viernes, 9 de febrero de 2024

 

 PATRICIA BULLRICH

Netanyahu de entre casa.

Sus pasadas inclinaciones terroristas, no fueron ocasionados por desbordes juveniles, sino que persisten debido, seguramente, a una predisposición connatural a solucionar problemas violentamente, derramando sangre de sus opositores, según el método empleado históricamente por los unitarios.

La conversión al judaísmo de esta terrorista, previa nupcias con un judío, fue admirable, completa, entrañable. Ahora bien, de las varias modalidades del judaísmo optó, naturalmente, por el sionismo más exacerbado y violento, empleado por el diabólico Netanyahu para aniquilar al pueblo palestino; y por ella en la represión que organizó para reprimir violentamente a los manifestantes en el Congreso.

Observando las actividades y propósitos de este ser, que de feminidad tiene sólo la figura, tengo la seguridad que fue sionista desde siempre, y que nació con la estrella de ser una Netanyahu de entre casa; lo que le permite entrar en la Sinagoga y en la logia masónica como Pancho por su casa, logrando su inexplicable actual encumbramiento político, gracias también, al auspicio del periodismo y de los políticos sobornados del Régimen.

Sus actividades como jefa de seguridad nos alarman de tal manera -- dueña insolente y prepotente de la seguridad y de la vida ajena--, que nos llevan a tratar de conjeturar, con fundamentos válidos, sus proyectos políticos futuros;   aunque ella, como todos los políticos democráticos, se guarda muy bien de descubrirlos, para no escandalizar al pueblo crédulo con su mentiras en la ora de la verdad.

Sospecho que pretende instaurar la ley de la selva en nuestra Patria, o sea la ley del más fuerte, para disfrutar alborozada la represión policial con una exhibición de su poderío insensato: Yo mando, Yo puedo, Yo domino; puro liberalismo libertario. La contrafigura de un verdadero Dictador nacionalista.                                                                                                                                                                                                                                                                         Pero creí atisbar que algunos policías, de buena cepa argentina, obedecieron avergonzados las ordenes siniestras de la judía, quien, si observó tal escrúpulo moral, hubiera preferido contemplar a la Mosad invadiendo plaza Congreso para poner orden sin contemplaciones sentimentales. O quizá se imagino en Palestina, con una ametralladora para asesinar civiles indefensos en la Franja de Gaza. Netanyahu estaría orgulloso de esta feroz sionista. Como ella debe estarlo de él.

Pero ¿por qué, en vez de balear indefensos manifestantes no balea a los promotores de las manifestaciones? ¿Por qué no dispone que esos miles de efectivos acaben con los cabecillas que difunden drogas? Es que entre esos capos de las drogas y de la subversión, y los políticos del Régimen se evidencia una convivencia de intereses y propósitos dialécticos, que deberían desembocar en una guerra civil, para permitirles consolidar su presión totalitaria sobre el pueblo.

Ahora bien, los  manifestantes izquierdistas están divididos en dos estamentos distanciados entre sí prácticamente por una perversa falsedad: por una parte los dirigentes, a los cuales no les interesa ni un bledo el Bien común ni el de sus militantes, pues están subordinados, auspiciados y dirigidos por la exuberante  financiación de la plutocracia internacional; lo que explica la enorme propaganda que los promueve. Recordemos que la “proletaria” judía Bergman es miembro de la Open Society; ¿hasta qué altura esta resentida escalará posiciones políticas? Considerando la corrupción política que existe, mejor es ni siquiera imaginarlo.

La otra parte es la integrada por la muchachada izquierdista, donde ,deseo creer, habrá muchos con buenos y patrióticos sentimientos, a los que deberíamos recuperar para que luchen por la auténtica Justicia social; aunque están otros inconmovibles en las antípodas de los ideales nacionalistas de amor a Dios, la Patria y de respeto a los más necesitados.

También es fácil suponer que esa exorbitante manifestación de brutalidad de las Fuerzas Armadas, baldón que deberían reivindicar, contra unos pocos miles de manifestantes desorganizados –que incluía mujeres y jubilados-- fue una tramoya organizada para que el terror suscitado elimine rebeldías populares, siguiendo ella también las ordenes imperialistas de someternos y humillarnos a todos. Esos motociclistas disparando balas de goma indiscriminadamente fue un espectáculo bochornoso, indignante, muy doloroso y triste.

Este remedo femenino de Netanyahu, el sionista criminal, forma con éste y con Milei una trinidad demoníaca que continuará destruyendo nuestra Patria, con sus desatinos libertarios, sin frenos morales, a las órdenes de aquellos que se consideran predestinados para dominar el mundo.  Es un peligro teológico que repercute en la política.

Nuestros dos delincuentes, Bullrich y Milei, deben ser ajusticiados y expulsados del país antes que sea demasiado tarde para tratar de recomponer lo que no pueda salvarse. Propongo se los enviemos de regalo a Netanyahu, que los recibirá cariñosamente como a dos fieles hijitos, donde podrán asesinar a todos los palestinos que deseen.

¿Y qué hacer con los imbéciles que los apoyan?  Ajusticiarlos con el método de Sancho Panza: ¡Lavarles el cerebro prohibiéndoles mirar TV y usar el celular! Si sobreviven a tan rudo castigo, con mucha suerte y oraciones es posible que recuperen algo de cordura, y se tornen inofensivos. +

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