miércoles, 24 de enero de 2018

El socialismo de los “trapos rojos” es un fraude para “señoras gordas” tilingas.

JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA  

(Palabras seleccionadas del discurso pronunciado por el inolvidable Caudillo, en el Teatro Europa de Madrid, el 2 de febrero 1936.   
    Deberían leerlas los PP, periodistas y políticos, y los curas tercermundistas, para conocer la verdad           de  los socialismos; pero como son buenos burgueses quizá la repudiarían, atemorizados. Como la ignoran continúan mimando a los muchachos de los trapos rojos, subvencionados por el gobierno.  Los consideran  muy bien intencionados democraticamente, sin enterarse de lo que se traen entre manos, además de las bombas molotov.

“S
i la revolución socialista no fuera otra cosa que la implantación de un nuevo orden en lo económico, no nos asustaríamos. Lo que pasa es que la revolución socialista es algo mucho más profundo. Es el triunfo  de un sentido materialista de la vida y de la historia; es la sustitución violenta de la Religión por la irreligiosidad;  la sustitución de la Patria por la clase cerrada y rencorosa; la agrupación  de los hombres por clases, y no la agrupación de los hombres de todas las clases dentro de la Patria común a todos ellos; es la sustitución de la libertad individual por la sujeción férrea de un Estado que no sólo regula nuestro trabajo, como un hormiguero, sino que regula también implacablemente, nuestro descanso. Es todo esto. Es la venida impetuosa de un orden destructor de la civilización occidental y cristiana: es la señal de clausura de una civilización que nosotros, educados en sus valores esenciales, nos resistimos a dar por caducada.”+


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