¡SEÑOR, DANOS EL MILAGRO
DE UN CAUDILLO CRIOLLO!
“… Cuando en un gran pueblo la
turba es levantada por la sedición, y cuando el feroz espíritu del inmoble
vulgo hace ya volar las piedras y las encendidas teas, y todo se convierte en
arma para su furor, si de pronto aparece un hombre grave, famoso por su virtud
y su saber, todo se calla. Los oídos le prestan atención, sus palabras dominan
las mentes, ablanda los corazones…” (
Mucho
más grave es nuestra actual situación
política, y más apremiante la necesidad que surja un Caudillo criollo que haga
justicia, pues el descalabro subversivo está
organizado por el mismo Estado servil que gobierna.
Pero ni aún exhibiendo capacidad , honestidad
y patriotismo, los liberales, admitirían un Caudillo probo, sabiendo que de un
plumazo acabará con la corrupción que les permite a ellos seguir mintiendo,
entregando y robando.
En
consecuencia, repudian escandalizados al
autor del texto citado como un delirante poeta romano que tuvo la osadía
de alabar la aparición de un Caudillo, en su libro llamado “
¡Anhelaban
los troyanos llegar a
Mientras
tanto, nuestros filántropos protectores
de
¡¡¡SEÑOR, DANOS UN CAUDILLO!!!
¡¡UN ENEAS CRIOLLO, COMO FUÉ DON JUAN MANUEL, QUE NOS DIRIJA A
(AUNQUE NO LO MERECEMOS).
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