LA ESCUELA
DE FRANKFURT”
¡¡¡Leer con atención!!!
¿Qué pretende la Escuela de Frankfurt? En pocas palabras, sus integrantes,
todos judíos, manifiestan que se proponen, a largo plazo, aplicando la
“revolución cultural”, atea, progresista, comunista y freudiana:
“Corromper occidente de
manera tal que apestará”
Corromper lo que subsiste del
“occidente” cristiano, por supuesto. Con el apoyo de multimillonarios
judeo-comunistas, los gobiernos
sometidos, -tanto de “izquierda” como de “derecha”-,
embozan sus intenciones para embaucar a los imbéciles, y esclavizarlos, con
los principios morales divulgados por la Escuela de Frankfurt. Actualmente
están a punto de arrancar totalmente las virtudes teologales a la humanidad; (y
aún las cardinales); abandonando al hombre en un escepticismo desesperanzador,
que paraliza su necesaria e indispensable reacción contra su sometimiento. Sin
voluntad enhiesta para reaccionar, y con la inteligencia confusa e inerte,
nunca sabrán que vegetan bajo unos amos destructores, que los arrean a pastar
en el potrero verde de la degradación. Es
tal la imbecilidad del “televidente” que,
sépanlo o no, son esclavos entretenidos, complacidos de estar sumergidos en un abyecto
hedonismo, que los arrastrará al fondo del abismo donde reina el resentimiento
y el odio, fruto de la miseria moral y material que provocó la Escuela de
Frankfurt. Desde
allí, dicen estos ‘filósofos’ satánicos, de esa corrupción moral, de ese resentimiento, de ese
odio, surgirán los redentores que, mediante la revolución libertaria, dominarán férreamente el mundo, y destruirán
los últimos vestigios de la civilización cristiana; desapareciendo de la
memoria de los hombres la posibilidad de restaurar el esplendor de la Ciudad
católica.
A continuación reproduzco
un excelente artículo, del señor Timothy Mathews, “La Escuela de Frankfurt:
conspiración para corromper”,
publicado en “PATRIA ARGENTINA” Nº
162, XI/2010.
S
|
atanás se ocupa de mantener escondida la mayor parte de
su obra en este mundo. Sin embargo se lanzaron dos pequeños rayos de luz sobre
su acción, según lo creo, no hace mucho. El primero, un artículo breve de la
revista Association of Catholic Women´s
(ACW- Asociación de Mujeres Católicas); el segundo, un comentario de un
sacerdote en Rusia (lo que al principio me sorprendió), quien afirmó que ahora,
en Occidente, vivimos en una sociedad
comunista. Estos destellos de luz ayudan, especialmente, a explicar la
arremetida de funcionarios oficiales que en muchos países del mundo lograron,
con tanto éxito, quitarles a los padres el derecho de ser los primeros
educadores y protectores de sus hijos.
La revista ACW examinó el trabajo corrosivo de la
“Escuela de Frankfurt” –un grupo de académicos germanos-estadounidenses que desarrollaron
perspectivas altamente provocativas y originales en la sociedad y en la cultura
contemporánea, recurriendo a Hegel, Marx, Nietzsche, Freud y Webwe. No es que
su idea de una “revolución cultural” fuera particularmente nueva.
El Conde Joseph de
Maistre (1753-1821), quien fuera masón durante quince años, escribió: “Hasta
ahora las naciones morían con las conquistas, es decir, por las invasiones,
pero aquí surge el gran tema: una nación puede morir en su propia tierra, sin
llegar a reinstalarse y sin invasión, permitiendo que las moscas de la
descomposición corrompan, desde la misma médula, aquellos principios originales
y constitutivos que hacen a la esencia de lo que es ella”.
¿Qué fue la Escuela de Frankfurt? Bueno, en días
posteriores a la Revolución Bolchevique en Rusia, se creía que la revolución de los trabajadores
se extendería a Europa y, finalmente a EEUU. Pero no fue así. Para fines de
1922 la Internacional Comunista
(Komintern) comenzó a considerar las razones. Por iniciativa de Lenin se
organizó una reunión en el Instituto
Marx-Engels de Moscú.
La finalidad de la reunión era clarificar el concepto de una
“revolución cultural marxista”, y ponerlo prontamente en marcha. Entre los
presentes se encontraba Georg Lukacs
(aristócrata húngaro, hijo de un banquero, que se hizo comunista durante la
Primera Guerra Mundial; buen teórico marxista, desarrolló la idea de “Revolución y eros”- instinto sexual usado como instrumento de
destrucción), y Willi Munzenberg
(cuya solución propuesta fue “organizar a los intelectuales y usarlos para
podrir la civilización occidental. Sólo entonces, luego de corromper todos los valores y hacer imposible la vida,
podemos imponer la dictadura del proletariado”).
Ralph Toledano (1916-2007) (1)- autor conservador y
cofundador de National Review- comentó la mencionada reunión en los siguientes
términos: “Fue quizás más perjudicial
para la civilización occidental que la misma Revolución Bolchevique”.
Lenin murió en 1924, sin embargo, para ese entonces,
Stalin comenzó a ver a Munzenberg, Lukacs y a gente de similar pensamiento como
“revisionistas”. En junio de 1940,
Munzenberg escapó al sur de Francia
donde, bajo las ordenes de Stalin, un escuadrón de la muerte del NKVD lo
capturó y colgó de un árbol.
Durante el verano de 1924, luego de que el V Congreso de la Internacional Comunista
lo atacara por sus escritos, Lukacs se
mudó a Alemania, donde encabezó la primera reunión de un grupo de sociólogos
con orientación comunista, reunión que daría a luz la fundación de la Escuela de Frankfurt.
Esta “Escuela” (diseñada para poner en práctica su
`programa revolucionario) comenzó en la Universidad
de Frankfurt, en el Instituto für
Sozialforschung. Para comenzar, Escuela e Instituto eran indistingibles. En
1923 Félix Weil (1898-1975) funda el
Instituto y lo establece oficialmente. Weil nació en Argentina y a los 8 años
lo enviaron al colegio a Alemania. Asistió a las Universidades de Tübingen y
Frankfurt, donde obtuvo un doctorado en ciencias políticas. Durante sus
estudios en esas universidades comenzó a interesarse cada vez más en el
socialismo y el marxismo. Conforme al historiador e intelectual Martin Jay, el tema de su tesis fue “los problemas prácticos de la
implementación del socialismo”.
Carl Grünberg, director del Instituto
desde 1923 hasta 1929, fue un marxista confeso, a pesar de que el Instituto no
tenía ninguna afiliación política oficial. No obstante en 1930 lo reemplazó Max Horkheimer que pensaba que las
teorías de Marx debían ser la base de las investigaciones del Instituto. Cuando
Hitler asumió el poder, el Instituto se cerró y sus miembros escaparon a EEUU,
por varias rutas y migraron a las universidades estadounidenses más importantes
– Columbia, Princeton, Brandeis y
California, en Berkeley.
La Escuela incluía entre sus miembros al gurú de la Nueva Izquierda de los años 60: Herbert Marcuse (a quien el Papa Pablo VI
denunciaría por su teoría de la liberación que “dio lugar al libertinaje
disfrazado como libertad”); a Max
Horkheimer, Theodor Adorno, al
popular escritor Erich Fromm, Leo Lowenthal, y Jurgen Habermas (2) –quizás el representante más influyente de la
Escuela.
FUNDAMENTOS, OBJETIVOS Y PRÁCTICAS DE LA “REVOLUCIÓN
CULTURAL”.
Básicamente, la Escuela
de Frankfurt creía que mientras el individuo tuviera la convicción –o
incluso la esperanza de la Fe- de que el don divino de su razón podría resolver
los problemas que enfrenta la sociedad, entonces, esa sociedad nunca alcanzaría
el estado de desesperanza ni de alienación, los cuales son imprescindibles para
iniciar la revolución socialista.
Su objetivo, por lo tanto, consistía en demoler lo más pronto
posible el legado judeo-cristiano. Para ello necesitaban ejecutar la crítica
destructiva más negativa posible de cada una de las esferas de la vida, la que
sería diseñada para desestabilizar la sociedad y tirar abajo lo que ellos
llaman el orden “opresor”. Sus
políticas, según esperaban, se difundirían como un virus –“continuando con el trabajo de los marxistas occidentales por otros
medios”, como lo señalara uno de los miembros.
A los efectos de promover el avance de su “tranquila”
revolución cultural –sin darnos, no obstante, idea alguna de sus planes para el
futuro- la Escuela de Frankfurt
recomendó (entre otras cosas):
- LA INVENCIÓN DE DELITOS RACIALES.
- EL CAMBIO CONTINUO
PARA CREAR CONFUSIÓN.
- LA EDUCACIÓN SEXUAL Y SOBRE TODO LA HOMOSEXUALIDAD A
LOS NIÑOS.
-LA DESTRUCCIÓN DE LA AUTORIDAD EN LOS COLEGIOS Y DE LOS PROFESORES.
-GRANDES MIGRACIONES PARA DESTRUIR LA IDENTIDAD.
-LA PROMOSIÓN DEL CONSUMO EXCESIVO DE BEBIDAS
ALCOHÓLICAS.
- EL VACIAMIENTO DE LAS IGLESIAS.
-UN SISTEMA LEGAL DESACREDITADO, CON PREJUICIOS CONTRA
LAS VÍCTIMAS DEL DELITO.
-DEPENDENCIA DEL ESTADO O DE LOS BENEFICIOS DEL ESTADO.
-CONTROL Y ESTUPIDIZACIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
-FOMENTAR LA DESINTEGRACIÓN DE LA FAMILIA.
Una de las ideas principales de la Escuela de Frankfurt consistía en explorar las ideas del
“pansexualismo” de Sigmund Freud - búsqueda de placer, explotación de las
diferencias entre sexos, quiebra de las relaciones tradicionales entre varón y
mujer. Para promover sus objetivos se proponían:
*ATACAR LA
AUTORIDADDEL PADRE, NEGAR LOS ROLES ESPECÍFICOS PATERNOS Y MATERNOS, Y
ARREBATAR A LAS FAMILIAS SUS DERECHOS COMO
PRINCIPALES EDUCADORES DE SUS
HIJOS.
*ELIMINAR LAS
DIFERENCIAS DE LA EDUCACCIÓN DE LOS NIÑOS Y DE LAS NIÑAS.
*SUPRIMIR TODA
FORMA DE DOMINACIÓN MASCULINA –DE AHÍ LA PRESENCIA DE LAS MUJERES EN LAS
FUERZAS ARMADAS.
*DECLARAR QUE LAS
MUJERES SON “LA CLASE OPRIMIDA”
MIENTRAS QUE LOS HOMBRES “LA OPRESORA”.
Munzenberg resumió
la operación a largo plazo de la Escuela
de Frankfurt de la siguiente manera: “CORROMPEREMOS
OCCIDENTE DE MANERA TAL QUE APESTARÁ”.
La Escuela sostenía que había dos tipos de revoluciones:
la política y la cultural. La revolución cultural demuele desde dentro. “Las
formas modernas de sujeción son marcadas con suavidad”. Lo consideraban un
proyecto a largo plazo y jamás perdían de vista el tema de la familia, la
educación, los medios, el sexo y la cultura popular.
LA FAMILIA.
La “teoría crítica” de la Escuela enseñaba que “la
personalidad autoritaria” es producto de la familia patriarcal –idea
directamente conectada con el Origen de
la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, de Engels, quien promovía el
matriarcado. Ya Karl Marx había escrito en su “Manifiesto Comunista” sobre la noción radical de una “comunidad de mujeres” y en la Ideología Alemana de 1845, escribió
despectivamente sobre la idea de familia como unidad básica de la sociedad. El
concepto básico de la “Teoría Crítica”
es el siguiente: la necesidad de quebrar la familia contemporánea. Los
principales expertos del Instituto proclamaban que
“Incluso
una interrupción parcial de la autoridad paterna en la familia podría tender a
aumentar la disposición de la generación venidera a aceptar el cambio social”.
Siguiendo a Karl Marx, la Escuela enfatizó la manera en
que la “personalidad autoritaria” es
producto de la familia patriarcal –Marx había escrito en términos muy
despectivos sobre la idea de que la familia fuera la unidad básica de la
sociedad. Todo esto allanó el camino para la lucha contra el género masculino
que promovía Marcuse bajo la apariencia
de la “liberación femenina” y por medio
del movimiento de la Nueva Izquierda en la década de 1960.
De esta forma se propusieron transformar nuestra cultura
en una en que dominaran las mujeres. En 1933, Wilhelm Reich, uno de los miembros, escribió en The Mass Psychology of Fascism
(Psicología de las masas del Fascismo), que el matriarcado era el único tipo genuino de familia de la “sociedad natural”. Eric Fromm también fue un activo defensor de la
teoría matriarcal. La masculinidad y la feminidad, sostiene, no eran reflejo de
las diferencias sexuales “esenciales”, como habían pensado los románticos, sino
que se originaban en las diferentes funciones en la vida, que en parte estaban
determinadas socialmente. Su dogma fue el precedente de las declaraciones del
feminismo radical, las que hoy en día aparecen en casi todos los periódicos y
programas de televisión de mayor difusión.
Los revolucionarios sabían exactamente lo que querían
hacer y cómo hacerlo. Y lo lograron con éxito.
LA EDUCACIÓN.
Lord Bertrand Russell se unió a la Escuela de Frankfurt ,
en sus esfuerzos por lograr una ingeniería social masiva y levantó la perdiz en
el libro que escribió en 1951, The
Impact of Science on Society (Impacto de la ciencia en la sociedad). En él
sostiene que “la fisiología y la
psicología proporcionan campos para la técnica científica que aún no se ha
desarrollado”. La importancia de la psicología de las masas “ha aumentado enormemente gracias al
crecimiento de los métodos modernos de propaganda. De estos, el más influyente
es lo que llamamos ‘educación’. Los psicólogos sociales del futuro tendrán a
cargo un número importante de clases en los colegios sobre los que probarán
diferentes métodos para producir la inquebrantable convicción de que la nieve
es de color negro. Pronto se llegarán a varios resultados. En primer lugar, que
la influencia del hogar pone obstáculos. Segundo, no se puede hacer mucho a menos
que el adoctrinamiento comience antes de los diez años. Tercero, las letras de las
canciones, entonadas en forma repetitiva son muy efectivas. Cuarto, la opinión
que la nieve es blanca se la debe presentar como un gusto patológico para
excéntricos. Pero, me estoy anticipando, les toca a los científicos del futuro
hacer estas máximas concretas y descubrir exactamente cuánto cuesta por cabeza hacer
que el niño crea que la nieve es negra, y cuánto menos costaría hacerles creer
que es de color gris oscuro. Cuándo las técnicas se hayan perfeccionado, los
gobiernos que estuvieron a cargo de la educación de una generación, serán
capaces de controlar firmemente a sus súbditos sin la necesidad de ejércitos ni
de la policía”.
En un artículo de 1992, en Fidelio Magazine, The
Frankfurt School and Political Correctness (La Escuela de Frankfurt y lo
políticamente correcto), Michael
Minnicino observó la manera en que los herederos de Marcuse y Adorno
actualmente dominan completamente las universidades, “enseñando a sus propios
alumnos a reemplazar el razonamiento por el ejercicio ritual de lo
‘Políticamente correcto’”. Existen muy pocos libros de teoría del arte,
literatura e idioma publicado en EEUU y Europa en los que no se reconozcan
abiertamente deudores de la Escuela de
Frankfurt. La caza de brujas en los campus de la actualidad es tan sólo la
implementación del concepto de Marcuse
de “tolerancia represiva” –tolerancia
para los movimientos izquierdistas, pero intolerancia para los de la derecha-
puesto en vigencia por los alumnos de la Escuela de Frankfurt”.
LAS DROGAS.
El Dr. Timothy
Leary nos facilitó otra visión de lo que había en la mente de la Escuela de Frankfurt en el relato que
realiza sobre el trabajo del Proyecto de Drogas Psicodélicas de la Universidad
de Harvard: “Flashback”. Cita una
conversación que tuvo con Aldous Huxley: “Estas drogas cerebrales,
producidas en masa en los laboratorios, traerán un inmenso cambio en la
sociedad. Ello sucederá con o sin mi consentimiento ni del suyo. Todo lo que podemos
hacer es propagarlas. El obstáculo para esta evolución, Timothy, es la Biblia”.
Luego Leary continúa: “tenemos que
enfrentarnos con el compromiso judeo-cristiano de un solo Dios, de una
religión, de una realidad que ha maldecido a Europa por siglos y a EEUU desde
su fundación. Las drogas que abren las mentes a múltiples realidades
inevitablemente conducen a una visión politeísta del universo. Presentimos que
ha llegado el momento de una nueva religión basada en la inteligencia, el
pluralismo afable y el paganismo científico”.
R. Nevitt
Sanford, uno de los directores del proyecto de Personalidad
Autoritaria, jugó un papel preponderante en el uso de las drogas
psicodélicas. En 1965 escribió en una edición de un libro de la editorial del
Instituto Tavistock de Inglaterra: “La
nación parece estar fascinada con los cerca de 40.000 adictos a las drogas, que
son vistas como personas alarmantemente incontrolables, que deben ser
contenidas a toda costa, a través de costosas actividades policiales.
Únicamente un puritanismo preocupado podría apoyar la práctica de concentrarse
en los adictos a las drogas (en vez de
hacerlo con los 5 millones de alcohólicos que hay en nuestro país) y tratarlo como un problema policial en
vez de considerarlo un problema médico, mientras reprime las drogas que no son
nocivas como la marihuana y el peyote junto con las que son peligrosas”. Los
destacados propagandistas del actual lobby de las drogas basan su argumento
para obtener la legalización en la charlatanería científica repetida durante
todos estos años por el Dr. Sanford.
Dentro de los mencionados propagandistas se encuentra el
ateo multimillonario George Soros
que eligió, como uno de los programas nacionales, financiar todos los esfuerzos
para impedir la eficacia de la guerra contra las drogas, la que cuesta a EEUU
unos 37 mil millones de dólares anuales. El Centro Lindesmith respaldado por Soros, actuó como la voz que lidera a los estadounidenses que
quieren la despenalización del consumo de drogas. Soros es el “’Daddy
Warbucks’ de la legalización de las
drogas” afirmó Joseph Califano
(h) del Centro Nacional de adicciones y Abuso de Sustancias de la Universidad
de Columbia (TheNation, 2/9/1999).
LA MÚSICA, LA
TELEVISIÓN Y LA CULTURA POPULAR.
Theodor Adorno se convertiría en el jefe del centro de
“estudios musicales”, donde su Teoría de
la Música Moderna promovió la posibilidad de liberar la música atonal (3) y
otras músicas populares como armas para destruir la sociedad, así como otras
formas degeneradas de música para promover la enfermedad mental. Dijo que
podría destruir EEUU con el uso de la radio y la televisión para promover una
cultura del pesimismo y la desesperanza. A fines de la década del 30, Adorno,
-junto con Horkheimer- había emigrado a Hollywood.
También la expansión de los juegos violentos de video
colabora en gran medida con los objetivos de la Escuela.
EL SEXO.
Alan Bloom, en su libro The Closing of de American Mind (La
estrechez de la mentalidad estadounidense), observó como Marcuse atrajo a los universitarios de los años 60 con una
combinación de Marx y Freud. En Eros y Civilización y El Hombre
Unidimensional, Marcuse prometió que la superación del capitalismo y de su
falsa conciencia resultará en una sociedad donde sus mayores satisfacciones serán
sexuales. La música rock logra los mismos efectos en la juventud. La libertad
de expresión sexual, el anarquismo, la destrucción del inconsciente irracional
y el darles rienda suelta, es lo que tienen en común.
LOS MEDIOS DE
COMUNICACIÓN.
Los medios modernos de comunicación –especialmente con Arthur ‘Punch’ Sulzberger (h), quien en
1992 se hiciera cargo del New York Times-
están altamente inspirados en el estudio de La Personalidad Autoritaria (The Authoritarian Personality, Nueva
York, Harper, 1950), un clásico de la Escuela
de Frankfurt. En el libro Arrogance (Warner
Books, 1993), su autor Bernard Goldberg
–ex periodista de la CBS News- destacó
respecto de Sulzberger, que aun cree en todas esas nociones de los
60 sobre “la liberación” y el “hombre que cambia el mundo”… “De
hecho, esos años felices no han sido más que una continua marcha por el “Boulevard
de lo Políticamente Correcto”, con una sala de redacción ferozmente dedicada a
todo tipo de diversidad, excepto la intelectual”.
En 1953 el Instituto se volvió a instalar en la Universidad de Frankfurt. Adorno falleció en 1955 y Horkheimer en 1973. El Instituto de Investigación Social
siguió en pie, pero no asi lo que se conoció como la Escuela de Frankfurt. El “marxismo
cultural” que desde entonces se ha apoderado de nuestras escuelas y
universidades –el famoso “políticamente
correcto” que se encargó de destruir nuestros lazos familiares, nuestra
tradición católica y toda nuestra cultura- surgió de la Escuela de Frankfurt.
Estos intelectuales marxistas fueron quienes, más tarde,
durante las manifestaciones contra la guerra de Vietnam, acuñaron la frase “haz
el amor, no la guerra”; esos intelectuales fueron quienes promovieron la dialéctica de la crítica
“negativa”; esos teóricos fueron quienes soñaron con una utopía
donde gobernaban sus normas. Fue su concepción la que dio lugar a la actual
moda de reescribir la historia y a la moda
de la “deconstrucción”. Su slogan: “las diferencias sexuales son un contrato;
si te hace feliz, hazlo; hace la tuya”.
En un discurso a la Academia
Naval Estadounidense, en agosto de 1999, el Dr. Gerald L. Atkinson, comandante retirado de la Armada, en una
conferencia donde explicaba la Escuela
de Frankfurt recordó a su audiencia que la
“infantería de élite” de la Escuela
de Frankfurt fue la que introdujo las técnicas de “entrenamiento de la
sensibilidad” que se utilizan en las escuelas públicas desde hace 20 años (y
que hoy en día los militares norteamericanos también las usan para educar a sus
tropas sobre el “acoso sexual”). Durante
el entrenamiento de la “sensibilidad”
se aleccionó a los profesores no para que enseñen, sino para que “faciliten”. Las clases se convirtieron
asi en centros de autoevaluación, donde los niños hablan de sus propios
sentimientos subjetivos. Las mencionadas técnicas fueron diseñadas para convencer
a los niños de que ellos eran la única autoridad en sus propias vidas.
Atkinson añadió: “La
Personalidad Autoritaria”. Estudiada por la Escuela de Frankfurt entre los años 1940 y 1950 en EEUU, preparó el
camino para la subsecuente batalla contra el género masculino promovida por Herbert Marcuse y su tanda de
revolucionarios sociales bajo la máscara de “la liberación de la mujer” y el movimiento de la Nueva Izquierda de la década de 1960.
La prueba de que las técnicas psicológicas para cambiar la personalidad buscan
la castración del hombre estadounidense, es proporcionada por Abraham Maslow, fundador de la Tercera Fuerza de la Psicología Humanista y
promotor de la clase psicoterapéutica, quien escribió que “… el
próximo paso en la revolución personal es la trascendencia de la masculinidad y
la feminidad a un humanismo general”.
El 17 de abril de 1962, Maslow dio clases a un grupo de religiosas del Sagrado Corazón,
colegio católico de mujeres en Massachusetts.
Anotó en su diario el éxito que había tenido la charla, lo que le pareció
preocupante. “No deberían aplaudirme”,
escribió, “deberían atacarme”. Si fueran totalmente conscientes de lo que
estoy haciendo, deberían atacarme”.
LA RED.
En su folleto
“Ingeniería sexual y social” (Sex&Social Engineering; Family Education
Trust, 1994 (, Valerie Riches
observó como a fines de los 1960 y a principios de los 1970, se hicieron intensivas
campañas parlamentarias que provenían de un gran número de organizaciones en el
campo del control de la natalidad (léase anticoncepción, aborto,
esterilización). “Desde el análisis de
sus informes anuales, era evidente que un número relativamente pequeño de gente
se encontraba involucrada en grado sorprendente en una variedad de grupos de
presión. Esta red no se encontraba únicamente ligada por individuos, sino
también por fondos, ideología, y en ocasiones, por discursos; también la
apoyaban intereses creados, y subsidios, en algunos casos de dependencias del
gobierno. En el centro de la red se encontraba la Asociación de Planificación
Familiar (FPA) con su propia colección
de filiales. Lo que salió a luz fue una estructura poderosa con enorme
influencia”.
“Otras
investigaciones más profundas revelan que la red, de hecho se extiende más
allá, la eugenesia, el control de la
natalidad, reformas legales del derecho familiar y sexual, educación sexual y para
la salud. Sus tentáculos se extendieron hasta las editoriales, los establecimientos
de investigaciones, de educación y médicos, las organizaciones para la mujer y
guías para el matrimonio –en cualquier lugar donde se pudiera llegar a influir.
Parecería que ejerce una gran influencia en los medios de comunicación y sobre
los funcionarios permanentes que se encontraban en ministerios importantes del
gobierno, sin guardar proporción con los números involucrados”.
“Durante nuestra
investigación, un disertante del simposio de Educación Sexual de Liperpool
resumió las tácticas de educación sexual con las siguientes palabras: “si no
introducimos la educación sexual, los niños seguirán simplemente las convicciones
de sus padres”. En poco tiempo quedó en evidencia el hecho de que la educación
sexual sería el vehículo de los mercachifles del humanismo secular”.
“No obstante, en
ese momento, el poder de la red y todas las consecuencias de su actividad no se
comprendieron completamente. Se creía que la situación se reducía a Gran
Bretaña.
Las repercusiones
internacionales no se habían comprendido”.
Poco después, se
publicó un pequeño libro con el enigmático título de “El hombre detrás de
Hitler- Advertencia alemana para el mundo”. Su tesis decía que el movimiento de
la eugenesia, que ganó popularidad en el siglo veinte, pasó a la clandestinidad
luego del holocausto nazi, pero que aun se encontraba activo y funcionaba por
medio de organizaciones que promovían el aborto, la eutanasia, la
esterilización, la salud mental, etc. El autor exhorta a sus lectores a mirar
dentro de su país y en los países vecinos, ya que seguramente se encontrarían
con que los miembros y los comités de esas organizaciones se entrecruzan en
gran medida”.
“Otros libros y
diarios de fuentes independientes confirmaron más tarde la situación… Se
publicó en EEUU un sorprendente libro que documentaba las actividades del
Consejo Estadounidense de Información y Educación Sexual (SIECUS). Llevaba el
título de “The SIECUS Circle, a Humanist Revolution”. SIECUS fue fundado en 1963
y sin perder tiempo se dedicó a un programa de ingeniería social por medio de la
educación sexual en los colegios. Su primer director ejecutivo fue Mary
Calderone, quien también estaba muy ligada con la Planned Parenthood
(Paternidad Responsable), la equivalente
norteamericana de la FPA británica. Conforme al SIECUS, Calderone apoya los sentimientos
y las teorías de la humanista Rudolph
Dreikus, tales como:
. Fusionar o
revertir los sexos o roles de cada sexo.
. Liberar a los
niños de sus familias.
.Abolir la
familia tal como se la conoce”.
En el libro “La
mente sitiada”, los autores Tim La Haye
y David A. Noebel confirmaron los
hallazgos de Riches sobre la red
internacional. “Las autoridades
principales del Humanismo Secular pueden ser descriptas como los miembros de un
equipo de béisbol: el lanzador es John Dewey; el receptor es Isaac Asimov; el
primera base es Paul Kurtz; segunda base es Corliss Lamont; la tercera base es
Bertrand Russell; el parador corto es Julian Huxley; el exterior izquierdo es
Richard Dawkins; la exterior central es Margaret Sanger; el exterior derecho es
Carl Rogers; el manager es ‘el cristianismo para los perdedores ’ Ted Turner;
la bateadora titular es Mary Calderone; entre los jugadores del cuadro interior
se encuentran los cientos que aparecen al final del Manifiesto Humanista I y II
que incluyen a Eugenia Scott, Alfred Kinsey, Abraham Muslow, Erich Fromm, Rollo
May y Betty Friedman”.
“En las gradas
vemos sentados a los patrocinadores u organizadores que la sostienen, como… la
Escuela de Frankfurt; el ala izquierda del partido demócrata; los
Social-Demócratas de EEUU; las universidades de Yale, Harvard, Minesota y
California (Berkeley); más otros dos mil colegios y universidades más”.
Un práctico ejemplo de como el maremoto del pensamiento
de Maslow está envolviendo las
escuelas inglesas se revela en el artículo de la British National Association of Catholic Families (NACf), donde James Baffrey alerta sobre el programa
de Ciudadanía (PSHE), materia dentro
del plan de estudios en Inglaterra e Irlanda del Norte; programa que poco
tiempo después sería redactado como el Programa
de Educación Nacional. La clave está
en la ‘elección’ de palabras que se repiten con frecuencia en la documentación
de Ciudadanía y el gran énfasis que se pone en las discusiones de los alumnos y
en la ‘clarificación’ de sus propios puntos de vistas, valores y elecciones
respecto a cualquier tema. Esto no es más que el concepto de ‘Clarificación de
Valores’ –concepto anatema para el catolicismo, o por cierto también, para el
judaísmo e islamismo”.
“Los primeros en
aplicar este concepto fueron los psicólogos William Coulson, Carl Rogers y
Abraham Maslow, en California en los 1960. Se basaba en la psicología
humanista, conforme a la cual los pacientes fueron considerados como los únicos
jueces de sus actos y su comportamiento moral. Una vez aplicadas las técnicas
de ‘Clarificación de Valores’ los psicólogos lo introdujeron en las escuelas y
otras instituciones como conventos y seminarios –con resultados desastrosos.
Los conventos se vaciaron, los religiosos perdieron sus vocaciones y hubo una
pérdida de fe en Dios al por mayor. ¿Porqué? Porque las instituciones católicas
se fundan en creencias absolutas como el Credo y los Diez Mandamientos. La
‘Clarificación de Valores’ supone un relativismo moral en que no existe el bien
o mal absoluto, ni la dependencia de Dios”.
“Este mismo
sistema está siendo introducido en las mentes vulnerables de los niños y
adolescentes desde el 2000 en adelante. La filosofía subyacente en la
‘Clarificación de Valores’ sostiene que los profesores que promueven virtudes
como la honestidad, la justicia o la
castidad están adoctrinando a los niños, lo que ‘viola’ su libertad moral. Se
exhorta a los niños a sentirse libres de elegir sus propios valores; el
profesor debe limitarse a ’facilitar’ y debe evitar todo moralismo o crítica.
Tal lo comentaba hace poco un abogado sobre las tendencias preocupantes de la
educación australiana. El tema principal de la ‘clarificación de valores’ es
que no existen valores buenos o malos. La educación en los valores no intenta
identificar o transmitir los valores ‘buenos’ que enseña la Iglesia,
especialmente la Encíclica Evangelium Vitae”.
A falta de una
clara orientación moral, naturalmente los niños toman decisiones basándose en
sus sentimientos. Con la gran presión de sus compañeros y liberados de los
valores provenientes de fuente divina, aseguran que los ‘valores compartidos”
caen al más bajo común denominador. Las alusiones al medioambiente ‘sustentable’
llevan a crear una mentalidad donde tienen cabida los argumentos antivida para
el control de la natalidad y son presentados como obligatorios y deseables. De
igual manera las “decisiones informadas’ respecto a la salud y estilos de vida
son eufemismos de actitudes antiéticas para la visión cristiana de la
maternidad, la paternidad, el sacramente del matrimonio y la vida familiar. La
‘Clarificación de valores’ es secreta y poderosa; apuntala toda la base de
‘Ciudadanía’ (PSHE) y pronto se introducirá como ley en Gran Bretaña. Otorgará
a los jóvenes valores seculares y los imbuirá con la actitud de que ellos solos
serán la máxima autoridad y los jueces de sus propias vidas. Ningún colegio
católico podrá incluir materias nuevas como se estipula en el ‘Programa de
Estudio del 2000’ dentro de un plan de estudio actual. William Coulson
reconoció el daño psicológico de las técnicas de Roger ocasionadas en los
jóvenes y las rechazó, de allí que dedico su vida a denunciar sus peligros”.
¿No deberían las autoridades de la educación católica hacer
lo mismo, de la misma manera que ‘Ciudadanía’
hace su propuesta mortal?
Si permitimos que continúe la subversión de valores que
proponen y que prosperen sus intereses, en las futuras generaciones perderemos
todo aquello que nos fue legado por nuestros ancestros, y por los cuales
sufrieron y murieron. Estamos advertidos, señala Atkinson. Una lectura de la historia (todo se encuentra en las
principales crónicas históricas), nos muestra que estamos a punto de perder
nuestro bien más preciado: la libertad individual.
“Lo que estamos
experimentando actualmente” escribe Philip
Trower en una carta al autor, “es
una mezcla de dos escuelas de pensamiento: la Escuela de Frankfurt y la
tradición liberal que se remonta al Iluminismo del siglo XVIII. La Escuela de Frankfurt tiene, desde ya, su origen
en el Iluminismo del siglo XVIII. No obstante, como el marxismo de Lenin, es un
movimiento disidente. Los objetivos inmediatos del liberalismo clásico y de la
Escuela de Frankfurt fueron esencialmente los mismos (véanse los once puntos
mencionados más arriba) aunque el objetivo último es diferente. Los liberales
aspiran a ‘mejorar’ y ‘perfeccionar‘ la cultura occidental; la Escuela de
Frankfurt, en cambio, procura su destrucción”.
“En
contraposición a los marxistas de línea dura, la Escuela de Frankfurt no hace
planes para el futuro. Sin embargo parece ser mucho más previsora que los
secularistas y liberales clásicos. Al menos ven que la desviación moral que
promueven, terminará por hacer imposible o intolerable la vida en sociedad.
Pero esto, plantea un gran signo de interrogación respecto a cómo será el
futuro dirigido por ellos”.
Mientras tanto la Revolución
Silenciosa sigue su marcha.
Notas del
Director:
1.- Ralph de Toledano; autor de “Cry Havoc!”; uno de los más
renombrados periodistas norteamericanos de origen judío sefardí (Marruecos). De
socialista se convirtió en conservador y ayudó a fundar el National Review. En Cry
Havoc!, su último libro –que premeditadamente esperó para publicarlo muy
poco tiempo antes de su muerte, en febrero de 2007- Toledano documenta con detalles cómo una camarilla de
intelectuales, burócratas de la educación y políticos, manipulados por una bien
financiada conspiración mundial, organizó la estrategia para socavar el sistema
norteamericano. Asigna la principal responsabilidad de esta situación a la Escuela de Frankfurt, basándose en
importante documentación que fue recogiendo a lo largo de su vida, asi como de
personalidades de la vida pública norteamericana.
2.- Debe agregarse
a esta lista a Sigmund Freud, quien
realizó el importante aporte de sus teorías psicoanalíticas.
3.-Música “atonal”: la atonalidad (del griego a: sin y el español tonalidad) es el sistema
musical que prescinde de toda relación de los tonos de una obra con un tono
fundamental y de todos los lazos armónicos y funcionales de su melodía y
acordes, no estando sujeto a las normas de la tonalidad. Generalmente el
sistema opuesto al atonalismo no se llama tonalismo sino sistema tonal”.
Más
específicamente, el término describe la música que no se ajusta al sistema de
jerarquías tonales que caracterizaba el sonido de la música europea entre el
siglo XVII y primeros años del XX. Generalmente son atonales la mayoría de las
composiciones de música artística compuesta desde 1900 hasta nuestros días,
donde la jerarquía de los centros tonales no se usa como manera principal de
organizar un trabajo. El sistema tonal es el sustrato en que se basaron todos
los compositores entre 1600 y 1900. En esas obras musicales existe un sonido
que actúa como centro de atracción de toda la obra. Aunque en el transcurso de
la misma se haya cambiado muchas veces de centro tonal por medio de
modulaciones, por convención hacia el final siempre prevalecía la fuerza de ese
núcleo original y la composición terminaba al llegar a la tónica, o sea al
sonido de atracción.*
¿Destruir la civilización cristiana?, Dios no lo permita.
ResponderEliminar