LA OSA
Alborozo en el mundo de los científicos alucinados y
fantasiosos: descubrieron en Canadá una nueva criatura de las nieves, la osa Pizzly,
agresiva y peligrosa, híbrida según afirman, de bestia y humano, que mantiene
aterrorizados a los pobladores, pues mata a quien quiera enfrentarla, asalta
las chozas, las destruyen hasta los cimientos, con sus enseres, muebles y
comestibles.
Lo asombroso y terrorífico es que vive en Buenos Aires, desde
mucho tiempo atrás, sin que los porteños mayormente lo adviertan, una tremenda
OSA; más asesina aún que la canadiense. Ella allí se sintió como en su casa, hasta
que ¡Oh, horror!, inesperadamente, días pasados, lanzó furiosamente un ultimátum
aterrador que espantó a los porteños, aullando, según pudo entenderse: ¡Yo soy la dueña de esta área –bramó-,
y al que me contradiga y no me guste lo
destruyo! ¡Lo mato! ¡Comenzaré por liquidar a
los 58.000- argentinos que más odio!
¡
Otra OSA asesina! ¡Ahora en pleno Buenos Aires! Pero
esta OSA no es como la canadiense, pues anda libremente por la ciudad; camina
en dos patas, y tiene a su disposición todos los medios de comunicación. Esta
OSA, como la canadiense, no es plenamente animal ni tampoco muy humana, siendo
más bien un horrible engendro. Parece humana, pero sólo en apariencia, pues su
humanidad no está muy desarrollada, debido a sus sentimientos asesinos, agresivos
y exclusivistas, que la convierten en una bestia mucho más peligrosas que las
Pizzlys de cuatro patas.
Cuando todos estábamos pasmados de terror, alguien
advirtió que lo que ocurre con la OSA de Buenos Aires ya estaba ocurriendo
desde decenas de años, en otros lugares del mundo, particularmente en
Palestina, donde la OSA practica un sistema de exterminio contra todos aquellos
que ella considera sus enemigos. Esta OSA fue criada y amamantada por las
grandes potencias judeo/calvinistas, dejándola dueña de un territorio propiedad
del pueblo palestino. Estos fueron expulsados con la fuerza de las armas y
recluidos en campos de concentración, durante generaciones, en condiciones
lamentables e inhumanas… hasta la muerte.
Previendo que los 58.000 nacionalistas argentinos que
votaron por Biondini serán recluidos por la OSA, en campos de concentración, -con
la aquiescencia de los grandes figurones, con Soros y Francisco 1º a la cabeza-;
los nacionalistas deberían ir adquiriendo carpitas, bolsas para dormir, unos
kilos de yerba para tomar mate, papel higiénico, y otros elementos imprescindibles
para la vida al aire libre. Seguramente vivirán en campamentos instalados en esa
querida Patagonia que en otras épocas fue argentina; y que en poco tiempo más,
será territorio donde reinará, a sangre y fuego, como en Palestina, la homicida
OSA de dos patas.*
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