viernes, 29 de enero de 2016

[causa de la degradación argentina]

DISCURSO
PRONUNCIADO POR EL

ILL^  H^ JOSÉ ROQUE PÉREZ, 33^

Sob^ G^ Maest^ G^ Com^ fundador del Sup^^Cons^ y  Gr^ Ord^ de  la
República Argentina, al Or^ de Buenos Ayres.
[Nota: el ángulo ^ reemplaza a los tres puntos]

En Gran Asamblea, en la noche del  24 de julio de 1860.

Con motivo de conferirse  el Gr.^33 a los Ilust.^ HH^ SANTIAGO DERQUI, presidente de la República Argentina; general Bartolomé Mitre, gobernador del Estado de Buenos Aires; DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO, ministro de gobierno de Buenos Aires; coronel JUAN ANDRÉS GELLY Y OBES, ministro de la guerra del mismo Estado; y de afiliare y regularizarse en el mismo grado, el gobernador de Entre Ríos, general en jefe de los ejércitos de mar y tierra de la República, ILL^ H^  JUSTO JOSÉ DE URQUIZA.

BUENOS AIRES,
Imprenta y Litografía del H^ J.A. BERNHEIM, Perú 147.

1860
 oooooooooo


Grandes Dignatarios de la Orden; Soberanos Príncipes Rosa Cruces; Ilustres Venerables; Masones todos que asistís a esta grande Asamblea!

      Una fausta nueva es la que tengo que comunicaros.
      Un grande acontecimiento nos reúne en este lugar, donde tantos goces y dolores nos hicieron reunir en otras ocasiones. Este acontecimiento es la presencia del Presidente de la República Argentina, del Primer Magistrado de Buenos Aires, y del Gobernador de Entre-Ríos, que vienen a tomar un asiento entre nosotros, no en calidad de magistrados, sino en la de hermanos y fieles sostenedores de nuestra orden.


      Si en épocas no lejanas, ellos han representado ideas políticas divergentes; si en el campo de la lucha han chocado sus espadas, la hidalguía de sus corazones y la altura de sus ideas, les han hecho concebir, que esas son luchas estériles para los pueblos, de que la humanidad sólo recoje  lágrimas y despojos. Sólo la concordia, la fraternidad y la libertad en el orden, han podido producir bienes perpetuos. Y abrazando con fe sus leyes y principios, esos hombres y sus adictos se presentan a nuestros ojos como los verdaderos masones, como los obreros decididos de la paz y los reconstructores de la sociedad.
      ¡Felices vosotros, hermanos míos, que podéis presenciar el abrazo de los buenos dentro de los reducidos muros de nuestros talleres!¡Felices vosotros, que tendréis en apoyo de vuestras obras sus luces, si dedicación y su civismo, para la exaltación de nuestros pensamientos y la realización  de un voto público presentido por nosotros, antes que nadie, y en época en que los políticos aun no habían soltado la palabra Unión Nacional, como programa definitivo y único de la solución de nuestras eternas y deplorables guerras intestinas!
Si, felices vosotros que al fundar la masonería  en éste país , dabas a su primera Lojia el nombre de “Unión del Plata”, y a su hija primojénita el de “Confraternidad Argentina”. Estos dos nombres simbolizan ya lo que véis hoy realizado, después de cinco años de lucha desgarradora; y esas dos Lojias, que desde un principio manifestaban nuestros votos por la Unión Nacional, que existen vivas y florecientes  para recibir en su seno, la una al Gefe de la República –“Unión del Plata”- la otra  á los dos guerreros  que cruzaron sus espadas en el campo de batalla, firmada la paz se daban el abrazo de hermanos, y condujeron a la República al estado de felicidad en que hoy se encuentra, estableciendo la verdadera Confraternidad Argentina Es que ambos eran hermanos al ligar sus esfuerzos para derrocar la espantosa tiranía que oprimía a los Arjentinos, y para alzar en alto el pendón de la ley, de la libertad, del progreso y del orden, en la sociedad que le confiara sus destinos.
      El hecho es digno de vuestra severa atención Es nuevo también y digno del más alto encomio, porque muestra la hidalga condición del corazón Arjentino. Fiero en la lucha, exaltado en la pasión, terco en el propósito, es generoso y noble cuando sus fibras son pulsadas por el instinto de lo grande y de lo bueno; cuando se apela a todo lo que tiende á establecer la fraternidad y la concordia. Cesando la lucha se dieron el abrazo de  paz.
      La política es sus infinitas combinaciones; los partidos en sus diversas pretensiones, pueden juzgar de ese abrazo como  plazca a sus miras ó á sus cálculos: pero entre nosotros, siempre será mirado como la expresión franca del caballero, como la emanación del hombre honrado, como la demostración humanitaria del hombre intelijente y del verdadero patriota. ¿Para qué serviría la mentira ante corazones sencillos, ante obreros modestos de la paz y del orden social?
      El acto que hoy tiene, pues, un alcance y una importancia solemne, que dando realce a nuestra institución, nos obliga a ser fieles  cooperadores de la obra colosal de sellar para siempre la revolución de nuestros pueblos, y de mantener elevado y puro el pendón de nuestros padres, su creencia y su fe política, al crear una grande y poderosa República unida por el vínculo indisoluble de la Constitución Nacional.
      Nos impone, antes que todo, el deber de sellar nuestras pasiones, de no desmentir en ninguna ocasión los principios profesados por el verdadero masón; de trabajar con constancia para conseguir el imperio de la ley, de la libertad y de la concordia, sin la cual toda sociedad es un caos; todo derecho una mentira absurda; todo ascenso un favoritismo repugnante, en que se sacrifica la virtud y el mérito, a la adulación y a la bajeza.
     Y si toda esa importancia tiene para nosotros, la tiene mucho más para vosotros, nuevos hermanos,  que poderosos en la tierra, podéis hacer el bien de nuestros conciudadanos, de nosotros todos, o hundirnos en la miseria, en espantosa anarquía, y desgarrar la patria al solo impulso de pasiones ciegas y rencorosas.
      Unidos en propósitos, fieles á vuestros deberes, consagrados asaltos principios que proclama la buena y sana política, llevaréis, no lo dudo, á la cumbre de la ducha á pueblos y hombres, que sólo piden paz, protección para su industria, respeto  á sus derechos, y que en recompensa os levantarán una apoteosis dignas de vuestras  virtudes y de vuestro civismo. Sólo así se conquista la gratitud de los pueblos; sólo así se hace su felicidad y su dicha.
      Nosotros no os pediremos más. Los vínculos fraternales que nos unen y que juráis respetar, no han de servir, no, para que dejéis impunes las faltas o delitos de vuestros hermanos. No queremos ni aceptamos eso, porque sería quebrar la ley de la igualdad, que es el primer deber del majistrado. Pero os pediremos sí, que en medio de las ajitaciones de la vida profana, guiéis nuestro pasos para el bien, y que contéis con  nuestra decidida cooperación para restablecer el antiguo brillo de la República Arjentina, cuando luchaba para obtener su libertad y establecer el triunfo definitivo de su independencia. ¿Quién de vosotros os negará su apoyo para la ejecución de tan grande obra?
      La lucha de la libertad aún no está terminada; estaralo cuando se haya cimentado la verdadera libertad civil, política y religiosa; cuando se haya trasado definitivamente  nuestra carta constitucional; cuando todos los pueblos hayan organizado su administración; cuando se hayan definido todos los derechos, y fijado todos los deberes.  ¡Obra lenta y penosa, en que muchos  combates habrá que dar al oscurantismo, al espíritu ciego de partido, al egoísmo frío y calculador; pero obra cierta, que es preciso emprender, y á cuya cabeza debéis estar! Afrontadla con fe, apoyándoos en los pueblos, que ellos han de responderos con entusiasmo. –Y cuando fatigados de los victores de la plaza pública, queréis recoger los perfumes  de corazones agradecidos, veníd aquí, a éste pequeño círculo de hombres de todos los climas, de todas creencias religiosas y políticas, de todas condiciones sociales, a recibir el aplauso  entusiasta de sus almas, y á deponer el ceño del gobernador y hombre político, para recibir el osculo fraternal de los obreros pacíficos del orden, que os han colocado á su cabeza  para que hagáis su bien, y para que empuñando la regla y el compás, como a los pueblos que presidís, con mesura y equidad.- La corona del triunfo pertenece entre nosotros al que mayores bienes haga a la humanidad.

      He aquí un campo abierto a vuestras nobles  aspiraciones!
      Las Lojias de la República Argentina os saludan hermanos.
      A mi obreros de la paz; á mi por el signo y una triple batería bien sentida! ¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Gloria a sus hijos predilectos, que buscan  las inspiraciones de sus almas, en sus grandes creaciones, y que secundan sus obras maravillosas !!!

A mi mis hermanos.
oooooooo


L
a reproducción de éste folleto, impreso en Buenos Aires en el año 1860 en la imprenta y litografía  del “Hermano” –J. A. Berheim, Perú 147- según se advierte en la inscripción de la primera página, constituye una nota de alto interés para las investigaciones del movimiento político adventicio que imperó después de Caseros.
      Los hombres que en 1860 gravitaban en los destinos del país, desde bandos aparentemente diversos, aparecen reunidos en la extraña fraternidad de las logias masónicas, como dóciles instrumentos de los intereses económicos extranjeros, que se servían de estos organismos para imponer su voluntad en el país.
      No es la oportunidad en esta breve nota de hacer la historia de la masonería ni de su influencias en la República; ni éste es  el único documento que la certifica, ya que en cierta manera describir los misteriosos movimientos de las logias, sería  como contar  la historia de la opresión argentina, asunto que, desde luego, llevaría varios volúmenes.
     Cabe si, asegurar, que las logias han respondido siempre a influencias internacionales y jamás han consultado los auténticos intereses del país. Los casos recientes de Blum, Daladier, Reynaud y Mandel en Francia, masones de alto rango, atestiguan que llevaron a su patria a la guarra, sin siquiera meditar  sobre las probabilidades  que le podía  otorgar su preparación militar; la decisión venía de otra parte y Francia era cosa secundaria, si los intereses internacionales resolvían jugar su carta al sacrificio.
      La República Argentina no está lejos de una situación análoga; aunque con otro nombre, las fuerzas internacionales  tienen aun sus sociedades secretas que agitan el ambiente, alimentan las faltriqueras y realizan el maravilloso espectáculo de la concordia nacional. Cuando es necesario que los políticos más adversos e inconciliables, coincidan en las soluciones de entrega.
      Las logias son instituciones viejas en nuestra política que aún subsisten, aunque cambien de nombres y aseguren sus propios miembros que ls masonería ya murió: la última añagaza del diablo es hacer creer que ya no existe…
      Mucho antes de la ascensión de Rosas al poder ya jugaron su influencia decisiva; la muerte de Dorrego fue por ellas y cumplida inocentemente por el General Lavalle, pues las logias también aprisionan por distintos medios, la voluntad de quienes ignoran su juego.
      Rosas en una notable carta a Estanislao López, desde el Salado, en junio de 1834, denunciaba con aguda perspicacia el doble juego de intromisión y de intriga y advertía como en medio de la diversidad aparente, se aseguraba la unidad en lo esencial; decía así:

“Sucedió después otra administración formada por la logia que supo en medio de la borrasca conducir a los federales del modo que quiso y creyó más conveniente a sus intereses. ¿Qué extraño, pies, que se haya solicitado empeñosamente la libertad de Paz por personas y en los términos que usted me indica? Pero, ¡ah, mi querido compañero que antes hubo de caer en los  lazos de la perfidia armada! ¿Cree usted que si todos ellos no fueran uno en lo esencial del objeto, se habrían de haber ido a Montevideo, Balcarce y los corifeos? Colocados hoy Rivadavia y Agüero a la cabeza del gobierno de Buenos Aires y escoltados de cien mil soldados  no habría tenido valor de hacer en seis años lo que la administración del general Viamonte ha hecho en seis meses, en contra del partido federal”
     
      Luego en otro aspecto señala la misma carta , como las logias de entonces proclamaban fingidamente la idea de la federación, sólo porque era popular, exactamente como los políticos de nuestros días, autores de los fraudes más escandalosos proclaman la democracia por la única razón de que es palabra gratas a la inocente convicción del pueblo.
      La referida carta continúa de esta manera: 

      “Hablo así, porque ellos han confesado y convenido entre sí, que la Federación ha triunfado absolutamente de la unidad, pues que contrarias la opinión de las masas es acabarse de perder y dejar el completo triunfo a sus enemigos, en cuya virtud todo lo que les convenía era tender las redes de la logia, para lograr por ese medio al fin, triunfar de sus enemigos, mandar la tierra proclamando federación y conducirlo después, según les pareciera más conforme a sus fines”.

      La finalidad última de la logia es rigurosamente secreta; se asciende por grado pero aún la mayor parte de los del grado máximo, que es el 33, ignoran los planes y propósitos reales; asegúranse así, la colaboración de una cantidad de hombres lo suficientemente idiotas, para actuar en una organización cuyos propósitos no conocen sino a través de una fraseología presuntuosa destinada a divulgar ideas fraternales y filantrópicas que de ser sinceras, se ninguna manera justificarían el secreto de la organización. Menéndez y Pelayo los calificó como malvados y charlatanes. (Historia de los Heterodoxos, t.3, pág.85)
      La Iglesia ha decretado terrible excomuniones contra .los miembros de la masonería. No deja de ser curioso que un país católico y de profundo sentido religioso como el  nuestro haya consagrado próceres a todos los excomulgados. La confusión es y ha sido muy grande; bajo su sombra amplia se protegen aún en la actualidad, miembros de nuestro clero en inconcebible confabulación ‘doctrinaria’ con las figuras más conspicuas de la Masonería Internacional.
      El facsímil que publica el Instituto, debe ser examinado atentamente y correlacionado con los sucesos políticos de la época. Se verá así que una cosa era la farsa jugada  para el público, en el escenario político, y otra era la realidad de estos “grandes hombres” reducidos a sirvientes míseros y despreciables, en la intimidad de la Masonería, donde por cierto el orden jerárquico, no es el mismo que reina en la apariencia administrativa de los países entregados.
     La consagración de Urquiza en el grado 33 de la logia, logra complicar al Jefe de los Federales que aún lucharon después de Rosas contra la maniobra de entrega. Ella explica que poco tiempo después se representará la farsa bélica de Pavón y que Mitre quedará dueño del país, para reducir sangrientamente a los que aún se resistieron a pasar al estado colonial que hoy vivimos. Justifica también la revolución  de López Jordán, reacción lógica contra la más grande traición de nuestra historia.
      No es esto lo único que puede decirse sobre  tema tan sugestivo, pero sí lo suficiente para una nota explicativa.
      En el año que viene, el Instituto organizará una investigación disciplinada de esta cuestión, en un estudio a fondo de lo que podría llamarse la época de Mitre.
      El documento original de éste facsímil, forma parte de la colección del Instituto y fue facilitado  hace pocos días al distinguido historiador doctor Diego Luis Molinari, quien tuvo oportunidad de referirse a él, con comentarios altamente interesantes, en una de sus magníficas conferencias sobre “Facundo”, que viene dictando en el Salón de Amigos del Arte”.


C.S.S.