¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!
Don Curzio Nitoglia
Introducción
Propongo un pasaje de la Santa Escritura , para mostrar a
los fieles como la nueva doctrina relativa
a las relaciones entre cristianismo y judaísmo son contrarias a la Fe del Evangelio (aunque no a
la doctrina de la raza pura), a la interpretación común de los Padres y, por lo
tanto, a la Fe
católica. Este es un ejemplo categórico de neo-modernismo exegético que ha
tergiversado el significado, o el ‘espíritu’ del Evangelio, teniendo en cuenta sólo la ‘letra’; tal como la exégesis farisaica
deformaba el significado del Antiguo Testamento. Pero “el Espíritu vivifica,
mientra que la letra mata”, enseña san Pablo. El lector mismo podrá juzgar por sí, porque la oposición entre la
interpretación tradicional (e infalible) de los Padres eclesiásticos y la de
los exégetas ‘conciliares’, es tan
evidente que no es necesario demostrarla.
El Evangelio (“Verbum Domini manet in aeternum”)
En el capítulo 23
(1-39), del Evangelio según Mateo, Jesús lanza siete apóstrofes contra los
escribas y fariseos. Será muy útil estudiar y entender su significado para ver
que el verdadero espíritu de la Fe
cristiana, nada tiene que ver con el odio racial, en su enfrentamiento con el Judaísmo farisaico o post-bíblico.
“Entonces,
dirigiendo Jesús su palabra al pueblo y a sus discípulos, les dijo: Los
escribas y fariseos están sentados en la
cátedra de Moisés; pero no arregléis vuestra conducta por la suya, porque ellos
dicen, y no hacen. El hecho es que van liando cargas pesadas e insoportables, y
las ponen sobre los hombros de los demás, cuando ellos ni quieren aplicar el
dedo para moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres…
¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, que cerráis el reino de los cielos a los
hombres; porque ni vosotros entráis ni dejáis entrar a los que entrarían! (v.
13).
¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, porque andáis girando por mar y tierra a
trueque de convertir un gentil; y después de convertirlo, le hacéis digno del
infierno, dos veces más que vosotros! (v. 15).
¡Ay de vosotros,
guías ciegos, que decís: el jurar uno por el templo no es nada; más quien jura
por el oro del templo está obligado! (v. 16).
¡Insensatos y
ciegos! ¿Qué vale más, el oro o el templo, que santifica el oro? (v. 17).
¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, que diezmáis la menta, el anís y el comino, y
no os cuidáis de los más grave de la
Ley : la justicia, la misericordia y la lealtad Bien sería hacer aquello, pero sin omitir esto!
Guías ciegos, que coláis un mosquito y os tragáis un camello (v. 23/4).
¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos, hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, que
por dentro están llenos de rapiñas y codicias! (v. 26)
¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos, hipócritas, que os parecéis a sepulcros blanqueados,
hermosos por fuera, más por dentro llenos de huesos de muertos y de toda suerte
de inmundicias! Así también vosotros por fuera parecéis justos a los hombres,
más por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. (v. 29).
Serpientes, raza de
víboras ¿Cómo escaparéis al juicio de la gehenna? Por eso os envío yo
profetas sabios y escribas y a unos y
otros los mataréis y los crucificaréis, y a otros los azotaréis en vuestras
sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad, para que caiga sobre vosotros
toda la sangre inocente derramada sobre la tierra, desde la sangre del inocente
Abel, hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien matasteis entre
el templo y el altar. En verdad os digo que todo esto vendrá sobre esta
generación. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los
que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos a la manera que la
gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no quisiste! Vuestra casa quedará
desierta, porque en verdad os digo que no me veréis más hasta que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor. (v.
33/39).
Los comentarios de los Padres, de los Doctores y exégetas
aprobados, aclaran el significado de este repudio, y principalmente el espíritu
innovador de los fariseos, contrario al
Antiguo Testamento, similar al de los modernistas y neo-modernistas, que
hablan de la “Antigua Alianza jamás revocada”, de los “hebreos [post-bíblicos]
hermanos mayores y predilectos en la
Fe ”. Me limitaré a denunciar los comentarios que evidencian
esta “herejía gnóstica-farisaica” y neo-modernista, y dejo al lector el trabajo
de profundizar el significado espiritual de las siete maldiciones de Jesús
contra los fariseos e implícitamente contra el modernismo. San Pablo advirtió:
“Si aunque yo les enseñase un Evangelio distinto, sea anatema”. El significado
del Evangelio es el que han transmitido los Padres de la Iglesia y no los
“conciliares” y “post-conciliares”.
Errores del
fariseísmo.
Esos autores enseñan que Jesús lanza, ante las masas y
sus discípulos, una tremenda invectiva
contra la falsa doctrina y malas
costumbres de los fariseos; “al bueno otorga bendiciones- escribe Orígenes- y
al malo intimaciones y amenazas, para que invoquen su misericordia” (Catena aurea, Mt. 23). Porque habían
comenzado a corromper el significado del Antiguo Testamento en sentido
milenarista, materialista y gnóstico, a partir de 175 años antes de Jesús. Los
escribas tenían la obligación de estudiar, enseñar e interpretar la Ley.
Los fariseos eran la secta política-religiosa más
importante a partir del 175 a .C.
, que informó con su espíritu talmúdico y gnóstico el judaísmo post-bíblico y
anti mosaico-cristiano, o sea el judaísmo moderno que rechaza a JHWH, la Ley , los Profetas y a Cristo,
por el culto del pueblo de Israel, verdadero Señor y patrón del mundo, que hoy
día es presentado de facto por Benedicto XVI como “redentor inmanente” gracias
a la “shoah” (ver caso M. Williamson).
“Jesús condena frecuentemente la errada interpretación personal y sobretodo las
costumbres de los escribas y fariseos, casi siempre en contradicción con lo que
predicaban” (P. S. del Páramo S.J.
“Comentarios al Evangelio de San Mateo”)
Nuestro Señor dijo que deben observarse las enseñanzas de los fariseos que estaban conformes a la Ley mosaica; pero si se le oponen es perjudicial seguirlas; y
principalmente no debe imitarse su vida práctica, siempre contrastando con las enseñanzas
de las escrituras.
El fariseísmo se separará cada vez más del mosaísmo a partir del Viernes Santo (33d. C.) y de la
caída de Jerusalén (70 d.C.), hasta convertirse en una contra iglesia gnóstica
anti vetero testamentaria, la “Sinagoga de Satanás”, mencionada en el
Apocalipsis de San Juan (II, 9); por eso
Jesús (30 d.C.) teóricamente los considera seguidores de Moisés, pero, debido a
su hipocresía, jamás en la vida práctica. Y aconseja a las masas seguirlos
cuando hablan “asistidos por la cátedra de Moisés”, según el espíritu del
Antiguo Testamento, y no cuando hablan como doctores privados, innovadores,
milenaristas gnósticos, que reniegan de Abraham, de Moisés y del mismo Jesucristo. De tal manera que oprimen la conciencia de
los hebreos con innumerables preceptos fundados
sobre la tradición cabalista, espuria,
puramente humana ( P. S. del Páramo, idem).
En el Evangelio de San Lucas (XI, 52) Jesús lanza otra
acusación contra los fariseos: “¡Ay de vosotros, doctores de la Ley , que os habéis apoderado
de la llave de la ciencia, y ni entráis vosotros ni dejáis entrar!
San Ambrosio comenta: “Usurpando la misión de dar a conocer a Dios,
en realidad son un obstáculo para los demás, y ellos mismos no reconocen lo que
profesan” (Comentario al Evangelio de San Lucas”.
La “llave de la
ciencia” es la Ley –comenta San Cirilo de
Jerusalén- : que es figura de Cristo;
los fariseos hubieran podido, gracias a la Ley y los Profetas, abrir las
puertas a los fieles para que conozcan a
Cristo.” (Catena Aúrea, San Lucas).
La ciencia sagrada o la Ley mosaica estaba totalmente ordenada a la fe en
Cristo. Los fariseos se apropiaron de la
Ley cambiando su significado, de espiritual en material y
temporal, de universal en nacional, de divino en racista, de cristiano en
judeo-farisaico, tergiversándola de su
fin, Cristo, dirigiéndola hacia la
gnosis talmúdica-cabalista; “No entran y no permiten a los otros entrar”. Pese a
poseer la llave de la Ley ,
¿donde no entraron? Ciertamente no en el conocimiento del mosaísmo, pues lo
tergiversaron, ni en la Verdad
subsistente, o sea en Cristo, ni en la nueva y Eterna Alianza, ni en el Reino
de los Cielos, donde por haber falseado
el significado o espíritu de la
Escritura no pueden entrar, siendo condenados a las Gehena; y para peor impidiéndole entrar al pueblo de
los simples fieles, contándole fábulas cabalistas-talmudistas, en lugar del Antiguo y Nuevo Testamento. Estos son
menos culpables que los fariseos, pero
como Cristo hizo milagros y señales, enseñando la verdadera interpretación de la Ley mosaica, podrían haber
discernido las verdaderas enseñanzas del Evangelio de la falsedades de los
fariseos. Aunque había otro obstáculo para el buen discernimiento, que puede
disminuir la culpa de los simples: el
hecho que los jefes religiosos enseñaban
que Jesús era un hereje contra la
Ley y los Profetas (aunque en realidad era todo lo
contrario); el simple fiel erró objetivamente, pero subjetivamente, y de
acuerdo a su corazón, solo Dios sabe si fue una ignorancia invencible que lo
excusa de toda culpa; o al menos parcialmente vencible que merece una culpa
venial; o directamente totalmente vencible que lo culpa mortalmente. Comúnmente se enseña que el pecado de los
jefes fue objetiva y subjetivamente grave, pues su ignorancia era afectada y
voluntaria, lo que agrava la culpa; mientras que la del pueblo fue en sí, objetivamente grave, aunque
subjetivamente, o según las conciencia de los fieles, fue venial, a causa de la presión de escribas
y fariseos sentados, solo aparentemente, no realmente, en la cátedra de Moisés (Santo Tomás. III, q.47, a.5/6, ad 6um.).
Gnosis farisaica.
Los fariseos se complacían en ser llamados ‘maestros’ y
los modernistas ‘grandes maestros’,
mientras Jesús recordaba que uno solo es el Maestro por esencia, Dios, pues los
otros lo son solo por participación; por tanto, hay maestros verdaderos, que
enseñan la verdad y maestros falsos que enseñan errores, como los agnósticos y
los fariseos, que pretenden tener sus
propias tradiciones o cábalas para enseñarlas a sus adeptos y discípulos.
“Pero el vicio que Jesús fustiga más duramente en los
siete apóstrofes es el de la hipocresía, tanto que el término ‘fariseo’ es, en
todas las lenguas, sinónimo de hipócrita” (P. S. del Páramo).
“jJurar por el
Templo… no obligaba, sostenían los fariseos, contradiciendo a Moisés, pero sí
obligaba jurar por el oro del Templo… infundiendo en el pueblo un sagrado
respeto por la riqueza… Jesús combate enérgicamente esta doctrina” (P. S. del Páramo). El culto del oro, del
‘cordero de oro’, que Moisés combatió, retornaba, 1300 años después, en tiempos
de Jesús, practicado y enseñado por los fariseos. Por lo cual, Jesús invita a no aceptar sic et
simplíciter las enseñanzas de los
fariseos, y a no vivir como ellos. Él , por el contrario, distingue el fariseísmo
que habla desde “la cátedra de Moisés” (Magisterio auténtico del A. T.,
mosaico), es decir enseñando lo revelado por Dios a Moisés , a través de los
Profetas del A. T. y de los Apóstoles del N. T. , (que es el Magisterio auténtico
del N. T., vale decir, petrino); contrapuesto
al fariseísmo modernizante e innovador o
anti-mosaico de los fariseos que enseñaban la “Cábala espuria”, la gnosis y el
incipiente talmudismo. Por lo cual, es
lícito aceptar a los Pontífices “conciliares” cuando enseñan lo que la Iglesia siempre enseñó, y
no escuchar sus innovaciones modernistas.
Estos cierran la puerta del Reino de los cielos; no entran
ni dejan entrar a los demás. San Juan
Crisóstomo comenta: “Dejan de cumplir
con su obligación, corrompiendo también a los otros. Este género de hombres son
una peste, porque en realidad tienen como única meta la perdición de los
hombres; ver San Pablo, 1ª Tes. II,15” (Comentario al Evangelio de San Mateo).
Mentalidad
sanguinaria de los fariseos: “odium
iramque judaeorum”
Considerando el asesinato de los Profetas, “la historia
del pueblo hebreo revela que muy
frecuentemente se rebelaron contra los
enviados por Dios… los hebreos
contemporáneos de Jesús, decoraban, restauraban, erigían nuevamente, venerando sus sepulcros, jactándose de ser inmunes
de la culpa que los manchaba por
los crímenes de sus antepasados en su enfrentamiento contra los Profetas. Jesús
aprobaba el respeto que tenían hacia sus antepasados, los antiguos Profetas, pero
les reprochaba la actitud hacia Él, el Mesías, pues no obstante sus milagros y su doctrina, tramaban contra Él, como luego tramarían
contra los Apóstoles, de manera idéntica a la que ejercieron sus padres contra
los Profetas. No importaba que de boca
para afuera los fariseos condenasen la conducta de sus progenitores, pues en
su fuero íntimo mantenían la misma disposición de ánimo o peor aún... sus antepasados no llegaron a matar al
Mesías, Hijo de Dios, pero ellos
Lo
asesinarán, colmando así la medida de la cólera divina, que caerá sobre ellos y
sobre todo el pueblo de Israel” (P. S.
del Páramo).
Los
neo-modernistas, con la teoría de la “hermenéutica de la continuidad” son
peores que los fariseos, pues estos mientras erigen monumentos a los Profetas
matados por sus padres, y no por ellos mismos, los modernistas construyeron,
durante el post-Concilio, monumentos a la Tradición , que ellos mismos trataron de aniquilar durante el Concilio Vaticano II.
San
Ambrosio comenta; “Los judíos,
edificando tumbas a los Profetas,
condenaban los actos de sus padres, pero, imitando al mismo tiempo sus
crímenes arrojaban sobre ellos la misma condena. En efecto, edificando tumbas a los
Profetas, condenaban el delito de los que los habían matado: pero imitando
la inicua acción, se declaraban ellos mismos herederos de la iniquidad
paterna… no pudiendo ser absueltos de esa iniquidad
heredada los que, crucificando al Hijo de Dios, colmaron los crímenes de sus
padres” (Comentario al Evangelio de San Lucas).
Jesús
los llama “serpientes, raza de víboras”,
y San Juan Crisóstomo comenta: “El
dice: ustedes son hijos malvados de
padres malvados, peores aún que vuestros progenitores” (obra cit.), mientras
San Jerónimo observa: “Así como de víbora nace víbora, de padres
malvados y sanguinarios naces hijos malvados y sanguinarios” (Catena Aurea). Y
Santo Tomás de Aquino escribió:
”Serpiente, raza de víboras, la serpiente es un animal venenoso que mata
con su veneno: por eso los fariseos son llamados serpientes, porque mataron a
los Profetas. Observando a las
serpientes se dice que al parir mueren, porque el feto corroe las vísceras de
la madre: así los fariseos, siendo malvados, infaman a sus padres.” (Super Evangelium Santi Matthaei).
Nuevamente
el Crisóstomo explica: “Su instinto
homicida tiene sed de sangre, impulsándolos a cometer tantas violencias… son
hombres sanguinarios” (obra cit.)
Además
Jesús “aclara el espíritu criminal que animaba a los fariseos, profetizando el
tratamiento inicuo que reservan para los predicadores del Evangelio” (P. S. del
Páramo).
“Synagogae Judaeorum
fontes persecutionum” (Tertuliano).
En los Hechos de los Apóstoles, los más antiguos
escritores cristianos concuerdan en afirmar que “las primeras persecuciones
contra los cristianos fueron programadas en las sinagogas de los hebreos”
Jesús considera –explica San Gregorio de Niza- responsable
al pueblo de Israel de todos los crímenes cometidos desde el asesinato de
Abel (Gen. IV, 8-10) hasta el de
Zacarías el antiguo, hijo de Joiadas;
otros lo interpretan como el padre de San Juan Bautista “muerto por defender la
pureza de la S. Virgen ”
(Catena Áurea, Lucas I, 54).
“Está claro que Jesús
considera al pueblo hebreo como una unidad moral desde el inicio de su existencia
hasta el presente. Los asesinatos de
los Profetas son considerados, en consecuencia, crímenes nacionales. La crucifixión de Jesús hizo rebasar la
medida de la tolerancia divina. El
castigo provocado por el deicidio recayó, por esa razón, sobre toda la nación… Jerusalén fue
destruida, luego el Templo, y los
hebreos fueron excluidos del número de las naciones”, por lo que existe una
responsabilidad colectiva del judaísmo post-bíblico, concluye San Juan
Crisóstomo (obra cit.).
Esta página del Evangelio documenta que el mismo espíritu
que animaba a lo fariseos para matar a Jesús es que anima a los neo-modernistas
a tratar de destruir la Iglesia. Pero
como Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, resurge glorioso y triunfante,
así la Iglesia ,
Cuerpo Místico de Cristo, con un elemento humano y uno divino, podrá ser mancillada
en su componente humano, quedando sin “arrugas ni manchas” el divino, pues “las
puertas del infierno no prevalecerán contra Ella.”
Don Curzio Nitoglia.
23 febrero 2009
http://www.doncurzionitoglia.com/guaiavoi.htm