jueves, 7 de agosto de 2025

 

DOCTRINA POLÍTICA NACIONALISTA

EL HÉROE.

Párrafos del artículo del Padre Castellani publicado en Las Canciones de Militis, (ed. Patria, 1945. pg. 156) relativo al acuciante problema que nadie con poder se anima a solucionar, --pese a que sería la salvación de la Patria--, por las gravísimas consecuencias personales para el patriota que asuma ese papel.

Hoy día, como en ese entonces, la única solución –el mismo Régimen se degrada hacia el abismo—es absolutamente la aparición de un Héroe, de un Caudillo, de un Líder…; el único que podría aniquilar el Régimen y restaurar la Soberanía y el Bien Común.

A continuación el

PADRE CASTELLANI

Las naciones tienen grandes hombres a pesar suyo; -lo mismo que las familias. Es una ley tan humana que ni la Iglesia se exime del todo de ella…. Ningún hombre se elevó por sobre la Materia y el Destino, sin quedarse cruelmente solo. Por tanto, todo héroe tiene que desarrollar una fuerza de ataque superior a la fuerza de resistencia de millones de hombres. De aquí que haya pocos héroes. No todos los que tienen estatuas son héroes. En la Argentina si ha habido cuatro héroes es mucho. Y fue un fraile que nadie conoce, y que no tendrá estatua hasta dentro de 100 años; un  fraile del siglo XVII. Y para tener estatua en la Argentina ahora, al lado de Garibaldi, es mejor no tenerla.

[…] Así también en política el verdadero santo es aquel que golpea al pueblo para bien del pueblo. El pueblo lo saca a veces por el pescuezo, y lo manda a asilarse a Southampton o Boulogne-Sur-Mer. Paciencia, son quiebras del oficio. Por eso hay tan grande escasez de domadores, como anunció el otro día el Ministro de Guerra:… “El carnero no tiene corazón de padre. Los leones son pocos”.

El estadista es el que golpea al pueblo para bien del pueblo. Dice Santo Tomás que por eso tiene un premio en el Cielo próximo al Apóstol: “en el cielo de Júpiter”, dice el Dante. El Tirano es el que golpea al pueblo para bien propio; por eso Dante lo pone en el Tercer Círculo del Infierno. Pero hay uno peor que estos dos, que es el que no golpea al pueblo: el Demagogo. El demagogo hace lo que la gente quiera que haga, y dice lo que cree que a la masa le gusta. Es un servir. Es un adulador. Es el tenorio de la muchedumbre. ¡Qué bien los conoció Platón, que retratos que se salen del libro, y se ponen a caminar por las calles de Buenos Aires!...”La República, “El Gorgias”, “El Político” ¡qué manuales de política argentina !

El diario de hoy es viejo y dice lo mismo que ayer- Homero es nuevo como el sol-. El diario lo sé de memoria y por eso me pongo a leer- La última noticia de Platón- El gran estadista es una creación providencial, lo mismo que el gran artista, y por eso hay que respetarlo.

[…] Si la cristiandad no es capaz de defender a Roma, la cristiandad no merece a Roma y es mejor que Roma sea arrasada. Puesto que en el trance de elegir entre el neomaltusianismo y la Muerte, si Mussolini eligió la Muerte, hizo bien delante de los ojos de Dios, aunque su elección esté por encima de la comprensión de “El Pueblo”, y de toda esa raza chabacana e inútil que nos llamábamos en otro tiempo República Argentina!

¡Oh República Argentina! ¡Quién te mandará en santo de la espada, un Estadista! ¡Quién sacará de ti un hombre duro y riguroso por amor, porque el amor verdadero es más duro que la Muerte y el Infierno, dice el Libro Santo! ¡Pide a Dios que te dé un domador por amor, de la raza de los viejos domadores! ¡Pide a Dios que te dé un varón inexorable y tierno que sea capaz de empuñar ese montón de gente entreverada entre el Ande árido y el Río sucio; y hacer con ella una imagen un poquito parecida a la imagen de Dios que está en tu cielo y en tu tierra! +

Nota del blog: Sin orden, disciplina y un Caudillo que las imponga no hay política soberana. Sólo un Caudillo decidido a ofrendarse para salvación de la Patria. ¿Pero surgirá del interior de un pueblo aburguesado el Caudillo heroico ansiado? Su autoridad, paternal y decisiva debe ser refrenada con el consejo de una aristocracia de personajes eruditos y patriotas, auténtica representación nacional y popular. El pueblo debe ser políticamente libre en el ámbito de su vida familiar y social, en la medida que se ordena al Bien Común.  Así se concreta la mejor forma de gobierno, conjunción de la monarquía, la aristocracia y la democracia. Cada cual en lo suyo, pero unidos en un haz. todos responsables y libres tendrán auténtica participación en la vida política, que la partidocracia les niega. Un haz de voluntades patriotas, comandadas por el Caudillo para luchar por   LAS GLORIOSAS BANDERAS NACIONALISTAS:

SOBERANIA POLÍTICA.                                                                                      INDEPENDENCIA ECONÓMICA.                                                                               JUSTICIA SOCIAL.                                                                                             RESTAURACIÓN CULTURAL ARGENTINA.

¡QUE DIOS OIGA NUESTRA SUPLICA!

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