miércoles, 8 de junio de 2022

 

EL  ODIO  DE  UN  ‘SANTO’

 

¡NOTICIA DE ÚLTIMO MOMENTO!

 

Las palabras que comentaré de Pablo VI   fueron emitidas  hace casi medio siglo, el 1º/12/1974, y publicadas por el diario Pregón de Jujuy. Pero considerando que las  mismas ideas discurren y se están desarrollando  lentamente desde hace unos siglos  siempre en la misma  perversa dirección, son plenamente actuales explicando el deterioro del Vaticano.

 

Dijo  Pablo VI : “ Lefebvre debe retirarse a reflexionar , dado su estado psicológico, porque en lugar de dar la respuesta adecuada,   el prelado rebelde persiste en el error…,  lo ponemos fraternalmente  en  guardia contra sus presiones de las que podría ser objeto por parte de quines querrían colocarlo en una posición insostenible… espero que de signos de adhesión franca a todos los textos del Concilio Vaticano II, la aceptación de las decisiones del Papa, la aceptación de las decisiones del derecho canónico , el cese de las acusaciones personales contra  el Papa y sus colaboradores, el respeto a la responsabilidad de los obispos en sus diócesis y abstenerse de iniciativas contrarias a los términos de la declaración”.

 

El odio de un ‘santo’. ¿Pero es que los ‘santos’ odian? Si son ‘santos’ liberales parecería que sí. Luego del Vaticano II, ya no más solapadamente sino a cara descubierta los modernistas comenzaron a denigrar vehementemente a los que sostenían la Tradición. Era el odio contra el hermano de los nuevos caínes.

 

Pues bien, considerando la actuación episcopal y papal de Pablo VI  no es lógico pensar, cuando denunció que el humo de Satanás había entrado en la Vaticano,  acusase de  insuflarlo a los modernistas, como algunos ingenuos creyeron . No , él no consideró culpables ni a progresistas, ni masones  ni protestantes, ni  homosexuales, ni  a algún  alucinado  ‘teólogo’ modernista; pues estos convivían alegremente  a su lado. 

 

Y obviando la "Humanae Vitae", - acto insólito de su pontificado-, declaró  que el culpabra fue el enemigo del mundanismo liberal  del Concilio,  fue un Obispo de ortodoxia fehaciente , que acusaba sus errores .  Fue  Monseñor  Lefevbre.

 

Sin argumentos valederos , Pablo VI   creyó oportuno , para sacárselo de encima , injuriarlo públicamente de demente, o  al menos de paranoico ,  aconsejando a Monseñor Lefevbre retirarse a “ un sitio tranquilo para reflexionar , dado su estado psicológico ”.  

 

Pablo VI cometió una vileza, -característica del "espíritu del Vaticano II-, sin estudios médicos apropiados, acusando públicamente de  insensato , un débil de espíritu incapaz de resistir malvadas influencias, al borde de un  proceso de  excomunión ; un ser insignificante  con el que no se podía cruzar palabra alguna.

 

¡ Que no piense ! ¡ Y obedezca ciegamente! ¡Que repudie la tradición milenaria!   El estado actual del Vaticano demuestra quién hubiera debido dejar de pensar  para no caer en el extremo de degradación.

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