la TVB que no funciona ningún
tipo de industria bélica. Próximamente se comprarán aviones a Israel (en los cuales
yo ni loco me subiría). Las fábricas están todas colapsadas; ni siquiera hay
municiones para enfrentar una posible agresión de cualquiera que venga a traernos
“democracia y libertad”, en realidad tentado por nuestro envidiado territorio.
Ni aviones ni buques, nada. Dejaron que todo se venga abajo, con odio a la Patria.
Sarmiento diría que así nos vendrán a
civilizar; opinión que actualmente comparten la Masonería y los dirigentes del
Régimen, relamiéndose ante los generosos sobornos que lloverán. Esta es la obra
oprobiosa y traidora de los gobiernos liberales y marxistas.
+ Un
juez Villafañe, entre otros pares de la misma calaña que abundan en la
“justicia” corrupta, parece ser uno de los más exaltados liberadores de presos,
preferentemente si fueron asesinos y violadores. Al dejarlos en libertad, pese
a la opinión contraria de psicólogos y del personal policial, generalmente los
asesinos vuelven a reincidir. La madre de una de esas víctimas acusó con razón
al juez Villafañe de ser no sólo instigador, sino también culpable del
asesinato de su hijo. O sea, el asesinato fue cometido en forma material por el
delincuente, pero predispuesto por el juez. Al ser entrevistado, éste replicó
descaradamente que su decisión era técnicamente intachable. Por lo cual surgen
varios interrogantes ¿Corrió dinero de por medio? O remedando al obispo de Roma
pensó: ¿Quién soy yo para juzgar? Pero sobre todo aparecen las tremendas
consecuencias de aplicar una justicia sin prudencia ni misericordia, aunque
fuese técnicamente exacta. La justicia sin misericordia es perversa; y sin
prudencia es injusta. ¿Pero puede
conocer y admitir esta noción cristiana de la justicia, alguien nacido en las
aulas de la Reforma universitaria? Estamos sometidos por jueces incompetentes,
aunque fuesen honestos, que aplican una justicia perversa.
+ No
pretendo ser tremebundo contando miserias y escándalos y mentiras, contradiciendo
a Juan “el bueno”, pero está claro que la realidad me obliga a serlo. En estos
días, me conmocionó la actitud de unos cuantos miembros de la banda KK, cuando
fueron a rendir pleitesía al promocionado estafador y ladrón De Vido. No se
acercaron, por supuesto, para reconfortarlo espiritualmente para que acepte sus
culpas como un hombre íntegro, ni para aconsejarle arrepentimiento ante Dios y
el pueblo argentino, ni menos aún para que devuelva lo que rapiñó, ¡no!, fueron
a confraternizar con sus delitos; disimulándolos, negándolos. En otra ocasión
escribí que consideraba inadmisible que los “honorables” parlamentarios no
hubiesen denunciado los negociados KK, a todas luces evidentes, convirtiéndose
en cómplices. Esta visita a la Penitenciaría donde está alojado el delincuente,
confirma esa verdad apodíctica, demoledora, contra el Parlamento integrado por
miembros de los partidos políticos, pues estos de ninguna manera representan
los intereses del pueblo que los votó y menos aún los de la Nación a la que
pertenecen, sino cueste lo que cueste, aún contra las leyes del
patriotismo, la honestidad y el honor,
sólo representan los intereses y privilegios del propio Partido, para
usufructuarlos ellos mismos en su momento.
+ Una
ingenua señorita Úrsula no se cuanto, periodista o vedet de la TVBasura, se
llevó el susto de su vida, cuando cierta mañana se levantó de la cama con la
desgraciada ocurrencia de decir que los “medios” periodísticos están en manos
judías; y que no comprendía porque los judíos no permitían que se los nombre. Entonces
sucedió lo imaginable; todos, absolutamente todos los que ocupan un lugarcito
en la TVB, desde la diva Legrant para abajo pusieron el grito en el cielo; ¡era
antisemitismo! ¡abjuró de uno de los dogmas de la modernidad! Y la enterraron viva lanzándole todas las
consabidas imprecaciones; en fin, que la execraron. Los dirigentes judíos, por
su parte, la expulsaron de los “medios”, confirmando que son tiranos absolutos
sin ley, y la pobre se quedó sin trabajo, pese a que emitió unas disculpas, que
no fueron aceptadas, por considerarlas hipócritas. Se quedó en la calle.
Estamos esperando sentados con la abulia de un budista que el sindicato que
agrupa a sus colegas defienda a la señorita Úrsula de semejante atropello
discriminatorio. La TVB no volvió, que yo sepa, a ocuparse del caso, demasiado
comprometedor.
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