LAS CADENAS DE OBLIGADO

¡Mascotitas!

Un nuevo dislate del cariño torcido por las mascotitas, de quienes viven en soledad desolada, en una relación que en ocasiones se acerca a la depravación.  Es natural que sientan afecto por los animales, pero es antinatural que se los trate como a humanos, compartiendo una vida encerrados en departamentos que atrofia su naturaleza. Como esas millonarias yanquis que, para hacer sonar sus dólares sientan a una humillada mascotita en una silla del restaurant; o esos seres que vemos a nuestro alrededor, besándole el hocico; o a los que acunan a la mascotita entre sus brazos, para protegerlos de los perros malos que quieren jugar. ¿algunos los meterán también en su cama? ¡Asco! ¡Vergüenza de esta época degradada! Costumbre más y más generalizada que aleja a esas personas de la vida en sociedad humana.

Quieren mascotas y no bebes ¡con tantos pequeños que ansiarían un hogar que los ame!, porque con las mascotitas hacen las obscenidades que se les ocurra, mientras que los bebitos necesitan una atención y una crianza fatigosa, una entrega total, impregnada de amor, que su egoísmo se niega a ofrecer.

John Steinbeck, mientras narraba anécdotas de sus ‘Viajes con Charlie’ –a través de USA- en una lujosa casa rodante, (pg. 156), escribió estas palabras sensatas defendiendo a las mascotitas de aquellos delirantes que quieren alterar lo más profundo que tenemos los seres, la propia naturaleza, la identidad animal de las mascotitas. Como ocurre con esos pobres animales encerrados en zoológicos donde pierden sus instintos naturales, que son un testimonio de la maravilla de la Creación:

“Por otra parte, nada me desagrada más que los presuntos enamorados de los perros, esas personas que acumulan frustraciones y las descargan en un animal.  Estos enamorados de los perros hablan con animales maduros y pensantes como si fueran bebés, y les atribuyen sus propias idioteces hasta que consideran al perro un alter ego. Creo que esas personas, con lo que imaginan bondad, son capaces de infringir largas y duraderas torturas a un animal, negando sus deseos y satisfacciones naturales hasta que un perro de carácter débil cede y se convierte en un gordo, asmático y peludo manojo de neurosis. Cuando un extraño le habla a Charlie como un bebé, Charlie lo elude. Pues Charlie no es humano; es un perro, y es feliz así”.

Pero al fin, con su nebuloso sentido común yanqui descubre asombrado, ¡que también su mascotita tiene naturaleza animal!, sin comprender que no la puede desarrollar encerrado en el vehículo, aunque lo trate como a un amigo, ‘pensante y maduro’, para acompañar su soledad. Y, al fin, extremando su sutileza intelectual, asegura haber descubierto en su mascotita ciertos atisbos de humanidad. Algo así como si la pobre bestia estuviese ubicada en un lugar de la cadena evolutiva muy cercano al hombre.

¡Tomá la sopita, nene!

A los yanquis habría que prohibirles que viajen solo por el mundo, con una mascotita o sin ella, porque allí donde llegan, como nenes caprichositos, escandalizan pataleando con ridiculeces y groserías, Recuerdo que  un sobrinito mio  no quería tomar la sopa casera y exquisita que mi esposa preparaba, pues estaba acostumbrado su paladar a los sopas siempre idénticas de los ´cubitos’. Mal de esta época de los alimentos prefabricados, que recibimos gozosamente de la ´civilización´ yanqui. Parece que a Steimberk la mamá lo atiborró con las sopitas enlatadas Campbell; que él disfrutó, durante el viaje, en toda la extensión de la USA. Sólo ponía una monedita en una máquina, y aparecía frente a él un vaso de plástico con una humeante sopita con el invariable sabor Campbell. Inalterable, siempre el mismo, sin sobresaltos ni deliciosas sorpresas; elaborada en ambientes tan esterilizados como laboratorios. Hasta el punto de recordar con horror –decía-, las sopas caseras que las amas de casa, en Italia y España, creaban, en un ambiente rodeado de moscas.                                                                                

A través del viaje de este Steimbek hijo dela máquina y alimentado por ella, podremos ir conociendo la mentalidad yanqui, que nosotros, los bananeros, copiamos, para tratar de sumergirnos febrilmente en el primer mundo.

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¡Dale con el ‘corona’!

Las medidas protectoras están adquiriendo extrema rigurosidad. Es que Soros y Gates se desviven por nuestra salud. Pero me llamó la atención, en las reuniones de los altos políticos, como Fernández, Trump, Bergoglio, etc., nadie usa barbijo –cuyo nombre apropiado sería mordaza o bozal; que jamás los amos del Régimen usarán; mientras que a nosotros nos obligan pues nos equiparan  a los nobles equinos-. ¿Porqué, entonces,  a la gente del pueblo nos obligan a usarlos y los magnates no los usan?  ¿Existirá algún contubernio secreto entre Gates y sus bichitos para que sólo piquen a algunos si y a otros no? Al respecto, un lector muy aterrorizado –como todo el mundo- me envió copia de una cartita muy sensata, que reproduzco a continuación:

Estimados bichitos de Gates: ustedes están aterrorizando al mundo entero. Piensen que todos somos hermanos, hijos del mismo Padre, y que debemos vivir fraternalmente. No deberían picar a diestra y siniestra sin ton ni son. Por lo cual, les ruego encarecidamente acepten la presente propuesta, muy beneficiosa para ustedes y para la ‘humanidad’: una vez que hayan concluido con la misión de eliminar a millones y millones de seres humanos, -, que mi doctora de cabecera vaticinó, con el bozal puesto-, con la posterior vacunación masiva y la colocación del correspondiente ‘chip’.  papá Gates los eliminará a ustedes, creando otro nuevo flagelo inédito. 

Entonces, queridos bichitos de Gates, sigan mis instrucciones: en vez de picar a gente inocente, deben picar furiosamente a los promotores y beneficiarios de esta ‘pandemia’. Si, ya sé que me reprocharán que los mando al matadero, pues picando a semejantes energúmenos morirán envenenados. Pero al menos no morirán como fraticidas, sino heroicamente, con la dignidad de benefactores de la humanidad, al eliminar la peste más odiosa digna de satanás.

¡Basta de Soros y de Gates, por favor!

 El pueblo más perspicaz, harto de lo que sospecha, con razón, un nuevo fraude para aterrarlos exageradamente;  está, sin embargo, más aterrorizado de lo que pueda suceder en el futuro, que del propio bichito de Gates. Concretamente en ciertos Estados de USA, donde anunciaban la muerte de muchas personas, según el testimonio directo que recibí, el pueblo realizó en estos días manifestaciones callejeras tan contundentes que las autoridades autorizaron abrir normalmente las confiterías, restauranes y peluquerías, etc., y ya ni siquiera usando ‘barbijos’.

Es de notar, para nuestra satisfacción, que el gobernador Morales, de Jujuy, está liberando al pueblo  de  la prisión domiciliaria, con medidas concretas, semejantes a las que rigen en esos Estados de USA.

¡Argentinos, a  imitar a los pueblos yanquis, repudiando a Soros y a Gates, para salvar nuestra dignidad y nuestro futuro bienestar económico, cabezas huecas de cipayos, ignorantes y corruptos que nos gobiernan!

Pero sería imposible pues, como buenos serviles, nuestros burócratas se afanan en una puja despiadada para demostrar quién es el más rastrero chupamedias de los amos, con la esperanza de recibir las acostumbradas treinta monedas de la traición.

En nuestro medio social, en los hospitales las camas están desocupadas, y nadie atiende, entretenidos en atender a enfermos fantasmas, porque nadie los ve ni los encuentra, mientras dejaron de atender a enfermos reales de extrema urgencia, en algunos casos. Siendo indignante el papel de algunos médicos, dignos hijos de la Reforma universitaria, que abjuraron del juramento hipocrático y de su dignidad vocacional y personal. Además, para ostentar el dominio que puede ejercer el Estado contra la población, han impuesto multas de $1.000.- a ciertas personas sin trabajo que salieron a la calle por razones atendibles en dias no ‘autorizados’, para tratar de ganarse el pan. ¡La democracia plutocrática no ofrece trabajo y encima aplica multas injustamente a los desocupados!

Nada nuevo bajo el sol.

Hace poco ante el asombro de los papanatas se ‘descubrió’ que Soros exigió obediencia al gobernante que, por estar sentado en el famoso sillón de Rivadavia, no podía ser menos traidor y entreguista que el ‘prócer’ iluminado.  O sea la noticia confirmó lo que el nacionalismo sabía porque no podría haber sido de otra manera, debido a que el liberalismo regía, con decisión ineludible, tanto la infame década rivadaviana; como a todos los que gobernaron, desde ese entonces, salvo excepciones, bajo el mandato de los imperialistas de turno; ante sus  terroríficas miradas, los liberales se mean en las patas, esmerándose en cumplirlas rigurosamente…Tanto es así que recuerdo dos hechos de esta constante histórica: cuando David Rockefeller intimó al nefasto e impune Martínez de Hoz para cumplir con las directivas que el gobierno debía seguir escrupulosamente. Y también cuando el mismo David felicitó a De la Rúa por haber nombrado a Caballo como ministro de economía; en cuya oportunidad  dijo: “Caballo tiene que ajustar el cinturón del pueblo argentino”. ¡Hoy día poca panza queda por ajustar”.

La puja entre dos titanes.

Tuve un sueño tan terrible, tan real, tan posible de suceder que me dejó tiritando de terror. Yo tengo, como muchos pecadores, sueños de todo tipo, que me deprimen al despertar; en una ocasión, sueño que soy un Creso, poderoso y millonario; en otra uno apoteósico, donde surjo como un nuevo Restaurador de la Patria;  también con viajes llenos de dificultades, y hasta, con mucha frecuencia, que Boca es campeón.

Pero el sueño al que me voy a referir está más allá de lo humano, fue una pesadilla casi apocalíptica, de una trascendencia que podría cambiar los destinos del mundo. Nada menos que la lucha mortal entre dos Héroes, dos Titanes, que desde la lucha entre Ulises y Turno el mundo no recuerda otra semejante; para decidir quién usufructuará el gobierno de la Nación Argentina.

¿Cuál de los dos será el nuevo Restaurador? ¿Cuál alcanzará el cetro de los vencedores para gobernar despóticamente y corruptamente nuestra patria? El uno, es un gigantón grueso y fortachón, aunque algo fofo; hijo de una ex presidente. El otro un escuálido petimetre, maquillado para asustar al rival, hijo de un presidente en ejercicio. Ambos llevan la noble y digna sangre de sus progenitores. Ambos se presentarán, seguramente, en el próximo acto electoral que llevará a la Argentina a su apogeo histórico. Muchos apuestan por el más robustos, considerando la experiencia política que adquirió mientras hacía la siesta tendido en un sillón del Congreso. Pero el otro homúnculo esmirriado, también cuenta con muchos admiradores, pareciendo que lleva las de ganar, pues su padrino es nada menos que un famoso judío yanqui multimillonario, quien lo considera el paradigma de la hombría, el ejemplo para la juventud argentina, para consolidar definitivamente la familia tradicional.

Ante tal evento político/deportivo, el resto de los políticos se están entusiasmando, seguramente, y todos a una,  prepararán a sus vástagos en gimnasios apropiados para competir con ciertas probabilidades de triunfar ante esos temibles luchadores, e integrar la nueva oligarquía hereditaria, amante de Mamón; que rodeará al nuevo monarca.

Patricio Lons

El conocido historiador, mencionando a los obispos y cardenales mártires del comunismo que lucharon con integridad por la Fe católica, destacó que los EEUU se aliaron al comunismo sólo para vencer al nazismo. Me sorprendió un error tan palmario, pues está documentado ampliamente que ocurrió todo lo contrario. Ya desde el presidente Wilson, y aún antes, este masón traidor, con “ciertas deficiencias psico-sexuales”, brindó todo el apoyo posible de su país, subvencionando, fomentando y hasta salvando a la URSS de su derrumbe. ¡Cuando todavía no existía el nazismo! Luego, sin la ayuda descomunal de los yanquis para sostener al Estado soviético, durante la década del ’20 y del 30’, nuevamente se hubiera hundido. ¡Las memorias de Éttore Vanni lo documentan, entre tantas! ¡Y tampoco en esta época existía el malo de la película!

No olvidar, demás, que los EEUU apoyaron diplomáticamente, y enviaron pertrechos bélicos y brigadistas –la Lincoln-, al gobierno rojo en la gloriosa España del ’36; ¿Era, entonces, para los yanquis, más peligroso Franco que Stalin? Seguramente, pues para Roosevelt y sus compinches judíos, multimillonarios y comunistas, el enemigo era Franco. Ellos sabían, tan bien como los bolcheviques, que si la URSS triunfaba en España hubiera sido el primer paso para comunizar a toda Europa. ¡Y optaron decididamente por papá Stalin! ¡USA quería el triunfo comunista en España!

 Franco conocedor también él, por supuesto, de que en España se jugaba el destino de la civilización cristiana, se lanzó cual otro Hernán Cortés, casi sin medios, a la buena de Dios, a triunfar o morir; mientras los rojos, apoyados por los aliados, aseguraban que triunfarían pues poseían todos los elementos materiales para lograrlo. Pero Franco contaba con un ejército de héroes inspirados, testimoniando que también a los más poderosos se los puede derrotar ¡Con la ayuda de Dios todo es posible!

Luego de Yalta, los borrachos decrépitos Churchill y Roosevelt entregaron media Europa al comunismo, pese a las protestas de algunos generales aliados que quisieron impedir la infamia. ¡Ya entonces había desaparecido el nazismo, pero siguieron fomentando el comunismo! 

Durante el transcurso de la llamada ‘guerra fría’ el profesor Genta, que conocía los entretelones de la política internacional, denunciaba, con toda razón, que tal ‘guerra’ era una añagaza para mantener aterrorizado a los pueblos, pues sobre ambas potencias existía un gobierno único que las manejaba… ¡concertadamente!  

También, en muestra de su proclamado anticomunismo, el gobierno USA recibió, en las universidades, a los integrantes de la Escuela de Frankfurt, justicieramente expulsados de Alemania, expresión de un infame nuevo marxismo, para subvertir a la juventud yanqui.

Hoy día EEUU es uno de los focos desde donde se irradia la nueva faz del comunismo. Actualmente el comunismo tomó el disfraz de progresismo, que incluye todas las ideologías políticas izquierdista. Usan  nombres diversos, pero con un fin idéntico: odio satánico a la Ciudad católica. El comunismo, en todas sus variantes, es intrínsecamente perverso; es subversión absoluta.

Algunas tendencias progresistas, inclusive católicos progresistas, tanto como las oligarquías conservadoras imperialistas, las derechas liberales, etc. cuidan cautelosamente de no inmiscuirse en un enfrentamiento, para no ser expulsados del Régimen. Son tanto o más peligrosos que los enemigos descubiertos.

Pretender encasillar en una doctrina fija al comunismo es desconocer que ella es el maquiavelismo llevado a su apogeo. Y esto también lo enseñaba Gramsci, diciendo que no se debía fijarlo como materialista, o dialectico, o  como lucha de clases, para no  coartar su permanente  transformación.

Es falso asegurar que existieron divergencias de fondo entre URSS y USA, que no sean las normales entre potencias por ciertos predominios territoriales y políticos. Actualmente, la política internacional que ejerce USA sobre el mundo es aún más perversa y feroz que la ejercida años atrás por la URSS; siendo fácilmente asimilada por el vulgo, porque esa maldad satánica es indolora y edulcorada.  Admitir que existen  diferencias fundamentales entre ellas significa planificar erróneamente la política internacional. Aceptarlas es caer en la trampa imperialista.