LAS ‘CHICAS’ LOS DESARMAN.
¿Es imaginable mayor
bajeza, indignidad, ofensa que se puedan decretar contra los miembros de las
Fuerzas Armadas? ¿Fuerzas Armadas? Pero si están desarmadas. Material y
moralmente. Aguantando las agresiones de los gobiernos liberales/marxistas
impávidos, bajando las cabezas.
No reaccionan ni
contra las invasiones de todos los extranjeros que quieran venir a despojarnos.
Tampoco reclamando, solidarios, contra el presidio de camaradas que lucharon
contra la subversión defendiendo la Soberanía nacional. Ni contra el
narcotráfico, que está emputeciendo a la juventud. Ni contra la delincuencia
ciudadana. Pero lo más mortificante es haberlos sometido bajo el poder de unas
ministras, o lo que sean, que pertenecieron a la subversión. Y que de alguna
manera lucharon a mano armada contra el mismo Ejército argentino.
¿Lucharon? ¿Con esos
rostros blandengues? ¿O fueron de comparsas?
Recuerdo la protesta escandalizada
del “Campesino”, un general rojo designado a dedo, pero bien agalludo, diciendo
que, con sus enfermedades venéreas, las “chicas” provocaban más bajas que las
balas nacionalistas.
Esas prostitutas rojas habrán tirado algun que
otro tiro, para que las revistas marxistas, como ‘Ahora’ o ‘Noticias’ las
fotografíen con un fusil en la mano, que apenas podían sostener, para demostrar
que “el pueblo” era comunista: pero a nadie engañaban: su misión en el frente
era otra; ellas debían alegrar a los soldados antes de ir a luchar.
Lo mismo ocurrió con
las prostitutas embarcadas en las naves inglesas que atacaron Las Malvinas,
para evitar que cunda demasiado el acostumbrado homosexualismo entre la
marinería inglesa.
No quiero ser prejuicioso,
pero, solamente sospechando que ‘nuestras chicas’, que hoy día tienen bajo su
férula a todos los militares argentinos desarmándolos y humillándolos, puedan
ayer haber ido al frente con el propósito de alegrar a los extremistas. Sólo con esa sospecha, fundada en la
actividad de otras chicas de otros ejércitos, es para reaccionar reciamente, como
reaccionó “El Campesino”; (aunque, como buen comunista, no por escrúpulos
morales).
Los altos mandos de
nuestro Ejército deben reaccionar, protestar e impedir, por dignidad moral, que
esas desgraciadas, aunque se hayan
alistado con el más exquisito pudor, pero sin ningún antecedente en la
verdadera milicia, designadas a dedo sólo para satisfacer la venganza
extremista, sigan conduciendo a su perdición al denigrado y querido Ejército argentino.
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