MEMORABLE
VISITA DE KRUSCHEV A USA
Hollywood,
difundiendo corrupción por el mundo,
Hemos destacado frecuentemente el
papel demoledor de Hollywood distribuyendo por el mundo las inmoralidades
presentadas como normales y lícitas.
Cunado ell ‘lider’ soviético, invitado
por el infame presidente Eisenhower llegó a USA, fue recibido espléndidamente por el gobierno e
instituciones , oficiales, culturales, artísticas, como “ilustre huésped”.
Mientras los marxistas e
izquierdistas causaron un alboroto tumultuoso apoyando entusiastas su llegada,
las reacciones repudiándolo fueron leves y sin publicidad. Demostrando cuán
generalizadas estaban las ideas subversivas en los medios políticos yanquis.
Traian Romanescu en su libro
“Traición a Occidente” (Edit. Nuevo Orden, pg.173) trae una crítica, muy vigente,
acerca de la visita de Krushchev a
Hollywood, “laboratorio de drogas”, que escribo a continuación:
“Después fue Nikita a Hollywood, a
responder la invitación del masón de origen griego Spiros Skouras, propietario
de
“La cinematografía norteamericana,
difusora de todo lo negativo y de todo lo corrosivo, de todo lo anticristiano y
de todo lo inmoral, tiene en el cuadro de la conspiración el mismo papel que la
propaganda masónica o comunista, mucho más sutil y de campo más vasto, ya que
hasta se hace pagar a los cristianos para “admirar” los engendros demoledores que son las películas producidas,
actuadas, escritas y distribuidas en su mayor parte por judíos y sus aláteres.
Se comprende porqué se apresuró
Nikita a aceptar (¡) la invitación de Skouras.
Sin embargo al llegar al aeropuerto de Los Ángeles, el verdugo fue recibido
con un discurso del alcalde Poulsen [repudiándolo],el único digno de un
ciudadano americano […] Al oír eso el lobo viejo se puso furioso y amenazó con
marcharse de América.
Los “hermanos” lo “desagraviaron”
y lo atendieron a cuerpo de rey, encargándose de servirlo la casquivana Marilyn
Monroe (casada con el judío Arthur Miller), mujer de todos, y la judía
Elizabeth Taylor, también dama (?) muy popular, mujer de judíos y judía ella
misma. También lo cortejaron otros judíos, hombres y mujeres, cuyos nombres
brillan en las marquesinas de cines y teatros. Junto a otros no judíos pero
sometidos a ellos por la profesión.
Se le llevó a la filmación de una
película destructiva, de las que ven Occidente y no se ven en la “púdica” Rusia
soviética, donde el pudor es un “prejuicio burgués” y todo marchó a pedir de
boca, como que el capitoste vio, de frente, como en el “laboratorio” de
Hollywood son elaboradas drogas estupefacientes destructoras del organismo cristiano.*
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