EL IMPERIO
AMERICANO.
El Padre
Castellani sintetizó perfectamente el accionar del imperio judeo/calvinista:
“Dejan Biblias
y se llevan el petróleo… ¡y el alma nacional!”
“El espíritu
de los negocios ha guiado la política exterior de [norte] América, como ha
guiado el aparato político, el sistema judicial, la interpretación de la
constitución, la prensa, las iglesias e incluso el movimiento obrero’. Max
Lerner.
(Las letras cursivas son del blog).
Publico unas frases que fui
seleccionando del capítulo VI, del libro “El Imperio Americano”, de Claude
Julien, (ed. Grijalbo, Barcelona, 1969), que alcanzan a dar una clara idea del
peligro de la dependencia argentina, y Latinoamericana, de EEUU, según estamos
sufriendo. El libro está repleto de datos y citas interesantísimas, sumamente agresivas,
de personajes de este Imperio
mamonístico, de origen judeo-calvinista, cada vez más prepotente y despiadado.
Aunque los comentarios del autor no
están a la altura de sus denuncias, debido a su formación política liberal,
tirando a la zurda, esos datos pueden ser aprovechados para demostrar el grado
gravísimo de la INTROMISIÓN IMPERIALISTA. Introducido en nuestra patria por la orientación,
y el rumbo actual de la política demo/liberal, desde hace décadas, QUE ESTA
LLEGANDO A SU APOGEO DURANTE EL GOBIERNO CIPAYO DE MAKRI.
Toda la tesis del libro se desarrolla
desde el religioso dogma calvinista de la predestinación de los “santos” a
enriquecerse, comerciando pacífica o violentamente. El autor omite este mandato
“divino”, y hace aparecer la política imperialista desde la Doctrina Monroe, como
simple ambición económica de poder; restándole asi fuerza religiosa, impulso inevitable
e inexorable; fuerza que es como una maldición que domina al imperialismo
estadounidense.
ESCRIBIÓ JULIEN:
“Estados Unidos de Norteamérica carecen de
colonias: ninguna mancha señala en el globo terráqueo lo límites de un imperio
americano. Pero USA ejerce en el mundo una influencia constante que se
manifiesta en todos los dominios de la actividad y del pensamiento humano de
hoy. Presión sobre la totalidad de América latina, sobre Canadá, sobre gran
parte del Sudeste asiático, sobre Europa, sobre el mundo entero.
“Existe pues
un IMPERIO AMERICANO. Un país que, con sólo la veinteava parte de la población
terrestre controla la mitad de las materias primas de la tierra, impone sus
precios y condena al subdesarrollo a muchos pueblos.
En el capítulo 1º, Julien comienza
confundiendo el imperialismo con el nacionalismo. El verdadero nacionalismo es
la lucha de cada nación para cumplir pacíficamente, en forma soberana, su
destino histórico; respetando la soberanía ajena. Mientras que el anglosajón es
racista, mesiánico y totalitario. Julien demuestra, con citas irrefutables, que
el Imperialismo anglo sajón/yanqui surge en la Historia acunado por el “Dios”
mamonístico, (o sea el judeo/calvinismo, que es el “Dios” del imperio). y allí
encuentra su inspiración y su fuerza avasallante. Ellos cumplen entusiastamente
la orden “divina” de enriquecerse, a costa de los más débiles. Pero para
justificar ante el mundo su terrorífico imperialismo, en el colmo de la
hipocresía, se manifiestan como idealistas que dicen llevar a todas las
latitudes la libertad y la democracia; para conciliar “el egoísmo con la
generosidad de un bienhechor”.
A continuación copio algunos tremendos testimonios de personajes relevantes, publicados por Julien, que ya se
manifestaban a principios del siglo XIX:
“Como Dios al
crear al hombre a semejanza suya, América sueña con remoldear el rostro de la
humanidad. En el siglo pasado, Herman Melville escribió: ‘Y nosotros, los
americanos, somos un pueblo particular, un pueblo elegido, el Israel de nuestro
tiempo; nosotros llevamos la antorcha de las libertades del mundo’. El sueño no
era nuevo. En 1765, John Adams escribía ya: ‘No ceso de considerar la fundación
de América como un designio de la Providencia, concebido con vistas a iluminar
y emancipar a la porción de la humanidad que se halla todavía sometida a la
esclavitud’”. (pg. 19).
“[…] ‘Desde
hace cincuenta años, escribe Tocqueville, se repite sin cesar a los habitantes
de los Estados Unidos que ellos constituyen el único pueblo religioso,
esclarecido y libre. Ven como entre ellos, hasta el momento, prosperan las
instituciones democráticas, en tanto que estas fracasan en el resto del mundo.
Tienen, por tanto, una opinión inmensa de sí mismos y no andan lejos de creer
que forman una casta aparte del género humano’. Esta misma convicción es la que
, en forma algo más brutal, expresó el senador Beveridge cuando afirmó, a
finales del siglo pasado, que ‘entre todas las razas, Dios ha elegido al pueblo
americano para conducir finalmente al mundo hacia su regeneración’… También el presidente Truman se felicitaba,
en 1952, por el hecho de que América
hubiera “por fin aceptado el papel
que Dios Todopoderoso nos pedía que asumiéramos desde hace una generación”.
(pg. 34).
“Con ello se
prosigue una antigua tradición hasta los conflictos más recientes”… [Desde Franklin, pasando por Lincoln,
Wilson, etc. todos al unísono coinciden]. “Adlai Stevenson no estaba menos
convencido de la misión divina de América: “Dios nos ha confiado una tremenda
misión, decía, nada menos que la ‘leadership’ del mundo libre... El 22 de
noviembrede1963, víspera de su asesinato, John F. Kennedy corregía el discurso
que debía pronunciar a la mañana siguiente en Dallas y en el cual, citando los
Salmos, declaraba: “Si Yahvé no guarda la cuidad, en vano vela el centinela”
En la misma tendencia, era curioso que
al presidente Johnson “le enojasen tanto las tentativas de
intervención por parte del Vaticano con vistas a conseguir negociaciones
destinadas a solucionar el drama vietnamita”. [Esto hubiera significado contrariar al mamónico que incitaba a imponer
la democracia y la libertad al uso yanqui, o sea por la guerra, sobre el mundo]…
“Por la misma
razón la CIA juzgó natural subvencionar a ciertas órdenes religiosas,
especificando con claridad que el dinero entregado no estaba supeditado a
ninguna condición política, bastando que los beneficiarios se mostrasen fieles
a su propia misión para trabajar útilmente al servicio del imperio”. (Confirmando estas palabras, publiqué tiempo
atrás un artículo sobre el mormonismo titulado: “Una industria de la
religiosidad”. Las sectas yanquis que invaden nuestro país reclutando diezmos
de los incautos, no son ni más ni menos que industrias al servicio del
imperialismo).
El imperialismo mamónico: ¿de qué
manera obtiene su poder económico el imperio yanqui? “Escribió Max Lerner: ‘el espíritu de los
negocios ha guiado la política exterior de América, como ha guiado el aparato
político, el sistema judicial, la interpretación de la constitución, la prensa,
las iglesias e incluso el movimiento obrero’ (pg. 28).
Además:
+ Los intereses
de las empresas privadas americanas coinciden estrechamente, con las del
Gobierno…Bernard Baruch insiste en el carácter esencialmente único de los
intereses económicos, políticos y estratégicos de los Estados Unidos. (pg.
240).
+ El sistema
de libre empresa, así alentado por la acción conjunta de los capitales privados
y de los créditos gubernamentales, exige una protección militar… El imperio
americano no puede ser puramente económico; su base económica es indisoluble de
su base política y de su base militar.
+ Pero el
imperio americano es indispensable para los Estados Unidos, sobre todo lo que
se refiere al aprovisionamiento de materias primas… que en su mayor parte están
situadas en países del tercer mundo. […] La explotación de los recursos naturales
del tercer mundo permiten, por tanto, a los EEUU, no sólo el acceso a ricos yacimientos
de materias primas que les aseguran un nivel de consumo muy elevado, sino
también los capitales necesarios para invertir en los países industrializados.
+ Cada año,
las aportaciones de nuevos capitales (en
Latino América) son inferiores a los beneficios repatriados por los EEUU, y
en siete años los beneficios repatriados son cuatro veces superiores a las
nuevas inversiones. (pg. 249).
+ América
Latina, al suministrar capitales a los EEUU, contribuye a enriquecer el imperio
al que ella se encuentra sometida y que tan onerosamente pesa sobre su vida
económica y política. (pg. 254).
+ En todo el
mundo, los países ricos siguen enriqueciéndose mientras los pobres continúan
empobreciéndose… Las cifras antes
citadas demuestran que los EEUU se enriquecen en detrimento de los países
pobres.
+ Las
intervenciones de Washington en los problemas internos de los países extranjeros
asumen formas diversas según el régimen interior de tales países, y también
según el grado de su dependencia económica.
+ El imperio
encuentra en numerosos países unos aliados naturales: se trata de los grupos
económicos estrechamente vinculados al mercado [norte] americano y que no vacilan en hacer pasar su interés de
grupo ante el interés de su propio país. (pg.260).
+ Para la Casa
Blanca la concepción del interés nacional del país se halla estrechamente
ligada, en el extranjero, a los grandes intereses privados… “Lo que es
conveniente pata los EEUU es conveniente para la General Motors”, dijo C.
Wilson, ex presidente de la General Motor y ex secretario de Defensa.
+ La
nacionalización de los bienes americanos en un país extranjero si no va seguida
de represalias, ofrece el peligro de extenderse como una mancha de aceite, que
minaría las bases del imperio. (pg. 262).
+ Quiéralo o
no, el Gobierno de los EEUU es el guardián de unas inversiones (privadas) que
constituyen las avanzadillas o las cabezas de puente del imperio en regiones
más o menos alejadas.
+ (Los EEUU, en el Cercano Oriente; luego de la doctrina “Monroe” sobre América, y la
“Truman” sobre Grecia y Turquía)… Por una decisión unilateral, sin
consultar siquiera a sus aliados, decidieron dar marco jurídico a sus
intervenciones… Con la “Doctrina Eisenhower”
(1957), se nombraron a sí mismos gendarmes del cercano Oriente, sobre el
cual vela la VI flota. En virtud de esta nueva “doctrina”, proclamada
unilateralmente, y sin ningún acuerdo internacional, el presidente de los EEUU quedó
autorizado por el Congreso “a conceder una ayuda económica y militar a todo
país o grupo de países de dicha región deseosos de beneficiarse de ella, en el
bien entendido de que esa ayuda podía comprender el empleo de las fuerzas
armadas americanas”. (pg. 266).
+ En vísperas
del conflicto entre árabes e israelíes, el embajador de los EEUU amenazó a
Nasser con la intervención de la VI flota si desencadenaba las hostilidades,
advertencia que no se hizo a Israel, que tomó la iniciativa de los combates.
+ En virtud de
una antigua tradición, las intervenciones de los EEUU en América son
extraordinariamente frecuentes y a menudo se rodean de muy poco misterio. (pg.268).
(Los datos que aporta Julien son
numerosísimos).
+ Los EEUU han
hallado en cada país unos aliados en determinados sectores de las clases
poseedoras, tanto más poderosas cuanto que ejercen en general una influencia
determinante sobre el poder político. (pg. 273).
+ Los
programas [norte] americanos de ayuda
económica permiten influenciar a los gobiernos latinoamericanos que no pueden
privar a sus países de tales créditos, a pesar de ser estos muy inferiores a
los beneficios repatriados.
+ Las grandes
compañías [norte] americanas que han
invertido en América Latina disponen además de su lobby en Washington, donde la mayoría de los miembros del Congreso
y del Gobierno las consideran como misioneros del progreso en países
económicamente subdesarrollados. (pg. 274).
+ Todo
gobierno que reciba ayuda oficial de los EEUU corre el riesgo de perderla si trata
de sustituir a un proveedor americano por un proveedor europeo o japonés que
ofrezca condiciones más ventajosas. Los presidentes americanos de las filiales
de compañías americanas instaladas en el extranjero se hallan sometidos a la
legislación del Congreso de los EEUU, lo que significa que no pueden elaborar
su política comercial en función de los intereses del país en que se hallan,
sino que tienen el deber, por ejemplo, para la venta de los productos llamados
“estratégicos”, de someterse a las decisiones de Washington. No es necesario
añadir que los países dependientes de los EEUU, económica o financieramente,
pierden su libertad e iniciativa política y diplomática. (pg. 279).
+ Sólo el acceso
a los archivos diplomáticos de las grandes potencias permitiría trazar un
balance de las intervenciones del gobierno de los EEUU, que, valiéndose de su
potencial económico, se permite intervenir en la vida política y en la acción
diplomática de los demás países. No obstante, el número de los hechos conocidos
basta para dar una idea de la amplitud de estas intervenciones.
+ Unos le
suministran materias primas, otros inversiones para sus capitales, y todos les
aseguran unos beneficios sin los cuales la prosperidad de los americanos, que
constituye el 6 % de la población mundial, no sería tan considerablemente
superior al nivel de vida del resto de la humanidad. (pg. 280).
[…] etc...
Claude
Julien,
Jefe del Servicio de información
extranjera de “Le Monde”, reputado como el mejor especialista francés en
asuntos norteamericanos….
No hay comentarios:
Publicar un comentario