viernes, 8 de mayo de 2020


LA ESCUELA DE FRANKFURT”

¡¡¡Leer con atención!!!

¿Qué pretende la Escuela de Frankfurt? En pocas palabras, sus integrantes, todos judíos, manifiestan que se proponen, a largo plazo, aplicando la “revolución cultural”, atea, progresista, comunista y freudiana:

“Corromper occidente de manera tal que apestará”

Corromper lo que subsiste  del “occidente” cristiano, por supuesto. Con el apoyo de multimillonarios judeo-comunistas,  los gobiernos sometidos, -tanto de “izquierda” como de  “derecha”-,   embozan sus intenciones para embaucar a los imbéciles, y esclavizarlos, con los principios morales divulgados por la Escuela de Frankfurt.                                                                                                                                                                                       Actualmente están a punto de arrancar totalmente las virtudes teologales a la humanidad; (y aún las cardinales); abandonando al hombre en un escepticismo desesperanzador, que paraliza su necesaria e indispensable reacción contra su sometimiento. Sin voluntad enhiesta para reaccionar, y con la inteligencia confusa e inerte, nunca sabrán que vegetan bajo unos amos destructores, que los arrean a pastar en el potrero verde de la degradación.                                                                                        Es tal la imbecilidad del  “televidente” que, sépanlo o no, son esclavos entretenidos,  complacidos de estar sumergidos en un abyecto hedonismo, que los arrastrará al fondo del abismo donde reina el resentimiento y el odio, fruto de la miseria moral y material que provocó la Escuela de Frankfurt.                                                                                                                                                                                 Desde allí, dicen estos ‘filósofos’ satánicos, de esa  corrupción moral, de ese resentimiento, de ese odio, surgirán los redentores que, mediante  la revolución libertaria,  dominarán férreamente el mundo, y destruirán los últimos vestigios de la civilización cristiana; desapareciendo de la memoria de los hombres la posibilidad de restaurar el esplendor de la Ciudad católica.

A continuación reproduzco un excelente artículo, del señor Timothy Mathews, “La Escuela de Frankfurt: conspiración para corromper”, publicado en “PATRIA ARGENTINA” Nº 162, XI/2010.

S



atanás se ocupa de mantener escondida la mayor parte de su obra en este mundo. Sin embargo se lanzaron dos pequeños rayos de luz sobre su acción, según lo creo, no hace mucho. El primero, un artículo breve de la revista Association of Catholic Women´s (ACW- Asociación de Mujeres Católicas); el segundo, un comentario de un sacerdote en Rusia (lo que al principio me sorprendió), quien afirmó que ahora, en Occidente, vivimos en una sociedad comunista. Estos destellos de luz ayudan, especialmente, a explicar la arremetida de funcionarios oficiales que en muchos países del mundo lograron, con tanto éxito, quitarles a los padres el derecho de ser los primeros educadores y protectores de sus hijos.

La revista ACW examinó el trabajo corrosivo de la “Escuela de Frankfurt” –un grupo de académicos germanos-estadounidenses que desarrollaron perspectivas altamente provocativas y originales en la sociedad y en la cultura contemporánea, recurriendo a Hegel, Marx, Nietzsche, Freud y Webwe. No es que su idea de una “revolución cultural” fuera particularmente nueva.

 El Conde Joseph de Maistre (1753-1821), quien fuera masón durante quince años, escribió:  “Hasta ahora las naciones morían con las conquistas, es decir, por las invasiones, pero aquí surge el gran tema: una nación puede morir en su propia tierra, sin llegar a reinstalarse y sin invasión, permitiendo que las moscas de la descomposición corrompan, desde la misma médula, aquellos principios originales y constitutivos que hacen a la esencia de lo que es ella”. 


¿Qué fue la Escuela de Frankfurt? Bueno, en días posteriores a la Revolución Bolchevique en Rusia, se  creía que la revolución de los trabajadores se extendería a Europa y, finalmente a EEUU. Pero no fue así. Para fines de 1922 la Internacional Comunista (Komintern) comenzó a considerar las razones. Por iniciativa de Lenin se organizó una reunión en el Instituto Marx-Engels de Moscú.

La finalidad de la reunión era clarificar el concepto de una “revolución cultural marxista”, y ponerlo prontamente en marcha. Entre los presentes se encontraba Georg Lukacs (aristócrata húngaro, hijo de un banquero, que se hizo comunista durante la Primera Guerra Mundial; buen teórico marxista, desarrolló la idea de “Revolución y eros”- instinto sexual usado como instrumento de destrucción), y Willi Munzenberg (cuya solución propuesta fue “organizar a los intelectuales y usarlos para podrir la civilización occidental. Sólo entonces, luego de corromper todos los valores y hacer imposible la vida, podemos imponer la dictadura del proletariado”).

Ralph Toledano (1916-2007) (1)- autor conservador y cofundador de National Review- comentó la mencionada reunión en los siguientes términos: “Fue quizás más perjudicial para la civilización occidental que la misma Revolución Bolchevique”.

Lenin murió en 1924, sin embargo, para ese entonces, Stalin comenzó a ver a Munzenberg, Lukacs y a gente de similar pensamiento como “revisionistas”. En junio de 1940, Munzenberg  escapó al sur de Francia donde, bajo las ordenes de Stalin, un escuadrón de la muerte del NKVD lo capturó y colgó de un árbol.

Durante el verano de 1924, luego de que el V Congreso de la Internacional Comunista lo atacara por sus escritos, Lukacs se mudó a Alemania, donde encabezó la primera reunión de un grupo de sociólogos con orientación comunista, reunión que daría a luz la fundación de la Escuela de Frankfurt.

Esta “Escuela” (diseñada para poner en práctica su `programa revolucionario) comenzó en la Universidad de Frankfurt, en el Instituto für Sozialforschung. Para comenzar, Escuela e Instituto eran indistingibles. En 1923 Félix Weil (1898-1975) funda el Instituto y lo establece oficialmente. Weil nació en Argentina y a los 8 años lo enviaron al colegio a Alemania. Asistió a las Universidades de Tübingen y Frankfurt, donde obtuvo un doctorado en ciencias políticas. Durante sus estudios en esas universidades comenzó a interesarse cada vez más en el socialismo y el marxismo. Conforme al historiador e intelectual Martin Jay, el tema de su tesis fue “los problemas prácticos de la implementación del socialismo”.

Carl Grünberg, director del Instituto desde 1923 hasta 1929, fue un marxista confeso, a pesar de que el Instituto no tenía ninguna afiliación política oficial. No obstante en 1930 lo reemplazó Max Horkheimer que pensaba que las teorías de Marx debían ser la base de las investigaciones del Instituto. Cuando Hitler asumió el poder, el Instituto se cerró y sus miembros escaparon a EEUU, por varias rutas y migraron a las universidades estadounidenses más importantes – Columbia, Princeton, Brandeis y California, en Berkeley.

La Escuela incluía entre sus miembros al gurú de la Nueva Izquierda de los años 60: Herbert Marcuse (a quien el Papa Pablo VI denunciaría por su teoría de la liberación que “dio lugar al libertinaje disfrazado como libertad”); a Max Horkheimer, Theodor Adorno, al popular escritor Erich Fromm, Leo Lowenthal, y Jurgen Habermas (2) –quizás el representante más influyente de la Escuela.

FUNDAMENTOS, OBJETIVOS Y PRÁCTICAS DE LA “REVOLUCIÓN CULTURAL”.

Básicamente, la Escuela de Frankfurt creía que mientras el individuo tuviera la convicción –o incluso la esperanza de la Fe- de que el don divino de su razón podría resolver los problemas que enfrenta la sociedad, entonces, esa sociedad nunca alcanzaría el estado de desesperanza ni de alienación, los cuales son imprescindibles para iniciar la revolución socialista.
Su objetivo, por lo tanto, consistía en demoler lo más pronto posible el legado judeo-cristiano. Para ello necesitaban ejecutar la crítica destructiva más negativa posible de cada una de las esferas de la vida, la que sería diseñada para desestabilizar la sociedad y tirar abajo lo que ellos llaman el orden “opresor”. Sus políticas, según esperaban, se difundirían como un virus –“continuando con el trabajo de los marxistas occidentales por otros medios”, como lo señalara uno de los miembros.

A los efectos de promover el avance de su “tranquila” revolución cultural –sin darnos, no obstante, idea alguna de sus planes para el futuro- la Escuela de Frankfurt recomendó (entre otras cosas):

- LA INVENCIÓN DE DELITOS RACIALES.
    - EL CAMBIO CONTINUO PARA CREAR CONFUSIÓN.
- LA EDUCACIÓN SEXUAL Y SOBRE TODO LA HOMOSEXUALIDAD A LOS NIÑOS.
-LA DESTRUCCIÓN DE LA AUTORIDAD EN LOS COLEGIOS Y DE LOS PROFESORES.
-GRANDES MIGRACIONES PARA DESTRUIR LA IDENTIDAD.
-LA PROMOSIÓN DEL CONSUMO EXCESIVO DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS.
- EL VACIAMIENTO DE LAS IGLESIAS.
-UN SISTEMA LEGAL DESACREDITADO, CON PREJUICIOS CONTRA LAS VÍCTIMAS  DEL DELITO.
-DEPENDENCIA DEL ESTADO O DE LOS BENEFICIOS DEL ESTADO.
-CONTROL Y ESTUPIDIZACIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
-FOMENTAR LA DESINTEGRACIÓN DE LA FAMILIA.

Una de las ideas principales de la Escuela de Frankfurt consistía en explorar las ideas del “pansexualismo” de Sigmund Freud - búsqueda de placer, explotación de las diferencias entre sexos, quiebra de las relaciones tradicionales entre varón y mujer. Para promover sus objetivos se proponían:

*ATACAR LA AUTORIDADDEL PADRE, NEGAR LOS ROLES ESPECÍFICOS PATERNOS Y MATERNOS, Y ARREBATAR A LAS FAMILIAS SUS DERECHOS COMO    PRINCIPALES EDUCADORES DE SUS HIJOS.
*ELIMINAR LAS DIFERENCIAS DE LA EDUCACCIÓN DE LOS NIÑOS Y DE LAS NIÑAS.
*SUPRIMIR TODA FORMA DE DOMINACIÓN MASCULINA –DE AHÍ LA PRESENCIA DE LAS MUJERES EN LAS FUERZAS ARMADAS.
*DECLARAR QUE LAS MUJERES SON “LA CLASE OPRIMIDA” MIENTRAS QUE LOS HOMBRES “LA OPRESORA”.

 Munzenberg resumió la operación a largo plazo de la Escuela de Frankfurt de la siguiente manera: “CORROMPEREMOS OCCIDENTE DE MANERA TAL QUE APESTARÁ”.

La Escuela sostenía que había dos tipos de revoluciones: la política y la cultural. La revolución cultural demuele desde dentro. “Las formas modernas de sujeción son marcadas con suavidad”. Lo consideraban un proyecto a largo plazo y jamás perdían de vista el tema de la familia, la educación, los medios, el sexo y la cultura popular.

LA FAMILIA.
La “teoría crítica” de la Escuela enseñaba que “la personalidad autoritaria” es producto de la familia patriarcal –idea directamente conectada con el Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, de Engels, quien promovía el matriarcado. Ya Karl Marx había escrito en su “Manifiesto Comunista” sobre la noción radical de una “comunidad de mujeres” y en la Ideología Alemana de 1845, escribió despectivamente sobre la idea de familia como unidad básica de la sociedad. El concepto básico de la “Teoría Crítica” es el siguiente: la necesidad de quebrar la familia contemporánea. Los principales expertos del Instituto proclamaban      que  “Incluso una interrupción parcial de la autoridad paterna en la familia podría tender a aumentar la disposición de la generación venidera a aceptar el cambio social”.

Siguiendo a Karl Marx, la Escuela enfatizó la manera en que la “personalidad autoritaria” es producto de la familia patriarcal –Marx había escrito en términos muy despectivos sobre la idea de que la familia fuera la unidad básica de la sociedad. Todo esto allanó el camino para la lucha contra el género masculino que promovía Marcuse bajo la apariencia de la “liberación femenina” y por medio del movimiento de la Nueva Izquierda en la década de 1960.

De esta forma se propusieron transformar nuestra cultura en una en que dominaran las mujeres. En 1933, Wilhelm Reich, uno de los miembros, escribió en The Mass Psychology of Fascism (Psicología de las masas del Fascismo), que el matriarcado era el único tipo  genuino de familia de la “sociedad natural”. Eric Fromm también fue un activo defensor de la teoría matriarcal. La masculinidad y la feminidad, sostiene, no eran reflejo de las diferencias sexuales “esenciales”, como habían pensado los románticos, sino que se originaban en las diferentes funciones en la vida, que en parte estaban determinadas socialmente. Su dogma fue el precedente de las declaraciones del feminismo radical, las que hoy en día aparecen en casi todos los periódicos y programas de televisión de mayor difusión.

Los revolucionarios sabían exactamente lo que querían hacer y cómo hacerlo. Y lo lograron con éxito.

LA EDUCACIÓN.
Lord Bertrand Russell se unió a la Escuela de Frankfurt , en sus esfuerzos por lograr una ingeniería social masiva y levantó la perdiz en el libro que escribió en 1951, The Impact of Science on Society (Impacto de la ciencia en la sociedad). En él sostiene que “la fisiología y la psicología proporcionan campos para la técnica científica que aún no se ha desarrollado”. La importancia de la psicología de las masas “ha aumentado enormemente gracias al crecimiento de los métodos modernos de propaganda. De estos, el más influyente es lo que llamamos ‘educación’. Los psicólogos sociales del futuro tendrán a cargo un número importante de clases en los colegios sobre los que probarán diferentes métodos para producir la inquebrantable convicción de que la nieve es de color negro. Pronto se llegarán a varios resultados. En primer lugar, que la influencia del hogar pone obstáculos. Segundo, no se puede hacer mucho a menos que el adoctrinamiento comience antes de los diez años. Tercero, las letras de las canciones, entonadas en forma repetitiva son muy efectivas. Cuarto, la opinión que la nieve es blanca se la debe presentar como un gusto patológico para excéntricos. Pero, me estoy anticipando, les toca a los científicos del futuro hacer estas máximas concretas y descubrir exactamente cuánto cuesta por cabeza hacer que el niño crea que la nieve es negra, y cuánto menos costaría hacerles creer que es de color gris oscuro. Cuándo las técnicas se hayan perfeccionado, los gobiernos que estuvieron a cargo de la educación de una generación, serán capaces de controlar firmemente a sus súbditos sin la necesidad de ejércitos ni de la policía”.

En un artículo de 1992, en Fidelio Magazine, The Frankfurt School and Political Correctness (La Escuela de Frankfurt y lo políticamente correcto), Michael Minnicino observó la manera en que los herederos de Marcuse y Adorno actualmente dominan completamente las universidades, “enseñando a sus propios alumnos a reemplazar el razonamiento por el ejercicio ritual de lo ‘Políticamente correcto’”. Existen muy pocos libros de teoría del arte, literatura e idioma publicado en EEUU y Europa en los que no se reconozcan abiertamente deudores de la Escuela de Frankfurt. La caza de brujas en los campus de la actualidad es tan sólo la implementación del concepto de Marcuse de “tolerancia represiva” –tolerancia para los movimientos izquierdistas, pero intolerancia para los de la derecha- puesto en vigencia por los alumnos de la Escuela de Frankfurt”.

LAS DROGAS.
 El Dr. Timothy Leary nos facilitó otra visión de lo que había en la mente de la Escuela de Frankfurt en el relato que realiza sobre el trabajo del Proyecto de Drogas Psicodélicas de la Universidad de Harvard: “Flashback”. Cita una conversación que tuvo con  Aldous Huxley: “Estas drogas cerebrales, producidas en masa en los laboratorios, traerán un inmenso cambio en la sociedad. Ello sucederá con o sin mi consentimiento ni del suyo. Todo lo que podemos hacer es propagarlas. El obstáculo para esta evolución, Timothy, es la Biblia”. Luego Leary continúa: “tenemos que enfrentarnos con el compromiso judeo-cristiano de un solo Dios, de una religión, de una realidad que ha maldecido a Europa por siglos y a EEUU desde su fundación. Las drogas que abren las mentes a múltiples realidades inevitablemente conducen a una visión politeísta del universo. Presentimos que ha llegado el momento de una nueva religión basada en la inteligencia, el pluralismo afable y el paganismo científico”.

R. Nevitt Sanford, uno de los directores del proyecto de Personalidad Autoritaria, jugó un papel preponderante en el uso de las drogas psicodélicas. En 1965 escribió en una edición de un libro de la editorial del Instituto Tavistock de Inglaterra: “La nación parece estar fascinada con los cerca de 40.000 adictos a las drogas, que son vistas como personas alarmantemente incontrolables, que deben ser contenidas a toda costa, a través de costosas actividades policiales. Únicamente un puritanismo preocupado podría apoyar la práctica de concentrarse en los adictos a las drogas (en vez de  hacerlo con los 5 millones de alcohólicos que hay en nuestro  país) y tratarlo como un problema policial en vez de considerarlo un problema médico, mientras reprime las drogas que no son nocivas como la marihuana y el peyote junto con las que son peligrosas”. Los destacados propagandistas del actual lobby de las drogas basan su argumento para obtener la legalización en la charlatanería científica repetida durante todos estos años por el Dr. Sanford.

Dentro de los mencionados propagandistas se encuentra el ateo multimillonario George Soros que eligió, como uno de los programas nacionales, financiar todos los esfuerzos para impedir la eficacia de la guerra contra las drogas, la que cuesta a EEUU unos 37 mil millones de dólares anuales. El Centro Lindesmith respaldado por Soros, actuó como la voz que lidera a los estadounidenses que quieren la despenalización del consumo de drogas. Soros es el “’Daddy Warbucks’ de la legalización de las  drogas” afirmó Joseph Califano (h) del Centro Nacional de adicciones y Abuso de Sustancias de la Universidad de Columbia (TheNation, 2/9/1999).

LA MÚSICA, LA TELEVISIÓN Y LA CULTURA POPULAR.
Theodor Adorno se convertiría en el jefe del centro de “estudios musicales”, donde su Teoría de la Música Moderna promovió la posibilidad de liberar la música atonal (3) y otras músicas populares como armas para destruir la sociedad, así como otras formas degeneradas de música para promover la enfermedad mental. Dijo que podría destruir EEUU con el uso de la radio y la televisión para promover una cultura del pesimismo y la desesperanza. A fines de la década del 30, Adorno, -junto con Horkheimer- había emigrado a Hollywood.
También la expansión de los juegos violentos de video colabora en gran medida con los objetivos de la Escuela.

EL SEXO.
Alan Bloom, en su libro The Closing of de American Mind (La estrechez de la mentalidad estadounidense), observó como Marcuse atrajo a los universitarios de los años 60 con una combinación de Marx y Freud. En Eros y Civilización y El Hombre Unidimensional, Marcuse prometió que la superación del capitalismo y de su falsa conciencia resultará en una sociedad donde sus mayores satisfacciones serán sexuales. La música rock logra los mismos efectos en la juventud. La libertad de expresión sexual, el anarquismo, la destrucción del inconsciente irracional y el darles rienda suelta, es lo que tienen en común.

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
Los medios modernos de comunicación –especialmente con Arthur ‘Punch’ Sulzberger (h), quien en 1992 se hiciera cargo del New York Times- están altamente inspirados en el estudio de La Personalidad Autoritaria (The Authoritarian Personality, Nueva York, Harper, 1950), un clásico de la Escuela de Frankfurt. En el libro Arrogance (Warner Books, 1993), su autor Bernard Goldberg –ex periodista de la CBS News- destacó respecto de Sulzberger,  que aun cree en todas esas nociones de los 60 sobre “la liberación” y el “hombre que cambia el mundo”… “De hecho, esos años felices no han sido más que una continua marcha por el “Boulevard de lo Políticamente Correcto”, con una sala de redacción ferozmente dedicada a todo tipo de diversidad, excepto la intelectual”.
En 1953 el Instituto se volvió a instalar en la Universidad de Frankfurt. Adorno falleció en 1955 y Horkheimer en 1973. El Instituto de Investigación Social siguió en pie, pero no asi lo que se conoció como la Escuela de Frankfurt. El “marxismo cultural” que desde entonces se ha apoderado de nuestras escuelas y universidades –el famoso “políticamente correcto” que se encargó de destruir nuestros lazos familiares, nuestra tradición católica y toda nuestra cultura- surgió de la Escuela de Frankfurt.

Estos intelectuales marxistas fueron quienes, más tarde, durante las manifestaciones contra la guerra de Vietnam, acuñaron la frase “haz el amor, no la guerra”; esos intelectuales fueron quienes  promovieron la dialéctica de la crítica  “negativa”; esos teóricos fueron quienes soñaron con una utopía donde gobernaban sus normas. Fue su concepción la que dio lugar a la actual moda  de reescribir la historia y a la moda de la “deconstrucción”. Su slogan: “las diferencias sexuales son un contrato; si te hace feliz, hazlo; hace la tuya”.

En un discurso a la Academia Naval Estadounidense, en agosto de 1999, el Dr. Gerald L. Atkinson, comandante retirado de la Armada, en una conferencia donde explicaba la Escuela de Frankfurt recordó a su audiencia que la  “infantería de élite” de la Escuela de Frankfurt fue la que introdujo las técnicas de “entrenamiento de la sensibilidad” que se utilizan en las escuelas públicas desde hace 20 años (y que hoy en día los militares norteamericanos también las usan para educar a sus tropas sobre el “acoso sexual”).  Durante el entrenamiento de la “sensibilidad” se aleccionó a los profesores no para que enseñen, sino para que “faciliten”. Las clases se convirtieron asi en centros de autoevaluación, donde los niños hablan de sus propios sentimientos subjetivos. Las mencionadas técnicas fueron diseñadas para convencer a los niños de que ellos eran la única autoridad en sus propias vidas.

Atkinson añadió: “La Personalidad Autoritaria”. Estudiada por la Escuela de Frankfurt entre los años 1940 y 1950 en EEUU, preparó el camino para la subsecuente batalla contra el género masculino promovida por Herbert Marcuse y su tanda de revolucionarios sociales bajo la máscara de “la liberación de la mujer” y el movimiento de la Nueva Izquierda de la década de 1960. La prueba de que las técnicas psicológicas para cambiar la personalidad buscan la castración del hombre estadounidense, es proporcionada por Abraham Maslow, fundador de la Tercera Fuerza de la Psicología Humanista y promotor de la clase psicoterapéutica, quien escribió que  “… el próximo paso en la revolución personal es la trascendencia de la masculinidad y la feminidad a un humanismo general”.

El 17 de abril de 1962, Maslow dio clases a un grupo de religiosas del Sagrado Corazón, colegio católico de mujeres en Massachusetts. Anotó en su diario el éxito que había tenido la charla, lo que le pareció preocupante. “No deberían aplaudirme”, escribió, “deberían atacarme”. Si fueran totalmente conscientes de lo que estoy haciendo, deberían atacarme”.

LA RED.
En su folleto “Ingeniería sexual y social” (Sex&Social Engineering; Family Education Trust, 1994 (, Valerie Riches observó como a fines de los 1960 y a principios de los 1970, se hicieron intensivas campañas parlamentarias que provenían de un gran número de organizaciones en el campo del control de la natalidad (léase anticoncepción, aborto, esterilización). “Desde el análisis de sus informes anuales, era evidente que un número relativamente pequeño de gente se encontraba involucrada en grado sorprendente en una variedad de grupos de presión. Esta red no se encontraba únicamente ligada por individuos, sino también por fondos, ideología, y en ocasiones, por discursos; también la apoyaban intereses creados, y subsidios, en algunos casos de dependencias del gobierno. En el centro de la red se encontraba la Asociación de Planificación Familiar (FPA)  con su propia colección de filiales. Lo que salió a luz fue una estructura poderosa con enorme influencia”.

“Otras investigaciones más profundas revelan que la red, de hecho se extiende más allá, la eugenesia, el control  de la natalidad, reformas legales del derecho familiar y sexual, educación sexual y para la salud. Sus tentáculos se extendieron hasta las editoriales, los establecimientos de investigaciones, de educación y médicos, las organizaciones para la mujer y guías para el matrimonio –en cualquier lugar donde se pudiera llegar a influir. Parecería que ejerce una gran influencia en los medios de comunicación y sobre los funcionarios permanentes que se encontraban en ministerios importantes del gobierno, sin guardar proporción con los números involucrados”.

“Durante nuestra investigación, un disertante del simposio de Educación Sexual de Liperpool resumió las tácticas de educación sexual con las siguientes palabras: “si no introducimos la educación sexual, los niños seguirán simplemente las convicciones de sus padres”. En poco tiempo quedó en evidencia el hecho de que la educación sexual sería el vehículo de los mercachifles del humanismo secular”.

“No obstante, en ese momento, el poder de la red y todas las consecuencias de su actividad no se comprendieron completamente. Se creía que la situación se reducía a Gran Bretaña.
Las repercusiones internacionales no se habían comprendido”.

Poco después, se publicó un pequeño libro con el enigmático título de “El hombre detrás de Hitler- Advertencia alemana para el mundo”. Su tesis decía que el movimiento de la eugenesia, que ganó popularidad en el siglo veinte, pasó a la clandestinidad luego del holocausto nazi, pero que aun se encontraba activo y funcionaba por medio de organizaciones que promovían el aborto, la eutanasia, la esterilización, la salud mental, etc. El autor exhorta a sus lectores a mirar dentro de su país y en los países vecinos, ya que seguramente se encontrarían con que los miembros y los comités de esas organizaciones se entrecruzan en gran medida”.

“Otros libros y diarios de fuentes independientes confirmaron más tarde la situación… Se publicó en EEUU un sorprendente libro que documentaba las actividades del Consejo Estadounidense de Información y Educación Sexual (SIECUS). Llevaba el título de “The SIECUS Circle, a Humanist Revolution”. SIECUS fue fundado en 1963 y sin perder tiempo se dedicó a un programa de ingeniería social por medio de la educación sexual en los colegios. Su primer director ejecutivo fue Mary Calderone, quien también estaba muy ligada con la Planned Parenthood (Paternidad Responsable), la  equivalente norteamericana de la FPA británica. Conforme al SIECUS, Calderone apoya los sentimientos y las teorías de la humanista  Rudolph Dreikus, tales como:

. Fusionar o revertir los sexos o roles de cada sexo.
. Liberar a los niños de sus familias.
.Abolir la familia tal como se la conoce”.

En el libro “La mente sitiada”, los autores Tim La Haye y David A. Noebel  confirmaron los hallazgos de Riches sobre la red internacional. “Las autoridades principales del Humanismo Secular pueden ser descriptas como los miembros de un equipo de béisbol: el lanzador es John Dewey; el receptor es Isaac Asimov; el primera base es Paul Kurtz; segunda base es Corliss Lamont; la tercera base es Bertrand Russell; el parador corto es Julian Huxley; el exterior izquierdo es Richard Dawkins; la exterior central es Margaret Sanger; el exterior derecho es Carl Rogers; el manager es ‘el cristianismo para los perdedores ’ Ted Turner; la bateadora titular es Mary Calderone; entre los jugadores del cuadro interior se encuentran los cientos que aparecen al final del Manifiesto Humanista I y II que incluyen a Eugenia Scott, Alfred Kinsey, Abraham Muslow, Erich Fromm, Rollo May y Betty Friedman”.

“En las gradas vemos sentados a los patrocinadores u organizadores que la sostienen, como… la Escuela de Frankfurt; el ala izquierda del partido demócrata; los Social-Demócratas de EEUU; las universidades de Yale, Harvard, Minesota y California (Berkeley); más otros dos mil colegios y universidades más”.

Un práctico ejemplo de como el maremoto del pensamiento de Maslow está envolviendo las escuelas inglesas se revela en el artículo de la British National Association of Catholic Families (NACf), donde James Baffrey alerta sobre el programa de Ciudadanía (PSHE), materia dentro del plan de estudios en Inglaterra e Irlanda del Norte; programa que poco tiempo después sería redactado como el Programa de Educación Nacional. La clave está en la ‘elección’ de palabras que se repiten con frecuencia en la documentación de Ciudadanía y el gran énfasis que se pone en las discusiones de los alumnos y en la ‘clarificación’ de sus propios puntos de vistas, valores y elecciones respecto a cualquier tema. Esto no es más que el concepto de ‘Clarificación de Valores’ –concepto anatema para el catolicismo, o por cierto también, para el judaísmo e islamismo”.

“Los primeros en aplicar este concepto fueron los psicólogos William Coulson, Carl Rogers y Abraham Maslow, en California en los 1960. Se basaba en la psicología humanista, conforme a la cual los pacientes fueron considerados como los únicos jueces de sus actos y su comportamiento moral. Una vez aplicadas las técnicas de ‘Clarificación de Valores’ los psicólogos lo introdujeron en las escuelas y otras instituciones como conventos y seminarios –con resultados desastrosos. Los conventos se vaciaron, los religiosos perdieron sus vocaciones y hubo una pérdida de fe en Dios al por mayor. ¿Porqué? Porque las instituciones católicas se fundan en creencias absolutas como el Credo y los Diez Mandamientos. La ‘Clarificación de Valores’ supone un relativismo moral en que no existe el bien o mal absoluto, ni la dependencia de Dios”.

“Este mismo sistema está siendo introducido en las mentes vulnerables de los niños y adolescentes desde el 2000 en adelante. La filosofía subyacente en la ‘Clarificación de Valores’ sostiene que los profesores que promueven virtudes como la honestidad, la justicia  o la castidad están adoctrinando a los niños, lo que ‘viola’ su libertad moral. Se exhorta a los niños a sentirse libres de elegir sus propios valores; el profesor debe limitarse a ’facilitar’ y debe evitar todo moralismo o crítica. Tal lo comentaba hace poco un abogado sobre las tendencias preocupantes de la educación australiana. El tema principal de la ‘clarificación de valores’ es que no existen valores buenos o malos. La educación en los valores no intenta identificar o transmitir los valores ‘buenos’ que enseña la Iglesia, especialmente la Encíclica Evangelium Vitae”.

A falta de una clara orientación moral, naturalmente los niños toman decisiones basándose en sus sentimientos. Con la gran presión de sus compañeros y liberados de los valores provenientes de fuente divina, aseguran que los ‘valores compartidos” caen al más bajo común denominador. Las alusiones al medioambiente ‘sustentable’ llevan a crear una mentalidad donde tienen cabida los argumentos antivida para el control de la natalidad y son presentados como obligatorios y deseables. De igual manera las “decisiones informadas’ respecto a la salud y estilos de vida son eufemismos de actitudes antiéticas para la visión cristiana de la maternidad, la paternidad, el sacramente del matrimonio y la vida familiar. La ‘Clarificación de valores’ es secreta y poderosa; apuntala toda la base de ‘Ciudadanía’ (PSHE) y pronto se introducirá como ley en Gran Bretaña. Otorgará a los jóvenes valores seculares y los imbuirá con la actitud de que ellos solos serán la máxima autoridad y los jueces de sus propias vidas. Ningún colegio católico podrá incluir materias nuevas como se estipula en el ‘Programa de Estudio del 2000’ dentro de un plan de estudio actual. William Coulson reconoció el daño psicológico de las técnicas de Roger ocasionadas en los jóvenes y las rechazó, de allí que dedico su vida a denunciar sus peligros”.

¿No deberían las autoridades de la educación católica hacer lo mismo, de la misma manera que ‘Ciudadanía’ hace su propuesta mortal?

Si permitimos que continúe la subversión de valores que proponen y que prosperen sus intereses, en las futuras generaciones perderemos todo aquello que nos fue legado por nuestros ancestros, y por los cuales sufrieron y murieron. Estamos advertidos, señala Atkinson. Una lectura de la historia (todo se encuentra en las principales crónicas históricas), nos muestra que estamos a punto de perder nuestro bien más preciado: la libertad individual.

“Lo que estamos experimentando actualmente” escribe Philip Trower en una carta al autor, “es una mezcla de dos escuelas de pensamiento: la Escuela de Frankfurt y la tradición liberal que se remonta al Iluminismo del siglo XVIII. La  Escuela de Frankfurt tiene, desde ya, su origen en el Iluminismo del siglo XVIII. No obstante, como el marxismo de Lenin, es un movimiento disidente. Los objetivos inmediatos del liberalismo clásico y de la Escuela de Frankfurt fueron esencialmente los mismos (véanse los once puntos mencionados más arriba) aunque el objetivo último es diferente. Los liberales aspiran a ‘mejorar’ y ‘perfeccionar‘ la cultura occidental; la Escuela de Frankfurt, en cambio, procura su destrucción”.

“En contraposición a los marxistas de línea dura, la Escuela de Frankfurt no hace planes para el futuro. Sin embargo parece ser mucho más previsora que los secularistas y liberales clásicos. Al menos ven que la desviación moral que promueven, terminará por hacer imposible o intolerable la vida en sociedad. Pero esto, plantea un gran signo de interrogación respecto a cómo será el futuro dirigido por ellos”.

Mientras tanto la Revolución Silenciosa sigue su marcha.

Notas del Director:

1.- Ralph de Toledano; autor de “Cry Havoc!”; uno de los más renombrados periodistas norteamericanos de origen judío sefardí (Marruecos). De socialista se convirtió en conservador y ayudó a fundar el National Review. En Cry Havoc!, su último libro –que premeditadamente esperó para publicarlo muy poco tiempo antes de su muerte, en febrero de 2007- Toledano documenta con detalles cómo una camarilla de intelectuales, burócratas de la educación y políticos, manipulados por una bien financiada conspiración mundial, organizó la estrategia para socavar el sistema norteamericano. Asigna la principal responsabilidad de esta situación a la Escuela de Frankfurt, basándose en importante documentación que fue recogiendo a lo largo de su vida, asi como de personalidades de la vida pública norteamericana.

2.- Debe agregarse a esta lista a Sigmund Freud, quien realizó el importante aporte de sus teorías psicoanalíticas.

3.-Música “atonal”: la atonalidad (del griego a: sin y el español tonalidad) es el sistema musical que prescinde de toda relación de los tonos de una obra con un tono fundamental y de todos los lazos armónicos y funcionales de su melodía y acordes, no estando sujeto a las normas de la tonalidad. Generalmente el sistema opuesto al atonalismo no se llama tonalismo sino sistema tonal”.

Más específicamente, el término describe la música que no se ajusta al sistema de jerarquías tonales que caracterizaba el sonido de la música europea entre el siglo XVII y primeros años del XX. Generalmente son atonales la mayoría de las composiciones de música artística compuesta desde 1900 hasta nuestros días, donde la jerarquía de los centros tonales no se usa como manera principal de organizar un trabajo. El sistema tonal es el sustrato en que se basaron todos los compositores entre 1600 y 1900. En esas obras musicales existe un sonido que actúa como centro de atracción de toda la obra. Aunque en el transcurso de la misma se haya cambiado muchas veces de centro tonal por medio de modulaciones, por convención hacia el final siempre prevalecía la fuerza de ese núcleo original y la composición terminaba al llegar a la tónica, o sea al sonido de atracción.*     






















1 comentario:

  1. ¿Destruir la civilización cristiana?, Dios no lo permita.

    ResponderEliminar