DOCTRINA POLÍTICA NACIONALISTA
EL HÉROE.
Párrafos del artículo
del Padre Castellani publicado en Las
Canciones de Militis, (ed. Patria, 1945. pg. 156) relativo al acuciante
problema que nadie con poder se anima a solucionar, --pese a que sería la
salvación de la Patria--, por las gravísimas consecuencias personales para el
patriota que asuma ese papel.
Hoy día, como en
ese entonces, la única solución –el mismo Régimen se degrada hacia el abismo—es
absolutamente la aparición de un Héroe, de un Caudillo, de un Líder…; el único
que podría aniquilar el Régimen y restaurar la Soberanía y el Bien Común.
A continuación
el
PADRE CASTELLANI
Las naciones tienen grandes hombres a pesar suyo; -lo
mismo que las familias. Es una ley tan humana que ni la Iglesia se exime del
todo de ella…. Ningún hombre se elevó por sobre la Materia y el Destino, sin
quedarse cruelmente solo. Por tanto, todo héroe tiene que desarrollar una
fuerza de ataque superior a la fuerza de resistencia de millones de hombres. De
aquí que haya pocos héroes. No todos los que tienen estatuas son héroes. En la
Argentina si ha habido cuatro héroes es mucho. Y fue un fraile que nadie
conoce, y que no tendrá estatua hasta dentro de 100 años; un fraile del siglo XVII. Y para tener estatua
en la Argentina ahora, al lado de Garibaldi, es mejor no tenerla.
[…] Así también en política el verdadero santo es aquel
que golpea al pueblo para bien del pueblo. El pueblo lo saca a veces por el pescuezo,
y lo manda a asilarse a Southampton o Boulogne-Sur-Mer. Paciencia, son quiebras
del oficio. Por eso hay tan grande escasez de domadores, como anunció el otro
día el Ministro de Guerra:… “El carnero no tiene corazón de padre. Los leones
son pocos”.
El estadista es el que golpea al pueblo para bien del
pueblo. Dice Santo Tomás que por eso tiene un premio en el Cielo próximo al
Apóstol: “en el cielo de Júpiter”,
dice el Dante. El Tirano es el que golpea al pueblo para bien propio; por eso
Dante lo pone en el Tercer Círculo del Infierno. Pero hay uno peor que estos
dos, que es el que no golpea al
pueblo: el Demagogo. El demagogo hace lo que la gente quiera que haga, y dice
lo que cree que a la masa le gusta. Es un servir. Es un adulador. Es el tenorio
de la muchedumbre. ¡Qué bien los conoció Platón, que retratos que se salen del
libro, y se ponen a caminar por las calles de Buenos Aires!...”La República,
“El Gorgias”, “El Político” ¡qué manuales de política argentina !
El diario de hoy
es viejo y dice lo mismo que ayer- Homero es nuevo como el sol-. El diario lo
sé de memoria y por eso me pongo a leer- La última noticia de Platón- El gran
estadista es una creación providencial, lo mismo que el gran artista, y por eso
hay que respetarlo.
[…] Si la cristiandad no es capaz de defender a Roma, la
cristiandad no merece a Roma y es mejor que Roma sea arrasada. Puesto que en el
trance de elegir entre el neomaltusianismo y la Muerte, si Mussolini eligió la
Muerte, hizo bien delante de los ojos de Dios, aunque su elección esté por
encima de la comprensión de “El Pueblo”, y de toda esa raza chabacana e inútil
que nos llamábamos en otro tiempo República Argentina!
¡Oh República Argentina! ¡Quién te mandará en santo de la
espada, un Estadista! ¡Quién sacará de ti un hombre duro y riguroso por amor,
porque el amor verdadero es más duro que la Muerte y el Infierno, dice el Libro
Santo! ¡Pide a Dios que te dé un domador por amor, de la raza de los viejos
domadores! ¡Pide a Dios que te dé un varón inexorable y tierno que sea capaz de
empuñar ese montón de gente entreverada entre el Ande árido y el Río sucio; y
hacer con ella una imagen un poquito parecida a la imagen de Dios que está en
tu cielo y en tu tierra! +
Nota del blog: Sin orden, disciplina y un Caudillo que
las imponga no hay política soberana. Sólo un Caudillo decidido a ofrendarse
para salvación de la Patria. ¿Pero surgirá del interior de un pueblo
aburguesado el Caudillo heroico ansiado? Su autoridad, paternal y decisiva debe
ser refrenada con el consejo de una aristocracia de personajes eruditos y
patriotas, auténtica representación nacional y popular. El pueblo debe ser políticamente
libre en el ámbito de su vida familiar y social, en la medida que se ordena al Bien
Común. Así se concreta la mejor forma de
gobierno, conjunción de la monarquía, la aristocracia y la democracia. Cada
cual en lo suyo, pero unidos en un haz. todos responsables y libres tendrán
auténtica participación en la vida política, que la partidocracia les niega. Un
haz de voluntades patriotas, comandadas por el Caudillo para luchar por LAS GLORIOSAS BANDERAS NACIONALISTAS:
SOBERANIA POLÍTICA.
INDEPENDENCIA ECONÓMICA.
JUSTICIA SOCIAL.
RESTAURACIÓN
CULTURAL ARGENTINA.
¡QUE DIOS OIGA
NUESTRA SUPLICA!