Notas sobre Milei
Llegó el mesías esperado,
el hijo pródigo de Israel, payaso como Zielinsky, un bululú que se jacta de ser
“anarco/capitalista”, para asustar a la burguesía y entusiasmar a la juventud
“maravillosa”. Pues bien, al semblantear a Milei, al verlo nomás, su rostro me
repugna; y cuando se hace el gracioso o el iracundo, me da miedo por el
porvenir de la Patria, por todos los argentinos.
En ocasiones no puede
disimular una sonrisa de niño absorto con juguete nuevo, una sonrisa exultante
por haber alcanzado la grandeza que ansiaba: su grandeza personal. Lograda a
costa de la imbecilidad de los televidentes.
Hace un tiempo publicaron
una foto que lo muestra totalmente distinto. Con motivo de su estafa, se lo ve
apichonado, semejante a un niño pescado “in fraganti”, haciendo pucheritos;
como pidiendo perdón –y protección--a un joven yanqui , exultante, avasallador,
que sonríe a su lado. Milei es tan enorme caradura que es dable dudar si tras
su máscara de hombre fuerte, de león de circo, necesita imperiosamente ser
amparado y consolado por un joven fornido?
¿MILEI es judío?
Actúa como si lo fuese. Se contradice,
alguna vez dice algo, otras lo contrario. Actitud típica de quien quiere
esconder y desorientar para no afirmar su verdadero pensamiento. Su veneración
por el Estado usurpador, criminal y totalitario del cercano Oriente, parece
brotar desde su sangre sionista. Tanto como su adhesión al imperialismo yanki,
azote bélico y político de las naciones.
Además, su
amistad en propósitos comunes con malandras echa por el suelo su prestigio,
fabricado por el periodismo del Régimen: con Caballo y sus adjuntos; el
simbólico abrazo con la estalinista Bergman; su empleo con el super oligarca
judío Elsestein; la afirmación concluyente frente a sus cófrades hermanos de
logia: -ustedes ganen dinero, pues son benefactores de la sociedad, y yo
eliminaré cualquier traba del Estado que limite su engrandecimiento…-, (a costa
del pueblo). Sospecho que lo promueven fuerzas siniestras, algo muy
feo y peligroso. Sus expresiones manifiestan ser, aparte
de traidor, la de un loco o de un demonio.*
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