[causa de la degradación
argentina]
DISCURSO
PRONUNCIADO POR EL
ILL^ H^ JOSÉ ROQUE PÉREZ, 33^
Sob^ G^ Maest^ G^ Com^ fundador del Sup^^Cons^ y Gr^ Ord^ de
la
República Argentina, al Or^ de Buenos Ayres.
[Nota: el ángulo ^ reemplaza a los tres puntos]
En Gran Asamblea, en la noche
del 24 de julio de 1860.
Con motivo de conferirse el
Gr.^33 a los Ilust.^ HH^ SANTIAGO DERQUI, presidente de la República Argentina ;
general Bartolomé Mitre, gobernador del Estado de Buenos Aires; DOMINGO
FAUSTINO SARMIENTO, ministro de gobierno de Buenos Aires; coronel JUAN ANDRÉS
GELLY Y OBES, ministro de la guerra del mismo Estado; y de afiliare y
regularizarse en el mismo grado, el gobernador de Entre Ríos, general en jefe
de los ejércitos de mar y tierra de la República , ILL^ H^ JUSTO JOSÉ DE URQUIZA.
BUENOS AIRES,
Imprenta y Litografía del H^ J.A. BERNHEIM, Perú 147.
1860
oooooooooo
Grandes
Dignatarios de la Orden ;
Soberanos Príncipes Rosa Cruces; Ilustres Venerables; Masones todos que asistís
a esta grande Asamblea!
Una fausta
nueva es la que tengo que comunicaros.
Un grande
acontecimiento nos reúne en este lugar, donde tantos goces y dolores nos
hicieron reunir en otras ocasiones. Este acontecimiento es la presencia del
Presidente de la
República Argentina , del Primer Magistrado de Buenos Aires, y
del Gobernador de Entre-Ríos, que vienen a tomar un asiento entre nosotros, no
en calidad de magistrados, sino en la de hermanos y fieles sostenedores de
nuestra orden.
Si en
épocas no lejanas, ellos han representado ideas políticas divergentes; si en el
campo de la lucha han chocado sus espadas, la hidalguía de sus corazones y la
altura de sus ideas, les han hecho concebir, que esas son luchas estériles para
los pueblos, de que la humanidad sólo recoje
lágrimas y despojos. Sólo la concordia, la fraternidad y la libertad en
el orden, han podido producir bienes perpetuos. Y abrazando con fe sus leyes y
principios, esos hombres y sus adictos se presentan a nuestros ojos como los
verdaderos masones, como los obreros decididos de la paz y los reconstructores
de la sociedad.
¡Felices
vosotros, hermanos míos, que podéis presenciar el abrazo de los buenos dentro
de los reducidos muros de nuestros talleres!¡Felices vosotros, que tendréis en
apoyo de vuestras obras sus luces, si dedicación y su civismo, para la
exaltación de nuestros pensamientos y la realización de un voto público presentido por nosotros,
antes que nadie, y en época en que los políticos aun no habían soltado la
palabra Unión Nacional, como programa definitivo y único de la solución de
nuestras eternas y deplorables guerras intestinas!
Si, felices vosotros que al fundar la masonería en éste país , dabas a su primera Lojia el
nombre de “Unión del Plata”, y a su hija primojénita el de “Confraternidad
Argentina”. Estos dos nombres simbolizan ya lo que véis hoy realizado, después
de cinco años de lucha desgarradora; y esas dos Lojias, que desde un principio
manifestaban nuestros votos por la Unión
Nacional , que existen vivas y florecientes para recibir en su seno, la una al Gefe de la República –“Unión del
Plata”- la otra á los dos guerreros que cruzaron sus espadas en el campo de
batalla, firmada la paz se daban el abrazo de hermanos, y condujeron a la República al estado de
felicidad en que hoy se encuentra, estableciendo la verdadera Confraternidad
Argentina Es que ambos eran hermanos al ligar sus esfuerzos para derrocar la
espantosa tiranía que oprimía a los Arjentinos, y para alzar en alto el pendón
de la ley, de la libertad, del progreso y del orden, en la sociedad que le
confiara sus destinos.
El hecho
es digno de vuestra severa atención Es nuevo también y digno del más alto
encomio, porque muestra la hidalga condición del corazón Arjentino. Fiero en la
lucha, exaltado en la pasión, terco en el propósito, es generoso y noble cuando
sus fibras son pulsadas por el instinto de lo grande y de lo bueno; cuando se
apela a todo lo que tiende á establecer la fraternidad y la concordia. Cesando
la lucha se dieron el abrazo de paz.
La política es sus infinitas combinaciones;
los partidos en sus diversas pretensiones, pueden juzgar de ese abrazo
como plazca a sus miras ó á sus
cálculos: pero entre nosotros, siempre será mirado como la expresión franca del
caballero, como la emanación del hombre honrado, como la demostración
humanitaria del hombre intelijente y del verdadero patriota. ¿Para qué serviría
la mentira ante corazones sencillos, ante obreros modestos de la paz y del
orden social?
El acto
que hoy tiene, pues, un alcance y una importancia solemne, que dando realce a
nuestra institución, nos obliga a ser fieles
cooperadores de la obra colosal de sellar para siempre la revolución de
nuestros pueblos, y de mantener elevado y puro el pendón de nuestros padres, su
creencia y su fe política, al crear una grande y poderosa República unida por
el vínculo indisoluble de la Constitución Nacional.
Nos
impone, antes que todo, el deber de sellar nuestras pasiones, de no desmentir
en ninguna ocasión los principios profesados por el verdadero masón; de
trabajar con constancia para conseguir el imperio de la ley, de la libertad y
de la concordia, sin la cual toda sociedad es un caos; todo derecho una mentira
absurda; todo ascenso un favoritismo repugnante, en que se sacrifica la virtud
y el mérito, a la adulación y a la bajeza.
Y si toda
esa importancia tiene para nosotros, la tiene mucho más para vosotros, nuevos
hermanos, que poderosos en la tierra,
podéis hacer el bien de nuestros conciudadanos, de nosotros todos, o hundirnos
en la miseria, en espantosa anarquía, y desgarrar la patria al solo impulso de
pasiones ciegas y rencorosas.
Unidos en
propósitos, fieles á vuestros deberes, consagrados asaltos principios que
proclama la buena y sana política, llevaréis, no lo dudo, á la cumbre de la
ducha á pueblos y hombres, que sólo piden paz, protección para su industria,
respeto á sus derechos, y que en
recompensa os levantarán una apoteosis dignas de vuestras virtudes y de vuestro civismo. Sólo así se
conquista la gratitud de los pueblos; sólo así se hace su felicidad y su dicha.
Nosotros
no os pediremos más. Los vínculos fraternales que nos unen y que juráis
respetar, no han de servir, no, para que dejéis impunes las faltas o delitos de
vuestros hermanos. No queremos ni aceptamos eso, porque sería quebrar la ley de
la igualdad, que es el primer deber del majistrado. Pero os pediremos sí, que
en medio de las ajitaciones de la vida profana, guiéis nuestro pasos para el
bien, y que contéis con nuestra decidida
cooperación para restablecer el antiguo brillo de la República Arjentina ,
cuando luchaba para obtener su libertad y establecer el triunfo definitivo de
su independencia. ¿Quién de vosotros os negará su apoyo para la ejecución de
tan grande obra?
La lucha
de la libertad aún no está terminada; estaralo cuando se haya cimentado la
verdadera libertad civil, política y religiosa; cuando se haya trasado
definitivamente nuestra carta constitucional;
cuando todos los pueblos hayan organizado su administración; cuando se hayan
definido todos los derechos, y fijado todos los deberes. ¡Obra lenta y penosa, en que muchos combates habrá que dar al oscurantismo, al
espíritu ciego de partido, al egoísmo frío y calculador; pero obra cierta, que
es preciso emprender, y á cuya cabeza debéis estar! Afrontadla con fe,
apoyándoos en los pueblos, que ellos han de responderos con entusiasmo. –Y
cuando fatigados de los victores de la plaza pública, queréis recoger los
perfumes de corazones agradecidos, veníd
aquí, a éste pequeño círculo de hombres de todos los climas, de todas creencias
religiosas y políticas, de todas condiciones sociales, a recibir el
aplauso entusiasta de sus almas, y á
deponer el ceño del gobernador y hombre político, para recibir el osculo
fraternal de los obreros pacíficos del orden, que os han colocado á su
cabeza para que hagáis su bien, y para
que empuñando la regla y el compás, como a los pueblos que presidís, con mesura
y equidad.- La corona del triunfo pertenece entre nosotros al que mayores
bienes haga a la humanidad.
He aquí un
campo abierto a vuestras nobles
aspiraciones!
Las Lojias
de la República Argentina
os saludan hermanos.
A mi
obreros de la paz; á mi por el signo y una triple batería bien sentida! ¡Gloria
a Dios en las alturas! ¡Gloria a sus hijos predilectos, que buscan las inspiraciones de sus almas, en sus
grandes creaciones, y que secundan sus obras maravillosas !!!
A mi mis
hermanos.
oooooooo
L
|
a reproducción de éste folleto, impreso en Buenos Aires en el
año 1860 en la imprenta y litografía del
“Hermano” –J. A. Berheim, Perú 147- según se advierte en la inscripción de la
primera página, constituye una nota de alto interés para las investigaciones
del movimiento político adventicio que imperó después de Caseros.
Los hombres que en 1860 gravitaban en los
destinos del país, desde bandos aparentemente diversos, aparecen reunidos en la
extraña fraternidad de las logias masónicas, como dóciles instrumentos de los
intereses económicos extranjeros, que se servían de estos organismos para
imponer su voluntad en el país.
No es la
oportunidad en esta breve nota de hacer la historia de la masonería ni de su
influencias en la República ;
ni éste es el único documento que la
certifica, ya que en cierta manera describir los misteriosos movimientos de las
logias, sería como contar la historia de la opresión argentina, asunto
que, desde luego, llevaría varios volúmenes.
Cabe si, asegurar,
que las logias han respondido siempre a influencias internacionales y jamás han
consultado los auténticos intereses del país. Los casos recientes de Blum,
Daladier, Reynaud y Mandel en Francia, masones de alto rango, atestiguan que
llevaron a su patria a la guarra, sin siquiera meditar sobre las probabilidades que le podía
otorgar su preparación militar; la decisión venía de otra parte y
Francia era cosa secundaria, si los intereses internacionales resolvían jugar
su carta al sacrificio.
Las logias son
instituciones viejas en nuestra política que aún subsisten, aunque cambien de
nombres y aseguren sus propios miembros que ls masonería ya murió: la última
añagaza del diablo es hacer creer que ya no existe…
Mucho antes de la
ascensión de Rosas al poder ya jugaron su influencia decisiva; la muerte de
Dorrego fue por ellas y cumplida inocentemente por el General Lavalle, pues las
logias también aprisionan por distintos medios, la voluntad de quienes ignoran
su juego.
Rosas en una
notable carta a Estanislao López, desde el Salado, en junio de 1834, denunciaba
con aguda perspicacia el doble juego de intromisión y de intriga y advertía
como en medio de la diversidad aparente, se aseguraba la unidad en lo esencial;
decía así:
“Sucedió después otra
administración formada por la logia que supo en medio de la borrasca conducir a
los federales del modo que quiso y creyó más conveniente a sus intereses. ¿Qué
extraño, pies, que se haya solicitado empeñosamente la libertad de Paz por
personas y en los términos que usted me indica? Pero, ¡ah, mi querido compañero
que antes hubo de caer en los lazos de
la perfidia armada! ¿Cree usted que si todos ellos no fueran uno en lo
esencial del objeto, se habrían de haber ido a Montevideo, Balcarce y los
corifeos? Colocados hoy Rivadavia y Agüero a la cabeza del gobierno de Buenos
Aires y escoltados de cien mil soldados
no habría tenido valor de hacer en seis años lo que la administración
del general Viamonte ha hecho en seis meses, en contra del partido federal”
Luego en otro
aspecto señala la misma carta , como las logias de entonces proclamaban
fingidamente la idea de la federación, sólo porque era popular, exactamente
como los políticos de nuestros días, autores de los fraudes más escandalosos
proclaman la democracia por la única razón de que es palabra gratas a la
inocente convicción del pueblo.
La referida carta
continúa de esta manera:
“Hablo así, porque ellos han confesado y
convenido entre sí, que la
Federación ha triunfado absolutamente de la unidad, pues que
contrarias la opinión de las masas es acabarse de perder y dejar el completo
triunfo a sus enemigos, en cuya virtud todo lo que les convenía era tender las
redes de la logia, para lograr por ese medio al fin, triunfar de sus enemigos,
mandar la tierra proclamando federación y conducirlo después, según les
pareciera más conforme a sus fines”.
La finalidad
última de la logia es rigurosamente secreta; se asciende por grado pero aún la
mayor parte de los del grado máximo, que es el 33, ignoran los planes y
propósitos reales; asegúranse así, la colaboración de una cantidad de hombres
lo suficientemente idiotas, para actuar en una organización cuyos propósitos no
conocen sino a través de una fraseología presuntuosa destinada a divulgar ideas
fraternales y filantrópicas que de ser sinceras, se ninguna manera
justificarían el secreto de la organización. Menéndez y Pelayo los calificó
como malvados y charlatanes. (Historia de los Heterodoxos, t.3, pág.85)
El facsímil que
publica el Instituto, debe ser examinado atentamente y correlacionado con los
sucesos políticos de la época. Se verá así que una cosa era la farsa
jugada para el público, en el escenario
político, y otra era la realidad de estos “grandes hombres” reducidos a sirvientes
míseros y despreciables, en la intimidad de la Masonería , donde por
cierto el orden jerárquico, no es el mismo que reina en la apariencia
administrativa de los países entregados.
La consagración de
Urquiza en el grado 33 de la logia, logra complicar al Jefe de los Federales
que aún lucharon después de Rosas contra la maniobra de entrega. Ella explica
que poco tiempo después se representará la farsa bélica de Pavón y que Mitre
quedará dueño del país, para reducir sangrientamente a los que aún se resistieron
a pasar al estado colonial que hoy vivimos. Justifica también la
revolución de López Jordán, reacción lógica
contra la más grande traición de nuestra historia.
No es esto lo único
que puede decirse sobre tema tan sugestivo,
pero sí lo suficiente para una nota explicativa.
En el año que
viene, el Instituto organizará una investigación disciplinada de esta cuestión,
en un estudio a fondo de lo que podría llamarse la época de Mitre.
El documento
original de éste facsímil, forma parte de la colección del Instituto y fue
facilitado hace pocos días al
distinguido historiador doctor Diego Luis Molinari, quien tuvo oportunidad de
referirse a él, con comentarios altamente interesantes, en una de sus
magníficas conferencias sobre “Facundo”, que viene dictando en el Salón de
Amigos del Arte”.
C.S.S.