¿Cuándo REINA LA
JUSTICIA EN LA COMUNIDAD?
¿CUÁNDO REINÓ EN LA
ARGENTINA?
Contesta J. Pieper en su libro: “Las Virtudes Fundamentales”, citando a Santo Tomás (Reg. Princ.
1.10):
“CUANDO TODOS LOS MIEMBROS DEL ESTADO TEMAN
A LA LEY
COMO SE TEME A UN TIRANO”.
Evidentemente la
Justicia en nuestro país es una irrisión; pues los payasos que la manejan tienen una comicidad que hace llorar ¿Quién
la puede temer? Sólo aquellos sin recursos para aceitar la máquina
burocrática. El pueblo sospecha, con razón,
y reclama castigo y devolución de lo robado por los corruptos que detentaban el
Poder. Pero como vivimos en democracia
nadie ni oye al pueblo ni lo representa.
Cuanto más se roba menos peligro de caer ante la Justicia. Los “próceres”
liberales rechazaron los mandatos de Cristo sobre la Justicia cristiana, y con Él
ella se nos fue, y llegó la justicia pagana del liberalismo. Estamos como en la
Inglaterra del siglo XVI, cuando con la rebelión de los ricos contra los
pobres, se enriquecieron alevosamente los miembros del Paramento y los obispos
protestantes anglicanos. Pero al hambriento que cazaba una liebre en la tierra
de un noble se lo ahorcaba. La justicia inglesa tenía dos medidas. Y como somos
un país muy civilizado, copiando y envidiando a nuestros amos foráneos, los liberales también importaron
las dos medidas; y entonces hoy día contemplamos absortos que descubren a uno
que otro estafador como para cubrir apariencias, pero nadie devuelve lo robado.
Porque ningún corrupto teme a una Justicia
tan corrupta como ellos.
Pieper responde a continuación la pregunta del título: ¿cuando hay justicia
en el Estado?:
“Solón contesta con una frase que reboza
acierto: cuando el delincuente sea
acusado y condenado por todos aquellos que no hayan sufrido daño con el
mismo celo que el dañado, habrá justicia en la ciudad (Plutarco). Ello quiere decir que el verdadero carácter
del perjuicio significado por un delito no estriba tanto en la pérdida de hacienda,
de salud o de vida, como la amenaza
contra el orden de la convivencia, que a todos nos afecta por igual; cuando
eso está en la conciencia de todos, hay
justicia en el estado.
“Del espartano Quilón nos trasmite
Diógenes Laercio varios y enjundiosos aforismos, como este que a continuación transcribimos:
tres cosas hay que ofrecen singular dificultad, a saber: guardar un secreto,
sobrellevar el ultraje de una injusticia y hacer buen empleo del tiempo de que
disponemos para el ocio. A la cuestión del estado justo responde Quilón que éste
se verá realizado cuando los ciudadanos atiendan
mucho a las leyes y poco a los oradores.
“Pitaco, que fue soberano en la ciudad de
Mitilene, alude en su réplica a la forma de gobierno: la justicia se cumple en
la “polis” cuando tan imposible llega a
hacerse que gobiernen los malos como que no gobiernen los buenos…”.
Además de la amenaza contra el orden de la
convivencia, agrego que la injusticia instaurada en el Estado, impide realizar
una política en orden a la grandeza nacional. Estas enseñanzas milenarias,
actualísimas, deberían hacer reflexionar a los políticos demo-liberales, para
que se dediquen a establecer el Bien Común, en el caso muy improbable que
realmente tuvieran amor a la Patria, más que a ellos mismos, y temor a la
Justicia; impedirían así que gobiernen los malos, o sea ellos, pero sí los
buenos, a los que habría que buscar con lupa.+
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