jueves, 26 de septiembre de 2019


La Muerte
(A la muerte de mi madre).
Amalia de Estrada

Te pintan descarnada y con guadaña
Cubierta tu fealdad tras negro manto
Te miran con el miedo y el espanto
Con que se suele ver una alimaña.

¡Te nombran con rencores y con saña
Te reciben con gritos y con llanto!
Solo el alma cristiana, la del Santo,
Con tu fiera apariencia no se engaña.

Mensajera de Dios, que al hombre llama
Para darle la vida que no muere
¡Beatífica visión para quien ama!

Yo no voy a entonarte un Miserere
De lúgubres acentos, sino un ¡Hosanna…!
¡Al Cielo no se va si no se muere!

Buenos Aires, 11/XI/1948.
(tomado de “El emboscado”). Poesía apropiada para meditar en estos tiempos en que  ni los curas nombran a la muerte

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