lunes, 9 de junio de 2025

 

JUSTICIA SOCIAL

Bandera del nacionalismo católico.

Que deben enarbolar todos los patriotas.

 

Santo Tomás enseña que la Justicia Social se debe fundamentar en las Bienaventuranzas, y que sin Justicia Social se disuelve una sociedad.

 

Los nacionalistas y los patriotas tenemos obligación de imponerla y mantenerla vigente para hacer vivir dignamente a los que actualmente sufren y son abusados, principalmente por la desocupación laboral, y por la abusiva diferencia de bienes entre las clases sociales que impuso el capitalismo y la social democracia... Debemos, entonces, mantener enhiesta la bandera nacionalista de todos los patriotas:

 

SOBERANÍA POLÍTICA,

INDEPENDENCIA ECONÓMICA,

JUSTICIA SOCIAL.

NACIONALISMO CULTURAL.

 

Además de desconocer estas banderas, el Régimen están disolviendo al ser humano en la multitud, para que pierda su personalidad individual de ser racional y político; y aún desvirtuándolo hasta las profundidades de su íntima sexualidad, recreándolo como un ser indefinido que puede ser cualquier cosa material, abandonándolo en la angustiosa soledad de una miserable vida existencialista.  Fue el triunfo de Marx y Freud, dirigido por los magnates aniquiladores del cristianismo.

 

Los liberales también fueron aboliendo progresivamente todas las defensas populares contra el totalitarismo del Estado demoliberal: la protección de la organización federal del país; el sojuzgamiento de las instituciones vecinales y familiares; la agresión contra las familias y contra la educación cristiana y patriótica de la niñez, etc.

 

Sin cultura ni Patria ni religión; inmovilizando a los malos pastores de la Jerarquía católica (aunque estos viven inmovilizados voluntariamente)… E imponiendo la tiranía subrepticia del periodismo dependiente de las internacionales de la des-información.

 

El Padre Santiago Ramírez O.P., destacadísimo tomista y dominico, escribió en “Pueblo y Gobernantes al servicio del Bien común”, (ed. Euramérica, Madrid, pg. 97): luego de la Prudencia, “la otra virtud principal de que debe sestar adornado el gobernante es la justicia. Pero no una justicia cualquiera, sino la justicia en toda su extensión, en todas sus manifestaciones, en toda su perfección.

 

“La justicia conmutativa, desde luego, como persona individual. Pero muy especialmente la justicia distributiva en el reparto de cargas y honores, y la justicia social en provecho de toda la comunidad, sin excluir a ninguno de sus miembros ni de sus clases.

 

“No hay cosa más irritante para el pueblo, para los gobernados, que ver reinar la injusticia y la desigualdad en vez de la equidad y la justicia”...

 

Pero cuidado, pues la Justicia, aplicada matemáticamente, se puede tornar injusta y perversa, si se considera rigurosamente al ser humano y a las naciones en un plano de igualdad absoluta, desconociendo la singularidad de cada ser, cargando sus problemas personales con distintas características, preocupaciones y necesidades. Sólo en la mente podrida de los globalistas los individuos y países son fundamentalmente idénticos; miembros de una manada, que se puede manejar con un cayado. Sólo en matemática dos es igual a dos+.

 

 

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