ANTE
EL CEREBRO EL MÚSCULO.
En estos días asistimos a espectáculos bochornosos; que
denunciaré aunque los perros me ladren. Millones de argentinos se exaltaron eufóricos
por el campeonato del mundo, sin indignarse ni protestar mientras la Patria se
hunde en una vergonzosa miseria.
Lo inaudito es que mientras Argentina se convierte en una
factoría del imperialismo arrastra en su caída el Bin Común y el bienestar
popular. Se trataría de una especie de suicidio inadvertido que se inflinge un
pueblo ignorante de su situación política, manipulado por la TV, y engañado por
los políticos del Régimen “democrático”.
No somos mejores en nada trascendente; sólo en adiestrar los
músculos para jugar a la pelota, donde no se requiere pensar con criterio
propio. Años atrás nos asombraba la sabiduría popular de gauchos analfabetos
incontaminados del desorden mental auspiciado por el periodismo. Fue una
especie humana extinguida.
Quizá también seamos campeones en permanecer horas enteras
sentados frente al televisor envenenándonos con sus procacidades y las mentiras
de los periodistas asalariados. Y de acompañar nuestra soledad egoísta encerrados
en un individualismo sin amor al prójimo y a la Patria, con alguna mascota, que
podría ser el celular o algún bicho de cuatro patas.
L |
a Universidad católica de Gorgetown,
una de las más célebres de los Estados Unidos, acaba de disolver su no menos
famoso equipo de futbol , causando estupor en los medios estudiantiles
norteamericanos.
Su magnificencia el rector, Padre
HunterGuthrie explicó la medida al “Saturday Evening Post”, diciendo que en
todas las universidades yanquis el preparador y el entrenador del equipo de futbol
gana cuatro veces más que un profesor o catedrático de notoria erudición y
autor de una docena de libros. Un hecho tan triste no concuerda a su entender con
las esperanzas que el mundo pone en aquel país, conduce a un déficit mental de
la juventud y a la vez una postura ridícula ante toda la humanidad.
El Padre Guthrie es un cura demasiado
moderno para poderlo considerar enemigo del deporte en general. Su santa ira se
entiende recién al saber que lo que los yanquis llaman fútbol no tiene nada que
ver con el deporte que en nuestras latitudes tiene el mismo nombre. El futbol
norteamericano es una mezcla de rugby y cath-cas-can, un deporte que se ejerce
bajo el lema “Ante el cerebro la brutalidad”.
Tamaño desarrollo le ha conferido al
juego un enorme papel en la vida universitaria norteamericana. La juventud se
decide a estudiar en una u otra alma Mater, según la fama que tenga su
equipo de futbol. El calibre del profesorado no cuenta. “El futbol está
acuñando con más fuerza que las ciencias en la futura generación de hombres
norteamericanos” ha dicho el rector de la famosa Columbia-University. Moscú se
apoderó de esas palabras, afirmando que con ese juego los yanquis preparan una
generación con “alma, instinto y reacciones de animal”. Claro está que la
revista “Soviet-Sport” exagera un tanto, pero la revista alemana “Der Spiegel” (El
espejo), a las que debemos estos datos, examina detalladamente el fenómeno del
futbol yanqui, aplaude la decisión del Padre Guthrie, y llega a la conclusión
que tan discutido juego, ejerce efectivamente una influencia nefasta sobre la
mentalidad de una juventud que ahora lleva en sus hombros los destinos del
mundo libre. *
¿Será ese juego, en el que las cabezas
de los jugadores reciben más patadas que la pelota, y el que convierte a
cualquier campo de deporte en una arena de escenas brutales, ya que permite
todo para poner el contrincante fuera de combate, acaso la explicación del
comportamiento yanqui frente a los vencidos de la última guerra?
*
E |
l juego limpio constituye la médula del
deporte verdaderamente educativo. En cuanto, empero, el juego sucio y la
brutalidad empieza a entusiasmar a las juventudes, entonces hay que ponerse en
guardia como el Padre Guthrie tanto más
cuando-- como dentro de nuestra idiosincrasia latinoamericana, acrisolada en la
suprema dignidad del espíritu heredado de la vieja Europa—no cabe la fórmula:
“Ante el cerebro la violencia”.
Eso de acabar con los “pieles rojas”,
acabar con los enemigos vencidos, acabar con el equipo contrario en el futbol,
acabar con cualquier clase de idea y resistencia contraria es seguramente más
fácil que convencer y ganar por la fuerza moral del ejemplo. Por estos
pagos nos ha gustado, sin embargo siempre más lo difícil a pesar de que también
en nuestro medio ciertos profesionales del deporte ganen todavía mucho más que cualquier
catedrático… *
No hay comentarios:
Publicar un comentario